43 Días Antes
◃───────────▹
»El caramelo de fresa«

❝Los caramelos endulzan los momentos amargos...❞

━━━━━━━━━

Tails me pidió ir al mercado.
Sí, él. Debería de ser yo quién lo mande pero me ha dicho que soy un aprovechado y que siempre quiero que hagan las cosas a mi manera. La respuesta es que no quiero que piense eso, es decir. Quizá me haya comportado de esa manera (Y varias veces) cosa que la verdad no me considero egoísta, ni engreído. No

De camino; me topo a un montón de gente que conozco. Y otras que no.
Casi siempre al verme es un »¡Hey! ¿Qué tal te va Sonic” y yo les respondo; “¡Genial! ¿Qué tal tú?” y después seguimos caminando y ya. Fin de la historia. No hay más diálogos.

Voy a la tienda de doña señora

—¿Qué tal señora? —No hay gafete. Y no existen más nombres para llamar a una mujer mayor sin una pista de su nombre.

—¡Hola, Sonic! Adelante pasa. —expresó de manera cálida dejando aun lado la revista para saludarme.

Últimamente me siento descortés, desmejorado. Vengo a esta tienda desde que tengo 10 años y no sé su nombre de la misma vendedora.

Tomo una canastilla pequeña. Saco la nota y empiezo a ver qué lo primero que debo de comprar.
De acuerdo. Tails necesita:
•Leche.
•Harina.
•Huevos.
•.¿Tornillos?
• Queso.
•Coca cola.
•Llave inglesa. 16/12
•Calcetines.
•Mantequilla.
•Chorizo.
•Lentejas.
•Cinta métrica.

ª
De acuerdo. No había visto su lista.
¿Qué va a hacer con huevos, tornillos y una cinta métrica?

La releo una vez más. Meto la nota en el bolsillo cuando creo haber memorizado todo.
Me dirijo a la sección de despensa y empiezo a buscar los alimentos.

Primero arrojo a la canastilla la caja de harina y mantequilla.
Sigo caminando, hay unos cuantos escogiendo productos junto a mí, pero están en lo suyo. Cuando voy a doblar al siguiente pasillo miro que estén las cosas que eran y sin querer choco con alguien cayendo al suelo.

—¡Auch! — murmura por lo bajo sobándose la cabeza .— ¡Fíjate por dónde caminas!

—¡Lo siento! —me incorporo, abro los ojos y miro de quién se trata— ¿Amy?

—¿Sonic? — le tiendo la mano para ayudarla a levantarse. —¿Qué haces aquí?

—Lo mismo te pregunto. — miro detrás de ella. Traía unas cosas en su canastilla, y se cayeron, las recojo; eran unas cajas de galletas. Cuando las levanto, debajo de la caja, está rota en 2 una paleta de fresa en forma de corazón.

Vuelvo a hablar.

— Toma. — se las vuelvo a poner en su canastilla. Ella voltea su vista al suelo, me doy cuenta que mira lo mismo que yo.

Su paleta.
De fresa.
En forma de corazón.
Caramelo de fresa.
Rota.

—¿Tienes...Una servilleta o algo? — me pide, me encuentro con sus ojos y me doy cuenta que tiene las mejillas teñidas.

—Ehhmm. —meto mi mano al bolsillo del suéter — Tengo esto.

El papel con las cosas que Tails necesita.
Ella me lo recibe. Lo extiende antes para leer.

—¿Chorizo y tornillos? —me mira incrédula.

—Es de Tails.
—Ah, ya veo. —lo dobla a la mitad. Se agacha para recoger la paleta. — ¿Seguro que no lo necesitas?

—No. Memorizé todo.

Asiente. Toma la paleta dañada del suelo. Se levanta y la envuelve bien en el papel, ahora ahí quedó el resto de su sabor.

—Te compraré otra. — me ofrezco de inmediato. Pero ella menea la cabeza y sonríe.

—No importa. Tengo más en casa.

— No comas eso en exceso —guiño el ojo.

Amy ríe y me dice:

—Solo de ves en cuando. Leí una frase en un libro que decía “Los caramelos endulzan los momentos amargos” y desde entonces, suelo comer uno. En especial de fresa.

—Ah...Entonces por una mala pasada, un buen dulce. ¿No? —ella asiente— Bien, ¿Y qué más te falta de comprar entonces?

—Umm..Una libreta. Ahora mismo voy a sección de papeleria.

—Ah, de acuerdo. Yo iré por los dichosos tornillos.

—De acuerdo. Te veré más tarde. — se despide con la mano que trae la canastilla en medio del brazo y en la otra aguarda el papel con la paleta.

La veo alejarse.
En ese momento que vi esa paleta, supe de inmediato que fue ella, desde luego y sin duda, pero no le dije nada, está claro que sabe lo que hizo y se acordó.
Pero le quise seguir su juego.

(...)
Me acerco a pagar a la caja.
Dejo las cosas mientras escanea, mientras tanto me aseguro que si sean las cosas que encargo Tails.
Creo que si. Son todas.
Creo.

—Te cobro $98

—Aquí tiene —le pago con el billete de $100

Aún lado de mí, hay paletas de fresa.

—Tambien quiero esto. Tomo el dulce y lo cobra.

En el camino saco el dulce.
Le quitó la envoltura y me la llevo a la boca. No tengo ningún inconveniente, así como Amy. Que al parecer solo come dulces cuando algo malo le sucede.

Una paleta de corazón. Sabor fresa, justamente el mismo paladar que sabían mis labios.
Y el mismo que llevaba Amy en su boca aquel día.

∴━━━✿━━━∴

1.11 editado.