┊ೃ TWENTY ONE. tom ryddle !!!

Había pasado tiempo antes de que Harry Potter lograra encontrar la cámara secreta que era una extensa habitación decorada prolijamente con estatuas de serpientes grandes, al fondo había una gran estatua de un hombre quien Harry supuso que era Salazar Slytherin. El niño caminaba por un largo pasillo húmedo, cuando se acercaba más a la estatua del hombre, logró divisar una figura en el suelo.

—¡Ginny!— Harry corrió hacia ella sintiendo una preocupación crecer en su interior.

Se arrodilló a su lado y comenzó a sacudirla pidiendo por qué despertara, alzó la vista buscando algo que lo ayudara a despertarla pero no encontró nada, en cambio vio otro cuerpo no muy lejos de donde estaba el de la pelirroja.

—¡Brina!— Se levantó de a lado de la Weasley para correr hacia la slytherin, al llegar a su lado tomó su rostro entre sus manos— Por favor despierta ¡Despierta por favor!— dijo con desesperación

—No lo hará— una voz externa se hizo presente en la sala, al alzar la vista se encontró con un joven de cabello negro, pálido y portaba el uniforme de Slytherin la única diferencia era que su diseño era distinto al que portaban en la actualidad.

—¿Tom, Tom Ryddle? —Harry exclamó.—¿No están...— comenzó sin poder terminar la oración

—Aún sigue viva...— Respondió observando a Ginny—... pero morirá

—Ayúdame Tom,— El Potter suplico— están heladas, hay un basilisco.

—No vendrá si no lo llamas— dijo el mayor recogiendo la varita de Harry

—Dame mi varita.— El niño ordenó— Tenemos que salir de aquí, hay que ayudarlas

—Me temo que no lo harán— Habló con severidad— cada que ellas se debilitan yo me hago más fuerte, pero claro, la otra no tendría porque estar aquí, la ingenua de Weasley creyó que iba a salvarla de mi

—¿De que hablas?— Harry frunció el ceño sintiéndose más confuso con cada segundo que pasaba.

—Ginny fue la que abrió la cámara de los secretos,— Explicó— ella lanzó al basilisco a los sangre sucia y escribió los aterradores mensajes en las paredes

—Imposible, ella no haría algo así— Harry exclamó sin creer lo que Ryddle le decía.

—Lo hizo porque se lo ordene,— Tom continuo hablando— tuve que soportar todos sus problemas emocionales, creyó que era su amigo. —Se burló soltando una risa irónica— Comencé a retomar el trabajo que había dejado Salazar Slytherin y lo estuve logrando

—Claro que no,— Harry contradijo muy seguro de sus palabras— las mandrágoras estarán listas y los despetrificaran

—Nunca me importaron los sangre sucia, a quien estuve buscando por meses... fue a ti ¿Como fue posible que un bebé sin talento mágico derrotara al mago más grande de todos los tiempos y escapar con solo una cicatriz?

—¿Por qué te interesa como escape? Voldemort no vivió en tu época

—Voldemort...es mi pasado, presente y futuro- dijo con una sonrisa

El mayor alzó la varita que fue seguida por la mirada de Harry, pronto, en el aire aparecieron letras que formaron unas palabras:

Tom
Sorvolo
Ryddle

Con un movimiento de manos cambió el texto.

Yo soy
Lord
Voldemort

—Eres Voldemort- exclamó Harry

Por otro lado Sabrina comenzó a recobrar la conciencia, en su cabeza un dolor agudo recorría todo su craneo, los recuerdos borrosos llegaron a su mente, no sabía dónde se encontraba o como había llegado ahí. Había escuchado parte de la conversación y tenía miedo de levantarse, Voldemort estaba en la salar, o quien decía ser el Señor Tenebroso y eso hacía temblar de miedo a Sabrina. Sin embargo, también tenía miedo por la vida de Harry y no quería quedarse tirada en el suelo mientras el arriesgaba su vida, pero parecía haberse petrificado pues no lograba mover ningún músculo, quizá fue por entumecerse o por el miedo.

—Enfrentemos los poderes del heredero de Salazar Slytherin contra el famoso Harry Potter

Tom Ryddle habló en Pársel frente a la gran estatua de Salazar Slytherin, su boca se abrió y comenzó a salir una gran serpiente.

De reojo Sabrina pudo ver como se arrastraba por el suelo, la criatura giró su cuello hacia ella haciendo que cierre los ojos y su corazón comience a palpitar fuertemente. El miedo creció en ella al pensar que iba a atacarla en cualquier momento. Las lágrimas se acumularon en sus ojos cuando su cabeza creó mil escenarios donde el basilisco la mataba.

El silencio en la sala duró unos minutos antes de que escuchará las pisadas de alguien correr sobre el agua.

Sabrina se alivió al saber que Harry estaba vivo, el sonido de algo salir del agua sobresalto a la chica, era el basilisco que iba en busca del Potter. La chica volvió a cerrar los ojos con fuerza.

Los abrió momentáneamente viendo a Harry sobre la estatua de Salazar peleando contra la gran serpiente. Estaba temiendo por la vida de su amigo pero era una cobarde que no lograba moverse y solo podía ser espectadora de cómo su amigo arriesgaba su vida para salvarlas.

Sintió a Tom acercarse a ella así que se vio obligada a cerrar los ojos. Escuchó como el basilisco lanzaba un sonido de dolor, sintió algo pesado caer a su lado y luego agua salpicarla.

Se alegró al saber que Harry había logrado derrotar al monstruo pero su alegría se al escucharlo quejar.

—Sorprendente ¿No crees?— La voz de Ryddle hizo eco en la sala— Lo rápido que penetra el veneno del basilisco en el cuerpo, creo que te queda un minuto de vida

A ese punto Sabrina no podía soportarlo más, su corazón palpitaba de tal manera que lo sentía en los oídos, sus ojos ardían amenazando con soltar lágrimas y en su estómago había un gran nudo que la hacía querer vomitar.

—Curioso, mira el daño que un tonto libro puede hacer si lo tiene una tonta niña ingenua

Sabrina abrió los ojos, no muy lejos de ella estaba el diario y el diente que se había clavado Harry en el antebrazo, su mente trabajo rápido y obligó a su cuerpo a alejar el miedo por unos segundos.

Deseando que sus reflejos fueran rápidos y que Tom no estuviera tan cerca de ella estiró el brazo hacia el diente de basilisco y con un movimiento ágil lo enterró en el diario haciendo que un chorro de tinta salga disparado.

—¡No!— Gritó Tom tratando de acercarse

Una luz de su pecho salió al igual que comenzaban a hacerse hoyos luminosos por todo su cuerpo cada que Sabrina enterraba en diente en el diario.

El chico desprendió una luz cegadora antes de desaparecer completamente, casi al instante la Weasley despertó.

Sabrina se levantó y se lanzó a abrazar a su amigo.

—¡Por Merlin, James! Tú sí qué juegas con la muerte— dijo abrazándolo y sollozando.

Harry soltó una risa luego de un quejido, Sabrina bajo su vista al brazo del chico donde tenía una herida terrible.

—Harry...— Susurró sintiendo las lágrimas volver.

—Estaré bien,— Dijo con dificultad— tienen que irse, Ron las espera

—No te dejaré aquí, James— Sabrina insistió

—Tienen que irse— La slytherin iba a reclamar pero un graznido la interrumpió

—¡Un fénix!— Exclamó emocionada pues nunca antes había visto uno, su mente recordó a las lecciones que su mamá le daba sobre criaturas mágicas y recordó— ¡Un fénix, Harry, un fénix!— repitió con alegría.

—Estuviste genial— Harry gimió presionando su mano en la herida.

—Hazlo llorar, James, su llanto cura, hazlo llorar— Ordenó.

Sin necesidad de que el chico le hiciera algo al fénix, el pájaro inclinó la cabeza hacia el brazo del chico y dejó caer unas gotas de su llanto sobre la herida haciendo que cierre por completo.

—Hay que irnos— Harry se levantó estirando una mano hacia Sabrina para ayudarla a levantarse

—¿Vas a venir o te quedarás ahí tirada?— dijo Sabrina estirando su mano hacia Ginny

La pelirroja lo pensó pero al final aceptó la mano de la Slytherin.

—¿Trajeron a Lockhart?— Sabrina exclamó con disgusto al ver al hombre tirado en el suelo

—¿Viven aquí?— Preguntó asombrado el profesor

—Perdió la memoria— Ron explico

—Tómense de las manos— ordenó Harry

—Ni loca tomó la mano de ese— exclamó Sabrina apartándose rápidamente del hombre a su lado

—Bien, toma mi mano, Ron toma la de Ginny y Ginny la de Lockhart

Todos obedecieron al chico de lentes, el fénix lo tomó por la túnica y los alzó a todos en el aire.

—¡Esto es increíble, parece magia!— exclamó Lockhart

—Es increíble que haya quedado más idiota que antes— exclamó Sabrina haciendo reír a los demás