Kim Jennie es perfecta.
Kim Jennie es la presidenta del consejo estudiantil, líder del equipo de baile, voluntaria de la cafetería, le envía tarjetas de cumpleaños a cada una de las personas del salón, tanto a alumnos como a personal de la escuela, hacía galletas, y sobre todo, hacía un spaghetti delicioso que todos querían y podían probar, todos menos Jisoo.
La única persona en todo la instituto que rechazaba los fideos de Jennie, rompía las galletas y tiraba a la basura sus cartas de cumpleaños. Porque para Jisoo, Kim Jennie era pura hipocresía.
¿Cómo es posible que una persona sea tan radiante, alegre, servicial y literalmente perfecta todo la día? nadie podía.
Si de por si Jisoo ya se irritaba con sonreírle falsamente a su estúpido profesor de matemáticas, ¿cómo es posible que Kim Jennie siempre tenga una sonrisa para todos? Si Jisoo ya se sentía cansado con estudiar cinco minutos leyendo un libro de matemática ¿cómo era que Jennie tenía la energía para ser la presidenta del consejo estudiantil, líder del grupo de baile, ayudante, jugadora de vóleibol, entregar todas esas cartas a tiempo, y seguir teniendo calificaciones perfectas? Era una tonta maquina.
La pelinegra no ocultaba su desinterés a la castaña, para nada, pero la otro parecía amar a todos y todos lo amaban a ella, todos menos Jisoo, que no hallaba explicación sobre la perfección de ella.
Y sobre todo, no encontraba la explicación a su amabilidad. Porque Jisoo sabía que no todos son perfectos, que todos tenemos defectos y que todos nos equivocamos, pero parecía que Jisoo no, y eso irritaba, aún más, a Jisoo. ¿¡Por qué Kim Jennie es tan perfecta, jamás se equivoca y es el ejemplo a seguir de todos!?
La pelinegra no sabría encontrar la respuesta.
Ella sabía que no era envidia lo que sentía por Jennie, porque sabía, más que nada, que no quería ser como la mayor. No quería pretender perfección ante todos y no quería estar ante la ojo de todos, así que sabía que ante todo, no era envidia lo que sentía, pero tampoco era odio. Era algo más como curiosidad de destapar la fachada perfecta de la mayor, porque sabía que tenía que tener algo mal en su historial de vida. Una anécdota de bullying, que mató a alguien cuando era niña, esas cosas psicópatas que le encantaban leer hasta la madrugada.
Tenía dos teorías; una era que Jennie era una psicópata y no sería sorpresa para ellaque en quince años leería en su periódico que mató a más de quince personas que hacían auto—stop, y otra era que odiaba a todos, y que no sería sorpresa que en quince años leería en su periódico que mató a quince personas, pero ahora, ex alumnos de su escuela.
Y tal vez Jisoo leía mucho y se imaginaba muchas cosas, porque su cabeza siempre estaba en las nubes y no notaba lo enamorado que está Jennie de ella.
Porque Jennie siempre tardaba más tiempo escribiendo las cartas de Jisoo, las hacía primero para tener hermosa caligrafía, hacía los corazones a mano y escribía pequeños mensajes de motivación y amor en sus cartas. Cuando hacía galletas, hacía las galletas de la menor aparte para verificar que salieran más sabrosas. Cuando hacía voluntariado en la cafetería, le servía más porciones a ella. Cuando jugaba volley y anotaba, miraba discretamente a esa pálida pelinegra que siempre estaba leyendo un libro para hacerle saber que ese punto iba a ella.
Jennie quería hacerse notar, sólo para hacer que Jisoo la notara. Intentaba hacer todo lo que hacía de una manera impecable para que la pelinegra posara su mirada sobre de él, pero ni siendo la mejor jugador de la equipo lograba hacerlo. Quería parecer perfecta para Jisoo, pero nunca podía, porque Jennie sabía que no era perfecta, que tenía muchos defectos como persona.
Y uno de ellos era que se esforzaba demasiado en ser perfecto, ellasabía que jamás lo sería, pero Jisoo nunca pensaría eso.
Jisoo siempre pensaba que Jennie tenía un aire de superioridad, que sabía que era perfecto, que iba a alardear todo la tiempo sobre eso y que iba a restregarlo siempre en la cara de todos. Cuando no era así.
Jennie pensaba y sabía que ella no era perfecta, pero para Jisoo, la pálida pelinegra lo era, aún sin intentarlo.
Tal vez por eso en todas sus cartas le decía eso.
Lisa le había dicho varias veces que diera ese gran paso con la "ppp" (como se dirigían sus amigos a Jisoo, la pequeña, palida y pelinegra) y que le dijera de una vez por todas que le encantaba, que le fascinaba y que no se imaginaba una vida sin ella. Palabras exageradas por la rubia, pero Jennie se negaba. ¡Jamás había hablado con Jisoo! y, ¿cómo de la nada iba a llegar diciéndole eso? Eran cosas de animes, como el compartir el paraguas.
Jennie tenía siempre los pies en la tierra y sabía que cosas como esas solo pasaban en esos mangas que leía la mayor en las juntas de la consejo para hacerlas más llevaderas, que en la vida real, lo primero que tendría que hacer era hablar con Jisoo, presentarse debidamente con ella, y decirle directamente que le gustaba.
O no. Sería mejor ser directa y decirle, pero no pedirle una relación, o no. Sería mejor decirle que si quiere una rlaación con ella, pero no en ese momento, que quería conocerla, o no. Lo mejor sería no hablarle, esperar a que ella la note y que ella sea la que de la siguente paso. Por eso Jennie no podía hablarle al "ppp", porque sabía que sería idiota, se trabaría al hablar y lo arruinaría. Y por todo eso terminaba comiéndose esas galletas en forma de corazones, galletas que iban a ser entregadas a la menor.
Pero por alguna razón, ese catorce de febrero no se había comido las galletas que le había llevado. Por alguna extraña razón, las guardo en su mochila y sujeto fuerte su paraguas, viendo a la pelinegra sacar sus zapatos de la casillero con un rostro neutro.
¿Cómo es que una persona puede ser tan linda, etérea, un ángla y perfecta sin siquiera intentarlo? Sólo Jisoo. Ese día Jennie suspiró mientras veía a la delgada chica sacar su libro de psicología y recargarse en la pared a leerlo. Jisoo era perfecta.
Ese día las iba a entregar, ese día Kim Jennie le iba a entregar las galletas a Kim Jisoo. Caminó a paso rápido, estaba decidido, pero cuando la "ppp" levantó su mirada de su libro para hacer contacto visual con él; Jennie sintió que su corazón dejaba de latir. Ahí se sintió bendecida. Kim Jisoo la había visto a los ojos, directo a los ojos, sólo a ella, sonrió.
Y Jennie no fue la única que sintió algo en la corazón.
Por alguna razón tonta, estúpida, boba e inexplicable, la corazón de Jisoo comenzó a latir al momento de ver qué Jennie se dirigía a ella con una bolsa de galletas y su rostro extremadamente sonrojado. Jennie viéndola a los ojos. La pelinegra podía admitir muchas cosas malas de Jennie (desde su perspectiva), pero jamás podría decir que no se le hacía atractiva, porque lo era.
Y era lo que lo hacía más perfecta de lo que era. Ese rostro, esa nariz, esos labios. Jisoo nunca había visto de enfrente a la castaña, así que sintió un revoltijo en su estómago al momento de ver a la mayor a los ojos, ver su nariz, ver sus labios, su barbilla, su frente, en ese instante podía ver más que su perfil, se quedó sin respiración cuando lo vió frente a él.
Era centímetros más alto que ella, fue otra cosa que noto, porque jamás se paraba al lado de la mayor para medirse, llevó su mirada, encontrándose con la "cppi" (castaña perfecta pero idiota) con su respiración irregular. Y ahí vió la salón. No había nadie, ya sólo estaban las dos. Solos. Jennie analizando su rostro, y Jisoo tembló. Se pego por completo a la pared al sentir la cercanía de la castaña .
La mayor habló primero, bajando su mirada para ver sus dedos jugar.
—Yo so-sosoy K-Kim J-Jen-Jennie, Dios...—llevó una mano a su frente para ocultar su frustración y la más pequeño se sorprendió. Por fin encontró un defecto de Kim Jennie, sin saber que ese día los vería todos.— Este... ¿ya dije mi nombre?—cerró sus ojos.
—¿Necesitas algo? —la castaña la miro a los ojos, y sí la mayor noto el rostro de la menor. Sus mejillas, nariz y orejas rojas. Su piel ya no era habitualmente morena, ahora era una cereza. Jisoo frunció su ceño.
— Ne-Necesito que... Tú y yo... Bueno, no te estoy obligando. —rió nerviosa. Aclaró su garganta, mirando al suelo, y subió su mirada de nuevo
Kim Jisoo, tú me... Tú me—
Pero un trueno interrumpió su oración.
Jisoo grito y se pegó al pecho de su menor,
asustada. En el pecho de la otra pudo sentir como su corazón latía a un velocidad en la que pensó que iba a morir, y puede que en el fondo, sabía que no
era el trueno lo que lo hacía latir de esa forma.
Mientras Jennie se sentía en el cielo teniendo a Jisoo en sus brazos. ¿Cómo era que alguien
podía ser tan perfecta y tierna sin esforzarse enello? Fue lo único que se pregunto mientras veía lacabellera de la mayor en su pecho. Tragó saliva al escuchar la lluvia afuera de la escuela. Estaba
obviamente lloviendo.
— Jisoo ¿Tra-trajiste tu paraguas? cuando la
mencionada volvió en su y se dió cuenta de que estaba abrazada a la menorx se despegó de ella, recogió Su libro de psicología y la vió a los ojos, viendo el rostro rojo ardiente de Jennie .
Creo que lo olvide —miro afuera, parpadeando varias veces. iré a ver si hay paraguas en esa cosa donde ponen los paraguas. — se dijo más a si
misma que a Jennie , pero la otra solo la siguió para comprobar que todos estaban rotos. —Esperaré que baje la lluvia —
— Se-segun el pronóstico lloverá toda la tarde y no-noche.
—Me quedaré a dormir en la escuela — fue la
única opción al notar que la menor tenía un
paraguas en su hombro, y al parecer su vista
punzante sobre el fue los jenke recordó que tenía uno.
eso es ilegal, y... ¿No qui-quieres compartir el
paraguas conmigo —Jisoo rio — ¿Eh?
— No, gracias, dormiré aquí.
Jennie vio el piso de la entrada, y luego vio a
Jisoo.
—¿Aquí en la entrada? ¿Y si luego tienes frío?—la mayor torció sus ojos.
— Pensé que eras más inteligente.
'no cuando estoy contigo' pensó automáticamente Jennie , sonriendo al darse cuenta de que estaba teniendo una conversación con la mayor, su gran crush.
—Te prestaré mi paraguas, tủ ve a casa, mañana me lo devuelves — una sonrisa perfecta que volvió a revolver el estómago de la mayor al verla, pero frunció su ceño de nuevo.
Un sonrisa automáica apareció en el rostro de la otra. Jisoo hasta enojada se veia hermosa, pero en ese momento se vio frustrada.
— Puedes dejar de ser perfecta por dos segundos.
—¿Perfecta? Pe-perdón, pero solo estoy siendo amable. — hizo un puchero, ladeando su cabeza.
—claramente no, intentas caerle bien a todos, haces lo inimaginable por ello, deja de fingir que todo mundo te cae bien, es molesto. Jennie frunció su ceño, y la mayor volteo a verla. —y para que sepas, no diré que la perfecta Kim Jennie me quiso prestar su paraguas.
— Oh dios... ¿Te caigo mal? — pregunto en un tono triste, sus hombros bajaron, y sus ojos comenzaron a lagrimear. ¿Acaso estaba siendo indirectamente rechazada? ¿Sus intentos de que Jisoo la notará terminaron
en... Que se molestará? Sintió su corazón romperse un poco cuando pensó eso.
Es solo que yo no puedo procesar, ¿Còmo es que haces todo bien? ¿Jamás te frustras cuando algo te e sale mal? Apuesto que enads te sale mal, eres la perfecta Kim Jennie — cruzo sus brazos, comenzando a caminar poniendo su mochila sobre su cabeza para evitar mojarse entera. Jennie abrió
su paraguas y camino hasta ella, cubriéndola solo a ella, empapando su hombro izquierdo por no cubrirse a si misma.
De hecho, Jennie se equivocaba en muchas cosas, y se frustraba demasiado seguido pero siempre lo ocultaba. Relamío sus labios , dispuesto a contarle a la mayor todo. Ese día lo iba a hacer. Aprovecho que no se quejo ni se apartó del paraguas. Sonrió.
— De hecho, algo no me acaba de salir bien.—confesó.
— ¿Que? ¿El que te dije que tú fachada es falsa y te descubrí?– negro con su cabeza, aunque la mayor no lo vio.
—El que me iba a confesar a ti y me salió mal, ¿De que me sirvió practicar por más de 5 meses mis palabras si solo iba a terminar tartamudeando?— y ahora su que el corazón de Jisoo dejo de latir. Cinco meses o más llevaba Kim Jennie tratando de confesarse a ella. Cinco meses y más llevaba
gustándole, y cinco meses o más, estaba por ella.
La perfecta Kim Jennie , interesada en ella. Su
estómago se volvió a revolver. ¿Debía sentirse
halagada? Fue lo que se pregunto, pero inconscientemente comenzó a sentie maripositas en su estómago al saberlo. Ella, gustándole a Jennie . Su rostro seguía neutro.
—¿Ati te gusta la lluvia? — pregunto la más alta al ver que seguía en silencio incómodo, y pensó que arruinó todo. Jisoo la iba a odiar más después de eso.
Pero recibió una respuesta.
— Me encanta lluvia.
—a mi no, me pone triste. — la 'pppi' era la única persona que Jisoo conoció que no le gustaba la lluvia, frunció de nuevo su entrecejo. — Por aquí ay una cafetería —
—¿Porque te gusto si no me conoces? —escuchó toser a la menor, y en ese momento comenzó a caminar lento para no llegar a la parada de autobuses tan rápido. Estaba interesada. —y vamos a juntarnos más, tu paraguas es muy pequeño.
—no me importa resfriarme.— sonrió — pero te veo y algo en ti, Realmente me encanta verte hacer cualquier cosa, pienso que eres... Perfecta.
—Señorita perfecta hablando de perfección —Jennie rio, de nuevo.
— pensé que nunca me notaba, ¿Si recibías mis cartas y galletas? Jisoo hizo una mueca rara.¿Le decía la verdad? Relamío sus labios, nerviosa.
— las tire. —eso realmente desánimo a Jennie.Miro al suelo, viendo sus zapatos, viendo cómo sus pasos se hacían más cortos.
– Oh... —pateo un charco, y Jisoo la codeó para que la viera. Jennie , la verdad, tu a mi... No estoy segura si me gustas. — la otra asíntio , mordiendo sus mejillas. — pero. — la esperanza revivió. – podemos conocernos para ver qué puede flotar de nosotros dos, ¿No crees? En esa oportunidad puedes conocerme mejor, saber si te gusto de
verdad? Y en eso, ¿Que me... Me gustes a mi? —
Y la menor sonrió, asintiendo.
—Conozcamonos un poco más en esta caminata, ¿No?—y ambas sintieron la necesidad de que esa caminata bajo la lluvia se alargara.
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