┊ೃEIGHTY SEVEN. El inicio de la verdadera oscuridad !!!

Sabrina había estado acostumbrada a los comportamientos extraños de las personas. Es por eso que no se sorprendió de que Harry la arrastrará hacia la sala común de Gryffindor donde Ron y Hermione se encontraban. Al ver a la Slytherin ahí se quedaron más que confundidos.

Harry tuvo que regañar un par de veces a Sabrina porque no le prestaba atención por mirar el lugar lleno de colores escarlata y dorados.

— No puedo entretenerme —explicó jadeando—. Dumbledore cree que he venido a buscar mi capa invisible. Escuchen...

Les explico rápidamente sobre la misión que haría junto a Dumbledore para encontrar un horrocrux. El enojo que Sabrina sentía hacia él se disolvió en cuanto terminó de hablar, estaba asustada por lo que su primo le contaba.

— ¿Entienden lo que significa?— concluyó atropelladamente— Dumbledore no estará en el colegio esta noche, de modo que Malfoy va a tener vía libre para llevar a cabo lo que esté tramando

— Harry...— Sabrina intento hablar

— ¡No, escuchenme!— susurró con énfasis, le entregó el mapa del merodeador a Ron— Tienen que vigilarlo, y a Snape también. Que los ayude alguien del ED. No hay tiempo para discutir— Harry dijo con brusquedad cuando vio que querían interrumpirlo nuevamente— Tomen tambien esto

— No necesitamos nosotros la poción— Dijo Hermione al reconocer el Félix Felicis— Tomatela tú. No sabes que peligros esperan

— A mí no me pasará nada porque estaré con Dumbledore— le aseguró Harry—. En cambio, necesito saber que ustedes están bien. No me miren así— reprochó a las dos chicas— ¡Hasta luego!

Y salió disparado por el hueco del retrato dejando una gran confusión en los tres.

— ¿Felix Felixis? ¿Para que carajos necesitamos eso?— Sabrina cuestionó mirando la poción

Ahora Sabrina entendía para que necesitaban aquella posion. Todo era un caos, el castillo estaba plagado de Mortifagos y el ambiente se sentía tenso. Junto a Ron y Hermione reunieron a los antiguos miembros del ED para ayudar a combatir a los Mortifagos.

Sabrina mentiría si dijera que no tenía miedo, pues solo eran adolescentes y un par de profesores combatiendo con personas que no se detendrían ni un segundo a tentarse el corazón y pensar en que solo eran niños, ellos no dudaría en matarlos.

Todo eso le traía malos recuerdos a la Sallow, de pronto no se encontraba en Hogwarts si no en el departamento de misterios viendo como Sirius moría y poco después su padre también. No podía parar de pensar en eso por más que lo intentará pues sabía que no podía darse el lujo de distraerse ya que podía morir.

— ¡Impedimenta!— alguien bramó haciendo reaccionar a Sabrina

El hechizo que había sido lanzado hacia ella había rebotado hacia el mortifago que la había maldecido provocando gritos llenos de dolor. Sin duda se trataba de un crucio.

Centró su vista en su salvador, Apolo estaba a pocos metros con el cabello alborotado y sus ojos soñolientos. Sabrina le agradeció con la mirada antes de ayudar a atacar a los Mortifagos.

Los miembros de la orden habían llegado, podía ver a su madre combatiendo junto a Remus mientras Delphy se encargaba de otros dos, la profesora McGonagall también se encontraba y Tonks atacaba sin parar.

Sin darse cuenta se encontraba espalda con espalda junto a Apolo defendiéndose el uno al otro de los hechizos. La estructura del castillo había sido dañada, parte del techo hacia sido tirado por los hechizos provocando que se alzará una capa de humo impidiendo ver con claridad.

— ¿Has visto a Harry?— Sabrina alzó la voz por encima del ruido para que Apolo pudiera escucharla

— No, no veo a nadie.— Respondió lanzando un hechizo al hombre frente a él

— ¡Snape es un traidor, está huyendo con ellos!— Escucharon a través del humo

Sabrina estaba demasiado cansada como para saber de quién era aquella voz o distinguir lo que los demás gritaban. Necesitaba un momento de paz para poder descansar pero no le podía ser concedido.

La noche avanzaba y aquella batalla había parecido eterna cuando apenas pasaron un par de horas, horas llenas de terror y cansancio.

De pronto sintieron como alguien los tomaba del brazo jalandolos, ambos Slytherin atacaron a la par expulsando a su agresor contra la pared. En su campo de visión apareció Draco.

— Vengan conmigo— Les pidió sin titubeos—. Si lo hacen probablemente no les harán daño, por favor.

Sabrina y Apolo compartieron una mirada para después girar a su alrededor donde todo era una catástrofe. La vista de ambos cayó en Thalía quien parecía buscar a alguien desesperada.

— Yo no lo haré.— Apolo respondió antes de volver a la lucha

Draco giró a mirar a Sabrina esperanzado de que aceptara su respuesta.

— Te amo, pero no puedo ir contigo, lo siento.— Le dio un corto beso antes de correr en busca de su madre.

El cuerpo de Sabrina pedía a gritos un descanso, no aguantaba más su propio peso sobre sus piernas por lo que se dejó deslizar por una pared hasta llegar al suelo. Su respiración era irregular y hasta ese momento no se había percatado de las heridas que se había hecho.

Quizá por la adrenalina no había sentido el dolor o cuando las maldiciones impactaban contra su cuerpo, pero ahora que estaba consiente sus heridas ardían de una manera punzante y aguda.

Creía estar viendo mal pero varios Mortifagos estaban huyendo. El miedo estaba creciendo a su interior ya que no veía a su familia, ni a sus amigos, tenia miedo de encontrar a alguien muerto.

La batalla aún no terminaba del todo por lo que se puso de pie casi de un brinco y comenzó a correr al ver una imagen alarmante. Intentaba cubrirse de las rocas que caían de las paredes y de los hechizos y maldiciones que eran lanzados hacia ella para poder llegar a su madre quien estaba a punto de ser atacada por la espalda.

— ¡Petrificus totalus!— Exclamó

Greyback se desplomó sobre Thalía tumbandola al suelo. Escucho un grito proveniente de algún lado. Para cuando llegó junto a su madre vio a Remus quitando al licántropo de encima de su amiga. Había sido él quien había gritado lleno de terror pensando que Thalía había sido atacada.

— ¿Estás bien?— Thalía abrazó fugazmente a su hija

— Nada que un baño no pueda arreglar— Dijo refiriéndose a la suciedad— No encuentro a Harry— Sabrina exclamó ayudándola a levantarse

— Lo encontré.— Dijo Apolo llegando junto a Delphy

— Las cosas no están nada bien— Habló la mujer pelirroja— Dumbledore ha caído de la torre

Thalía y Remus compartieron una mirada, Sabrina intentaba procesar lo que su tía acababa de informar. Era casi imposible de creerlo.

— ¿Está... muerto?— Preguntó con un hilo en la voz

Delphy y Apolo asintieron.

Juntos caminaron hacia las grandes puertas de roble que estaban abiertas de par en par. La multitud de personas en el vestíbulo era impactante, había alumnos en pijama intentando encontrar respuestas o un relato de lo sucedido.

Sabrina se abrió paso entre los alumnos para poder llegar hasta el frente y ver lo que todos observaban. Ginny se encontraba abrazando a Harry que lloraba sobre el cuerpo de Dumbledore.

Las náuseas invadieron a Sabrina sabiendo que la oscuridad avanzaba con rapidez y los tiempos cambiarían desde ese día.

Ya nada sería como lo conocían.