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Para JongIn todo pasaba tan rápido, la manera en que el sol se levantaba sobre las montañas y cómo la mañana transcurría de manera tranquila y serena.

Podía cerrar los ojos y seguir dormitando, podía imaginar que ese día sería diferente, imaginar un universo paralelo donde no tendría que levantarse para que su sirviente le guiara hasta la bañera mientras otro más le preparaba el atuendo del día.

Podía respirar con tranquilidad mientras observaba sus largas piernas morenas bajo el agua, porque en ese breve instante de soledad podía ser él mismo, sin preocupaciones, sin pretender ser alguien que claramente no era.

Y pese a que el tiempo volaba para él cuando estaba a solas, para JongIn no había nada más gratificante que el bajar completamente vestido, dirigirse por el lujoso pasillo hacia la estancia oeste de la casa para encontrar en el salón de juegos a su madre y a su hermana, completamente satisfechas de verlo ese día.

Un día más, una noche más, un baile más. A JongIn le parecía un poco absurdo el asistir a un baile para cortejar señoritas de alta sociedad, mientras sus padres hablaban con otros para ofrecerlas al mejor postor, o viceversa.

JongIn sabía su situación, sabía que la señorita Lee, cuya familia era acaudalada, era lo que más le convenía a su familia para hacer la fortuna crecer. Que sus padres se sentirían orgullosos y que su matrimonio abriría grandes puertas para que su hermana entrara en sociedad y se casara con un excelente partido.

Y a pesar de ello, JongIn no podía terminar de comprender como en ese momento, en ese instante en que la música repicaba en sus tímpanos de manera placentera y las luces adecuadas de los candelabros le iluminaban, él no podía más que girar disimuladamente la mirada, lejos de la señorita Lee y su sonrisa sosa, lejos de su esbelta silueta.

Ese maravilloso instante donde todo el tiempo parecía detenerse, cuando los grandes ojos oscuros del heredero de los Do se paseaban por la primera estancia y se detenían en él.

El corazón de JongIn retumbaba en su interior, su cuerpo temblaba sin poder contenerlo y perdía la batalla como perdía el aliento, porque los carismáticos y brillantes ojos de Do KyungSoo seguían observándolo con cierto interés.

A JongIn no le hubiese importado dirigirse hacia él, sonreírle galante y pedirle un baile, si fuese otro universo. Si fuese otro lugar, si fueran otras sus vidas. Si KyungSoo no estuviese tomando la mano de la señorita Kim con delicadeza, si fueran libres.

Pero ¿Qué era la libertad en un tiempo como aquel? La libertad para JongIn se ajustaba a su realidad con miradas, con leves toques de manos y una sonrisa traviesa en medio de una conversación.

Su libertad se escondía tras una puerta de las grandes casas y salones de baile, bajo la penumbra de largas cortinas, con la promesa de un mañana en la mirada del hombre que ocupaba sus pensamientos la mayor parte del día. Con cadenciosos besos de aquellos gruesos labios que lo hacían soñar despierto.

Para JongIn el tiempo pasaba rápidamente cuando estaba a solas, cuando pensaba en KyungSoo, en el momento exacto de la noche en que sus miradas volverían a encontrarse, en que el amor les rodearía el cuerpo sin importar que lo demás fuera una mentira.

JongIn soñaba con la noche y sonreía cada mañana por la oportunidad de volver a ver al hombre del que estaba perdidamente enamorado.

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Espero que les haya gustado :)
Honestamente me andaba yendo al lado angst y luego recordé que esto debe ser fluff así que salió medio raro, pero ya en el siguiente me aplico 😂

Ary