┊ೃ TWENTY THREE. regreso a casa !!!

Si había algo que Sabrina amara era viajar junto a su tía, esas vacaciones las había pasado con su tía Delphine en Rumania viendo dragones.

—Estrellita, te extrañamos mucho— Hydrus se lanzó a abrazar a su hija en cuanto abrió la puerta.

—También los extrañé,— Sabrina abrazo con fuerza a su papá— aunque estar con Delphy por tres meses no fue tan malo como creí— Bromeó.

—Me alegro que hayas vuelto en una pieza—dijo Thalía llegando a abrazarla

—También yo— El hombre susurró lo suficientemente alto para que su hermana escuchara.

—¡Oigan!— La pelirroja chilló— La cuide mejor que a mis tacones de marca— exclamó Delphine yéndose de la sala indignada

Los tres soltaron una risa por la actitud de Delphine.

—Por cierto alguien vino a visitarte— dijo Thalía llevando a su hija al comedor

—¡Oh por Merlin!¿Ese es el pequeño Polito?—exclamó al ver a su amigo

El chico había crecido y ahora era más alto que Sabrina por media cabeza, su cuerpo estaba más desarrollado al igual que sus músculos y parecía haber madurado

—En vivo y a todo color— sonrió abiertamente.

Sabrina corrió a los brazos de su amigo para estrecharlo en un fuerte abrazo tras soltar un chillido. Lo había extrañado mucho, habían sido tres meses sin verlo ni tener noticias de él.

—El verano si que te favoreció— dijo en cuanto se separaron

—A ti no tanto— la chica lo empujó mientras reía

—¡Mira que grande estás!— exclamó alguien a sus espaldas

—¡Shadda!— Sabrina corrió a los brazos de la mujer quien la recibió alegremente

—Debiste ver lo loco que se puso Apolo cuando se enteró que estabas de vuelta— Shadda comentó

—Me imagino— la castaña soltó una risa

—¿Por qué no suben a tu cuarto a platicar?- sugirió Thalía acariciando el cabello de su hija

—Si, vamos— Sabrina tomó la mano de su amigo y lo arrastró con ella hasta su cuarto

—¡Quiero la puerta abierta!- gritó Hydrus desde las escaleras

Sabrina y Apolo rieron al mismo tiempo que rodaban los ojos por la actitud sobre protectora que Hydrus tomaba.

—Cuéntame sobre Rumania— El ojiazul habló cerrando la puerta detrás de él— ¿Qué tal los dragones?

—Fue increíble, mi tía tuvo que dormirme con un encantamiento porque no quería irme de ahí- el chico soltó una risa -¿Qué hay de ti?¿Qué tal el verano?

El chico sonrió bajando la cabeza, sus mejillas se pusieron compradas al igual que sus orejas.

—Cuenta, cuenta, cuenta- dijo Sabrina emocionada y picando las costillas de su amigo

—Regina y yo estuvimos mandándonos cartas durante todo el verano

Sabrina abrió la boca sorprendida para después mirar con una sonrisa pícara hacia su amigo.

—Cuando te vea tan cambiado se enamorará de ti— Comentó picando las costillas de su amigo.

—No lo creo— Habló avergonzado.

—Oh vamos, ¿Regina Mejía se resistirá a los encantos del guapo y atractivo Apolo Eisenhower? Lo veremos en el siguiente programa- ambos rieron -¡Blacky!-

La chica tomó al gato entre sus manos y comenzó a hacerle mimos en la barriga mientras el minino maullaba.

—Ella te quiere más a ti que a mi.— se quejó— Alguien llama a tu ventana— señaló con la cabeza

Sabrina dejó con cuidado a la gata de su amigo en su cama y se levantó para caminar hacia la ventana, corrió las cortinas blancas y se encontró con una lechuza blanca.

—¿Hedwig?— Exclamó confundida

La lechuza dejó una carta sobre sus manos antes de salir volando nuevamente.

—Te dejaré descansar, nos vemos mañana, descansa y sueña conmigo- Apolo se levantó y besó la sien de su amiga

—Tendré pesadillas- se burló la chica -Es broma, te quiero

Apolo se giró hacia su amiga y la miró entre asombrado y divertido.

—¿Qué dijiste?— preguntó con una sonrisa

—Oh no le repetiré- rodó los ojos divertía

—Dilo, dilo, dilo— Insistió como si de un niño pequeño se tratase

—Dije que te vayas de mi cuarto— Habló pausadamente empujándolo fuera de su cuarto.

—No, hasta que lo digas- se acercó más a ella quedando a pocos centímetros de su anatomía

—Que te quiero, baboso— beso su mejilla— Ahora largo— Soltando una risa Apolo abandonó la habitación de su amiga.

Sabrina se sentó en su cama y llevó una mano al estómago de Blacky quien se había quedado con ella.

Abrió el sobre curiosa por saber que contenía la carta.

Querida Brinny:

Espero que te haya ido muy bien en tus vacaciones, si te preguntas las mías no tanto.
La tía Marge nos visitó ayer, la inflé como globo y salió volando de la casa.

Sabrina soltó una risa y negó con la cabeza ante la imagen mental.

Por suerte el ministerio no me expulsó de Hogwarts.
Huí de casa.

Al leer eso la chica frunció el ceño y se preocupó de inmediato.

Un autobús extraño me recogió y ahora me estoy quedando en el Caldero Chorreante.
Creo que es mejor que estar en casa de mis tíos.
En la estación no me dio tiempo de agradecerte, sin tu ayuda no hubiera podido deshacerme de Tom Riddle, prometo compensártelo.
Estoy ansioso por verte de nuevo, Brinny

Con cariño Harry

Al terminar de leer la carta una sonrisa apareció en el rostro de la chica.

Tomó un pergamino y tinta, se sentó en su escritorio y escribió una carta devuelta a Harry.

Hola, James:

¡Que bárbaro lo que le hiciste a tu tía! Ya habrá tiempo para que me cuentes como pasó.
Me alegro que no te hayan expulsado, hubiera extrañado ver tus lentes por los pasillos.
Espero que te encuentres bien en el Caldero Chorreante, de haber sabido té hubiera invitado a mi casa, ten cuidado en ese lugar y no confíes en nadie. Tampoco salgas solo, ya sabes Sirius Black suelto.
También espero que eso de recompensármelo sea cierto si no te estrello la cabeza contra la pared como Ginny lo hizo conmigo, y créeme que no es nada lindo.
Nos vemos mañana

Con cariño
Brinny, Sabrini

Espero a que la tinta se secara, dobló la hoja y se la dio a Arwen.

—Llévala con Harry— le acarició ella cabeza antes de abrirle la ventana

Sabrina se cambió a su pijama y regresó a su cama a hacerle cariños a Blacky pero su puerta no tardó en abrirse de portado haciendo que la chica se sobresalté.

—¡Dije que la quería abierta!

—Por Merlin, relájate— Sabrina soltó una risa al ver la expresión de su padre— Apolo no está aquí

Hydrus entrecerró los ojos y se adentró a la habitación, abrió el guardarropa y revisó debajo de la cama.

—Lo estaré vigilando de cerca

—Lo que digas.— la castaña se levantó— Buenas noches— beso la mejilla de su padre

—Descansa, Estrellita— besó su frente antes de salir

Antes de que Sabrina pudiera sentarse en su cama su puerta se abrió nuevamente.

—Padre, ya te dije que no está...- se detuvo al ver a su mejor amigo ahí -ah, eres tú

—Pijamada express- dijo emocionado

—Ya dijiste- ambos corrieron a la sala de estar

Tomaron bocadillos de la cocina y pusieron una película.

—Pon una de amor- Sabrina lo miró con las cejas enarcadas -debo practicar para Regina- se excusó haciendo que su amiga suelte una carcajada