15 Días Antes
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»Accidente«

❝Y al final, dicho y hecho. Pero en vano❞
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Viernes por la mañana de las 11:09.
Caminábamos Knuckles, Tails y yo por la banqueta.
Los coches pasaban a nuestro lado y los ciclistas de igual manera.

—Te digo. Eso no va a funcionar — tercea Knuckles.

—Ni digas nada. Siempre tiendes a equivocarte en todo lo que dices. — le digo yo, me agacho para sentarme en la banqueta.

Hablábamos sobre la posibilidad de hacer otra cosa y ayudar a Amy. Pero después cambiamos de tema. Con Knuckles insinuando, normalmente lo que él dice no se cumple o se equivoca. Es algo extraño de él y poco fiable.

Nos sentamos en la banqueta de la acera. Estabamos en el Jardín del parque. Aún lado estaban las oficinas de servicio. Knuckles da un sorbo ruidoso como es a propio de él.

— Oh no puede ser, ya se me terminó —Knuckles sacude la boca del vaso hacia abajo, ya no cae ninguna gota.

—Oye Tails. — me inclino para verle. Esta tan ocupado con su bebida que ni ruido hace — ¿Mañana vendra Scourge a ayudarte?

—No. Me dijo que tiene otras cosas, además creo que ya no va a venir. — responde.

—¿Es que ya terminó de hacer la maquinaria? —pregunto.

—¿Quién es Scourge? — cuestiona Knuckles.

—Es un erizo verde que siempre lleva una chaqueta y fuma mucho. Tiene aspecto de ser malvado. Pero es una buen chico y muy educado. Es excelente genio con todo lo que tenga que ver con armar metal —le responde Tails, y creo que es la primera vez que le echa flores.

—Mmm...erizo verde, chaqueta negra, y que fuma mucho —Knuckles lanza hacia atrás su vaso vacío, cayendo en el sesto de basura. Y de pronto pareciera que se pone a pensar. Porque mira hacia arriba — ¡Ah, ya sé quién! —sonrie, pero de inmediato se le borra la sonrisa— Oigan, si no lo confundo. Hace un par de días Shadow estaba con un tipo así. Los ví en un bar y parecían muy discretos. Estaban desde el rincón.

—¿En un bar, con Shadow? — pregunto— Pero si Shadow es...No sé. Pero ahora que lo pienso, los dos tienen un parecido. Quien sabe.

—A mí Scourge me dijo que no conocía a nadie del pueblo —Tails se encoge de hombros— y a Shadow, hablando de él. Ya ni se acerca a nosotros, está más alejado que a veces parece que se trama algo.

Nuestra charla se ve interrumpida cuando un ruido enorme de varios claxon de autos vociferan frente a nosotros. Los choferes gritan; »¡Quítate, Loca!«

—¿Que está pasando? — Knuckles se alarma y se levanta, mira a todas partes para ver la escena.

Yo también me levanto.
Veo a lo lejos un auto rojo esquivar a todos los coches y haciendo que se salieran de su carril. Puesto que venía de lado contrario

—¡¿Ese no es mi auto?! — exclama Knuckles y se pone de pie. 

El auto pasa por nuestro lado, un trailer suena el claxon y se descarrila. Al ver la ráfaga pude ver quién era.

—¡Es Amy! —abro los ojos a tope. — ¿Qué está pasando?

Veo como el auto sigue a toda velocidad, se dirige al hospital. Amy no sabe manejar, es la primera vez que la veo y en el auto de Knuckles.

— ¡¡Es una emergencia!! —Knuckles se alerta y todos corremos.

—¡Sonic, Amy va a al hospital! —Tails se levanta también.

—¡Vamos! — corro a toda velocidad. Pero me detengo en medio de la calle. Estoy alarmado que no me di cuenta que casi me atropellan.

—¡Fíjate Erizo! — me regaña el conductor del auto frente a mí.

—¡Lo siento! — grito, y vuelvo a correr. Cruzando la calle, dirigiendo lo mas rápido posible tras ella.

(...)

Y efectivamente. El auto rojo chillón de Knuckles estaba mal estacionado frente al hospital. Me alarmé. La pude ver claramente, era Amy. Ella no sabe manejar, es la primera vez que la ví.

Y debe ser una emergencia, sumamente importante.

—¡Disculpe! — atranco a la secretaria detrás de la barra. — ¿Qué sucedió a la eriza Rosa que acaba de entrar? ¿Le pasó algo?

— Acaba de ingresar a la sala de urgencias. — me responde hablando como si fuera cosa  habitual de cada día. — entró con una conejita color café claro en los brazos.

—....¿Coneja café? — replica Tails en voz baja. A un lado de mí.

Oh, no. Cream.

—¿Qué le pasó? — cuestionó totalmente alarmado.

— Intoxicación. — responde con voz compadecida que me está haciendo molestar. ¿Cómo solo eso? ¿Le da igual?

—¿Dónde se encuentra?

—No puede pasar. — me ataca ella — Espere en la sala. Estará bien.

Tails se enoja. Puedo ver la chispa de luz en sus ojos azules. Da un golpe en su barra de la secretaria, y se da media vuelta y sale corriendo por el pasillo a buscarla él mismo.

—¡Tails, espérame! — Knuckles acaba de entrar. Voy tras él mientras que escucho la voz de la secretaria gritarnos que nos detengamos.

Que se vaya al carajo.
Subimos las escaleras a toda prisa.
Tails está agitado. Va escalones más arriba de mí. Cuando llega al segundo piso, un montón de enfermeras y doctores caminan de un lado a otro.

—¡Oigan, no pueden correr en este pasillo! — exclamó una de las enfermeras tratando de detener a Tails. Yo me quedo quieto unos pasos atrás y veo una espalda semi desnuda de color rosa. Puas cortas. Es Amy con ambas manos sobre su boca. Dando vueltas fuera del cuarto.

Voy a grandes zanacadas para acercarme a ella. Tails está junto a ella. Uno de los médicos trata de determe para cuestionarme, pero lo esquivo. Llego hasta ella rápidamente y toco su hombro.

Ella se sobresalta. Está fría, se voltea bruscamente. Esta llorando, Amy está llorando.

—Amy. ¿Qué paso?

—¡Sonic! — se arroja a mis brazos. Entonces la escucho desplomarse y hablar entre llanto — ¡Fue mi culpa, fue mi culpa!

¿Su culpa?

—Amy. Mírame — levanto su mentón y la obligó a verme. Los lágrimas caen a puños. — Dime, qué paso.

—Se tragó un dulce. Se estaba ahogando. No podía respirar. — agacha su mirada y trata de limpiarse apresuradamente.

Knuckles llega finalmente.

—Tranquila. — se recarga a mi pecho.

—¿Qué sucedió? ¿Amy qué pasa? — cuestiona Knuckles exaltado. Le digo que se calle y señalo con los ojos que mire hacia el cuarto.

Tails acaba de entrar. En eso escucho pasos aproximarse rápidamente por las escaleras llamando nuestra atención. Es la señora Vanilla. Amy se levanta y me suelta. Corre hacia la coneja y la abraza con fuerza.

No quiero pensar lo peor.
Miro a mi lado, un montón de enfermeras tomando café como si nada. Se ríen y se chistosean. Quisiera gritarles que nos digan que pasa. Y no que estén de estúpidas. Pero tristemente es la labor aquí.

Aquí todo mundo se limita a hacer su trabajo.
Menudo puñado de idiotas.
Mientras Amy llora en los brazos de Vanilla y atormentando su ser. Quiero acercarla a mí y estrecharla. Pero entonces la puerta del cuarto que parece ser donde está Cream se abre. Y sale el doctor.

—Ya está todo bien. — nos anuncia. — Ella está bien.

(.....)

Después de la tormenta de miedo. Llegó la serenidad. En la habitación ya hacía Cream y su madre, pude ver los ojos de felicidad de la señora Vanilla. El descanso. La tranquilidad, fue un alivio.

Miré a Amy. Ella está en frente, viendo a Cream. Está sonriendo, estaba asustada. El descanso en su mente se tranquiliza. Me acerco a ella y me abraza.

—¿Ya ves? — le susurro al oído — Todo está bien.

Ahí estamos nosotros. Con una alegría por lo que estaba bien. Pero veo a través de la ventana transparente, ver las enfermeras correr de pronto de un lado a otro.

Ahí estaba de nuevo. Gente sin suerte, a la que le suceden cosas malas sin razón.

—Debo ir a beber agua. —Le digo poniéndola de frente y posando mis manos en sus hombros — ¿Quieres que te traiga algo?

Sonríe. De alivio, y menea la cabeza.

Salgo del cuarto. Busco un bebero, supongo que la higiene en este hospital debe ser bueno. Tomo un cono de papel, y me sirvo agua antes de que se rompa.

Cuando voy caminando de vuelta a la habitación. Veo a Amy y Knuckles fuera, hablando. Estoy a unos cuantos metros. No escucho que le dice. Pero asumo que le está diciendo unas palabras para que se sienta mejor. Posa su mano izquierda en su hombro y da unas palmaditas. Veo que Amy le da sus llaves, y Knuckles sale del hospital y se marcha.

Cuando ella queda sola. Me acerco a ella.

—¿Todo bien?

—Si. — suelta un suspiro — Menos mal que todo está bien. Debería quedarme. — en eso sale Vanilla y le dice;

—No te preocupes Amy. Te agredezco todo lo que hiciste por Cream. Puedes irte si gustas. Muchas gracias por traerla a tiempo. Ella se encuentra perfectamente.

Amy sonríe y asiente.

—Gracias. Me alegra mucho.

Asiente. Y vuelve a entrar junto a su hija.

— ¿Estás bien, Amy?

—Sí. Totalmente. Estoy contenta, tenía mucho miedo. Mucho, creía lo peor. Pero gracias que salió todo bien.

—Estás agotada. Vamos, te acompaño a casa. — rodeo con mi brazo su hombro y caminamos lejos de ahí. — A propósito. No es por ser chismoso, pero...¿Qué te dijo Knuckles?

—Oh, nada. Que le devolviera sus llaves. No se enojó, aunque su coche creo que se quedó sin uno de los rines. — ríe apenas — Tendré que comprarle uno nuevo...Y..me dijo una frase, una muy bonita —ella junta sus palmas de sus manos— me dijo “Amy, la antigua cultura dirigida por Equidnas: se decía que cuando salvas la vida de alguien, tú pasas a tener una larga y feliz vida por tu buen acto”

—Wow...¿Te dijo eso? —me fascinó— que bonito. Debo decir. Estoy seguro que no se equivocó.

—Gracias. Es lo más bonito que me han dicho después de un evento así en mi vida.

Su nerviosismo sigue en ella. Cuando salimos del hospital, veo en un poste pegado un papel de un anuncio. La feria, estará ya instalada en 5 días.

— Amy. Te llevaré a la feria. Faltan pocos días, nos divertiremos y te olvidarás de esto como una mala pasada.

—Si, tienes razón. — sonríe como es de ella que me alegra — Bueno. ¡A esperar ese día!

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1.18 editado.