Dos
Por mi mente continuaba vagando la imagen del chico que para mí sí es inalcanzable, sin importar lo que haya dicho Micaela antes.
Sacando las llaves de la casa e introduciéndolas en el cerrojo, conseguí abrir la puerta fácilmente. Al entrar visualicé la imagen de mi madre y mi hermano menor de ocho años, quien estaba observando su celular, hasta verme.
—Lara— me llama y corre hacia mí para abrazarme, como era de costumbre si estaba feliz.
Sonrío ante la actitud cariñosa de mi hermano y sobo su cabecita cubierta de cabellos castaños.
—Michael, ¿estás feliz?— indago.
—Sí, mucho— asiente enérgico.
Me alegraba verlo así, ya que es muy difícil hacerlo sentir bien cuando no está feliz.
—Hijita, ¿cómo te fue el día?— pregunta inmediatamente mi madre, con una sonrisa amplia. Es de tez blanca y posee cabellos rubios largos.
—Bien, mamá, muy bien. Pero me siento cansada, ¿está bien si voy a acostarme ahora?— acepto e indago en un casi lloriqueo.
Ella sonrió.
—Lara, es normal que estés cansada, anda y acuéstate, pequeña—indica.
Sonrío por su respuesta y caminó para abrazarla como debí haber hecho hace minutos.
—Vale, veré si descanso un poco, ¿ya?
—Dale, sube.
| 사랑 증상 |
¿Dormir? No pude, por más que lo intenté, me resultó difícil. Ser una persona que sobrepiensa las cosas es duro y debería dejar de ser así, pero ¿cómo no sentirse una basura cuando la persona que te gusta resulta ser inalcanzable para todas, menos su novia.
A veces me pregunto qué tengo Kim Jisoo que no tenga yo, pero luego las respuestas vienen a mi mente, y me doy cuenta una vez más que no puedo compararme con ella, aunque no parezca ser muy buena persona, es muy bonita, popular y tiene mas cualidades, sin contar que tiene a media escuela e Instagram babeando por ella.
Nunca seré como ella.
Una solicitud para una videollamada fue la notificación que llamó mi atención y me sacó de mi trance. Dirigí mis ojos hacia mi laptop, la cual se encontraba sobre mi mesa de estudio, me acerqué y senté frente a ella; leyendo finalmente el nombre y observando su foto de contacto rápidamente atendí.
—Hola, linda— sonríe ampliamente.
—¿Cómo estás, Gén? Nunca apareciste desde que te llevó Jungkook— reprocho en broma.
—Nos escapamos por ahí— encoge sus hombros.
—¿Se fueron de la escuela sin más?
—Sí— asiente aburrida y mira sus uñas pintadas de negro— dijo que tenía algo más entretenido para mí.
Sonreí por la ternura del novio de mi amiga.
—¿Dónde te llevó?
—Caminamos lo más lejos posible de la escuela, dice que necesitaba despejar un rato de tanto escándalo y estrés— asiento mientras la escucho— dije que estaría para lo que hiciera falta, pero que me dolían las piernas ya de caminar, lo dije riéndome pero hablando en serio— ríe levemente y baja la mirada, parecía revivir aquel momento en su mente— me cargó entre sus brazos y me respondió: no hay problemas con eso, linda— vuelve a sonreír pero de manera amplia, lo cual provocó que un chillido mental de felicidad quisiera escapar por mi boca de la emoción— sé que parezco una tonta cuando hablo sobre él, pero es que simplemente no parece real. Es demasiado bueno para ser real.
Esa sería la frase que dijera yo si algún día Kim Taehyung tan siquiera me dirigiera la palabra.
—Jungkook es todo un angelito— comento.
—Y pensar que antes era un "fuckboy" y sólo mi amigo que amaba besarme y molestarme— suspira— así lo quería porque siempre supe que era buena persona. Ahora lo amo mucho más.
—Definitivamente cambió por tí, se volvió más responsable, te cuida mucho, es respetuoso con las mujeres pero no busca nada en nadie que no seas tú— sonreí— vaya, no mereces menos, Gén.
Muerde su labio inferior, resistiendo esa eufórica necesidad de chillar emocionada, hasta yo habría imitado su acción. La verdad es que es afortunada, al igual que él de tenerla a ella.
—Pero bueno— respira profundamente— terminamos yendo a la cascada, a esa que vamos de vez en cuando.
—Sí, donde buscamos tranquilidad— afirmó entendiendo.
—Ahí. Nos quedamos un rato, le lanzamos piedras al agua, charlamos un montón— ríe un poco— me recordó lo mucho que me quería cada vez que nos quedábamos en silencio. Y sí, nos besamos un poco–
—¿Un poco?— interrumpo incrédula y alzo una ceja, viéndola fijo.
—Bueno, vale— acepta rendida— sabes cómo somos.
—Y tanto— reímos— ¿luego?
—Cuando ya se sentía lo suficientemente desahogado y preguntó si aún me dolían las piernas, a lo cual negué porque ya había estado un buen tiempo sentada, se me había hasta olvidado que me habían dolido. Sonrió y me dijo: Ven, quiero recomendarte por haberte hecho caminar tanto y escuchar mis aburridos problemas de estrés.
Es tan tierno con ella cuando están juntos que me parece encantador, pensar que antes le daba igual tener relaciones con cualquier chica y ser el más buscado y codiciado por las féminas, y ahora es un pequeño enamorado que sólo tienen ojos y corazón para una sola chica es algo que me hace creer que todo es posible, y me siento demasiado feliz por ellos dos.
—¿Qué le respondiste?— pregunto segundos después, sin poder eliminar esa sonrisa de felicidad de mi rostro.
—Primero me reí y negué, haciéndole saber que había sido un gusto ayudarlo, y que con quien comparto mis problemas de ansiedad o tristezas es con él, que siempre puede contar conmigo y que para eso somos novios y amigos. Pero me sonrió y me dijo que me me tocaba despejar de él; tan dramático como siempre. Rodé los ojos y nos retiramos del lugar.
—¿Dónde te llevó?
—Fuimos al centro comercial y nos compramos algunos artículos. Realmente amé el lugar, Jungkook conoce bien mis gustos y creo que compraré cosas ahí más seguido. De hecho, quiero que vayas mañana luego de clases conmigo al centro— pide.
—No me contagies con tu psicosis de comprar ropa, tú y Mica están muy obsesionadas.
—Es porque no lo has probado, créeme que cuando entres allí te va a encantar y aparte, creo que tú y yo necesitamos un tiempo a solas, yo invito los helados, ¿rechazarás mi oferta?
—¿Momento a solas?
—He notado que no estás bien, sé que algo te preocupa, y mañana me lo dirás con lujos de detalles— exige.
—¿Por qué no quieres que vengan Lía y Mica?
—Sé que conmigo sola te sentirás más cómoda, aparte, ya tendremos un momento para todas, lo prometo.
Asiento levemente.
—¿Qué tienes pensado hacer en el centro comercial?
—Jungkook cumple años en una semana, ¿lo sabes?
—No suelo aprenderme las fechas de nacimiento, amiga, lo sabes— río incómoda.
—Es normal, Jungkook no habla sobre eso porque no le gusta mucho la multitud alrededor de él.
—Me recuerda a tí— río.
—Sí, somos así. Entonces, quiere hacer algo pequeño, muy pequeño, en su casa, no quiere ni invitar a las novias de sus amigos, pero siente que tienen que hacerlo para que no se sientan incómodos, aunque me afirmó que no quería— encoge sus hombros— yo le dije que si no quería que no lo hiciera, yo siento él me diera igual, invito a mis amigas, no a sus novios.
—Está bien, iremos mañana al centro saliendo de la escuela, ¿te ayudo a elegir algo o ya lo tienes en mente?
—Tranquila, si quieres sumar algo que creas que quedaría bien pues lo hacemos, pero ya encontré lo que quiero para él— tranquiliza.
—Está bien, te veo mañana entonces.
—¿Estás echándome de la videollamada?— pregunta ofendida.
—No, Gén, es que llegué agotada hoy ¿sabes? Si no era por tí me quedaba dormida— miento levemente.
—Lo que digas, Lala— me apoda cariñosamente— duerme bien, y mañana me contarás quién es la persona que te trae con tanto sueño y ganas de soñar con ella— ríe.
—Cállate.
—Te quiero, amiga— se despide con la mano.
—Yo más, amiga— sonrío y cuelgo la llamada.
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