┊ೃ ONE. Black no, blacky

EN EL JARDÍN DE LA CASA SALLOW se encontraba Sabrina, de once años, leyendo en el césped de su jardín cuando una lechuza se posó frente a ella y depositó un sobre amarillento sobre sus manos. Al darle la vuelta, sus ojos brillaron con ilusión, sin pensárselo más corrió a su casa agitando el sobre con emoción.

—¡Papá, papá! —la pequeña niña corrió con emoción hacia el estudio—¡Llegó la carta de Hogwarts! —le mostró el sobre sentándose en las piernas de su padre

Hydrus Sallow sonrió de oreja a oreja al ver el rostro iluminado de su pequeña con tanta alegría.

— Estupendo, Estrellita, mañana iremos al callejón Diagon por tus útiles —besó la cabeza de la niña

—¿Por qué no podemos ir hoy? —Sabrina preguntó decepcionada bajando del regazo de su padre

—Demasiado tarde, Hydrus— una voz chillona se hizo presente en la habitación— Me tomé el tiempo de comprarle los útiles a mi sobrina favorita

Al voltear se encontraron a Delphine Sallow, tía paterna de Sabrina, una mujer hermosa de facciones finas y una cabellera roja bien cuidada a la vista suave y sedosa, estaba recargada en el marco de la puerta con una sonrisa radiante mirando con emoción a su sobrina.

—¿De verdad? —preguntó la niña con ilusión— Le quitas la emoción a las cosas —le mostró la lengua y corrió a la sala

En los sillones se encontraban varios paquetes envueltos en papel de cartón y con moños coloridos, Sabrina se sentó desordenadamente sobre el sillón individual y comenzó a revisarlos muy emocionada.

—No tenías por qué molestarte— Thalía sonrió bajando las escaleras y mirando a su cuñada.

—Lo mejor para la mejor— sonrió Delphine guiñando el ojo.

—Delphy te olvidaste de la varita— la niña rodó los ojos divertida

—Oh, pero que despistada— la mujer fingió una mueca de decepción—. Bueno, después de todo tendremos que ir al callejón Diagon—, sonrió mirando con complicidad a la niña.

—Iremos ahora— subió corriendo las escaleras ganándose un regaño de su padre

Al llegar a su cuarto tomó una sudadera y bajó corriendo, nuevamente, las escaleras ganándose un reto de parte de su madre.

—Estoy lista vamos, vamos, vamos, vamos— jaló las mano de su tía hacia la puerta —, nos vemos, llegamos en un rato

Desde el despacho Hydrus y Thalía soltaron una risa a lo que Delphine le dio una sonrisa divertida por la actitud de su sobrina.

HABIAN LLEGADO AL CALLEJÓN Diagon pero antes de hacer las compras restantes Sabrina insistió mucho para que su tía le comprara un helado ¡Por Merlin! Cuanto amaba aquel postre de hielo que hacía derretir su boca. La niña pidió su favorito de gomitas mientras que la mayor pedía uno de chocolate.

Al terminarlos de comer, fueron a la tienda Ollivander donde Sabrina tuvo que pasar por diferentes varitas para poder conseguir la elegida, la irritación en su rostro comenzaba a ser notoria y Delphine solo podía mirar a su alrededor con una mueca observando los daños causados por las varitas incorrectas.

—Varita de arce, treinta centímetros, fibra de corazón de dragón— comentó Delphine orgullosa —, hiciste un desastre, pero bueno, eres tú, no esperaba que me fuese de esa tienda sin que saliera ilesa— ambas rieron

—¡Mira es hermosa!— la niña corrió hacia la tienda donde estaban varias lechuzas

—Toma, cómprala— Extendió un par de galeones hacia la menor que los tomó con emoción y un brillo resplandeciente en su rostro— Iré a hacer unas compras vuelvo en seguida, no te muevas de aquí— la niña asintió con energía y entró a la tienda.

Dentro del local había múltiples mascotas mágicas, no se molestó en mirar a las demás lechuzas ya que la que había visto sintió una conexión especial en cuanto sus ojos se cruzaron.

—Quiero esta lechuza— señaló la jaula que estaba junto al mostrador —, tomé —extendió las monedas hacia el hombre.

Miró con una sonrisa a su nueva amiga, la lechuza se posó en su hombro y restregó su rostro contra la cabeza de la niña haciendo que suelte una riza.

—Te llamaré Zoggy— la lechuza ladeó la cabeza —, veo que no te gusta

—Arwen suena mejor— dijo una voz a su lado

Al voltear se encontró con un niño de su estatura, quizá unos centímetros más chico que ella, tenía unos ojos azules color intenso, su piel pálida hacia juego con sus orbes y cabello azabache.

—¿Por qué la llamaría como tú dices?— se cruzó de brazos haciendo que el niño suelte una risa

—Arwen siempre será mejor que Zoggy— se excusó —, me llevaré al gato de ahí— le dijo al señor

El gato del chico era negro con blanco y manchas anaranjadas en su pelaje. Al tomarlo en brazos el gato gruñó y comenzó a retorcerse en las manos del niño que luchaba porque no escapara.

— Al parecer no le agradas —la niña soltó una risa mientras acariciaba el plumaje de su nueva mascota

— Claro que si, se llamará Black

Sabrina tomó al gato en brazos haciendo que dejara de retorcerse en su lugar, lo alzó por debajo de sus axilas y miró la parte baja del animal. 

— Es hembra, ponle Blacky —volteó a ver al niño

—¿Por qué lo haría? —habló a la defensiva

—Es mejor que Black, además suena más femenino— sonrió triunfante —, nos vemos, ojos de mar —salió de la tienda

Por otro lado el chico sonrió cuando la niña desconocida había salido de la tienda, le había agradado.

—¿No me dirás tú nombre?- gritó un poco debido a la distancia

—Nop

La noche había caído y por la ventana entraba la tenue luz de los rayos de la luna, Sabrina en su cuarto se encontraba mirando el techo esperando a que el sueño se apoderara de ella, sin embargo, los golpes en su puerta llamaron su atención, Thalía, su madre, se encontraba en el umbral mirándola con una tierna sonrisa, Sabrina se incorporó en su cama al tiempo que su madre caminaba hacia ella para tomar asiento al borde de su cama,

—¿Estás nerviosa?— preguntó Thalía acariciando el rostro de su hija.

—Para nada— dijo volteando a mirarla con aquellos grandes ojos cafés que brillaban por los rayos de la luna —¿Crees que me quede en Gryffindor?

—Estoy segura que si, si no te desheredo- dijo divertida

—Por otra parte si no quedas en Ravenclaw, como yo, te desheredare- Hydrus entro a la habitación con una sonrisa

—Son incapaces— los reto la niña entrecerrando los ojos en su dirección.

—¿Quieres ver que no?— Hydrus la retó con gracia para después soltar una risa contagiando a las dos mujeres.

—¡No te preocupes si te desheredan te dejo mi fortuna!- gritó Delphine desde la otra habitación

—¿Cuándo se irá? —dijo Hydrus mirando a su esposa con el ceño fruncido, pero con un rastro de diversión en su mirada.

—Es tu hermana— exclamó Thalía—, no veo que tenga muchas intenciones de irse— bromeo compartiendo una sonrisa con su hija.

—¿Y qué hay con qué sea mi hermana? Me cae mal, corrompe a mi Estrellita— tomo la cabeza de su hija para abrazarla mientras repartía caricias en su cabello

—Bueno podrías decirle que...

—¡Soy el único que la puede corromper!¡ESE ES MI TRABAJO!- gritó lo suficiente para que su hermana lo escuchara

Thalía rodó los ojos divertida ganándose una risa por parte de su hija.

—Sigo sin saber cómo una hermosa Gryffindor se enamoró de un Ravenclaw nerd como tú— Sabrina comentó con gracia mirando con las cejas en alto a su papá que ahora la miraba con diversión.

—Era un nerd muy guapo y tu madre cayo completamente enamorada ante mi cuando en Adivinación le predije que sería mi novia -guiñó un ojo -resultó ser cierto, soy mejor vidente que tu tía

—Claro que no, tú fuiste el primero en caer ante mis encantos— Thalía golpeó juguetona el brazo de su esposo— Técnicamente fue culpa de mi hermano que me casara contigo— bromeó con una triste sonrisa.

Thalía nunca hablaba de su hermano, era un tema que siempre evadía y a pesar del paso de los años aún seguía poniéndola sensible, Toda su vida Sabrina había querido saber más acerca de su tío, pero por mucho que se esforzaba en investigar jamás obtenía una respuesta concreta, ni siquiera sabía su nombre, pues su madre trataba de hablar lo menos posible sobre él.

—¿Estás insinuando que mis encantos no te enamoraron?— dijo Hydrus mirando ofendido a su esposa— Menuda mierda

—Ey tu lenguaje- lo regaño su esposa -aunque debo admitir que sus predicciones falsas me enamoraron- Sabrina soltó una risa

— Muy falsas no fueron— Sabrina comentó soltando una risa traviesa.

—Tienes que dormir Estrellita, mañana es un gran día- Hydrus apretó la nariz de su hija ganándose un manotazo

—Los amo- sonrió

—Y nosotros a ti- dijeron antes de salir de la habitación y apagar la luz