┊ೃ FOURTY ONE. El torneo !!!

—¿Por qué hay tanto escándalo?— Sabrina se abrió paso dando codazos a todos para poder llegar hasta en frente y tener una mejor vista.

Del cielo aterrizaba un carruaje que era arrastrado por lindos y grandes corceles blancos.

—Increíble- murmuro Apolo -¿Crees que haya chicas lindas?

—Mira allá- gritó alguien haciendo que todos volteen hacia donde habían señalado

Del agua salió un gran mástil, conforme iba subiendo dejaba ver un enorme barco.

—¿Crees que haya chicos lindos?- Sabrina imitó a su amigo el cual puso los ojos en blanco

Sin importarles seguir viendo el espectáculo, el par de amigos se adentró al castillo y se dirigieron hacia el Gran Comedor para poder tomar los mejores lugares.

—Creo que por eso pidieron ropa de gala- comentó Sabrina sentándose

Poco a poco el comedor comenzó a llenarse, cuando entraban dirigían su mirada hacia la mesa de Slytherin, específicamente hacia Sabrina.

—¿Por qué todos me ven?- preguntó con el ceño fruncido

—Porque ahora todos saben que Potter y tú son primos- dijo un chico de Slytherin que pasaba por ahí

La chica hizo una mueca ente aquello. 

—Ahora que están aquí quiero hacerles un anuncio, Hogwarts no será sólo su hogar este año sino también el hogar de huéspedes muy especiales ya que Hogwarts ha sido elegido como la sede de un legendario evento...El torneo de los tres magos

Sabrina y Apolo compartieron una mirada que entendieron al instante, estaban interesados en el dichoso torneo.

—Ahora démosle la bienvenida a las encantadoras señoritas de la Academia de magia Beauxbatons y a su directora Madame Máxime

La puerta se abrió dejando ver a varias chicas de uniforme azul caminando correctamente y con una sonrisa resplandeciente.

—Si que son bonitas- exclamó Apolo viendo embobado a las chicas

—Yo creo que aquí hay chicas más lindas- dijo alguien a lado de Sabrina

No tuvo que voltear para saber que había sido Draco, la chica ni siquiera se había dado cuenta cuando el rubio tomó asiento a su lado.

—¡Ahora por favor recibamos a los orgullosos hijos de Durmstrang y a su director Igor Karkaroff!

De la puerta salieron varios jóvenes fornidos que llevaban uniforme café con detalles hechos de piel y unos bastones.

Tras ellos entró el director junto al reconocido jugador de Quidditch.

—¡Caramba!¡Es Victor Krum!- chilló Sabrina sacudiendo a su mejor amigo -mira esos músculos

—¿Te gusta ese?— preguntó Draco que estaba del otro lado

—¿Algún problema con eso?- preguntó Sabrina enarcando sus cejas

—Es feo y tiene poco cabello- Malfoy hizo una mueca de disgusto

—Pero juega increíble al Quidditch- Sabrina recargó su barbilla sobre sus manos y vio al jugador caminar

—Si tuvieran más cabello tal vez alguno estuviera guapo- exclamó Regina viendo el espectáculo de fuego

—Entonces...¿Los hombres sin cabellos son feos?- Regina asintió -Polito, ya se que te haré para que ninguna arpia se te acerque y te aleje de mi- sonrió maliciosa

—¡Oh no, de ninguna manera dejare que te acerques a mi lindo cabello!

—Pero...— Apolo detuvo a su amiga.

—¡Noooo!¿Olvidaste lo que le hiciste las vacaciones pasadas?

—En mi defensa fue tu culpa que dejara la plancha más tiempo del que quería

—¡Quemaste toda una parte!

—Pero al final lo arregle

El banquete comenzó, Sabrina y Apolo platicaban animadamente sobre el torneo hasta que la voz de Dumbledore inundó la sala.

—Su atención por favor- el comedor se quedó en total silencio -la gloria eterna es lo que le espera al estudiante que gane el Torneo de los Tres Magos, pero para eso tiene que pasar tres pruebas en extremo...riesgosas

—Increíble- susurraron Apolo y Sabrina

—Yo quedaré como representante de Hogwarts- dijo la chica orgullosa

—No pensarás participar ¿O si?- preguntó Draco

—¿Por qué no hacerlo?- Sabrina se giró hacia el chico

—Porque es peligroso, ¿Acaso no lo oíste?

—Lo oí fuerte y claro- Sabrina pellizcó la mejilla de Malfoy

En eso un trueno cayó del falso cielo al igual que una lluvia torrencial, un rayo proveniente de las sombras hizo que parara.

Todo el comedor giró su vista hacia la puerta a lado de la mesa de los maestros, ahí había un hombre con la jara llena de cicatrices y una prótesis de ojo que sobresalía de su lugar.

—Es Alastor Moody- susurró Apolo

—Me gustan sus cicatrices.— su mejor amigo la miró con una mueca— ¿Qué? Son interesantes- se encogió de hombros

—Después de un largo debate el ministerio de magia decidió que no podrá haber ningún postulante menor de diecisiete años por la seguridad de los menores

—¡QUE PORQUERÍA!¡METANSE SUS REGLAS POR EL..!

—Brisy, compórtate.— Apolo colocó su mano en la boca de su amiga para evitar que siguiera hablando.

—¡El cáliz de fuego!- voltearon y se encontraron con una copa de madera perfectamente tallada, de ella salía una flama de fuego azul -Quién desee participar en el tornero sólo tendrán que poner su nombre en un pedazo de pergamino y colocarlo dentro del cáliz, tienen hasta el jueves a la misma hora para inscribirse

Todos volvieron a su banquete menos animados de lo que estaban antes. Sin duda había varios que querían inscribirse en el Torneo, entre ellos estaban Sabrina y Apolo que ahora tenían caras largas.

—¿Creen que sus tontas reglas me impedirán inscribirme? —Sabrina Exclamó 

—¿Tienes una idea para que aparentemos tener diecisiete años por un momento?- preguntó Apolo removiendo la comida en su plato

—Tengo una pero no estoy segura si funcione- Sabrina se quedó pensando -Claro que va a funcionar si lo preparo yo...Querido amigo- pasó su brazo por los hombros de Apolo -¿Listo para entrar al dichoso Torneo?

—Más que listo mi camarada

—Tu no entrarás a ese torneo- intervino Draco

—¿Por qué no?- la castaña se giró hacia el

—¡Porque podrías morir! De ninguna manera te dejaré entrar

—No eres nadie para decirme que hacer y que no- susurró a centímetros de su rostro -ademas, si muero tendré la gloria eterna y siempre seré recordada en las próximas generaciones Slytherin- sonrió satisfecha

—¿Ya arreglaron las cosas?- preguntó Apolo cerca del oído de Sabrina

—Ni idea, el me habló primero- la chica se encogió de hombros -ademas no estábamos en algo él podía besar a quien quisiera, no voy a tirar nuestra amistad a la basura solo por unos besos

—Vaya pero que madura

—Callate si no quieres que te entierre el tenedor donde más te duela.