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❪ capitulo setenta y cinco ❫

SEVENTY FIVE. El fin de un amor !!!

Si Sabrina creía que las cosas no podían empeorar, estaba muy equivocada.

Draco había terminado con ella por correo.

Por la mañana, un día antes del primero de septiembre, una lechuza había entrado por su ventana, la letra de su novio decía claramente que ya no quería estar con ella, no hubo una explicación, ni nada más.

— Brisy, tranquila, no creo que quieras asesinarlo frente a todos aquí en el tren —Apolo intentaba tranquilizarla mientras ella caminaba furiosa buscando a Draco.

No estaba pensando con claridad, el enojo cegaba su razón y bueno, las miradas curiosas de todos no ayudaban en absoluto y menos que Apolo tratará de tranquilizarla cuando claramente era imposible.
No dejaría que Draco la terminara solo porque si, mucho menos por correo ¿Quien se creía él?

Por fin llego al compartimiento de Slytherin, pudo divisar al rubio sentado con Blaise, Pansy y Regina.

— Brina, en verdad detente —insistió Apolo tomándola del brazo para que se detuviera— no quieres armar un espectáculo frente a todos

En otro momento eso hubiera bastado para que Sabrina se detuviera. Para mala suerte de Apolo, la castaña se zafó bruscamente del agarre y camino aún más enojada hacia Draco. Sus compañeros de casa la miraban con curiosidad dejando de hacer sus cosas para prestarle atención.

Al llegar a la mesa donde se encontraban sus amigos, Regina y Pansy dejaron de reír. Sabrina dio un fuerte manotazo dejando la carta que Draco había mandado.

— ¿Una carta? —cuestionó en tono de burla— ¿Es en serio?

Draco elevó su vista cruzándose con los ojos de aquella persona que lograba hacerle sentir mil cosas con solo una mirada, esa vez no fue la excepción.

— No quieres hacer esto aquí —dijo apartando su mirada de Sabrina

— Bri... será mejor que nos vayamos —las palabras de Apolo no hicieron ningún efecto en Sabrina.

Apolo sabía que no tenía que meterse en la relación de sus amigos, pero estaba muy enojado con Draco. También sabía que el chico debería de dar una explicación del porqué su ruptura o porque por medio de correo, Sabrina tampoco tenía que comportarse así tenía que pensar con la cabeza fría, cosa que no estaba haciendo.

— ¿Por qué no lo querría? —Sabrina cruzó sus brazos sobre su pecho— ¿Acaso no quieres que todos se enteren que el gran Draco Malfoy no es tan hombrecito como creen?

— Sabrina —reprendió el rubio

Todo el vagón parecía contener el aliento prestando atención a la discusión.

— Ni siquiera a tuviste la decencia de decírmelo en la cara, eres un cobarde —los ojos de Sabrina irradiaban enojo, dolor.

El labio inferior de Draco tembló y sus ojos comenzaron a picar, quiera gritar, pararse a abrazarla, decirle que todo era un malentendido o algo, pero no podía. Sabrina tenía razón.

Era mejor que lo odiara por terminar su relación sin explicación puesto que la verdad era mucho peor.

— ¿Ni siquiera dirás algo? —cuestionó con burla

Draco se mantuvo en silencio, si decía algo echaría todo a perder, para su mala suerte su boca traicionó las órdenes de su cerebro.

— ¿Acaso creíste que estaríamos juntos por siempre? ¿Qué viviríamos una vida feliz con nuestros hijos? —de su boca salía veneno puro— Las personas se cansan de otras y bueno, sabes a donde quiero llegar con esto ¿no?

— Draco, basta —regañaron Pansy y Apolo a la vez

Lo siguiente qué pasó dejó anonadados a todos. La mano de Sabrina se estrelló contra la mejilla del rubio dejando una marca roja en su rostro.

— Eres un idiota. —dijo con voz llorosa para después irse del compartimiento.

El vagón aún seguía en silencio como si todos estuvieran procesando lo que acababa de pasar.

Apolo no había seguido a Sabrina. Se quedó mirando a Draco esperanzado de que se levantara de su asiento y persiguiera a Sabrina o al menos dijera algo. Nada de eso sucedió.

Mejor otro chico se levantó de su asiento dejando de lado su libro, paso corriendo empujando por accidente a Apolo. Theodore Nott apresuró su paso para alcanzar a la chica Sallow.

Apolo no quería ver a sus amigos así. No después de todo lo que habían pasado juntos. Al ver que Draco ni siquiera le dirigía la mirada se dio media vuelta para seguir a Sabrina. Él sentía unas ganas inmensas de golpear a Draco, aunque Sabrina ya se había encargado de eso. El pelinegro no creía que cuando llegaran a Hogwarts pudiera estar en la misma habitación que el rubio.

Por otro lado, Sabrina sentía sus ojos picar. No estaba dispuesta a llorar por Draco Imbecil Malfoy, no derramaría más lágrimas por él. Theodore corrió por los pasillos sin importarle empujar a los demás.

— Brina —la chica se dio media vuelta encontrándose con el chico.

Rápidamente se limpio las lágrimas, no quería que la vieran así. El Nott se acercó lentamente como si temiera que en cualquier momento Sabrina se fuera a lanzar por la ventana.

— No me abraces —dijo casi inaudible que Theodore creyó habérselo imaginado

— ¿Qué? —el chico frunció el ceño

— No me abraces —repitió la chica—. Se que si lo haces me lanzaré a llorar y... no quiero eso

Theodore no quería hacerle caso. Sin importarle lo que Sabrina había dicho la abrazó tan fuerte, demostrándole que él nunca la abandonaría, que en verdad estaba dándole su apoyo incondicional. 

Cuando Apolo llegó a donde Sabrina se encontraba con Theo de detuvo, aunque él era bueno consolando a Sabrina, en ese momento su mente estaba en blanco. Aún estaba procesando la idea de que sus únicos amigos ya no estaban más juntos, aún procesaba lo que Draco había dicho. Intentaba buscar una explicación a eso, algo lógico pero nada.

— No voy a dejarte sola —Theodore dio un paso al frente— Cuentas conmigo, no necesitas pasar por todo esto sola, Malfoy es un idiota, no deberías hacerle caso.

— Gracias— Sabrina susurro en el pecho del chico.

Sin duda podía sentir que Theodore se convertiría en alguien especial ese año, que encontraría un gran amigo en él.

Un carraspeo llamó la atención de los dos, ambos se separaron encontrando a Apolo balanceándose de un lado a otro.

— Lo siento, yo... —Theo negó con la cabeza

— Brina necesita a su mejor amigo, —Dijo— buscaré un compartimiento para ustedes

— Theo...— Sabrina lo detuvo tomándolo de la mano—... gracias— El chico dio un asentamiento regalándole una cálida sonrisa a Sabrina.

Cuándo Theo abandonó el lugar Apolo se acercó lentamente hacia Sabrina y la envolvió en sus brazos. El chico sabía que a Sabrina le relajaban los abrazos y era lo único que se le ocurría en ese momento para consolar a su mejor amiga. 

— ¿Recuerdas esa promesa que hiciste cuando teníamos doce años y me oíste gritar por una pesadilla en medio de la noche? —Sabrina se separó un poco y alzó su cabeza para encararlo aún abrazando a Apolo

— Eras más pequeño que yo en ese entonces —soltó una pequeña risa haciendo sonreír al chico

— Si, el punto es... que yo también me quedare a tu lado

— ¿Siempre? —preguntó tal cual niña pequeña

— Recuerda, amigos por siempre...

— Y más allá de la muerte —Sabrina terminó la frase para volver a abrazar a su amigo

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