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Cuando JongIn llegó esa noche, se sentía bastante mal, no había esperado que las cosas le salieran tan mal, honestamente no se esperaba que todo se le saliera de las manos. Llevaba meses planeando cómo celebrar el cumpleaños de KyungSoo, pero algunos obstáculos se presentaron en el camino.

Imprevistos como el hecho de que su abuela se hubiera presentado en casa justo el día once de enero y su familia le sugiriera que debía terminar el día con ellos, porque su abuela merecía respeto y cariño a su edad. Y no lo malentiendan, JongIn amaba a su abuela, pero el asunto era que su novio vivía en Seúl desde hacía más de medio año y esa era la cantidad exacta de tiempo en que él no lo había visto en persona.

Así que había ahorrado todo lo posible para comprar un regalo y aventurarse a la gran ciudad a visitarlo. KyungSoo se había mudado porque había logrado entrar en la universidad, JongIn por su parte, le restaba un año para poder entrar o al menos intentarlo.

Eran planes que ambos tenían desde que estaban en la preparatoria, cuando después de años se hicieron novios y decidieron que debían pasar el resto de sus vidas juntos.

Por ello, cuando llegó el día doce, tan preciado para JongIn, se sintió un poco mal de no estar con él desde la mañana como en sus planes, pero lo que no esperó es que el autobús se retrasara inusualmente y que terminara llegando a la ciudad hasta la noche.

Cuando JongIn finalmente llegó al departamento donde KyungSoo se estaba hospedando con algunos otros estudiantes, se sintió abrumado. Sin embargo, cuando KyungSoo le abrió la puerta finalmente, su corazón no pudo más que palpitar apresuradamente, porque el amor de su vida se encontraba finalmente frente a él.

La expresión de KyungSoo fue de total sorpresa al principio, quedándose completamente inmóvil, había estado un poco preocupado y un poco decepcionado, porque no había escuchado nada de JongIn en el día, ni siquiera un mensaje de felicitación o la video llamada que solían hacer cada fin de semana.

Así que sin poder evitarlo, sonrió, mientras sus manos se acercaron al muchacho para abrazarlo con fuerza, lo atrajo hacia él mientras que JongIn se inclinaba un poco, lo suficiente como para enterrar su cabeza en su cuello e inundar sus fosas nasales con el aroma de su novio.

Todo se sentía tan bien repentinamente, como si lo malo del día hubiese desaparecido, porque al fin había llegado a su destino, finalmente había llegado a su hogar.

ㅡ Feliz cumpleaños, KyungSoo hyung...

KyungSoo asintió y se separó de él, observándolo directo a los ojos antes de levantar la cabeza y dejarle un beso suave en los labios.

ㅡ Me has dado el mejor regalo de todos...

ㅡ ¿De qué hablas? Llegué tarde, tu cumpleaños casi termina.

KyungSoo negó, jalando a JongIn para que terminara de entrar al departamento y poder cerrar la puerta.

ㅡ No, mi amor, nuestro cumpleaños apenas comienza.

JongIn le sonrió, con las mejillas arreboladas por la manera en que KyungSoo lo trataba, la manera en que le hablaba, por poder escuchar esa voz que adoraba y poder tocarlo todo lo que quisiera.

ㅡ Feliz cumpleaños, mi amor.

KyungSoo asintió y llevó a JongIn a su diminuta habitación, porque la noche era larga y los dos días siguientes estaban para disfrutarse, porque se habían extrañado y no podían más que demostrarlo.

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