┊ೃ TWO. hogwarts

ESA NOCHE SABRINA NO HABÍA podido dormir a causa de la emoción que sentía por ingresar a su primer año en Hogwarts; así que el día que tenían que ir a la plataforma la niña ya estaba cambiada y peinada para cuando sus padres entraron a su cuarto para despertarla.

—¿Segura que tienes todo? —preguntó Thalía por décima vez en menos de media hora.

— Si madre, repase la lista con papá como mil veces —sonrió

—Bien, porque si olvidaste algo no pienso hacer sufrir a la pobre lechuza para que te lleve tus cosas —la apuntó con el dedo para después abrazarla

— Suerte, Estrellita —Hydrus se agachó a la altura de su hija para abrazarla—. Patéale el trasero a todos

—¡Hydrus! —Thalía regañó haciendo que su esposo e hija suelten una carcajada

— Por supuesto, papi —sonrió inocente y lo volvió a abrazar

— Mi sobrina favorita se va a Hogwarts —Delphine chilló abrazando a Sabrina

— Soy la única que tienes, espera... Delphy... no puedo... respirar —se quejó dando pequeños golpes en la espalda de su tía

— Lo siento —soltó una risa separándose de ella—. Conquista a muchos chicos —le guiñó el ojo

—¡Oye!- exclamó Hydrus dándole una mala mirada a su hermana -tienes prohibido tener novio hasta que muera ¿entendido?- la señaló con un dedo

—De pronto solo escuche un zumbido ¿que decías? —sonrió inocente hacia su padre

—Ya basta perderá el tren —Intervino Thalía un posible drama de su esposo—. Suerte mi niña —besó por última vez la cabeza de su hija

—¡No me extrañen! —gritó agitando la mano como despedida

— Se quedará en Slytherin —habló Delphine

— De qué hablas, si todo en ella grita Gryffindor —Thalía empujó juguetona a su cuñada

— Cuando se quede en Ravenclaw se acordarán de mi —se burló Hudrus abrazando a su esposa por la cintura.

— Ya veré sus caras cuando se enteren que quedó clasificada en Slytherin —Delphine sonrió hacia la pareja

— No empieces con tus predicciones, me caes mal cuando haces eso —dijo Hydrus—, ademas nunca son asertivas, la rama de la adivinación...

— Es la menos precisa de la magia —terminaron ambas mujeres

— Siempre lo dices —comentó Thalía

Mientras tanto Sabrina comenzó a caminar por el corredor del tren sintiendo como la lámina temblaba bajo sus bies. Arrastró su baúl en busca de algún compartimiento vacío, para su mala suerte no había encontrado ninguno.

—¡Soy Harry, Harry Potter!- escuchó cuando pasó a lado de un compartimiento

Sin tocar abrió la puerta de golpe dejando ver a dos niños algo asustados por su repentina aparición.

—¿De verdad eres Harry Potter?- preguntó hacia el chico de lentes el cual asintió nervioso -¡Barbas y bigotes!

—¿De verdad tienes... la cicatriz?- susurró el pelirrojo que Sabrina pudo deducir que era un Weasley

—¡Que bárbaro eso no se pregunta!- exclamo la chica sentándose a lado de Potter

— Oh, si —el de lentes se levantó el flequillo dejando ver una cicatriz en su frente en forma de rayo

—Increíble —exclamó el pelirrojo

En ese momento pasó la señora del carrito de dulces, Sabrina alegre de poder comer todos los dulces que quisiera se levantó de su asiento y pidió varios de los dulces. Su madre no la dejaba comer tanto azúcar, solía ponerse hiperactiva, pero su padre a escondidas corrompía las reglas de Thalía.

—¿Ustedes querrán algo niños? —preguntó la señora hacia los dos sentido

—No gracias, traje algo —el pelirrojo levantó su almuerzo algo apenado

—Lo quiero todo —dijo Harry sorprendiendo a los tres restantes

De su bolsillo sacó varios Galeones, Sickles y Knuts dejándolas un momento a la vista. Sabrina enarcó una ceja, ese acto le había parecido presumido pero lo dejó pasar. Iban a tener todo el carrito de dulces para ellos.

—¿Sabes? Hubieras dicho antes que comprarías todo el carrito así no hubiera tenido que gastar mi dinero —dijo Sabrina volviendo a su lugar

Harry soltó una risita mientras tomaba uno de los muchos dulces en el asiento

—¿Grageas de todos los sabores? —preguntó el de lentes con una notoria sorpresa.

— Si, hay de chocolate, menta... —Harry se llevó uno a la boca—... pero también de hígado y según Fred también hay sabor a duende

— Mi tía tiene mala suerte con esos —comentó Sabrina comiendo su varita de regaliz—, el día de su boda antes de llegar a la misa comió uno de cebolla y luego de calcetines sucios ¡y vomito! aún así mi tío se casó con ella, si eso no es amor no sé qué sea —dijo metiendo una gomita a la boca

Ambos chicos hicieron mueca de asco y se miraron entre ellos. Luego sintió la mirada de Ron a lo que frunció en ceño.

—Oh, ya te reconozco ¡Eres hija de Hydrus Sallow!

— Sabrina Sallow —sonrió orgullosa—. Tu eres un Weasley —afirmó

—¡Si!.. ¿Como lo...supiste? —la voz del pelirrojo se fue apagando

— No fue difícil deducirlo —la niña sonrió pero el chico pareció decaído

—¿Quién es Hydrus Sallow? —preguntó el de lentes con confusión

—¿No sabes quien es mi padre?- preguntó ofendida a lo que el chico negó -qué bárbaro- murmuró

— Es un gran auror, junto a Alastor Moody, gracias a ellos todas las celdas de Azkaban están llenas

—¿Azkaban? —dijo Harry confundido

—Es una prisión —mencionó Ron con la boca llena

— No te olvides de mi madre —lo apuntó con su varita de regaliz—, ella es genial —dijo con voz soñadora

—¿Tú madre está en Azkaban? —preguntaron sorprendidos a lo que la chica rodó los ojos

— Es obvio que no, ella también ha ayudado a mi padre con todo eso

Después de esa platica, Sabrina dirigió su mirada el libro de hechizos en su regazo, volvió a su lectura ignorando lo que pasaba con los otros dos. De vez en cuando daba una mirada rápida al chico de lentes quien al pareces también la veía.

—¿Han visto una rana? —Sabrina levantó la vista de su libro y se encontró a una niña de cabello esponjado en la entrada— La perdió un niño llamado Neville

— No —dijo el chico Weasley

—Oh, estás haciendo magia —dijo al ver la varita del pelirrojo—, continua —La niña se sentó a su lado

Sabrina sin importarle lo que pasaba a su alrededor volvió a su lectura hasta que la irritante voz de aquella niña llegó a sus oídos nuevamente.

— Yo solo he probado con hechizos sencillos pero ha funcionado bien —sacó su varita y se sentó en frente de Harry—, por ejemplo ¡oculus reparo!

Sabrina rodó los ojos nuevamente, estos chicos le parecían muy presumidos pero no tenía otro lugar a donde ir, todo el tren estaba lleno.

» ¡Caracoles hervidos! Eres Harry Potter, soy Hermione Granger ¿y tú eres? —preguntó con mueca de desagrado

— Ron Weasley

— Un placer siguió con su tono de desagrado— ¡Oh ese libro ya me lo leí dos veces!

—Si bueno, no me importa- dijo para después salir del compartimiento para poder terminar su lectura tranquilamente.