❪ capitulo setenta y cuatro ❫
┊ೃSEVENTY FOUR. La tormenta terminó !!!
El tiempo era muy lento, Sabrina sentía que las vacaciones se habían vuelto eternas. Su estado físico era deplorable y sus pesadillas eran constantes. No podía cerrar los ojos sin ver a Graham lanzando la maldición asesina a su padre.
Thalía había intentado de todo para que su hija se levantara de la cama pero todos sus intentos habían sido en vano. Incluso Harry lo había intentado pero también fracasó. Delphy no paraba de culparse, tampoco salía de su habitación por más que intentaran hacerle ver que no había sido su culpa la muerte de Hydrus.
Hacia unos días a Thalía le llegó una carta de Dumbledore donde decía que Harry se estaría quedando con los Weasley. Thalía se relajó al saber que estaría con sus amigos, pensaba que era mejor a que estuviera con ellas.
— ¿Volverás a Hogwarts?— preguntó Apolo sentándose a los pies de la cama de Sabrina
— Tengo que volver.— Dijo sin muchos ánimos
Después de eso quedaron en silencio, Apolo no sabía que decir. Ver a su mejor amiga en ese estado le partía el alma, pero Sabrina no había mejorado ni um poco desde la última vez que se habían visto, incluso Apolo se atrevía a decir que estaba empeorando.
— Odio a los mortífagos —susurró la chica con voz llorosa
El silencio reino la habitación.
— Escuche que los gemelos Weasley abrieron su propia tienda de bromas,— Comentó el pelinegro— deberíamos ir para que te distraigas un rato
— Podríamos ir un rato —Sabrina comentó sin levantarse de su ca
— De acuerdo, pero primero báñate porque hueles peor a cuando un zorrillo baño a mi tío Ferdinand
Y por primera vez en todas las vacaciones, el dulce sonido de la carcajada de Sabrina se escuchó en la mansión Sallow.
Ya en el callejón Diagon el par de amigos caminaron hasta la tienda colorida en la esquina. Se podía ver la diferencia de la tienda de los Weasley al resto de los locales en el callejón Diagon.
En aquella esquina se veían varias personas alegres comprando sus productos, los colores brillantes de la tienda resaltaban entre todo y la gran cabeza con el rostro de los gemelos llamaba la atención.
Cuando entraron todo se veía muy alegre, los niños corrían viendo asombrados todas las cosas. Estaba lleno de gente.
A lo lejos Sabrina pudo divisar dos cabelleras pelirrojas, se acercó a ellos hasta llegar a su lado.
— ¿No hay descuento por ser vieja cómplice de bromas? —al oír su voz los gemelos se voltearon rápidamente
Los chicos la miraron por unos segundos, el deterioro en su rostro era notorio a pesar de que Sabrina se esforzaba por sonreír y mostrarse alegre. Gracias a la sudadera de Apolo su cuerpo delgado no se notaba.
— Te hemos extrañado —dijo Fred revolviendo el cabello de la castaña
— Y claro qué hay descuento...
—...Para nuestra compañera de bromas...
— Toma lo que quieras
— ¡Mira esto! Es increíble —dijo Apolo corriendo con un paquete en brazos— me cuesta admitirlo pero, comadrejas, vaya que se lucieron con este lugar —Apolo admiraba cada rincón del establecimiento tal cual un niño pequeño
— Me alegó que hayan logrado todo esto —Sabrina les sonrió
— Bueno, tenemos que irnos...
— ...toma lo que quieras...
— ...será como un regalo de cumpleaños...
— ...atrasado pero sigue valiendo
— Gracias
— ¿Para mi no hay? —preguntó Apolo
— No —dijeron los gemelos antes de darse media vuelta
— Al cabo que ni quería comprar nada —dejó uña pastillas vomitivas de vuelta al estante— ¡Mira!¡Pociones de amor! —gritó corriendo hacia ellas a lo que Sabrina lo miró con una ceja enarcada
— ¿Para que necesitarías una? —cuestionó Sabrina llegando a su lado y examinando una botella
— Para Hannah —sonrió torpemente
Sabrina sonrió al ver tan enamorado a su amigo, parecía que iba en serio con Hannah. Pero no quería que saliera lastimado como la última vez con Regina.
— Pero sin esto ya la traes bien enamorada —le dio un codazo—tengo como evidencia las cartas que me mandabas
— ¡No hay prueba de que las escribí yo! —Sabrina soltó una carcajada— ya extrañaba verte reír
La chica le dio una tierna sonrisa antes de abrazarlo como si su vida dependiera de ello.
— Gracias por no dejarme sola —susurró contra su pecho
— Nunca lo haré
Tomaron varias cosas de los estantes y probaban algunas con niños inocentes que se paseaban por ahí.
Pagaron las cosas que había tomado Apolo y salieron de la tienda paseándose por el callejón.
— Ollivander —susurró Apolo al ver la tienda destruida
— No puede ser —Sabrina se acercó y miró con tristeza el lugar— recuerdo cuando vine a comprar mi varita, casi destruyo la tienda —Apolo soltó una carcajada
Sabrina sonrió nostálgica viendo el lugar y recordando sus primeros años en Hogwarts, ningún año había sido tranquilo sin duda. Esperaba que por primera vez tuviera un año normal y sin escándalo aunque no sería fácil cursar su sexto año sin recibir más cartas de su papá o regresar en las navidades solo para abrazarlo.
— ¡Ey!¡Brisy! —Sabrina salió de sus pensamientos y camino hacia su amigo— Mira
Señaló con la mano el local frente a él, era una tienda de mascotas mágicas, pero no era cualquiera, era la tienda donde se habían visto por primera vez.
— Entre a esta tienda sin saber que ahí conocería a la persona más importante de mi vida... después de mi mami claro —dijo Apolo haciendo reír a Sabrina
— Aún recuerdo bien al pequeño Polito, eras más bajo que yo y mírate ahora tengo que mirar hacia arriba para verte bien —ambos soltaron una risa
Voltearon a ver la vitrina, en el reflejo del vidrio casi podían verse a ellos mismo de doce años. Ambos se quedaron recordando cuando compraron sus mascotas y le pusieron el nombre a la del otro. Sabrina recordaba a la perfección ese momento en que vio a ese niño que pronto se convertiría en un pilar importante en su vida.
La chica sintió que la tormenta que había estado sintiendo todo el verano comenzaba a pasar, nunca le dejaría de doler la pérdida de su padre pero ella estaba segura que Hydrus no querría verla así.
Estaba decidida a seguir adelante por su padre.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro