Once
El reloj marcaba las 6:00pm.
Ya estaba lista para salir de casa, rumbo a casa de Jungkook.
Mi vestuario se basaba en un sencillo vestido blanco, con detalles negros pequeños, como lunares. Unos tacones bajos del mismo color, mi cabello rubio estirado y unos pendientes dorados que sobresalían si colocaba mechones de mi cabello detrás de mi oreja. No me maquillé, sólo apliqué rizador de pestañas y quizás un poquito de brillo sobre mis labios, pero nada excesivo.
Estaba esperando a Lia, quien venía a buscarme; Micaela ya había ido en camino, por alguna extraña razón prefirió irse sola.
No sé si alguna de ellas dos tenga algún detalle pequeño para Jungkook, tienen buena relación de amistad con él, pero conociéndolas no estaría muy segura. Aún así yo tengo mejor relación con él, por lo que yo sí pensé en llevarle algo, aunque no sea gran cosa, creo que la intención es lo que se valora.
Yo personalmente llamé al pelinegro cuando el reloj marcó las doce en la medianoche, sonará gracioso, pero quien levantó la llamada fue Génesis, primero fingió celos pero luego me dejó hablar con él y desearle un feliz día, lo cual me agradeció.
Y ya pude dormir en paz luego de aquello.
Sintiendo una vibración a mi lado llevé inmediatamente mis ojos a mi celular, el cual se encontraba encendido debido a que un mensaje nuevo acababa de llegar.
Hermanita menor:
Estoy en la puerta ¡Vámonos!
Sonriendo de lado, apagué el dispositivo y me levanté de la cama para así salir de la habitación y completamente del lugar.
| 사랑 증상 |
—¿Qué tienes ahí para Jungkook?
—Un detallito, sabes cómo soy— bajo la cabeza un segundo.
—Vale, ahora me siento como una aprovechada— confiesa.
—No, no, sólo soy así, él te invitó porque le agradas.
—O quizás sólo por Génesis— encoge sus hombros y continuamos caminando hasta llegar a la puerta de la casa de quien se había vuelto el tema de conversación.
Llegando y estando frente a aquella gran puerta blanca ambas quedamos estáticas en el lugar. Lia se negaba a hacer sonar el timbre, al igual que yo.
—Creo que..— ella me observa— deberíamos decirle a Génesis que abra la puerta ¿no?
Asiente.
Posteriormente busqué en mi cartera mi celular, marqué el número de la pelirroja y esperé a que levantara la llamada.
—¿Sí, guapa?
—Gén, estamos aquí, ¿puedes abrir?
—¿Desde cuándo están ahí paradas?
—Hace.. segundos.
—¿Por qué no suenan el timbre?
—¿Te da vagancia venir a abrir la puerta?
—Esperen ahí.
Luego de su indicación finalizó la llamada, por lo que pude guardar mi celular.
—¿Qué estaría haciendo Génesis cuando llamamos?— cuestiona Lia y la observo.
—¿Te imaginas que estuviera haciéndole favorcitos a Jungkook?— respondo con un tono nada inocente y una mirada de picardía que me delataba.
Ella ante mi gesto sólo rió, al igual que yo segundos después.
Inmediatamente sentimos cómo el sonido de unos tacones se acercaban a nosotras, por lo cual mantuvimos el silencio hasta saber de quién se trataba; debía ser Génesis, pero nunca se sabe.
Abriendo la puerta pudimos apreciar la imagen de aquella belleza pelirroja, quien vestía un vestido gris oscuro con unos tacones bajos en negro.
—Interrumpieron un momento caliente, hijas de sud madres— habla con seriedad, sin embargo nosotras reímos ante su supuesta molestia, pues sabemos cuándo realmente está molesta.
—Gén, amor, si eso hubiera pasado ni hubieses abierto la puerta— responde Lia sabiamente.
—Es que ni siquiera habría levantado la llamada— agrego por mi parte, extendiendo las risas.
—Vale, es mentira— sonríe ampliamente— están lindas, amores ¡qué hermosas amigas tengo!
—Tú más, hermosa, y más te vale— menciona la castaña, quien vestía una falda rosada con una blusa blanca.
—Lia pareces un pastelito— menciona cariñosamente, haciéndome reír fuerte.
—Yo le dije eso apenas la ví llegar— comento haciendo reír a mi amiga.
La castaña se mantuvo seria durante todo ese tiempo.
—No es malo, bebé, pero es que estás muy tierna— tranquiliza, pellizcando su mejilla delicadamente.
—¿Pueden dejarme en paz?— nos observa de manera amenazante, y cerramos con una risita traviesa.
Génesis lleva sus ojos hacia su celular, el cual suena rápidamente, tratándose de una nueva notificación, lee y responde tecleando algo que no pudimos ver. Posteriormente guarda el dispositivo en su bolsillo nuevamente.
—¿Era Jungkook pidiéndote que subas?— cuestiono pícara.
—Era Mica, dice que le falta poco para llegar y le dije que estaríamos aquí en la puerta esperándola— corrige.
Asiento levemente.
—¿Cómo está el ambiente ahí dentro, Gén?— rompe el corto silencio, Lia.
—Está tranquilo, ya saben cómo es Jungkook, pero es relajante, es más una reunión de amigos que algo grande.
De repente sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal, y temblé levemente. Recordé inmediatamente algo que había olvidado por completo y que no había pensado antes..
Estaría compartiendo el aire con Kim Taehyung todo el tiempo, y lo más probable era que sin Jisoo estando allí.
—¡Lara!
Inmediatamente observo a la pelirroja y trago fuerte.
—¿Sí?
—¿Estás bien? De pronto reaccionaste de manera extraña— frunce el ceño observándome de manera atenta.
Abro la boca, pero ninguna palabra sale, no sé exactamente qué responder, así que dejo que mi sistema actúe sólo, le dejó la responsabilidad de contestar.
—¿Kim Taehyung está allá adentro?
¿En serio? ¿A mi nervioso sistema no se le pudo haber ocurrido otra pregunta un poco menos directa, o quizás otra alternativa que no incluyera el nombre del chico que me trae desconcertada? Pésimo servicio, nunca más confío en mi sistema.
—Sí, al igual que Jimin y Yoongi, por si se lo preguntaban— al mencionar a Jimin observó a Lia, quien abrió los ojos como platos luego de haberse burlado de mi reacción por saber que Taehyung estaba allí.
Karma.
—Ay, ya, pero no sientan nervios, son igual de tontos y estúpidos que ustedes— bromea, pero nosotras no reímos— bueno, excepto Taehyung, ese se ve muy serio, de hecho.
—¿Jimin es tonto?— ladea la cabeza, Lia.
—De hecho, por lo que he oído, por mi instinto chismoso, no, no es tonto, parece ser muy tierno. Y Yoongi es muy sexual, por si también se lo preguntan— rueda los ojos al final.
Uno serio.
Otro Tierno.
Otro sexual.
Y finalmente Jungkook, el más fiel de todos.
Ya entendimos.
—¿Qué hacen en la puerta hablando de los chicos?— todas llevamos nuestros ojos hacia atrás, viendo a Micaela, quien había formulado aquella pregunta— si mi oído no me falla juraría haber escuchado que hablaban de Yoongi.
—Otra más con instinto de elefante— bromeo, y ella ríe.
—Esperen, ¿están ya ahí dentro?— indaga la recién llegada.
Génesis asiente, ya aburrida por nuestras estúpidas reacciones. Micaela, a diferencia de nosotras, no se sorprende, ella más bien se observa la vestimenta y pregunta:
—¿Cómo me veo?
Traía puesto un vestido rojo con grandes detalles negros, apretado y corto, yo diría sensual. Unos tacones bajos combinando el rojo y argollas de oro.
Todas llevamos vestidos sencillos, porque en una videollamada grupal decidimos eso. En lugares formales o eventos especiales nos gusta la combinación.
—Pareces una catarina— responde Génesis, a lo cual todas reímos con posterioridad, a excepción de Micaela.
—La nueva Ladybug— agrego burlonamente.
Micaela se dirige hacia Génesis con disposición de devolverle el cariñoso insulto.
—Tú pareces una colcha sucia, ¿lo sabes?— lo decía por el color de su vestido, también haciéndonos reír a las espectadoras.
—Al menos yo voy a tener sexo hoy, señorita— sonríe falsamente.
—¿Quieres apostar a que yo también tendré sexo hoy?— da un paso más cerca y su tono de voz se vuelve desafiante.
La pelirroja la observa fijamente y entrecierra los ojos.
—¿Cuánto?
—¿Segura que quieres perder dinero, señorita?
—No vas a hacer nada, Micaela— ríe subestimándola.
Micaela da otro paso más cerca.
—Si tengo sexo hoy pierdes tus botas altas— desafía, haciendo reír a Gén.
—Sé que amas mis botas, amiga, me duele mucho que no podrás tenerlas— aprieta sus labios— y al paso que vas, vas a terminar besándome— lo decía burlonamente, por el corte de distancia entre ella y Micaela.
—¿Podemos entrar ya?— sugiere Lia, en un tono desesperado— si ella lo hace con Yoongi, Génesis le da sus zapatos, ya, ya entendimos, ahora adentro.
Las desafiantes se observan unos segundos más, como si de una gran rivalidad se tratara.
—Acepto la apuesta— afirma la pelirroja— vengan dentro de una maldita vez.
Sin más que agregar, entramos en el lugar. Por lo visto, la reunión no era en el living, pues estaba vacío y organizado. Nos dirigimos hacia el interior de la casa, dándonos cuenta de que se encontraban reunidos en el patio trasero.
Y gran patio trasero que tiene Jungkook, Dios.
Habían sillas, música no tan alta, muy buen espacio y, por supuesto, los demás invitados.
Lia sostuvo repentinamente mi mano derecha, lo cual me sorprendió, por lo que la miré.
—Perdón, son los nervios— hace que me detenga antes de entrar como tal al patio— ¿me veo muy mal?
Sonrío levemente y niego.
—Estás hermosa, pero pareces un pastelito.
—Y Génesis una colcha sucia— ríe ella.
—Y Micaela una catarina— agrego, riendo.
—Miren, mocosas, estamos aquí— llevamos nuestros ojos hacia las mayores, quienes llevaron miradas amenazantes sobre nosotras, haciéndonos callar inmediatamente— entren de una maldita vez.
Aún dándonos las manos, ingresamos en el lugar, llevando nuestros ojos chismosos hacia todas partes. Micaela junto a Génesis tomaron asiento una junto a la otra, mientras que Lia y yo caminábamos despacio. En el patio no se encontraba ningún amigo de Jungkook, por lo cual nuestros nervios, de momento, desaparecieron, y tomamos asiento junto a las mayores.
—¿Y los chicos de este lugar?— cuestiona Micaela.
—Han de estar en la cocina buscando alguna bebida, no deben demorar.
—No pasamos por la cocina.
—Son dos caminos diferentes, burra.
—No me digas burra, coneja.
—¿Lo dices porque soy rápida y me encanta el sexo?— responde sabiamente la pelirroja, haciendo callar a la primera.
Sintiendo pasos y voces acercarse, mantuvimos el silencio. Sentí mi corazón acelerarse cuando en mis oídos retumbó aquella voz grave que estremecía mi sistema y me intimidaba.
Hasta que.. todos entraron.
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