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Las clases con Harry habían retomado su curso. Sabrina estaba emocionada puesto que esa clase iban a practicar el encantamiento patronum

-Quiero que piensen en un momento feliz, el más feliz que tengan, dejen que los llene

Sabrina se encontraba junto a Apolo y Hannah, la castaña había aceptado la propuesta de la chica Hufflepuff por lo cual ahora se hablaban.

-¡Expecto patronum!- unas chispas salieron disparadas de la varita de Apolo

-¡Muy bien!- exclamó Hannah dando aplausos

-¡Un patronus de cuerpo completo es más difícil de lograr, pero la forma de escudo puede ser igual de útil contra varios oponentes!- decía Harry caminando al rededor de todos

Sabrina aún no lo había intentado, aún no tenía un recuerdo feliz. Es decir, claro que tenía muchos pero no sabía cuál era el más poderoso.

-¿Todo bien?- pregunto Harry llegando a su lado

-¡Si! Es solo que aún no sé qué momento pensar

-Yo se que puedes- la alentó el chico colocando una mano sobre el hombro de Sabrina

La castaña cerró los ojos rebuscando en su mente varios recuerdos hasta que encontró uno, era simple pero muy feliz para Sabrina. La noche en que justo a sus papás y Harry jugaron un partido de Quidditch bajo un hermoso atardecer. Ese día había sido muy feliz, estaba con su familia y eso era lo más valioso para ella.

Se concentró en todo, las risas, el aire golpeando su rostro, las quejas de su padre porque ella y Harry hacían trampa, los regaños de su madre por que no volaran tan alto.

No logro nada al primer intento, ni al segundo...ni al tercero, comenzaba a frustrarse al ver que ya varios lo habían logrado pero ella no.

-Tal vez tu recuerdo no es fuerte- sugirió Apolo acercándose a ella -intenta con algo más

Sabrina asintió mirándolo a los ojos. Ambos mantuvieron el contacto visual por unos segundos antes de que la chica apartara la vista soltando una risa nerviosa.

Cerró los ojos y soltó un suspiro, repasó los momentos felices en su mente hasta que llegó a uno: el momento en el que su padre le había dado el relicario y cuando fue a la casa de los gritos con Apolo. Sin duda Hydrus y Apolo eran su felicidad.

-¡EXPECTO PATRONUM!- de su varita salió una figura de un delfín, brillaba mientras se movía a su alrededor dando saltos

La chica daba vueltas sobre su lugar viendo maravillada la figura del delfín.

-¡Increíble, Brisy!- exclamó Apolo al ver el patronum de su amiga -¡Expecto patronum!

Ahora de la varita de Apolo salió un erizo rodando en bolita y luego dando saltos.

-¡Genial!

-¡Eso fue sorprendente!- exclamó Hannah abrazando al chico

De pronto las luces comenzaron a fallar y el candelabro se movió. Todos dejaron de concentrarse en el encantamiento para ver que pasaba, se juntaron para quedar en la puerta, el vidrio cayó a pedazos dejando ver un pequeño hueco

-¡Haré esto rápidamente!- se escuchó la voz de Umbridge al otro lado

Todos se miraron asustados al escuchar la voz de la mujer

-¡Bombarda máxima!

Ante ese encantamiento la puerta salió volando en pedazos expulsando piedras por doquier. Los que se encontraban adentro se cubrían para no recibir un golpe de los grandes bloques.

Sabrina sintió unos brazos rodearla, Apolo la había cubierto con sus brazos causando que el recibiera los golpes de los escombros.

Cuando se levantaron sus ropas estaban empolvadas, Sabrina miró con furia a la mujer de rosa y cuando creyó que no podía ir peor de un lado salió Draco sosteniendo a Cho.

Sus miradas se conectaron por unos segundos, la chica no pudo descifrar qué sentimientos trasmitía su rostro.

-¡Atrápenlos!- ordenó Umbridge

Cuando Apolo y Sabrina llegaron a la sala común recibieron una mirada de desaprobación de varios de sus compañeros.

Ignorándolos cada quien se fue a su habitación, cuando Sabrina entró a la suya las miradas de Pansy y Regina cayeron sobre ella.

-Vámonos de aquí antes de que se nos pegue lo traicioneras- Regina jalo a Pansy del brazo sin darle oportunidad de hablar

-¡Prefiero ser una traicionera a una lame botas de Umbridge!- les gritó antes de que salieran de la habitación

Arrastrando los pies se dirigió a su cama y se dejó caer en ella. Su mente estaba en blanco no sabía qué pensar.

-¿Puedo pasar?- escucho a alguien decir desde el otro lado de la puerta

-Largo de aquí- respondió de mala gana

Al parecer la persona no escucho la petición de la chica ya que había entrado a la habitación. Sabrina se incorporó en su cama para comenzar a gritarle a la persona que había entrado pero se detuvo al ver de quien se trataba.

-No me eches de la habitación- pidió el rubio

-¿Qué haces aquí?- pregunto confundida -creí que estabas enojado como todos los demás

-No sé si estoy más enojado por haber creído que me eras infiel con Apolo o porque hayas participado en ese estupido grupo- el chico suspiro dentándose en la cama

Sabrina no supo que decir por lo que se mantuvo callada, por un momento había creído que Draco también se había enojado al igual que el resto.

-Yo sólo quería aprender a defenderme, no me importa si Umbridge no cree que...Vo-Voldemort no haya vuelto, yo le creo a Harry y no me iba a quedar de brazos cruzados

Draco se removió incómodo en su lugar, Voldemort había estado viviendo en su casa y sabía lo que le esperaba pero el no quería alejarse de Sabrina.

-Lo se, pero te arriesgaste mucho, te pudieron haber expulsado, tus padres se pudieron haber enterado y...- Sabrina lo interrumpió

-Ellos estaban informados de eso, Umbridge no les cae, para nada bien ni le gustan sus métodos de enseñanza es por eso que estuvieron de acuerdo

-Aún no creo que hayas estado haciendo eso todas las noches- murmuro el chico

Los dos se mantuvieron en silencio por un largo rato, Sabrina se hizo a un lado para que Draco se acostara junto a ella.

El chico se acercó y se tumbó en la cama enrollando en sus brazos el cuerpo de la castaña.

-Prométeme que si vuelvo a comportarme como un idiota contigo, me soltarás un puñetazo en la cara

-y un crucio también- respondió divertida haciendo reír al chico

-Te extrañe mucho, no sabes cuanto extrañe tenerte cerca de mi otra vez

-También te extrañe- sonrió dándole un corto beso

En un rápido movimiento Draco colocó a Sabrina sobre el, cosa que hizo reír a la chica. El rubio comenzó a subir lentamente sus manos por las piernas de la chica hasta llegar a su trasero, el chico no se resistió a la tentación de darle un apretón.

-¡Draco!- exclamó la chica golpeando el pecho de su novio -Eres un bárbaro

-Admite que te gustó- dijo con una sonrisa coqueta

Sabrina negó divertida para después bajarse de encima de Draco a lo que el chico la miró con un puchero.

-Eres un calenturiento de primera- dijo riendo mientras se acostaba a su lado

-Así te gusto- le guiño el ojo

-No lo negaré- respondió antes de unir sus labios en un dulce beso