Cada fin de semana solía ir a pasar las tardes en casa de mi novio, mejor dicho, a verlo trabajar rodeado de sus flores. Incluso podía sentirme celoso de ellas, SeokJin las tomaba con sumo cuidado y cuidaba de ellas con tanto amor.

—¿Cuál es tu flor favorita?— pregunté pasando suavemente mis dedos sobre una rosa.

SeokJin se quedó en silencio y volteó a verme. —La amapola.

Lo observé confundido, realmente no estaba muy seguro de cuál era esa flor, no quería parecer un ignorante pero realmente lo era, las flores nunca fueron algo que me interesaran, hasta ahora, porqué por él me han llamado la atención.

—¿Conoces el lenguaje de las flores?— me pregunta rompiendo el silencio pero dirige su mirada hacia un ramo de rosas blancas que está adornando.

De nuevo me quedo en silencio, ahora mismo me arrepentía de no saber estás cosas, era un escritor pero desconocía sobre otras cosas, al menos debería saber un poco. Sabía que cada flor tenía un significado diferente por su color pero solo eso.

— No... — murmuro sintiéndome apenado, esto era lo que más le emocionaba y no podía acercarme de esta manera. —Lo siento.

—Esta bien, no te disculpes— dijo dirigiendome a penas una mirada.
—Las personas han olvidado su lenguaje, la mayoría de mis clientes preguntan sobre el significado de sus colores, mayormente con las rosas.

Me levanto de mi asiento y camino hasta tomar un girasol, al menos sabía el significado de esta flor, con pena extendí mi mano hacia él.

Su mirada viajo del girasol hacía mis ojos, no los mantuvo mucho tiempo ahí y los bajo de nuevo a la flor, la tomo y pude notar como sus mejillas se adornaban de un leve color carmesí.

—"Eres mi sol. Solo tengo ojos para ti, y como el girasol, yo me giraré siempre hacia tí"— sonreí después de decir aquello y yo mismo sentí mi cara caliente, me sentí orgulloso de al menos saber esto.

— Gracias — murmuró y sonrió levemente. — Pero debes pagar por ella para poder obsequiarmela.

Reí avergonzado de mi mismo, realmente quería verlo sonreír como cuando lo conocí. —Pagaré.

—¿Tienes hambre?— preguntó quitándose su mandil. —Puedo cocinar para ti.

— Me encantaría — le sonreí lo más grande que pude, amaba poder comer su comida.

Nuestra tarde se basaba en comer, ver alguna película o simplemente dormir abrazados. Lo que más nos gustaba hacer era sentarme con él entre mis piernas mirando la noche caer, podía sonar muy rutinario o aburrido pero no lo era para mí, compartir tiempo a su lado era más que suficiente.

—Debo volver a casa— tomé mi abrigo y comencé a colocarmelo. —Mi mejor amigo se quedará esta noche en mi departamento.

Él me observó y dejó la taza de té que estaba consumiendo sobre la mesa, se acercó hacia mí y con esa timidez que lo describía beso la comisura de mis labios.

—Cuídate— susurró alejándose.

Sentí el sabor a menta sobre mis labios, me gustaba cuando el me besaba, era rápido pero cálido.

—Siempre lo hago— terminé de acomodar mi abrigo. —Tú también cuídate— está vez yo besé sus labios, de igual manera casta y rápida.

Al llegar a casa y encontrar a Hoseok dormido, me senté a leer el borrador, en una semana debía entregarlo.

Observé la pantalla de mi laptop, el fondo era una fotografía mía y de SeokJin, una que Jungkook casi nos obligo a tomarnos, finalmente estaba agradecido, casi no teníamos fotos juntos.

"Amapola"

Rápidamente teclee el nombre de aquella flor favorita de mi pelinegro.

"Estemos juntos lo antes posible". En el lenguaje de las flores la amapola simboliza el reposo, la tranquilidad y el consuelo".

Seguí buscando y unas palabras llamaron mucho mi atención, intenté no darle mucho significado.

"Se asocian frecuentemente con la muerte y el sueño eterno".