❪ capitulo sesenta y tres ❫
┊ೃSIXTY THREE. Sospechas y desconfianza !!!
Querida Estrellita:
En verdad detesto que Umbridge esté en el colegio pero no podemos hacer nada en contra del ministerio.
Tú madre me contó todo lo que le dijeron sobre ti y debo decir que estoy orgulloso. Aunque a tu madre casi le da un paro cardíaco al escuchar que andas burlándote de "el sapo rosa".
En cuanto a las clases que están tomando clandestinamente espero que vayan bien, aunque no me agrada la idea de que pongan sus estudios en riesgo me enorgullece ver que hacen algo al respecto.
Para navidad tú madre invito a los Eisenhower así que nos vemos pronto mi niña.
Te ama y te adora,
tu querido padre
Las prácticas avanzaban con mucho éxito. Sabrina y Apolo se sorprendían como todos comenzaban a portarse amables con ellos.
Dominaban casi a la perfección todos los encantamientos que Harry les enseñaba.
Sabrina había formado un amistad con Fred y George que se creó a base de burlas hacia el hermano menor de los pelirrojos e intercambio de bromas y Apolo había formado un lazo con Hannah Abbott de Hufflepuff.
Por supuesto que no se hablaban en los pasillos, solo en las clases para no levantar sospechas.
Proclamación decreto educacional número 82
Todos los alumnos serán sometidos a un interrogatorio sobre supuestas actividades ilícitas.
—¡Tiene que ser una jodida broma!- exclamó Sabrina al leer el cuadro colgado en la entrada del gran comedor
—Esa mujer es un grano en el trasero ¿Iremos al interrogatorio?- ambos se voltearon a ver
—¡Naaaah!
Los días pasaban y Sabrina creía que Draco comenzaba a sospechar sobre sus escapadas en la noche. Le hacía constantes preguntas cosa que ponía nerviosa a la chica
—¿Segura que estás bien? Has actuado extraña también Apolo, desaparece de vez en cuando
—Estamos bien solo...algo estresados por los TIMOs y Umbridge- respondió mientras jugaba con los dedos de Draco
—¿Segura que todo está bien?- la chica asintió con una débil sonrisa
En la sala de menesteres como de costumbre se encontraban practicando los hechizos.
Apolo le ayudaba a perfeccionar el desmaius a Hannah mientras que Sabrina estaba junto a Fred y George viendo como Cho mantenía en el aire a un niño pelirrojo.
—Un Sickle a que lo deja caer por ver a Potter- susurró hacia los pellirojos
—Trato— Respondieron los gemelos con una sonrisa divertida.
Cuando Harry bajo su mano de la de Cho, la chica se volteó a verlo perdiendo la concentración en el niño. Sabrina sonrió orgullosa y estiró ambas manos hacia los gemelos quienes le estiraron de mala gana dos monedas de plata, una por cada quien.
Una noche descubrieron que Finch se sentaba afuera de la sala de menesteres esperando a que salieran.
—Tenemos el remedio perfecto- dijeron los gemelos cuando le contaron a Potter
—Y yo tengo el complemento- sonrió Sabrina
Esa misma noche en la silla de Finch apareció una caja de chocolates en forma de corazón y un globo de helio que decía.
Explótame
tengo una sorpresa
Lo que no sabía Finch era que en una esquina miraban tres chicos con una sonrisa al ver como el señor se comía los chocolates. Después de eso los dejó a un lado y explotó el globo haciendo que desprendiera un hedor. Era una bomba pestilente.
—Buena esa- dijeron los gemelos chocando los cinco con Sabrina
—Ingenioso lo de los chocolates de acné, deberían enseñarme a hacerlos- murmuro antes de salir corriendo por los pasillos
—Para ser una Slytherin nos caes muy bien
—No todos somos igual...
—¿Qué Draco Malfoy?- preguntaron a la vez
—No iba a decir eso
—Claro, porque él es tu novio
—Y siempre se están besando...
—...en el baño de prefectos
—¡Basta!- dijo entre risas pero luego paró de golpe -¿Como saben eso? Acaso han estado...¿Espiándonos?
—Digamos que...
—No son nada discretos
—Dejen de completar la frase del otro, dan miedo- los codeo en las costillas -ustedes para ser de la casa más sobrevalorada...me caen bien
Sabrina sonrió, nunca imaginó ser amiga de unos Weasley y en cierta forma agradecía a Harry por tener esa idea tan loca de las clases clandestinas.
Había conseguido nuevas amistades sin pensar que comenzaba a alejarse de su novio.
—¡DESMAIUS!- gritó Sabrina haciendo que Apolo salga volando por el aire
—¡Auch!- exclamó el chico -Eso fue increíble- dijo aceptando la mano de Sabrina
Ese par también se había alejado un poco debido a sus nuevas amistades, Sabrina se la pasaba estudiando para los TIMOs o viéndose a escondidas con los gemelos Weasley para gastar bromas y Apolo la mayor parte del tiempo estaba desaparecido platicando con Hannah.
—Creo que Draco sospecha algo- dijo deslizándose por la pared hasta llegar al suelo
—¿Por qué lo dices?- Apolo se sentó a su lado
—Hace muchas preguntas y cada que sube a su cuarto vuelve a salir para ver que yo también entre a mi cuarto...no me gusta mentirle
—Velo como un bien común- Sabrina asintió no muy convencida
—y tú ¿Por qué andas muy desaparecido?- lo empujó amistosamente con una sonrisa
Apolo sonrió torpemente viendo en dirección a la chica de Hufflepuff quien practicaba y celebraba por qué los hechizos le salían bien. Esa acción no pasó desapercibida por Sabrina la cual sonrió burlona y comenzó a picotear las costillas de su amigo.
—¡Polito está enamorado!¡Polito está enamorado!- cantaba al tiempo que revolvía su cabello
—Basta, solo somos amigos...que se han besado- Sabrina abrió la boca sorprendida -una...dos...tres...no se cuantas veces
—¡Vaya!¿Quién lo diría? Apolo Eisenhower cayendo ante los encantos de una Hufflepuff ¿Nombre?
—Hannah Abbott y es muy tierna, nada que ver con Regina. Le gusta ir lento y bueno...- soltó una risita
—Nunca me imaginé que terminaría gustándote una Hufflepuff
—Tampoco te imagine siendo amiga de los Weasley y mira...pasas mas tiempo con ellos que con tu mejor amigo original
—Pasaría mas tiempo contigo si usted señorito no se desapareciera cada que puede
—De los Weasley y Hannah aún lo aceptó pero aun siendo yo no me creo que esté aceptando órdenes de Potter— Apolo fingió una mueca de desagrado— Después de todo creo que no me cae tan mal —admitió con dificultad
Ambos soltaron una risa seguida de un suspiro pesado. Veían como todos realizaban sus encantamientos con mucho esfuerzo e ilusión.
Eso llevó a que Sabrina se preguntara si eso estaba valiendo la pena realmente.
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