❪ capitulo noventa y ocho ❫
┊ೃNINETY EIGHT. El atardecer después de la guerra !!!
Harry Potter estaba muerto. Un golpe duro para toda la comunidad mágica, pero sobre todo para los seres más cercanos a aquel chico. Thalía estaba destrozada al enterarse que su sobrino estaba muerto. Que había tenido tan poco tiempo para disfrutarlo pues la vida se había comportado de la manera más cruel con ella separandola de su hermano, del amor de su vida y ahora de su sobrino.
Era sorprendente y doloroso ver cómo su última esperanza de ganar contra la oscuridad se había esfumado en tan solo un instante. Harry se encontraba en los brazos de Hagrid. Nada más podía ocupar la mente de Sabrina más que la imagen del cuerpo inerte de su primo. Habían perdido, su esperanza se había acabado con el último suspiro de Harry Potter, su única salvación.
Pero la victoria de Voldemort duro tan poco como el canto de un gallo, el destino había cambiado en cuanto Neville saco la espada de Godric Gryffindor al interior del sombrero seleccionador que estaba muy maltratado y sucio, casi al instante Harry cayó de los brazos del semigigante mostrando que seguía vivo y Voldemort no había triunfado.
Los vitoreos no tardaron en aparecer, gran parte de los Mortifagos salieron huyendo al mostrar su derrota.
- ¡Hay que ir por Cissy!- Exclamó Sabrina tomando s Apolo de la mano
El chico se apresuró a alcanzar a Sabrina que había comenzado a correr en cuanto los ataques comenzaron. Apolo le protegía la espalda a la chica evitando que recibiera algún hechizo.
- ¡Cissy!- Sabrina exclamó llegando junto al matrimonio Malfoy
- ¿Sabrina? -Preguntó sorprendida- ¿Qué..?
- Se dónde está Draco, le prometí que te llevaría con él- Alzó su varita hacia la mujer que la miro con impresión- ¡Protego!- La defendió de un hechizo
- ¿Por qué deberíamos confiar en ustedes?- Espetó Lucius
- Usted se puede quedar si quiere- Apolo habló- Nosotros nos llevamos a Cissy
Con un movimiento de cabeza Sabrina le indico que la siguiera a lo que la mujer obedeció desconcertada. Hacia mucho tiempo que no veía a ese par, claramente ya no eran los mismos niños que se habían colocado una mascarilla de pegamento por accidente cuando fueron a su casa.
Sabrina y Apolo lanzaban hechizos a diestra y siniestra protegiendose. A pesar de que ya no había tantos Mortifagos como antes aún era difícil moverse por el castillo -o lo que quedaba de él- pues había escombros y polvo por todo el lugar.
En cuanto llegaron a la Sala de Menesteres la puerta se abrió revelando a Draco que rápidamente abrazo a su madre.
- Gracias- Dijeron los dos Malfoy hacia los chicos
Con una sonrisa se despidió de ambos antes de volver al Gran Comedor en busca de su familia, no quería preocuparlos una vez más. Sabrina se detuvo en seco cuando escucho a Harry hablar dejándola completamente sorprendida.
- El auténtico amo de la Varita de Sauco era Draco Malfoy
Una sorpresa estupefacta se mostró por un momento en la cara de Voldemort,
pero entonces desapareció.
- ¿Y qué importa eso? -dijo suavemente- Incluso si tienes razón, Potter, eso no
supone ninguna diferencia entre tú y yo. Ya no hay varitas de fénix. Será un
duelo solo de habilidad... y después de que te haya matado, puedo ocuparme
de Draco Malfoy...
- Pero llegas demasiado tarde -dijo Harry-. Perdíste tu oportunidad. Yo llegué
primero. Vencí a Draco hace semanas. Le quité su varita.
Harry ondeó la varita de espino, y sintió los ojos de todo el mundo en el Salón
posados en ella.
- Asi que todo se reduce a eso, ¿verdad? -susurró Harry-. ¿Sabe la varita que
está en tu mano que su último amo fue Desarmado? Porque si lo sabe... yo soy
el auténtico amo de la Varita de Sauco.
Un rayo rojo estalló repentinamente cruzando el cielo encantado sobre ellos
cuando el borde del sol deslumbrante apareció sobre el alféizar de la ventana
más cercana. La luz golpeó ambas caras al mismo tiempo, haciendo que la de Voldemort pareciera repentinamente un borrón llameante. Harry oyó a la voz
más aguda gritar y también el gritó esperando lo mejor, apuntando la varita
de Draco.
- ¡Avada Kedavra!
- ¡Expelliarmus!
La explosión fue como el disparo de un cañón, y las llamas doradas que estallaron entre ellos, marcando el centro del círculo que habían estado trazando, en el punto donde los hechizos colisionaron. Harry vio el rayo verde de Vodemort encontrarse con su propio hechizo, vio la Varita de Sauco volar alto, oscura contra el amanecer, girando por el techo encantado como la cabeza de Nagini, dando vueltas a través del aire hacia el amo al que no podía matar,
que había tomado posesión absoluta de ella al fin. Y Harry, tomó la varita con la mano libre mientras Voldemort retrocedía, con los brazos abiertos y los ojos escarlata de pupilas verticales mirando hacia arriba. Tom Ryddle golpeó el suelo con mundana banalidad, su cuerpo débil y encogido, las manos blancas vacías, la cara de serpiente vacía e ignorante.
Voldemort estaba muerto, muerto por su propia maldición rebotada, y Harry
estaba en pie con dos varitas en las manos, mirando al cadáver de su enemigo. Un estremecedor segundo de silencio, la sorpresa del momento quedó suspendida, y después el tumulto estalló alrededor de Harry mientras gritos, vítores y rugidos de los observadores llenaban el aire.
Thalía había corrido a abrazar a su sobrino tirándolo por poco, Sabrina no tardó en correr y unirseles.
- Estoy muy orgullosa- Thalía exclamó entre sollozos
La gente querida por Harry fueron los siguientes en acercarse. El sol se había alzado completamente sobre Hogwarts, y el Gran Salon hervía de vida y luz.
- ¡Remus!- Sabrina exclamó con alegría al verlo entre la multitud
No había tenido tiempo para alegrarse como era debido por verlo con vida. El hombre sonrió recibiéndola con los brazos abiertos, iba acompañado de su esposa.
- Ganamos- Dijo sin poder creerlo- ¡Volverán a ver a Teddy! Serán unos padres grandiosos, ¡Y yo lo malcriare!- Chilló
- Debemos agradecerle a Thalía y a Shadda- Tonks habló- si no fuera por ellas no seguiríamos vivos, nos salvaron- le sonrió a las mujeres que se acercaban
- Hey, hacemos un gran equipo- Shadda sonrió abrazando a Thalía
McGonagall había vuelto a colocar las mesas de las Casas, pero ya nadie se sentaba de acuerdo con su Casa. Estaban todos apiñados juntos, profesores y alimnos, fantasmas y padres, centauros y elfos domésticos.
Después de un rato, exhausto y agotado, Harry se encontró sentado en un
banco junto a Luna que platicaba con Sabrina.
- Si yo fuera tú, querría algo de paz y tranquilidad.- Dijo la rubia
- Me encantaría -replicó él.
- Nosotras los distraeremos- Dijo Sabrina-, usa la capa
Y antes de que pudiera decir una palabra, ella gritó.
- ¡Ooooh, miren!- Señaló por la ventana
- ¡Un Blibbering Hundinger!- Luna le siguió y señaló a la ventana. Todo el que
la había oído miró, y Harry se deslizó la Capa por encima, y se puso en pie.
Sabrina soltó una risa junto a Luna.
- Hiciste un gran trabajo- Halagó a la Lovegood
- Tú igual- Se sonrieron mutuamente
Apolo llegó con Sabrina y juntos caminaron hacia afuera para ver el amanecer intentando disfrutar de la tranquilidad, poco después Draco llegó. Parecía avergonzado pero ambos chicos se giraron a ver para jalarlo por los brazos y unirlo a el provocando que el Malfoy sonría ampliamente.
- Y seguimos juntos después de toda esta mierda- Apolo bromeó abrazando por los hombros a Draco
Los tres soltaron una risa mientras veían los colores del sol tornarse cálidos disfrutando de la compañía sin necesidad de decir palabra alguna.
- Tengo hambre, ¿Ustedes no?- Apolo preguntó- Les traeré comida, aunque ustedes deberían hacerlo por mi ya que yo les salve esos hermosos traseros que tienen- Murmurando cosas ilegibles se fue
- Todo se acabó- Dijo Draco a lo que Sabrina asintió- ¿Crees que... podamos seguir intentandolo?
Sabrina giró a mirarlo, su rostro estaba sucio, sus ojos cansados y el cabello rubio estaba alborotado y lleno de polvo pero aún así se veía atractivo hacia los ojos de la Sallow.
- Me gustaría -Respondió sonriéndole-. Pero quiero descubrir más cosas, viajar por el mundo, terminar mis estudios en Hogwarts y buscar que es lo que en verdad me gusta
- Entiendo- Draco bajó la cabeza sintiéndose decepcionado
- Tengo un trato- Sabrina propuso mirándolo-. Tú haces tu vida, yo la mía y en algún momento sabremos que estamos ahí, que estamos preparados para volver a intentarlo.
Draco sonrió posando sus manos en la cintura de Sabrina y observó como se escapaba de sus labios una sonrisa genuina. Vio como los rayos del Sol iluminaban sus ojos café decorados con unas pestañas preciosas y su despeinado cabello revoloteaba con el fresco aire matutino. Sabrina era la persona más hermosa que Draco había visto en su vida, estaba realmente feliz de que haya estado con él pues era un pilar importante en su vida, no podía negarlo. Encontraba algo lindo en cada cosa que hacia la chica. Ella nunca lo dejo solo, lo acompaño por muchos años y a pesar de las dificultades habían encontrado el camino de regreso al otro.
- ¿Algún día?
- Algún día -Afirmó cerrando aquella promesa
Este es el último capítulo pero no sé alarmen que aún falta el epilogo.
¿Qué les ha parecido?
¿Qué les gustaría o esperan ver en el epilogo?
Mañana mismo subiré la última parte terminando oficialmente con la historia
De antemano les agradezco de corazón por quedarse hasta aquí <3
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