Ensayo
Jona estaba sentado en su cama, rasgueando suavemente las cuerdas de su guitarra. El sonido tranquilo y melancólico parecía acompasarse con su estado de ánimo. Había pasado una semana entera sin hablar con Dex, y la ausencia de su voz y su presencia se sentía como una punzada constante en su pecho. Cerró los ojos, intentando concentrarse en la melodía, pero su mente seguía divagando.
Recordaba los últimos mensajes de Dex, todos ignorados por él. Sentía una mezcla de culpa y resentimiento, un torbellino de emociones que no lograba descifrar del todo. Quería hablarle, explicar cómo se sentía... pero no sabía cómo hacerlo sin parecer demasiado vulnerable. Además, sus moretones nuevos y viejos, resultado de los continuos acosos de Iván, sólo intensificaban su malestar.
De repente, una almohada impactó contra su rostro, interrumpiendo sus pensamientos. Jona miró a su hermano, João, con una expresión molesta.
—Joder, chaval, que llevo media hora llamándote —se quejó João, frunciendo el ceño.
Jona arrugó la nariz y respondió:
—¿Qué ha pasado, Joa?
João suspiró, claramente exasperado, y le dijo:
—Ya tienes todo listo para el ensayo.
El guitarrista ladeó la cabeza, sin comprender.
—¿Qué ensayo?
João suspiró y negó con la cabeza, conocedor del despiste de su hermano.
—Pues el de tu banda. Sebas te está esperando abajo.
Jona se mordió el labio inferior, dándose cuenta de que lo había olvidado por completo.
—Lo olvidé... —admitió, sintiéndose culpable por su distracción.
João sonrió de lado, dándose cuenta de que su hermano estaba particularmente distraído.
—Lo supuse, hermanito. Estás muy distraído últimamente.
Jona asintió, sintiéndose aún más culpable por no haber estado más atento. Se levantó rápidamente, dejando la guitarra a un lado.
—Voy para abajo en un rato —dijo, levantándose de la cama.
João suspiró, asintiendo, y se giró para salir de la habitación.
—Le diré a Sebas que saldrás en veinte —añadió antes de cerrar la puerta detrás de él.
Jona se quedó solo, mirando la guitarra que había dejado a un lado. Con un suspiro, se dirigió a prepararse para el ensayo, sintiendo una mezcla de nervios y frustración. Sabía que tenía que enfrentar a su banda y a sus propios sentimientos, pero no estaba seguro de cómo hacerlo.
João salió de la habitación de Jona y se dirigió a la sala donde Kevin y Sebastián estaban sentados en el sofá. Ambos estaban concentrados en el móvil de Sebastián: Kevin tenía la cabeza apoyada en el hombro de Sebas, y Sebas, a su vez, tenía la cabeza apoyada en la de Kevin. Parecían estar viendo algo divertido, pero João interrumpió su momento.
—Chicos, Jona baja en veinte minutos —anunció João, llamando su atención.
Kevin y Sebastián levantaron la vista de inmediato. Sebastián guardó el móvil en su bolsillo mientras Kevin se estiraba, colocando la cabeza en posición vertical.
—¿Y qué pasa con Jona? —preguntó Kevin, frunciendo el ceño.
—He notado que está raro últimamente, más decaído. —João miró a ambos con preocupación—. ¿Podríais hablar con él cuando llegue? Me preocupa que esté pasando por algo.
Sebastián asintió con seriedad.
—Lo hemos notado distraído, pero lo asociamos a su TDAH —dijo Kevin—. Aunque quizás esté pasando por algo más.
João frunció el ceño, sintiendo que la situación era más complicada de lo que inicialmente había pensado.
—Sí, eso pensé yo también —dijo João—. Solo quiero asegurarme de que esté bien. Si pudierais ayudarme a hablar con él, sería genial.
Sebastián y Kevin se miraron y asintieron.
—Claro, nos encargaremos de ello —confirmó Sebastián—. Min ya debe estar en casa preparando todo para el ensayo.
—Perfecto. Gracias, chicos. —João les dio una sonrisa de agradecimiento antes de volverse para salir de la sala—. Espero que esto no afecte mucho el ensayo.
Kevin y Sebastián intercambiaron miradas de preocupación mientras João se dirigía hacia la salida. Ambos sabían que tenían que hacer un esfuerzo adicional para apoyar a Jona durante este ensayo. La banda "Alas de papel" no solo tenía que concentrarse en la música, sino también en el bienestar de sus miembros.
Cuando Jona bajó al salón, Kevin y Sebastián estaban esperando. La diferencia en su apariencia era evidente: llevaba ropa menos colorida de lo habitual y sudaderas holgadas que ocultaban más de lo normal. Su semblante estaba apagado, y su sonrisa, aunque presente, no tenía la calidez habitual.
—¡Ey, chicos! —dijo Jona, intentando mostrar entusiasmo al ver a sus amigos—. ¡Qué tal!
Kevin y Sebastián se acercaron y le dieron un abrazo. Jona recibió el abrazo de Kevin con una sonrisa forzada, pero cuando Kevin lo abrazó con un poco de fuerza, Jona siseó de dolor y se apartó rápidamente.
—¿Estás bien, Jona? —preguntó Sebastián, notando el gesto de incomodidad pero sin profundizar en el tema.
Jona asintió rápidamente, intentando que no se notara su malestar.
—Sí, sí, solo un poco de dolor muscular —respondió, mientras se frotaba el costado con una mano—. Nada grave.
Kevin y Sebastián intercambiaron miradas, sin querer presionar más pero claramente preocupados.
—Bueno, ya estamos todos aquí —dijo Kevin con un tono más alegre—. ¿Qué tal ha sido tu semana?
Jona intentó sonreír más ampliamente, aunque la tristeza seguía en sus ojos.
—Ha sido... tranquila —dijo—. He estado un poco ocupado con otras cosas.
Sebastián, aún observando con atención, asintió y cambió de tema para evitar más incomodidades.
—¡Genial! Vamos a concentrarnos en el ensayo. Estoy deseando ver qué hemos preparado para esta vez.
Durante el trayecto en coche hasta la casa de Min, los chicos charlaban animadamente sobre los próximos shows. El tema recurrente era el restaurante de Fernando, el padre de Dex, donde tocarían pronto.
—Va a estar genial tocar en el restaurante de Fernando —comentó Sebastián—. Me han dicho que el sitio está bastante guay.
—Sí, es un buen lugar para ganar algo de exposición —asintió Kevin—. Además, siempre es bueno tocar en sitios nuevos.
Jona, a pesar de sus esfuerzos por parecer alegre, no podía evitar sentirse distraído. Su mente estaba lejos de la conversación sobre los shows.
Cuando llegaron a la casa de Min, se encontraron con Tabs y Min ya esperando. Tabs, con su estilo coqueto y vibrante, saludó con entusiasmo. Min, por otro lado, tenía una actitud más reservada pero amable.
—¡Qué pasa, chicos! —dijo Tabs—. ¿Listos para el ensayo?
—¡Claro que sí! —respondió Kevin—. ¿Qué tenemos hoy?
—Primero, vamos a repasar las canciones para el show de mañana por la noche —dijo Min—. Jona, ¿qué canciones quieres cantar?
Jona, aún tratando de ocultar su malestar, miró a sus amigos y dijo:
—Quiero cantar "Déjame ir" de Andrés Cepeda y Morat, "Batimóvil Remix" de Funzo y Baby Loud, y también "Semanas" de Charlie USG.
Tabs asintió, haciendo una pequeña mueca de aprobación.
—Perfecto, empecemos con "Déjame ir" —dijo.
Se colocaron en posiciones y comenzaron a ensayar. La canción "Déjame ir" fue la primera que interpretaron.
Tabs comenzó con la primera estrofa, su voz llena de energía y emoción:
—Cuando me robaste la mirada y no tenías permiso. Comprendí que con un dedo no se tapa el sol...
El rubio cerro los ojos sintiendo la melodía recorrer sus venas.
—Yo subestimé tus besos, me atrapó tu hechizo...Por jugar tanto con fuego, quemé el corazón. Y aunque siempre estuvo en nuestros planes seguir el libreto. De repente llega un beso y toca improvisar. Culparé a tus labios rotos y tus bailes lentos. De que no fuimos capaces de reaccionar.
Sus movimientos eran apasionados y fluidos, y cada nota se entregaba con sinceridad. Jona, observando, tomó su lugar para cantar su parte.
—Y aunque tengo escritos tantos planes para que me quieras. Sé que es cierto que el amor es un juego de dos. Porque eso de ser tu amigo sin romper las reglas —la letra resonó en su mente junto al recuerdo de la primera vez que probo esos labios rotos — Hoy quisiera ser, honesto jamás funcionó
Llegaron al coro donde Jona cantó con el corazón en la mano sintiendo verdaderamente todo lo que esa canción expresaba.
—Olvídate de todo lo que sabes. No vayas a esperar que yo te extrañe. Y borra cada letra aunque sea tu canción... Quédate aquí...
Mientras Jona cantaba, su mente se dirigió a una sola persona: Dex. Recordaba sus momentos juntos, los ojos grises de Dex como nubes en días lluviosos, su piel canela como un mocachino cargado, sus músculos, y esa mirada seria que siempre lo hacía sentir algo especial. Cada palabra de la canción parecía resonar con esos recuerdos, haciendo que su voz temblara ligeramente.
El momento llegó al dueto. Tabs y Jona se unieron en el estribillo:
—Déjame ir...Prohíbele a tus ojos robarme el aliento. Obliga a tu boca que procure estar lejos...
La canción se convirtió en una liberación emocional para Jona. Mientras cantaban juntos, los gestos y movimientos de Tabs se sincronizaban con los de Jona. Tabs gesticulaba con las manos, como si quisiera alejarse de lo que describía la canción, mientras Jona mantenía los ojos cerrados, dejándose llevar por el sentimiento.
Tabs lo miró con empatía, comprendiendo el peso de la canción. El desahogo en la voz de Jona era palpable y su expresión mostraba la lucha interna que estaba atravesando.
—Y aunque al final no tenga todas las respuestas. Mi corazón no va aguantar si no me sueltas. Quédate aquí...
La canción terminó, y Jona se quedó en silencio, con la respiración entrecortada. Tabs le dio una palmadita en el hombro y le sonrió de manera reconfortante.
—Eso ha estado increíble, Jona —dijo Tabs—. Se notó que pones mucho en la interpretación.
Jona, con la mente aún en Dex, simplemente asintió, agradecido por el apoyo de sus amigos. El ensayo continuó, pero la letra de "Déjame ir" seguía resonando en su cabeza, recordándole sus sentimientos no expresados.
Buenas buenas!!!
Que les pareció el capitulo?
Opiniones, consejos y ideas me las pueden dejar acá!
En fin.
Los quiero <3
Laaai<3
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