La mañana del viernes fue donde Lisa por primera vez despertó sola, confundida toqueteo el lado de la cama donde debería estar Jennie abrazándola, pero no sintió nada, confundida se levantó mirando alrededor.

— ¿Jennie? —preguntó al aire sin recibir respuesta, le levantó con rapidez al baño para revisar si Jennie no estaba ahí— ¿Jennie? —

Más confundida que antes decidió arreglarse con su traje de oficina, ese día entraba un poco más tarde, pero se cambió porque no quería llegar tarde.

Cuando salió al comedor observo a Jennie jugando con Jane tranquilamente, suspiro con alivio y se hizo el desayuno.

Entonces Lisa espero, y espero y espero hasta que dieron las 8, nada, ni un buenos días, ni siquiera su hija la noto, así que resignada levantó su plato y se acercó a la puerta dispuesta a irse.

— Adiós... —dijo esperando una respuesta, nada, la estaban ignorando—

Quizá cuando volviera del trabajo las cosas fueran diferentes.

(...)
Con la pijama puesta y acostada en el sofa estaba la alfa preguntándose acerca de su mísera existencia, llegó y ni siquiera vio a Jennie en casa, la cama estaba fría y no escuchar a su hija regañarla por tropezar en la entrada debido a las prisas le hacía falta.

Entonces Lisa comenzó a llorar como una niña mientras se abrazaba de un cojín.

— ¿Lisa? ¿Qué tienes? —preguntó Jennie saliendo de la habitación de su hija para ver a a su esposa llorando en el sofa—

— ¿Ya no me quieres? —preguntó Lisa mirándola a los ojos, Jennie se sintió cohibida al ver la mirada de Lisa, parecía bastante decidida aunque estaba llorando— Me has estado ignorando todo el día —

Guardando silencio un momento Jennie trataba de procesar el hecho de decirle que era un broma que habían hecho con Jane oara ver su reacción, no esperaba que le afectará de esa manera.

— Es una broma —dijo con una sonrisa forzada y la lágrimas de la cara de Lisa pararán de repente y Jennie podía jurar que un aura malvada emanaba de todo su ser—

— Así que me hiciste una broma ignorandome todo el maldito día —dijo la alfa levantándose de su posición fetal en el sillón y limpiando sus lágrimas, se coloco de piel frente a Jennie y la omega encogió un poco su postura sonriendo ligeramente— Espero que estés dispuesta a pagar el precio de hacerme llorar —Lisa sonrió antes de ir a revisar la habitación de Jane, al ver a la niña dormida coloco el seguro por fuera—

Tragando saliva Jennie sintió las feromonas de Lisa comenzar a llenar la sala y luego se vio arrastrada a la habitación.

Esa noche Jennie aprendió que no debería hacerle bromas de ese estilo a Lisa, pues la mañana siguiente le costaba caminar adecuadamente y los rastros de mordidas que dejó Lisa en su cuerpo eran testigo de cómo Jennie derramó las lágrimas que hizo que Lisa soltara.

— Me voy al trabajo —sonrió Lisa en la puerta como si no hubiera pasado nada la noche anterior, su hija le dio un beso en la mejilla— Esta vez espero que no me ignores Manoban Jennie —amenazó antes de salir riendo a carcajadas cuando Jennie le lanzó el salero—