┊ೃ THIRTEEN. vacaciones con los malfoy !!!

La semana que pasaron en la Mansion Eisenhower había sido espectacular, los dos huéspedes se sorprendieron de la cantidad de habitación con extrañas temáticas para divertirse que había en la casa. Pero su tiempo ahi había terminado, ahora los tres niños ahora se encontraban en la mansión Malfoy, habían sido recogidos por la señora Malfoy.

A diferencia de la mansión Eisenhower, la decoración de está mansión era más opaca y lúgubre.

Draco y Apolo jugaban Snap Explosivo mientras Sabrina leía un libro, que había tomado con permiso de la señora Malfoy de la gran biblioteca, recostada en el suelo de la habitación.

—No entiendo porque lees por gusto, tienes todo el año en Hogwarts para hacerlo- dijo Apolo con una mueca

—Que tú seas un inculto no es culpa mía- dijo Sabrina sin apartar la vista de su lectura

—¿No quieres acostarte en la cama?- preguntó Draco

—Ustedes están ahí, ademas el suelo es más fresco —comentó sin apartar su vista de las hojas amarillentas del libro.

Después de un rato, Sabrina había terminado de leer el libro y sus amigos seguían jugando.

—Juguemos Quidditch —recargó su barbilla al borde de la cama haciendo una mueca de súplica.

—Vamos —Apolo se levantó de la cama

—Tienen suerte de que no haya tirado mis escobas viejas —comentó Malfoy

Los niños corrieron al gran patio de la mansión, Apolo y Sabrina agradecieron internamente de no encontrarse con Lucius, a ambos chicos les daba miedo ese hombre. Con Narcissa era otro tema, la mujer se comportaba más cálida y amable con ellos.

Llegaron al patio y Draco les pasó una Nimbus 2000 a cada uno, Sabrina con mucha emoción se montó.

—¿Viejas? Por Merlin esto parece que lo compraste hace poco —exclamó Apolo montando la escoba

Apolo propuso jugar sin formar equipos puesto quedarían disparejos y no sería justo (porque sabía que a él lo enviarían solo), los movimientos de Sabrina eran ágiles y rápidos cosa que sorprendió a sus amigos, la chica había ganado por muchos puntos.

—Realmente eres buena —exclamó Apolo tratando de recuperar el aliento

—Lo se, mi padre me enseñó desde los seis años a jugar —sonrió orgullosa

—Deberías entrar al equipo de Slytherin —dijo Draco acercándose a ella

—Tal vez, lo pensaré —se encogió de hombros

Sabrina dormía tranquilamente en la habitación que le habían asignado, la noche era serena y el canto agradable de los grillos se filtraba por la ventana frente a la cama que brindaba una excelente vista a la luna brillante. En medio de la madrugada, la niña se despertó exaltada al escuchar unos gritos provenientes de la habitación de a un lado.

Se levantó colocándose sus pantuflas y corrió a la habitación de Apolo que estaba a lado de la suya, sin pensarlo abrió la puerta y corrió hacia su amigo.

—¿Polito?¿Estás bien? —lo sacudió con delicadeza

El chico se despertó sobresaltado y con la respiración agitada, Sabrina no dudó en enrollar sus brazos alrededor de Apolo, no le preguntó nada únicamente se dedicó a abrazarlo y dar caricias en su cabeza, cuando vio que el chico ya se había tranquilizado y su respiración comenzaba a ser más pesada se levantó de la cama.

—Espera —el chico la tomó de la mano— Puedes...¿Quedarte conmigo?

—Si, te traeré un té —el chico asintió

Sabrina bajó silenciosamente las escaleras tratando de no despertar a nadie, cuando llegó a la cocina e intentó preparar el té los elfos prácticamente la obligaron salir de su lugar de trabajo diciendo que ellos lo hacían, por más había insistido ellos se negaron.

—Sabrina...¿Está todo bien? —la chica se giró al escuchar alguien a su espalda, Narcissa se encontraba de pie con su varita en alto y una prolija bata de seda puesta.

—Si, yo.., perdón por entrar a su cocina, señora... es que

—No te preocupes, pequeña —le sonrió con dulzura— ya había dicho que me llames Cissy

—Está bien... Cissy- le sonrió

—¿Que haces aquí a las altas horas de la noche? —se sentó con la niña en el comedor— Escuche los gritos ¿Segura que estás bien?

—Si, yo solo bajé por un té para Apolo

—¿Le pasó algo? —dijo preocupada

—No, no, no, sólo fueron pesadillas —explicó haciendo gestos con sus manos.

—Bien, ¿Qué tal te sientes aquí?

—Genial, hay muchas cosas que hacer aquí y los libros de su biblioteca son muy interesantes

—Me alegro que se sientan a gusto, sabes que si necesitas algo puedes decirme- la chica asintió -buenas noches, linda

—Buenas noches, Cissy

Poco después de que la mujer subiera los elfos domésticos le entregaron la taza de té a Sabrina la cual les agradeció gentilmente.

Subió devuelta al cuarto de su amigo, al entrar vio a su amigo tratando de limpiar inútilmente las lágrimas que salían de su rostro algo que alarmó a Sabrina, dejó el té en la mesita de noche y se acercó a abrazarlo nuevamente

—¿Puedes prometerme algo? —sollozó volteándola a ver

—¿Qué sucede? —tomó el rostro de su amigo entre sus manos

— Quédate conmigo —pidió en un susurro casi inaudible.

—Claro —Sabrina se acomodó en la cama

—No me refería a eso...quiero decir si quiero que te quedes conmigo hoy pero...¿Puedes no abandonarme nunca?

El corazón de Sabrina se detuvo al escuchar a su amigo tan frágil. Tomó la mano de Apolo y le dio un fuerte apretón.

—Nunca lo haré, te lo prometo —dijo para después besar su mejilla—. Hay que dormir

—No entiendo como logras que hagamos cosas cómo estás —se quejo Draco

—Porque me quieren y son muy manipulables —dijo Sabrina aplicando mascarilla en el rostro del rubio

—Mientras deje mi cutis perfecto no me quejo- dijo Apolo recostado en el sillón

— Van a quedar más lindos ya verán —sonrió la chica que estaba entusiasmada por aplicar la mascarilla en el rostro de los chicos.

—Si tú lo dices- Draco se encogió de hombros

Los tres niños se encontraban en la habitación que le habían asignado a Sabrina teniendo una pijamada. Después de mucho insistir la niña logró que sus amigos se colocaran una mascarilla que suponía ella había preparado bien.

—¿Segura que la hiciste bien? —Apolo preguntó examinando la mezcla en el bowl.

—Puse los ingredientes que decía, así que supongo que si- se encogió de hombros mientras comía una galleta

Draco abrió la boca para que la niña le diera un poco pero ella frunció el ceño.

—Hay mas galletas porque quieres la mía

—Porque tiene tus babas- se burló Apolo

—Cállate —Draco le aventó una almohada que cayó en su rostro y se quedó pegada provocando la risa de los otros dos niños

—No... la puedo... quitar —protestó tirando de la almohada

—Espera —Sabrina se acercó a él

Draco reía a carcajadas burlándose de su amigo mientras Sabrina trataba de quitar la almohada de su cara de una manera nada delicada. Lo sacudía y jalaba de la cabeza pero no sucedía nada.

—Viviré con una almohada en mi lindo rostro y tendré hijos con cara de almohada- chillo

—Cállate y déjame arreglarlo —Sabrina chilló—, Draco deja de reírte y ayúdame a arreglar tu desastre

El rubio de mala gana se acercó a ambos chicos y comenzaron a tirar juntos de la almohada.

—¡Rápido!

—Cálmate o dejare que seas el primer hombre almohada que exista- se quejó Sabrina

  —¿Qué es todo ese ruido? Niños esta...- Narcissa abrió la puerta y se sorprendió al ver la escena -¿Qué pasó aquí?

—Sabrina hecho una maldición sobre mi —el grito ahogado de Apolo resonó por la habitación.

—Eso es mentira

—¿Que traen en la cara? Eso no es para el rostro niños ¡que han hecho!

—Fue Sabrina —dijeron los dos niños señalando a su amiga, Apolo señaló hacia otro lado donde el suponía que estaba Sabrina.

—¡Por Merlin! Eso es pegamento- dijo al ver el líquido del frasco

Los ojos de Sabrina se abrieron a de hito a hito, ella estaba segura que había tomado los ingredientes adecuados.

—¡TE MALDIGO SABRINA SALLOW!- gritó Apolo