ᴅᴇᴅɪᴄᴀᴅᴏ ᴀ jennyrosespeed ᴛᴇ ǫᴜɪᴇʀᴏ ᴍᴜᴄʜᴏ ʙʙᴀ. 💕

152 Días después.
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«Yo la ví.»

❝ Para que involucrarme en rituales si tengo que estar más maldito de lo que ya lo estoy.❞

5 meses después. El trabajo empezó siendo más arduo. Después de la teoría de Shadow. Tails y todos empezamos manos a la obra.

En primer lugar, Tails dijo que podríamos recrear la máquina del tiempo que una vez logró armar con la esmeralda maestra. Pero desde que descubrimos el gran peligro que este resultaba. (Porque una vez que entrabamos, era difícil regresar) No lo volvimos a intentar. Eso fue hace años. Y hoy, estamos tratando de hacer lo más rápidos posibles y ver qué podemos hacer en caso de algún fallo.

Shadow se encargó de espiar muy de cerca y averiguó algunos de los nombres de los que estaban afuera de la fiesta aquella vez. Es la primera vez que trabajo junto a él. Y me doy cuenta de que es preciso y serio en lo que hace. Hace poco, en una vez que lo seguí. Vi como dió con un erizo café y lo amenazó. Pero aquel tipo no sabía nada y solo pudo implorar por su libertad.

Por mi parte. En mi habitación tenía un pizarrón de corcho con pines de ideas e investigaciones liadas unas con otras. A veces creía que tenía todas las piezas, pero después no sabía cómo encajarlas. Y veía mi tablero una y otra vez.

Y así estuve. Durante todo este largo tiempo. Mi estómago a diario me duele, no he acudido a un médico, mi madre no paraba de decirme lo malo que me veia día con día, ella trataba de ayudarme, siempre lo hizo. Pero se rindió al darce cuenta que no podía.

Todas esas palabras de consuelo, de parte de mi familia. De mis amigos, eh incluso de desconocidos... Ninguna, podría escuchar las palabras más sinceras, que querían decirme lo mucho que lo sentían por mi pérdida. Sin embargo; el dolor sigue.

Cinco largos meses sin haber capturado al que lo hizo. Cinco meses sintiendo ese odio enmarañados, cinco meses sin poder conciliar el sueño por las noches, tratando de dormir pocas horas en el día, para verla en mis sueños. Ella nunca apareció, nunca la vi en mis sueños, la busqué, la esperé. Ella, sin embargo...no apareció.

Veía que poco a poco mis amigos iban aceptando su partida, poco a poco se iban acostumbrando su ausencia. Mientras yo, no puedo. Creo que jamás lo haré.

Y mi esperanza, era ahora reparar el portal. Que Shadow siguiera ayudando. Y el detective siguiera también con la investigación.

A veces me tiro de rodillas al suelo con fuerza.
Cada día, Amy desaparece más.

La última vez que vino, olvidó un suéter en mi casa, a veces. Con mucho dolor, lo acerco a mi naríz, olisqueando. Y cada día; tengo que aspirar más para llegar a ella. Su olor se desvanece día con día.

Mis hermanos partieron de mi casa. No hablamos casi nada durante los meses. Mientras que mi madre se fue apenas, le dije que estaba bien. Ella no quería irse, pero...A mí me daba igual.

Cuando se fue, la pude ver desde la ventana, y a Tails hablando con ella, después de que terminaran de hablar. Ella se marchó, Tails entró a mi casa, yo seguía viendo por la ventana.

— ¡Sonic! — gritó desde el otro lado, tocando suave con los nudillos. No le contesté, escuché la puerta abrir, y me dijo—; Perdona..¿Puedo entrar? Tengo que hablar contigo...

— Pasa. — Asentí sin mirarlo. El cerró la puerta con delicadeza.

— Sonic...¿Quieres que me quede contigo está noche?

Tras unos largos segundos sin contestar, agregó;

— Así te serviré de compañía.

Lo miré por encima de mi hombro. Esbozé a duras penas una sonrisa y respondí. — Gracias, pero no. — reprimí mi sonrisa, opacando mi voz, dándome media vuelta para verlo mejor.

Tails sonreía, pero al contestar eso, me miró con indiferencia.

— Tails. Espero que no me malinterpretas. Pero quiero estar solo...No tengo miedo. — proseguí. — No he podido estar solo, ni un minuto desde que ella ya no está. Y necesito estarlo.

— Sonic...— dijo en voz baja.

— Déjame...Estar en silencio para asimilarlo. — me volteo de nuevo hacia la ventana. — aún siento como si esto no hubiera ocurrido. A-a veces...Pienso que Amy no puede haberse muerto, pero...otras veces en cambio me parece como si llevara muerta hace siglos, y luego está ese terrible y sordo dolor que tengo desde entonces. — y finalizé —; Lo siento, Tails.

No me giré a verlo.
Probablemente no me entendió bien, mi dolor desesperado que había roto todas las barreras del recato con las que me había comportado durante toda mi vida.

Seguramente lo siente. Mi extraño comportamiento sin lágrimas.

Sin embargo, se marchó suavemente, para dejarme solo en mi casa por primera vez desde su partida. Con mi tristeza inconsolable.

Siguiendo viendo por la ventana. Lo pude ver detenerse y mirar hacia mi ventana, silencioso. Siguió caminando hasta desaparecer de mi vista.

(...)
No recuerdo a qué momento. Me inqué frente a la ventana y cerré los ojos, recostando mi cabeza sobre mis manos.

Empezé a escuchar voces, sentir un escenario oscuro, no malo.

— Amy. ¿Qué estas haciendo? — mi voz era de un niño. ¿O era yo narrando en tercera persona?

— Estoy mirando la luna. — contestó Amy. Era ella, y era una niña pequeña. La vi, tan tierna y linda. Sentada sobre las escaleras de su casa en la oscuridad. — Y estoy soñando.

Y ahí estaba mini-sonic. Sentando junto a ella, viéndo la luna azul.

Desperté.
Abrí los ojos, parpadeando varias veces. La había soñado por primera vez. Aunque era una niña pequeña, fue un recuerdo. Porque eso sí paso.

Y lloré.
Al poderla verla en sueños, aunque fuera por pocos segundos y a ella en miniatura.

(...)

En la alacena no había nada. De modo que sin ganas de salir, tuve que hacerlo.

Tomé un par de billetes, creo que los dejó mi madre. Antes de salir, la foto de Amy y yo juntos que está en el buró. No puedo evitar tomarla y pasarle los dedos, como queriendo acariciar de nuevo sus puas.

La saco del retrato y la llevo conmigo.

•••

Hace frío. No me eh puesto la chaqueta, la calle está solitaria, llevo la foto en la mano izquierda y la derecha los billetes. Un silencio se hace presente, y el único sonido es el del aire.

De pronto un aire más frío hace hacer mis púas traseras ponerce puntiagudas.

De pronto la foto se me cae y vuela hacia el frente, camino rápido para alcanzarla. Se va tan rápido que no la alcanzo, cuando una figura negra frente a mi parece alcanzarla, la pisa con la punta del pie y la levanta.

No puedo ver quién es.
Esta oscuro y hace frío. ¿Quién es?

Me acerco. Y la sombra parece acercarse a mí de igual forma.

Es una chica.
Es una gata amarilla.

Me paro a unos pasos frente la gata amarilla de vestido rojo. Quien sostiene la foto y la ve con detalle, curioseando.

Sin decir una palabra, solo estiro mi mano para me la regrese, cuando noto que despega sus ojos de la foto y me mira fijamente.

— Lo siento. — sacude su cabeza como si se hubiera perdido por un segundo. — Toma.

Ni siquiera le agradezco. Cuando la tomo y paso de lado. No tengo ganas de hablar con nadie.

— Oye. — me llama. Y me detengo, sin voltear a verla. — ¿Esa chica... Qué es contigo?

La miro por encima del hombro.
¿Quién es ella? ¿La conoce?

— Respóndeme por favor. ¿Que es ella contigo? — repite y me volteo por completo. Me lo pregunta al no ver mi respuesta.

— Se llama Amy. Era mi mejor amiga.

Sin más que agregar, y sin contestar más ni hacer preguntas. Doy otros pasos para seguir caminando.

— La eh visto.

Me detengo en seco.
¿Escuché bien? ¿Lo eh hecho?

— ¿Cómo dices? — respondí regresandome de regreso nuevamente a la gata amarilla.

—Hará algunos meses. La ví corriendo cerca de la carretera que está en Bright River. Parecía estar...asustada. 

— ¡¿Correr, hacia dónde?! — exclamé alterado. No podía ser, no me lo puedo creer. — ¡¿Qué día la viste?!

La gata parece medir sus palabras. Agacha la cabeza, como si lo que acababa de decir fuera algo malo, pone sus ojos casi en blanco y me vuelve a ver. Retrocede un paso, su comportamiento me hace sentir alterado.

— Estaba pálida...— dijo. — la recuerdo bien, yo iba pasando por ahí, cuando una bruma y un aire sumamente frío estaba. Derrepente vi una silueta, o la sentí correr hacia mi. Entonces voltee hacia atrás y miré fijamente, esa chica paso a mi lado a toda prisa. Llevaba un vestido azul...Y gritó algo al pasar por mi lado. Corrió tan rápido que desapareció en la bruma, no la volví a ver.

— ¿Qué gritó? — mi corazón se aceleró.

— Oh...Oh, no otra vez — niega con la cabeza y no la entiendo. Camina hacia atrás y sigue caminando.

— ¡Dime por favor a dónde iba corriendo! — alcanzo a la gata y camino a su lado. Parece asustada. Y no se detiene.

— No, no puede ser. ¡No debí involucrarme en esos rituales!  — se tapa sus oídos murmurando esas palabras en voz baja. Se detiene y vuelve a verme bruscamente. Sudor frío resbala por su cara, cuando agrega finalmente. — Entonces....Lo que vi fue. — y niega rontundamente con la cabeza. Cortando la palabra, y solo dice antes de irse —; Lamento mucho tu pérdida.

Y sale corriendo.
No la detengo.

1.28 editado.