┊ೃ THIRTY TWO. Mejores Amigos !!!

Sabrina había ido a la enfermería a visitar a Harry pero al ver a todos los Gryffindor a su al rededor decidió esperar al exterior de la enfermería donde se encontraba recargada en la pared mordiendo sus uñas y moviendo su pierna inquietamente.

—¿Qué haces aquí?—Sabrina alzo su mirada encontrándose a Draco

—No creo que te importe.— la chica se encogió de hombros mirando hacia otro lado.

—¿Qué sucede contigo? Un día estás bien y al otro te comportas cortante conmigo- dijo enojado

—Deberías pensar las cosas antes de abrir tu bocota, Harry pudo haber muerto y tú te burlabas, esta bien que te caiga mal pero hay límites ¿Sabes?

—¿Ahora lo llamas por su nombre?¿Todo esto es por San Potter?- exclamó enojado a lo que Sabrina se quedó callada -ya veo, pues bien...vete con Harry espero que estés más feliz con él

—Draco yo no me refería a eso.— Sabrina habló pero el chico la ignoro y siguió caminando

La morocha se recargó en la pared y soltó un suspiro pesado, esta vez no sabía quien había tenido la culpa. Ella solo se preocupaba por su amigo.

Poco a poco los Gryffindor fueron saliendo de la enfermería, Sabrina entró y casi corrió a la cama de Harry. Al llegar lo abrazó fuertemente.

—Tú si qué juegas con la muerte, James- dijo aún abrazándolo

—No es para tanto

—¿¡Qué no es para tanto James!? Caíste de cuarenta metros, te juro que sentí que mi alma salió de mi cuerpo por un segundo- el chico soltó una risa -¡No estoy bromeando!- golpeó su brazo -Creí que en verdad ibas a morir

—Pero estoy vivo ¿No?

—¿Como lo dices con tanta tranquilidad? Tú vida estuvo en peligro

—Bueno, no es la primera vez- Sabrina soltó una risa

—Después de vencer a quien-tú-sabes caer de cuarenta metros no es nada para el famoso Harry Potter

Harry hizo un espacio en la cama para que Sabrina pudiera sentarse junto a él.

—Me alegro que estés bien- susurró la chica sonriéndole

Sabrina estaba emocionada pues había otra excursión a Hogsmeade y esta vez iría con Apolo. Sus padres le había contado cantidad de anécdotas que habían pasado en aquel pueblo y ella quería tener momentos lindos de Hogsmeade.

—Le dije a Regina que vendría contigo, quiero pasar una linda tarde con mi mejor amiga- golpeó el hombro de Sabrina

—Vamos a Honeydukes- la chica tomó la mano de Apolo para llevarlo hasta la tienda de dulces

—¿No esperaremos a Draco?- preguntó deteniéndose

—Se enojo conmigo- Apolo la miró pidiendo una explicación -Le dije que era un idiota por burlarse de la casi muerte de Potter

—¿Y por eso se enojo?- ella asintió -ustedes están peor que un matrimonio arreglado, son unos idiotas

—¡Hey!- le dio un empujón mientras tomaba dulces de la alacena de Honeydukes

—Es la verdad, los dos se miran con ojitos de amor y cada que pueden comparten saliva pero son unos idiotas al no decirse que están completamente locos pro el otro

—Draco no me gusta- exclamó la castaña tomando unas ramas de chocolate

—Pero si sus besos- exclamó el chico haciendo gestos -¡Auch!

—¿Qué sucede? —Sabrina frunció su ceño.

—¡Fíjate por donde...vas!- se giró confundido hacia su amiga -¡Alguien me golpeó, y no había nadie!

—Si claro- se burló la rubia caminando a la caja registradora

A lo lejos pudo ver un rastro de pisadas en la nieve pero nadie había en su lugar. Dedujo que Harry debía estar con su capa de invisibilidad, con una sonrisa divertida negó con la cabeza.

—Toma, te compré un algodón con forma de corazón- dijo Apolo estirando el dulce hacia su amiga

—Eres un amor- Sabrina beso la mejilla de su amigo -¿Vamos a la Casa de los Gritos?- dijo con una sonrisa pícara

—Ya dijiste- respondió con la misma sonrisa

Juntos caminaron por el bosque hacia la casa de los gritos, en el camino vieron a Draco, Crabbe y otro chico de Slytherin correr despavoridos.

—¿Se asustaron?- se burló la chica

—Solo...dábamos una vuelta- dijo Draco tratando de tranquilizarse

—Si claro- dijo Sabrina y comenzó a caminar

El silencio inundó el lugar, ambos chicos se miraban deseosos de decir más que eso pero ninguno parecía querer dar el siguiente paso.

—Hay que irnos- dijo la chica

—No les recomiendo que vayan por ahí

—No tenemos miedo- fue lo último que dijo antes de tomar la mano de Apolo y caminar lejos del trío

—Ustedes si que tienen un problema

—Callate- dijo la castaña mientras metía un pedazo de algodón a la boca

Cuando llegaron a la valla pudieron ver a Harry, Hermione y Ron platicar agusto.

—¿Tú no deberías estar en Hogwarts?- preguntó Sabrina señalando a Harry

—Puede que me haya escapado

—Chico malo- soltó una risa

—¿A donde van?- preguntó Ron a lo que Apolo señaló la casa -¿Entrarán?

—Si ¿Por qué no? Hace unos doce o trece años que nadie escucha algo raro proveniente de la casa así que...- Sabrina se encogió de hombros

—Ten cuidado, Brinny- la chica asintió con una sonrisa

—No entiendo porque le tienen miedo, ¡Vivimos con fantasmas!¿Que puede ser más aterrador?- preguntó Sabrina al tiempo que caminaban hacia la casa

—Lo mismo pienso, cuando le dije a Regina que viniéramos se puso a llorar- ambos soltaron una risa -tomémonos una foto

Sabrina asintió alegre, Apolo colocó la cámara en una roca, la chica se montó en la espalda de su mejor amigo y sonrieron a la cámara, después la chica le dio un beso en la mejilla y bajo de su espalda.

—Quiero ver- dijo alegre

Sonrió al ver como la foto se movía, se veían geniales y el efecto de la nieve caer le daba un toque lindo.

—Desde primero estoy creando un álbum con fotos nuestras para mostrárselas a nuestros hijos- admitió Apolo haciendo que Sabrina lo voltee a ver con las cejas enarcadas

—¿Nuestros?

—No, no, no, no nuestros. TUS hijos, MIS hijos, y los de Draco, aparte, no pienso tener hijos contigo, sería como incesto- hizo una mueca de asco

—A menos que sea un matrimonio arreglado- ambos rieron

—Como sea, quiero que nuestros descendientes vean que sus padres fueron la amistad más cool dé Hogwarts- sonrió

—¿Prometes que seremos amigos toda la vida?- preguntó Sabrina volteando a ver a los ojos a su amigo

—Amigos por siempre...- levantó su meñique

—y más allá de la muerte- finalizó Sabrina uniendo sus dedos