98 Dias Antes.
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⟩Reunión en casa⟨

❝Las visitas me molestaban tanto, que ahora extraño ver a alguien más en mi casa que no sea solo mi espejo y yo❞
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Estaba en mi casa, en el sótano. ¿Qué demonios hacía ahí a las altas horas? Sencillo; mirándome al espejo mientras y giraba mi cuerpo, viéndome, tenía unos raspones en las púas de la espalda. Me estaba preguntando cómo demonios me sucedió eso.
Luego recordé que estaba huyendo de Amy anteayer y me metí en las espinas, posiblemente me raspé sin darme cuenta.

Me seguí observando como si tratace de una revisión médica o un gusano retorciendoce.
Una de dos. Estiré mis brazos quedando en forma de “T” Solo tenia esos rasguños. Aparentemente.

— Joder, que guapo soy. — giro mi cuerpo y pongo las manos en la cintura.—¡Hey, Tú! ¡Sí, tú! ¿Me estás hablando a mi?

Me puse en posición de ataque y empeze a hablar frente al espejo. Pensar en voz alta me fue contagiado por Sonia (supongo), cuando vivía con mis hermanos, era común hablar frente a los espejos haciendo poses ridículas.

—¿Estás hablando conmigo? — me señalo al espejo fruciendo el ceño.

—Yo no eh dicho nada. —me contesta alguien y me giro exclamando un grito.

—¡¿Knuckles?! — exhalo. Mierda, que susto—. ¿Que haces aqui?

—Ah, perdona que interrumpa tus rituales demoniacos o lo que sea. — deja una canastilla de ropa en sus pies—. Como sea, vine a lavar ropa, ¿Puedo usar tu lavadora?

—¿A estás horas?

—Lavar de noche es mi pasión.

—Ah. Está bien, y dices que el raro soy yo. —me giro subiendo los escalones.

—Hay pizza en la sala. —me dice. Lo veo agachándose y buscando el botón de la lavadora.

—¿Quién mas vino a mi casa?

—Todos. —suelta una risotada y mete la ropa en el cubo.

Estoy subiendo los últimos escalones Cuando lo escucho gritar. »¡Tú lavadora hace demasiado ruido, parece un helicóptero« Abro la puerta ignorandole y grita de nuevo »Ohhhh Demonios! Le dije a la Tia Jovita que no dejara sus calzoncillos Aquí!«

Cierro la puerta dejándole ahí. Y voy a la cocina, y para mi sorpresa esta aquí todo el equipo. Últimamente y con frecuencia se invitan solos a mi casa, imagínense estarse dando una ducha y escuchar derrepente un relajo sobre tu cocina, habitaciones, sala y en el baño. Así, de la nada.

Los aprecio a todos, pero los detesto cuando vienen a mi casa.

—¿Qué hacen aqui?

Les pregunto en voz Alta. Me doy cuenta que suena más a un regaño.

—Comer pizza. —responde Amy dandole un mordisco a su rebanada—. Te eh guardado tu parte —alza con su mano derecha una rebanada que parece que se le va a romper en cualquier momento.

La volteo a ver, está del otro lado de la barra, Rouge esta abriendo mi refrigerador, hay unas cuantas cajas sobre la mesa, todas vacías, Tails está en el sofá junto a Jet y Wave.
Amy se acerca a mi y me extiende en sus manos un plato con 2 rebanadas de pepperoni.

—Lo siento. Son las que te pude guardar. Vector se comió casi toda. —Dice Amy, y yo le recibo el plato.

—Tienes comida en reino fungi, no te pases, esas tortillas ya están verdes. Deberías tirar todo lo que no te sirve— comenta Rouge y da un portazo a la puerta del refrigerador— bueno, como sea, no tienes refresco.

—Gracias por recordarme. —ruedo los ojos y me giro a ver a Amy, está con una sonrisilla de traviesa y presiento que aquí insinuan algo.

—Sonic. ¡Nos vamos mañana a South Island! —Anuncia Jet desde mi sala.

—¿En qué, y para qué? —cuestiono. Tails se levanta y se acerca.

—La madre de Rouge nos ah invitado a dar un paseo por la Isla y visitar su casa. —comenta Tails.

Recuerdo a la madre de Rouge. Es una murcielago blanca que se pintarrajea aun más excesivamente que Rouge, que quería verse jóven. Hace años que no la veo, de hecho; la primera vez que la vi nos echó de su casa, vive en un recinto junto al mar, en una casa blanca de lo más elegante. La razón de que nos echaran, fue porque Knuckles tocó algo de la mesa o no se qué demonios que la enojo bastante. Todos inclusive Rouge nos llevamos una tunda por eso.

Y a decir verdad no me gustaría volver a recibir una regañada por algo así.

—Emmm —dejo la pizza el barra y le contesto— Con todo respeto, Rouge, sabes que eres buena amiga. Pero tienes mala madre. Sabes bien que la última vez que la vimos, nos echó casi a patadas.

—Creo que quiere disculparce. —comenta Rouge poniendoce en jarra.—Le apena lo que sucedió y como disculpa me llamó que la visitemos.

—Es verdad. —comenta Tails y se gira a mí.— Además yo quiero ir, anda Sonic.

—Vamos Sonic. —comenta el resto.

—No me gusta el mar —bramé.

—Sonic. Anda vamos, la madre de Rouge quiere disculparce. — dice Amy poniendoce frente a mi poniendo ojitos brillantes— La pasaremos bien.

—Está bien. — concluyo—. ¡Pero que Knuckles no vuelva a tocar el centro de mesa!

»¡Pero si era Leo Messi en una estatua de chocolate, no me pude resistir!« Escucho en el fondo la voz de Knuckles.

Mientras no vuelva a hacer eso, está bien.
Aunque sigo pensando que esta vez no nos echará a patadas.
Si no algo peor.

Haber que nos espera.
Igual tenía ganas salir a nuevos lugares.

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1.1.1 editado.