┊ೃ FOUR. gel, gel y más gel !!!

LA PUERTA SE ABRIÓ PROVOCANDO un estruendo ruidoso por el gélido salon, el profesor Severus Snape iba entrando al aula de pociones donde ya todos los niños se encontraban listos frente a sus calderos.

—Entra como toda una diva, ¿viste su capa agitarse?- Apolo asintió a lo que había dicho Sabrina

— Nadie agitará sus varita ni hará encantamientos tontos en esta clase, por lo tanto, sé que muchos de ustedes no apreciarán el valor de la ciencia de la creación de pociones, les enseñaré a cómo dominar la mente, les enseñaré a como embotellar la fama, gloria e incluso ponerle alto a la muerte

Con ese discurso Sabrina ya sabía que esa iba a ser de sus materias favoritas. Podía notar la pasión con la que el profesor se expresaba al hablar de su materia.

» Aún que quizá muchos de ustedes hayan venido a Hogwarts con habilidades dótales que se sienten con la confianza de no poner atención, Señor Potter nuestra nueva celebridad

Una sonrisa burlona se instaló en los rostros de Apolo y Draco que estaba dos asientos al lado derecho de Sabrina. 

El profesor comenzó a hacerle preguntas al chico Potter que era incapaz de responder. Hermione Granger agitaba la mano desesperada por obtener la atención del profesor pero fue olímpicamente ignorada.

Al no responder ninguna pregunta de Snape, Draco y Apolo comenzaron a burlarse silenciosamente del chico. Sabrina le dio un codazo en las costillas a Apolo para que parara.

— Así que una Sallow en Slytherin —Sabrina volteó encontrándose con Draco Malfoy sentado frente a ella—, interesante —agregó

—¿Qué quieres Draco? —preguntó ladeando su cabeza con impaciencia.

—Conocerte— Aquello provocó que Sabrina enarcara sus cejas.

Apolo quien los miraba desde a un lado de Sabrina frunció el ceño sin poder creer que lo que decía el Malfoy fuera verídico.

—A ti nadie te cae bien, Malfoy —comentó el chico Eisenhower haciendo una mueca mientras llevaba comía un bocado de su comida.

Sabrina iba a responder pero en ese momento se escuchó un graznido que obligó a su vista girar hacia arriba donde venían las lechuzas.

—Estoy muerta —dejó caer su cabeza sobre la mesa

Apolo soltó una risa divertida mientras Draco la veía sin entender el porqué de su reacción. Su lechuza Arwen se posó a lado de la cabeza de Sabrina pero al ver que no hacia caso a su presencia comenzó a picotear su cabeza.

— Basta, Timmy —se quejó mientras levantaba su cabeza—. Gracias —dijo al tomar el sobre

La niña estiró una galleta en dirección a la lechuza quien al recibirla emprendió vuelo. Al ver el sobre en sus manos se alegró que no haya sido un vociferador.

—¿Arwen? —preguntó Apolo en un tono divertido. 

— Tal vez me haya gustado sólo un poco el nombre —se encogió de hombros

—Oye estaba aquí para que hablaras conmigo no con él —Draco protestó sintiéndose ofendido

—Bueno pues ¿Te recomiendo una marca de gel?- se burló a lo que Apolo rio -utilizas mucho gel, amigo- pasó su mano por el cabello de Malfoy -tengo una pregunta que no me deja dormir ¿Cuanto gel te pones?

—Así que no duermes por pensar en mi- sonrió burlón

— Eso no fue lo que dije

— Indirectamente —se burló de nuevo—. Aunque me gusta hablar de mi, vine aquí para hablar de ti, Sallow

—¿De qué quieres hablar? —preguntó llevando un bocado de su comida a la boca

— No sé, sería interesante conocer a la hija de los mejores aurores

— Claro que soy interesante y todos quieren conocerme —lanzó su cabello hacia atrás—... así que considérate afortunado de que esté hablando contigo, Malfoy

—¿No la abrirás? —preguntó Draco señalando el sobre y sonriendo por lo que había dicho la chica

—¿Y que todo Hogwarts sepa si estoy desheredara o no? —dramatizó— No, gracias

LA CLASE DE MANEJO DE LA ESCOBA había llegado, el campo abierto le provocaba una sensación de libertad a Sabrina, podía hacer algo que le gustaba sin estrenarse porque las cosas no salieran como ella quería. Estaba muy emocionada por aquella clase, era amante del Quidditch.

— Buenas tardes a todos —saludó la profesora pasando entre las filas de niños.

—Buenas tardes, Madame Hooch —respondieron en coro los niños.

—Colóquense a lado de sus escobas —ordenó la profesora a lo que todos obedecieron— pongan la mano encima de ellas y digan arriba

—¡Arriba! —ordenó la castaña

Para sorpresa de Sabrina la escoba subió a su mano en el primer llamado, Apolo y Draco quienes estaban a su lado la miraron asombrados.

—Les gané —sonrió orgullosa ganándose una mala mirada de ambos

—¡Arriba!¡Arriba! —decía insistente el azabache pero la escoba no obedecía— Esta cosa está arreglada —se quejó

— Si claro —se burló la chica

Cuando Apolo iba a responderle oyeron un golpe seco, al alzar la vista vieron a Ron Wasley sobando su frente por lo que rieron con ganas.

—Que bobo —dijo Apolo ganándose un golpe en las costillas—, soy un hombre maltratado- dramatizó

— Tienes once años —comentó Sabrina haciendo una mueca—. No hay forma de que seas un hombre.

Neville Longbottom perdió el control de su escoba y comenzó a volar elevándose varios metros por encima del suelo, después de un vuelo incontrolable terminó colgado de una estatua para luego caer al suelo y quebrarse la muñeca.

— Si hubiera tenido esta cosa Longbottom hubiera recordado caer sobre su trasero —fue lo que escucharon Apolo y Sabrina cuando se acercaron a la multitud de niños

— Dámela, Malfoy —Harry ordenó acercándose al rubio

—No, dejaremos que Longbottom la encuentre

Draco comenzó a volar en su escoba siendo seguido por un Harry molesto.

—Un sickle a que alguno se cae de la escoba —Apolo apostó en un susurró

— Trato —Sabrina sonrío estrechando su mano

Después de un verdadero espectáculo montado por Draco, Harry atrapó el objeto que había lanzado el rubio haciendo que todos los niños corrieran hacia él felices.

— Parece que salvo la vida de alguien —Apolo rodó los ojos con fastidio.

— Quiero mi sickle —Sabrina estiró su mano

—¿De qué hablas?

—Ninguno se cayó de la escoba, quiero mi Sickle —insistió

—Como sea —el azabache le dio la moneda de mala gana

— Al parecer alguien es mejor que tú con la escoba, Malfoy —se burló Sabrina llegando a su lado

—Al menos a mí no me castigarán —Draco sonrió triunfante cuando vio a McGonagall llamar a Harry.

— Felicidades, Potter —dijo Sabrina cuando llegó a un lado del chico quien iba acompañado de Ron

—Gracias —habló con un toque de timidez.

—Hace mucho que no había un jugador de Quidditch tan joven —la morena pasó el brazo por los hombros del chico

—McGonagall dijo que hacía cien años

—Si, no te creas tan especial —soltó una risa divertida 

—¿Qué pasa si lo estropeo? —preguntó con nerviosismo. 

— Por eso no te preocupes, está en tus venas —dijo Hermione apareciendo de la nada a lado de Sabrina quien pegó un brinco 

—¿A si?

— Por supuesto que si, ven —Sabrina arrastró a Harry, con su brazo aún en sus hombros

Llegaron hasta la sala de trofeos en donde había una placa que decía James Potter cazador de gryffindor.

—Wow Harry no me contaste que tu padre era jugador de Quidditch —dijo Ron sorprendido

—¿Por qué no lo sabía?/ ¡Es que no lo sabía! —dijeron Sabrina y Harry a la vez

El tono de Sabrina fue de obviedad mientras el de Harry empleaba sorpresa. Ron se cohibió por la respuesta de la Slytherin así que se mantuvo en silencio el resto de la conversación.

—Tú padre fue de los mejores jugadores de Quidditch

—¿Cómo lo sabes? —preguntó volteando a ver a la castaña

—Tengo mis contactos —le guiñó el ojo haciendo que las mejillas del chico ardieran