192 días después.
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«La Sorpresa»

❝Ese día me callé y no dije nada...Temía que cuando hablara, las lágrimas se me salieran❞

Sentado en la oscuridad. Con solo una vela encendida, tratando de pensar en quien había sido. Toqueteo con la pluma del lápiz en mi escritorio, dejé la vela en la ventana, la observé, se movía ligeramente de un lado a otro, y reflejándose en el cristal.

Había un silencio horrible.
Entonces, tratando de recordar los que había en aquella fiesta, cerré mis ojos. Había escuchado que recuerda uno mejor con los ojos cerrados. Lo hice.

El estacionamiento.
La puerta.
Interior.
Exterior.
Caras anónimas.

Mis ojos se abrieron de par en par. Me levanto rápidamente y tomo el teléfono de casa, lo descuelgo y busco entre los cajones el número del inspector. Lo hice como un desesperado, cuando hojeo las páginas de una libreta donde lo había apuntado, marco al número, mis manos tiemblan, carraspeo mi garganta

— ¡John! — llamé por su nombre.

—¿Dime? ¿Sonic?

— Mira, tuve que llamarte, Amy es una chica muy lista, jamás se iría con alguien que no conoce. ¡Tiene que haber sido alguien conocido, algún vecino, o a-alguien que ella conocía! — exclamé y continúe —; Mira, tengo un nombre, tengo varios de hecho.

Y comenzé a nombralos, a todos aquellos con los que había cruzado palabras, o los había visto ahí. Recuerdo que había unos fumadores, sintiéndome agitado, comencé a nombrarlos a cada uno.

—¿Tienes sus direcciones? — respondió John. Desde el otro lado.

Más tarde.
Le volví a llamar.

«— John, mira tengo otro sospechoso. Es fumador, se llama Ashton Britter, créeme. Hay algo raro en este sujeto.»

«—¿Quién es? —cuestionó—»

«—Trabaja en el servicio de limpieza»
«—De acuerdo, Sonic. Iré para allá.»
«—¡E-espera! ¿Te molesta si voy yo y hecho un vistazo? Voy a perseguirlo de cerca.»

Le volví a marcar.

«—¡John, tengo otro! Mark Solse, tengo su estado de cuenta»

Noche.

«—¡Encontré otro! — marqué»
«—Sonic, por favor, tienes que confíar en mí. ¿Si? lo atraparemos.»

Le pedí que viniera a mi casa.
Llamó a la puerta, yo antes había ido al registro y traje algunas cosas.

— Que bueno que llegas. — le dije. — mira tengo mucho material del registro que he acumulado.

El dective toma asiento y se lleva la mano a la frente, como tratando de procesar todo esto.
Escucho mi puerta abrir y volteo. Es Tails.
Sin embargo, no le pongo cuidado y le digo a John.

— Escucha. Sé que buscas sospechosos obvios. Conflictos, abusadores. Entiendo porque, pero, John. Lo estás viendo desde otra perspectiva, de un ángulo equivocado.

Tails se acercaba lentamente y se recarga en la pared, veo que se lleva sus manos a y se abraza a si mismo. Diciéndo mi nombre en voz bajita. Lo ignoré.

— Tengo otro. ¡Y es vecino mío, Obie! Vi coletillas de cigarro tiradas en su basura.

— Sonic, Obie tiene más de 80 años. — murmura Tails, removiendoce en la pared.

— ¡Le estuve siguiendo! Lo seguí al supermercado, su carrito está a lleno de cosas que contienen marihuana. — continué

— Sonic, tiene problemas. — vuelve a hablar Tails. John me mira y luego a él, sacude la cabeza y bosqueja.

—Tenemos que ir de atrás para adelante. Ver registros familiares, gentes criminales. Enfermedades mentales...— proseguí.

— Sonic, esto no va a cambiar nada. — dijo Tails. Yo seguía hablando.

— ¿Se puede por sus impuestos? ¿Se puede perseguir a alguien por lo que hace? Yo digo que sí, si vamos lento y lo vigilamos bien de cerca, estoy casi seguro que él...

— ¡Sonic, por favor para! ¡¿Puedes detenerte?! ¡Ya para! ¡Deja de hacer esto! —soltó Tails. Volteo a verlo, exclamó, le escuché. Lo escuché dolido.

Lo veo irse de nuevo, por la puerta.

— Sonic. Se que son ya 6 meses. Y sé que has tratado de lidiar con esto a tu manera, pero....—contribuyó John e hizo una seña a por dónde Tails había salido. — Él no la está pasando muy bien. Necesita ayuda, Sonic. Alguien que le ayude a pasar por todo esto.

Mi mejor amigo, en pocas palabras... Él también lo sentía, sabía que la añoraba, sabía que quizá estuviera lidiando a esto por con manera, aquel día que me dijo que quería hacerme compañía, yo sé lo negué, y desde entonces. Él y yo estamos distanciados, ni siquiera sé si Scourge le siga ayudando en su taller, no me a contado nada.

Suspiré.
Asentí.
Entonces John se marchó, le di los registros. Mientras tanto, No sé porque Tails había venido, escuché que tocaron la puerta, una vez que John se había marchado pasaban de las 8:00 p.m

— Sonic. —era Tails. — ¿...Quieres seguirme, por favor?

Tenía sus ojos algo lagrimosos.
Entonces supe...Que estuvo llorando.
Asentí, cerré mi puerta con llave y caminamos en silencio.

—Sonic. —comentó el cortando el silencio. — Creo...que se te ha olvidado algo.

— ¿Qué?

Asoma una sonrisa triste, lo puedo ver. A pesar de la oscuridad.

— Lo sabrás cuando llegues.

Sin decir nada más.
Continuamos en silencio, caminábamos por la grava, supe que ese camino llevaba a la casa de él. A su taller. ¿Qué iba a hacer?

(...)

En efecto. Llegamos a su casa, seguro que quería mostrarme algo. Las luces están apagadas.

— Tú primero. Entra. — me dice.

Lo miro por encima de mi hombro, abro la puerta. Esta oscuro, completamente. Busco el interruptor de la luz a ciegas.

Cuando la enciendo...

— ¡¡Sopresaaa!!! —vociferaron todos. Todos mis amigos, reunidos, con gorritos de fiesta, con espanta-suegras. Y serpentinas pegadas al techo y por doquier.

¿Qué?

Yo...
¿Era mi cumpleaños?
¿Hoy era mi cumpleaños número dieciséis?
....
Sin decir una palabra. Solo verlos, en shock. Claro...hoy era mi cumpleaños. Hoy cumplía dieciséis años, y no lo recordaba. Pese a que marqué la fecha en el calendario, no me acordé.

Inclino mi cabeza para ver a Tails a mi lado. Los demás esperan a que yo sonría, o diga algo. Pero, simplemente estoy en shock.

Tails me abraza. Y puedo aspirar su perfume.
Hace tanto que no huelo a Amy que he olvidado su olor. Lo reconocería al instante, pero no puedo describirlo. No puedo sentirla. Sabía que esto pasaría. Temía que pasara.

—Feliz cumpleaños. Gato azul. — dice Vector acercándose a mi. Y dándome unas palmadas en la espalda.

— ¡Sonic. Feliz cumpleaños! —tercean los demás.

No puedo sonreír.
Ni decirles gracias.
Eh inmediatamente pienso.
Que no tiene nada de feliz.

Pero no quiero estropearlo.
Tampoco quiero llorar, no puedo sonreír.
¿Qué tienes, Sonic?
¿No sientes nada?
¿Acaso padeces de Alexitimia?

—....gracias. — respondí al cabo. Al ver qué todos me felicitaban y yo no tenía palabras.

Quizá todos lo saben.
Quizá no hace falta explicar.
Ellos quieren animarme, ellos están en proceso de despedirse y comenzar.

Seguramente creen que mañana estaré bien, que he dejado a Amy atrás, que ya no queda nada de ella en mi vida. Que me voy a despedir...pero se equivocan.

—Bueno...Vamos a comer. — una sonrisa nerviosa y voz de Rouge acota.

Los demás asienten, rápidamente preparan los platos para la cena. «Siéntate, Anda Sonic. » Me dicen, y lo hago. Trago pesado. Veo a Cream a mi lado, quién me sonríe, veo que esboza una sonrisa tímida. Quisiera devolverle la sonrisa.

Quisiera sentirme orgulloso.
Pero solo estoy pasándome el nudo de la garganta. Siento que me encojo. Quisiera sentirme seguro, pero esto es demasiado, y no tengo nada que enseñar.

Me siento tan feo ahora mismo, tan pequeño y estúpido.

Y aunque parece apropiado llorar. No estoy en absoluto al borde de las lágrimas. En realidad. Me siento bien. Y no puedo evitar pensar que quizás no puedo llorar porque no puedo hacerlo.

Veo que sirven una pasta en mi plato. Todos se acomiden a servirme. Al ver la pasta, es la misma que me hacía mi Amy. La que me preparaba ella cada año.

— Espero te guste. —señaló la madre de Cream. —Lo hizo para ti. Ella me dejó la receta.

Y entonces. Todos la miran nerviosos.
De inmediato ella siente lo que dice, lo entiendo. Quiere animarme, de hecho. Tomo el cucharón y lo sumerjo en la pasta, tomando un trozo y llevando a la boca.

—Está muy bueno. Gracias.

Todos me miran..
Comer eso, hizo que se pasara el nudo que tenía atorado, creo que lo dije escuchándome nervioso y tartamudeando.
Quiero llorar, no sabe igual. Nunca nadie podrá igualarla. Por mucho que lo intenten, quisiera que fuera ella la que me la hubiera hecho. Quisiera que estuviera a mi lado, sonriendo y siendo sacarrona.

Tomo otro bocado. Para evitar desplomarme y llorar. Cómo rápidamente, quiero bajar el nudo de la garganta, no quiero llorar. No quiero, y mi mente me dice.

«No es Amy. Ella no está aquí. Ella no te hizo esa pasta. Nunca más te la volverá a hacer. Come, sonríe, a lo mejor ella te está viendo. Come y dales el gusto, no lo estropees, Sonic. »

Los demás empiezan comer.
Yo lo hago también. Con profundo dolor, con profunda agonía, estoy muriendo por dentro. Me miran y me sonríen. Para que no me desparrame.

(...)

Tras un rato en la mesa. Me levanto de está y me pongo frente a las llamas. Me hago el que atiza los leños. Me siento frente a este y abrazo mis piernas.

Entonces. Muerdo mi labio inferior y Por fin, lloro en silencio.
Nadie me está viendo.
Suelto el aire que había estado guardando.
Resoplando.

Amy.
Te extraño.
Te amo.

.......

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