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Pregúntaselo a tu padre

En la casa de Gavi y Pedri, los gemelos Joao y Jona esperaban a que su padre Fermín los fuera a buscar. Joao estaba sentado con Gala en un sillón, abrazados y robándose besos. En el otro sillón, Jona movía la pierna de arriba abajo nervioso, esperando algún mensaje de Dexter, pero no llegaba nada.

La cálida mano de Gavi se posó sobre el hombro de Jona, y con una sonrisa, articuló con los labios un "Vamos". Jona siguió al mejor amigo de su padre hasta la cocina.

—¿Café? —preguntó Gavi de espaldas, abriendo una alacena para sacar dos tazas.

—Sí —murmuró el rubio, apoyando la espalda en la barra.

—Tu padre me ha dicho que en nada llegará —comentó Gavi distraidamente.

—Vale... —murmuró el menor, aún moviendo la pierna.

Gavi notó el nerviosismo de Jona y se giró para mirarlo.

—¿Te ocurre algo, Jona? —cuestionó, observando al rubio sonrojarse.

Jona desvió la mirada por un momento, jugueteando con sus manos antes de responder.

—No es nada, tío Gavi...

El sevillano sonrió de lado mientras se cruzaba de brazos.

—Eres igual a Fermín cuando está nervioso... o preocupado. Mueves mucho la pierna derecha...

La similitud entre Jona y su padre Fermín resaltaba en ese momento.

Jona tomó la taza de café que Gavi le ofrecía, y mientras daba un sorbo, recordó la relación especial que tenía con él. Aunque no tenían ningún lazo sanguíneo o familiar, siempre había considerado a Gavi como un tío. Gavi había sido la primera persona en saber sobre sus preferencias sexuales, es decir, que era gay. Aquel momento en el que se lo confesó sigue siendo un recuerdo lleno de cariño y confianza.

Así que sabía de sobras que Gavi era alguien en quien podía confiar siempre.

—¿Vosotros erais así de melosos como Gala y Joao? —preguntó Jona, mirando el contenido de su taza como si fuera muy interesante.

Gavi sonrió, dejando a la vista sus hoyuelos.

—No tanto... Digo, nos dábamos cariño con Pedri, pero no en público —explicó divertido—. Yo tengo un par de amigos que eran pareja y bufff eran así o peor de melosos —sonrió con nostalgia, jugando con la taza y suspiró—. Terminaron tiempo después. Pero aún se siguen amando, mucho.

—¿Qué ha pasado con ellos? —preguntó Jona curioso.

—Eso deberías preguntárselo a tu padre, chaval —respondió Gavi.

Entendiendo el gesto de Jona, Gavi asintió con una sonrisa tranquila. Sabía que cuando el joven estuviera listo, hablaría. En ese momento, Joao interrumpió su conversación anunciando que su padre llegaría en cinco minutos. Jona le agradeció a Gavi con la mirada y dejó la taza en la encimera.

La relación entre Jona y Gavi era más que familiar; era de confianza y complicidad. Gavi había sido una figura importante en la vida de Jona, especialmente cuando se trataba de asuntos delicados como su sexualidad. Esa cercanía les permitía entenderse sin necesidad de palabras.

...

El trayecto en el coche transcurrió en relativo silencio, interrumpido únicamente por la música de Taylor Swift que resonaba en los altavoces. La melodía de "Paper Rings" llenaba el habitáculo mientras Jona observaba distraído el paisaje urbano que pasaba velozmente por la ventanilla. Las notas musicales le traían recuerdos, especialmente uno que siempre giraba en torno a una sola persona: Dexter.

Inmerso en sus pensamientos, Jona apenas notó cuando el auto ya estaba estacionado en la cochera de su casa. Fue entonces cuando la mano de su padre, cálida y reconfortante, le acarició la rodilla, sacándolo de su ensimismamiento.

— ¿Qué ha pasado, hijo? Te he notado distraído —inquirió Fermín con preocupación.

Jona suspiró, buscando las palabras adecuadas para expresar lo que sentía.

— Solo mis pensamientos, pa —respondió con sinceridad, notando el leve asentimiento de su padre.

Durante un rato, el silencio se apoderó del ambiente, hasta que Jona decidió romperlo.

— El tío Gavi... me ha hablado sobre unos amigos suyos que eran pareja y que terminaron —comenzó, notando el ligero nerviosismo que intentaba disimular su padre.

Fermín soltó un suspiro largo, reconociendo la situación incómoda en la que se encontraba.

— ¿Qué te ha dicho? —preguntó con curiosidad.

El padre de Jona evitó su mirada por un momento, recopilando sus pensamientos antes de comenzar a hablar.

— Verás, hijo... —empezó, con la voz cargada de emoción—. Cuando tu tío Gavi, tu tía Roma y yo teníamos unos 20 años... Roma y yo comenzamos a salir.

Fermín respiró hondo antes de continuar, consciente de la seriedad de la conversación.

— Eso ocurrió antes de que yo saliera con tu madre... —explicó, buscando las palabras adecuadas—. Esto quedará entre tú y yo... pero antes de que Roma saliera con Fer y meses después naciera Dexter... Roma y yo dormíamos juntos, es decir, salíamos, no éramos novios ni nada de eso.

Jona asintió, indicando que entendía la situación.

— Papá... ya no soy un crío, puedes decirlo —instó Jona, queriendo que su padre fuera directo.

Fermín soltó un suspiro resignado, decidiendo ser más franco.

— Vale... nosotros bueno... follabamos —admitió finalmente, mirando a su hijo con sinceridad y sonrojándose hasta las orejas.

—¿Pero no eran novios?

—No.

—Entonces eran folla-amigos.

Fermín se sonrojo y aparto la mirada mordiéndose el labio inferior, Jona temió algo así que sin pensar pregunto:

—¿Dexter es mi hermano o algo así?

—¿¡Qué!? —el rostro de Fermín era un poema —¡No! ¡Jonathan! ¡¿Cómo vas...a?! ¡No!

— Pero dijiste que erais folla-amigos.

—¡No! ¡Bueno...si! ¡Pero usaba condón! 

Jona sonrió al ver a su padre así de nervioso.

— Vale, vale pa ya lo he pillado.

Fermín continuó con su relato.

— Éramos exclusivos, nos divertíamos juntos... Pasaron así dos años hasta que nos dimos cuenta de que no queríamos joder nuestra amistad. Fue entonces cuando decidimos dejarlo y seguir siendo amigos. Fue lo mejor para los dos en ese momento. 

Jona asimiló la información, comprendiendo la complejidad de la situación.

— ¿Y cómo supieron que era el momento de detenerse? —preguntó Jona con curiosidad, interesado en conocer más detalles sobre la historia de su padre.

Fermín sonrió levemente, recordando aquel momento de claridad.

— Fue un proceso gradual, hijo. Empezamos a darnos cuenta de que nuestras vidas iban en direcciones diferentes, y que lo que teníamos era especial, pero no era lo que queríamos para siempre —explicó con calma—. Así que decidimos poner fin a la parte romántica de nuestra relación y centrarnos en ser buenos amigos. Fue lo mejor para ambos.

Asintió leve escuchando a su padre.

— Siempre seremos mejores amigos, Jona. Siempre nos amaremos, pero en un sentido diferente. Confundimos locura con amor, y eso está bien. Siempre hemos estado el uno para el otro, y siempre seremos el primer amor del otro, pero ahora somos amigos platónicos —explicó con ternura, poniendo énfasis en la importancia de su relación actual—. Y eso está bien, porque lo que tenemos es especial de una manera distinta, ¿entiendes?

— Si lo entiendo ¿Alguien más lo sabe?

— Solo Pedri, Gavi y algunos amigos en común saben de nuestra antigua relación. Decidimos que nuestras parejas no lo sabrían, era algo solo entre nosotros —explicó Fermín, recordando los acuerdos que habían hecho en aquel entonces.

Jona frunció el ceño, intrigado.

— ¿Y nunca se lo has contado a mamá? —preguntó, sorprendido por esta revelación.

Fermín negó con la cabeza, con una expresión reflexiva.

— No, nunca se lo he contado. Es algo que decidimos mantener entre nosotros. Tu madre y yo tenemos nuestra propia historia, y esta parte de mi vida no tiene por qué afectarla —respondió, intentando transmitirle a Jona la importancia de mantener ciertas cosas privadas en una relación.

Jona asintió, comprendiendo la razón detrás de esa decisión.

— Entiendo, papá. Gracias por contármelo. Me alegra que tengamos esta confianza para hablar de estas cosas —dijo, expresando su gratitud por la honestidad de su padre.

Fermín sonrió, sintiéndose más cerca de su hijo que nunca.

— Siempre estaremos aquí el uno para el otro, Jona. Nunca lo olvides —afirmó con cariño.

 Jona asimiló la revelación con seriedad, procesando la información antes de responder.

— Entiendo, papá —dijo, intentando mantener la compostura—. Gracias en serio por ser sincero conmigo.

Fermín asintió, agradecido por la comprensión de su hijo.

— Lo siento si te ha sorprendido. No quería ocultarte nada, pero tampoco sabía cómo contártelo —se disculpó, sintiendo un peso alivianarse al abrirse con Jona.

El rubio sonrió, tratando de calmar a su padre.

— Está bien, de verdad. Aprecio tu sinceridad, pa —respondió Jona, ofreciendo un gesto de apoyo a su padre.

Fermín le devolvió la sonrisa, agradecido por el entendimiento de su hijo.

Hola holaaaaaaa, como vaaaaaaan???

Estuvo potente el capitulo.

Les gusto?

En fin.

Los leo.

Lai <3

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