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Había sido imperceptible.
Comenzó como algo sin importancia, sin pretenderlo siquiera.

La primera noche que JongIn había olvidado su chaqueta en casa de KyungSoo, fue una de las tantas noches que se habían quedado despiertos hasta tarde, hablando de todas las cosas que se les habían ocurrido, como si no hubiera un mañana.

Kyungsoo la había encontrado en su habitación y la había acomodado en su clóset, para cuando el moreno volviera pudiera llevársela.

Cosa que nunca ocurrió.

Por el contrario, a JongIn se le habían olvidado dos suéteres más y un par de calcetines que KyungSoo se había encargado de echar a su lavadora para mantenerlos limpios.

Le había dado un poco de gracia que al muchacho moreno se le hubiera hecho tan tarde aquella mañana que hubiese salido sin calcetines, corriendo hacia la universidad porque no podía volver a faltar en el semestre.

KyungSoo sonrió ante el pensamiento de que JongIn, se había metido en su vida como el agua en cualquier rendija. Y no solo eso, se había apropiado de él.

Lo había inundado, estaba completamente rodeado de su esencia, con cada mirada, con cada beso, con cada caricia y con cada gemido.

Las paredes de su habitación eran testigos del profundo amor que se profesaban y de todas las ocurrencias que ambos tenían.

Pero también, sin lugar a dudas, eran testigos de cómo JongIn, de manera imperceptible y bien cuidada, se había ido mudando lentamente al departamento de KyungSoo.

Dejando una sudadera, unos calcetines, la ropa interior o alguna que otra cosa sobre cuidado personal que ahora estaba regado por todas las habitaciones pequeñas del lugar.

KyungSoo se observó al espejo aquella mañana y sonrió, mientras tomaba el cepillo de dientes con su mano y con la otra destapaba la pasta dental recién comprada.

Escuchó al muchacho moreno suspirar en la habitación, seguramente terminando de enderezarse después de una batalla con su mente que le decía que se quedara dormido cinco minutos más. Pero decidiendo al final que era hora de despertar y comenzar el día.

JongIn se incorporó y salió de la cama, dando un par de pasos hasta el lavabo del baño para abrazar a su hyung por la espalda, observando sus propios ojos perezosos en el espejo.

ㅡ Buenos días, Hyung.

ㅡ Buenos días, JongIn.

El muchacho sonrió y le dio un beso en la mejilla para posteriormente terminar soltando otro en su cuello, haciendo al más bajito estremecerse ante el tacto de sus labios.

ㅡ Te ves sexy cuando te lavas los dientes. ㅡ JongIn murmuró y KyungSoo se echó a reír.

ㅡ Yah, no puedo llegar tarde hoy, así que lava los tuyos también.

Kyungsoo señaló el pequeño bote que contenía un cepillo más. Elegido especialmente para su amante.

A JongIn le brillaron los ojos.

ㅡ Me compraste un cepillo de dientes.

ㅡ Si vas a vivir medio tiempo aquí, al menos deberías tener artículos de limpieza, JongIn.

JongIn suspiró, completamente enamorado ante la elección de su amante en las palabras.

"Si vas a vivir aquí" fue todo lo que atinó a escuchar, y sonrió, porque no podía esperar a terminar de mudarse, para abarcarlo a sus anchas.

Para amoldarse a él y que KyungSoo hiciera los cambios que considerara pertinentes en su rutina.

Amaba a ese hombrecillo, cada gesto, cada movimiento y cada palabra que salía de su boca.

Si, JongIn no podía esperar a seguir trayendo accidentalmente cosas personales para olvidarlas en el departamento de KyungSoo y hacerlo suyo, así como KyungSoo había hecho todo para adueñarse de él.

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N/a

Cositas random