Cuatro
—¿Has pensando en comenzar una carrera de actuación?— indago justo cuando salimos de la escuela, gracias a los dotes de actuación que posee mi amiga pelirroja.
Fingir estar enfermo es fácil, pero de la manera en que lo desarrolló ella parecía que realmente estaba muriendo internamente.
—Eso es lo más fácil que he tenido que hacer de todas las cosas que he hecho en mi vida, créeme que si fingí estar enferma fue para que tú salieras sin problemas, porque Jungkook y yo solemos fugarnos y nos da igual lo que pase, mientras ambos estemos bien— sonríe triunfante.
—Amo esa pareja y sus anécdotas— afirmo y río levemente.
—Basta de charlas— canturrea— dobla la esquina que nuestro rumbo no es la casa— sacó de su mochila negra, estilizada con cadenas de metal y adornos de carabelas, dos cubrebocas negros— por si las moscas.
—Anda.
| 사랑 증상 |
—¿Crees que ésto vaya bonito conmigo?— toma entre sus manos otro pantalón de mezclilla azul celeste, pero abierto en las rodillas. Sonrío ante su pregunta.
—Todo lo que me has enseñado va bien contigo, Gén— afirmo y sonríe ampliamente.
—Gracias bebé, pero eso no es cierto, porque si ahora me da por enseñarte ésto..— busca un vestido ancho color verde, nada que ver con su estilo, parecía más de una mujer mayor— obviamente no me dirás qué va conmigo, ¿o sí?
Riendo fuerte, negué con la cabeza, contagiándole mi diversión con su sarcasmo.
—Pero bueno, el estilo grunge va muy bien contigo— asiento mientras observo toda la ropa negra colocada en una parte del lugar.
—Será que estás acostumbrada a verme vestida como una rockera— contesta divertida— pero para mi primera cita formal usé un vestido rojo apretado— alza ambas cejas.
—Eso ya lo sé, Lee, ví fotos y me sé la historia completa, por cierto, amo la historia.
—Bueno, no hablemos más de mí— dejó su ropa dentro del bolso— compremos algo para tí.
Mi sonrisa inmediatamente desaparece.
—No, Lee.
—Sí, Walker— sonríe con malicia.
—Que no.
—Que sí.
—¡No!
—Me lo tomaré como un: ¡Claro, hermana!— sonríe ampliamente y toma mi mano para caminar hacia la parte que poseía estilos más light.
| 사랑 증상 |
—Al final me salí con la mía, ¿ves?
Mi rostro de molestia dramática lo decía todo, al final sí había comprado ropa para mí; mi estilo se basa en camisas no tan anchas, aunque en algunos casos blusas, pantalones de mezclilla no tan ajustados, y zapatos cerrados. Uso poco maquillaje, básicamente porque no sé cómo aplicarlo, pero normalmente no me interesa mucho hacerlo, ya que no suelo salir. Mi cabello rubio es desastroso, aunque no necesite peinarlo porque es muy liso y siempre está en orden, nunca me inspira a llevarlo de otra manera que no sea recogido en una coleta baja.
Compró una camisa beige con adornos pintados delante, así como también una blusa blanca un poco ajustada, para usarla con una chaqueta mezclilla encima o un abrigo con la cremallera abierta. Eso es por mencionar dos prendas, porque sin duda la cosa no acabó ahí.
—Te pedí que no lo hicieras.
—De nada, amiga— ríe, ignorándome.
—Te devolveré el dinero.
—No seas ridícula— me observó insultada.
—Lo que digas, ya declaré.
Rueda los ojos y un pequeño silencio decide instalarse entre nosotras, hasta que me acuerdo.
—¿Encontraste lo de Jungkook?
Asiente y lleva sus ojos hacia mí.
—Espero que le guste— aprieta sus labios y desvía su mirada.
—Viniendo de tí, cualquier cosa es buena a ojos de Jungkook— comento y ella ríe.
—Estaba dispuesto a cuidar un hijo mío, no creo que exista algo más difícil, si pudo con eso, definitivamente aceptaría lo que sea— ríe más bajo.
Su comentario me hizo callar inmediatamente.
—Gén, perdón.
—Está bien, Lala— sonríe— no estábamos listos y la naturaleza lo vió venir, aparte, no quería un hijo si no era de Jungkook, ahora podemos volver a intentarlo, y ésta vez sí estaría segura de que es suyo.
Ella perdió a su hijo hace un tiempo atrás, no solemos hablar de ello porque eso es sólo revivir un turbio episodio de su vida. Aunque dice que no todo fue malo, ya que siempre su actual novio estuvo a su lado, y en esos momentos fue que se dió cuenta que realmente ellos se querían.
Sonreí levemente y asentí.
—Venga— suspira cansada estando ya en la cafetería del centro comercial— entremos.
Empuja la puerta de cristal, escogimos la mesa más cercana a ésta, ya que se nos hacía pesado caminar hacia otra mesa y Gén sólo quería sentarse.
Al hacerlo soltó un suspiro cansado y relajó su cuerpo en el asiento de madera: —Estoy muerta, dios— recuesta su cabeza hacia atrás.
—Normal, recorrimos medio centro— contesto obvia y tomo asiento frente a ella.
—Bueno..— me observa— ¿qué vas a pedir?
—No, Gén, no pagarás todo hoy, déjame pagar algo yo, mujer— me negaba a que pagara algo más por mí.
—Saca esos billetes y los quemó con el mechero que traigo en el bolsillo— amenaza y aprieto los labios, sabiendo que ella ha hecho eso antes— sabes que soy capaz, ¿verdad?— asiento— Bien. Además, te lo debo, tú me apoyaste cuando me sentí sola, y eso es algo que no tiene precio.
—Es natural, Gén, eres mi mejor amiga, y es lo menos que puedo hacer por tí. Nunca te pediría dinero a cambio del tiempo que paso contigo, linda— respondo y ella sonríe ampliamente.
—Te abrazaría y recordara cuánto te quiero pero no siento mi cuerpo— reímos— pero bueno, déjame remediar también lo de acompañarme al centro ¿Cómo diablos voy a hacerte caminar tanto sin pagarte algo aunque sea?
—Compraste ropa, Lee.
—Pero la ropa no va a quitarte el hambre— sonríe triunfante para luego comenzar a leer la carta— hay sándwiches, ¿quieres uno?— asentí— que sean dos— continúa leyendo— Coca Cola, ¿tú?
—¿Hay naranja?— asiente— eso.
—Vale— acercándose la trabajadora, Génesis pide— buenas tardes, dos sándwiches, una coca cola y un zumo de naranja— la chica asiente.
—Enseguida señoritas— sonríe levemente y se retira.
—Bien, ahora que estamos completamente solas— lo decía ya que en el café no e encontraba más nadie que no fuéramos nosotras y los trabajadores— cuéntame qué te atormenta, y no me digas que nada, que no te lo pienso creer.
Escuchando a Génesis, apreté mis labios por un segundo, posteriormente suspiré rendida y la miré, ella me observaba fijamente esperando por mí.
—Hay alguien que me gusta pero nunca se fijara en mí porque además de que tiene novia y es el más codiciado de la escuela, yo soy nadie y nadie se fijaría en mí— hablé demasiado rápido, dudo que haya entendido algo de lo que dije, al final cerré los ojos, apretándolos por la vergüenza, pero abrí uno de ellos para ver la reacción de la chica frente a mí, y seguía con el mismo semblante de antes.
—No me has dicho nada, Lara.
Inmediatamente mi rostro se volvió incrédulo como reacción a su respuesta.
—Te acabo de contar qué me pasa.
—Sé que te gusta alguien y que tu autoestima es baja porque quieres, pero no me has dicho más nada, dime algo que no sepa— vuelve a relajarse en el asiento.
—¿¡Quieres saberlo todo!?
—Claramente, amiga, para poder ayudarte ¿no?
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