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Topkapi
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La llegada al palacio solo les había generado una gran tristeza al enterarse de la grave enfermedad de la Sultana Hurrem quien fue llamando a sus hijos uno a uno.
-Aquí naciste, Hanzade, tu hermano y tu llegaron a mi vida en este hermoso palacio.
-Deberíamos venir más seguido.-Miró maravillada la hermosa estructura.
-Algún día hija mía, este será nuestro hogar... Tu y yo seremos las mujeres más fuertes que este imperio haya conocido alguna vez.-Una sonrisa se formó en su rostro.
-¿Que hay de mis hermanos?-Cuestionó.-Si algo llegase a salir mal, todos correrían el riesgo de morir.
-Es por eso que debemos ser astutas, no debe haber nada más importante para nosotras que ayudar a tu padre a llegar al trono y que luego de el uno de mis hijos, es la única manera de asegurar la vida de ellos.
-¿Y mis hermanos Orhan, Osman... Y Mehmed?-Dijo su nombre en un tono más bajo.
-Cuando Berat o Ferhan lleguen al trono, haré lo posible para que la ley del fratricidio sea abolida, Orhan y Osman pueden no tener mi sangre pero aún así son mis hijos.-Al notar su angustia decidió detener su caminar.-No permitiré que tus ojos derramen lagrimas, mi sultana.
-Madre, ¿Alguna vez podrás amar a Mehmed?
Ella frunció el ceño y simplemente negó, aunque fuera solo un niño, el no solo fue el motivo de su llanto durante años si no también al crecer sería una amenaza pues no tendría influencia alguna sobre el si llegase a ocupar el trono.
-Señorita Hasret.-Un hombre que reconoció como Sumbul la llamó.
-¿Que sucede?-Cuestionó pues la había sacado de sus pensamientos.
-La sultana quiere verlas a ambas.-Habló haciéndoles un ademán para que lo siguieran.
Luego de unos minutos llegaron a los aposentos más bellos que pudieron haber en aquel palacio, Hanzade observaba todo a detalle, había pasado tanto tiempo desde la ultima vez que fueron.
-Sultana.
Madre e hija reverenciaron a la mujer que realmente se veía agotada, ella les hizo una seña para que se sentaran a su lado.
-Mi pequeña sultana, Hanzade... Haz heredado la belleza de tu bis abuela, cuando te veo recuerdo a la madre sultana, vas a tener un futuro brillante querida.-Peino su cabello.-Quiero que me prometas algo.
-Lo que desee, sultana.-La menor sonrió mirando con ilusión a su abuela.
-Cuida de tu familia, se fuerte e inteligente... No creas que por ser mujer eres débil, eres más poderosa de lo que crees. Naciste como una sultana, Hanzade, y las sultanas no agachamos la cabeza nunca.
-Le prometo que nunca dejaré a mi familia, son lo más importante para mi.-Besó su mano antes de colocarla en su frente.
-Hasret me alegra mucho que hasta ahora me seas leal y estés siempre apoyando a mi príncipe... Mírate haz llegado muy lejos, no queda un solo rastro de quien fue "Aurora", eres una mujer con un corazón noble pero todavía tienes mucho que afrontar.-Miró a la mujer.-Se que podrás con la tormenta que se avecina, no te atrevas a rendirte porque si lo haces Bayaceto caerá contigo.
-Sultana Hurrem, créame que nunca dudaré en seguir adelante, daría hasta mi vida por el príncipe.
La de anaranjados cabellos miró a madre e hija con ternura, de cierta forma les recordaba a ella misma cuando la única que estuvo a su lado fue Mihrimah, estaba segura de que esas serían las próximas sultanas del imperio.
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Finalmente el día que tanto temían había llegado, los ojos de la sultana se cerraron para siempre pues Allah se la había llevado a conocer la verdad. El
Sultán Suleiman guardó su luto haciendo que el harem cerrara, no habría más música, ni lujos, el palacio ahora de veía oscuro y entristecido.
Hasret se mantuvo en sus aposentos con sus hijos quienes lloraban a más no poder, ella los calmaba acariciando sus cabezas pero sabía que eso no sería suficiente.
-Sultanas, príncipes...-El Aga hizo una reverencia.
-Niños, salgan un momento, necesito hablar de algo importante.-Los hizo levantarse.
Sus hijos se inclinaron siguiendo su orden, aunque en su cabeza era el momento de ir por papá.
-Me han dicho que meme estaba buscando.-Habló.
-Emin, tengo un mal presentimiento en todo esto.-Murmuró tratando de relajarse.-La sultana murió en momento y perdimos a nuestro más grande aliado.
-¿Que tienen planeado hacer?-Habló notando la mirada de ella que indicaba una idea.
-Solo es una posibilidad, la guerra va iniciar, lo amo pero Bayaceto es muy testarudo cuando se trata de Selim.-Mordió su pulgar mientras pensaba.-Temo que no maneje las cosas como debería.
-¿Acaso está proponiendo...?
-Si, voy a deshacerme del príncipe por mi propia cuenta.
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