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Capítulo 6: Friendzone

Nuestra protagonista despertó rígida al día siguiente después de dormir ahogada en sus desvaríos amorosos. ¿El motivo? ¡La tarjeta que le tocaba era 'sexo casual' y justo vería a James ese día! ¡No podía ser! La tarjeta de Jason no siguió el pie de la letra pues no fueron a su departamento, aunque él confesó su intención de. La tarjeta de Lars también se cumplió con su trekking. La tarjeta de Kirk, incluso, aunque lo borraran de la partida, se cumplió lo que indicaba y tuvieron un encuentro en la cafetería. Por motivos obvios, reaccionó gastrointestinalmente y pasó alrededor de veinte minutos de rodillas frente al váter, vomitando de la ansiedad. ¿Era posible? Todavía no besaba a alguien, casi se muere por los abrazos de Lars e iba a cometer actos lujuriosos. Debía mantener la calma. Los chicos del club de skate estarían presentes... ¡Su amigo Scott estaría presente! No le cabía en la cabeza cómo esta narrativa iba a calzar.

Hizo lo que toda persona irracional haría y echó dentro de su mochila la caja de Love Shine! Para arrojar los dados en caso de que vea que no está tomando buen rumbo la cosa.

Al arribar a la plaza que se situaba a un par de calles de la universidad, saludó de beso en la mejilla a todos los participantes del club y un par de chicas que estaban allí por acompañar a sus novios, al toparse con Rosenfeld tomado de la mano con una chica nueva y él verla llegar en compañía de Hetfield, se apuntaron como en el meme de Spiderman y exclamaron:

— ¡Tú!

— ¿Quién es ella? ¿Es oficial? —Habló más de la cuenta la asiática.

— ¡Shh! No cambies el tema, ¿por qué viniste con James?

El resto los contemplaron con cara larga.

— Vino a acompañarme, luego iremos a tomar algo por ahí, ¿verdad? —La tomó del hombro y la echó hacia atrás, poniéndose al frente como una forma de dominación sobre el asunto.

— Tremendas vueltas las de la vida —Soltó una risa el de cabeza rapada.

Las chicas se fueron al "rincón de las novias" en una amplia banca del parque, ya todas se conocían menos la castaña recién llegada y nuestra protagonista.

— Me llamo Stephanie, ¿tú?

— Un gusto, yo soy Lacy —Contempló el piso, sabiendo que estaría ahí con gente desconocida por unas dos horas por lo menos.

— Tú conocías a Scott, ¿no? Él y yo estamos saliendo.

— Es mi mejor amigo...

— Oh... ¿Es de tener muchas citas? Parecías preocupada...

— Mmm... —Reflexionó por un segundo— Sí, es mi amigo y todo, pero sus 'romances' no le duran nada, espero que puedas llevarte bien con él y concretar algo, a ver si madura luego —No sabía si le hacía un favor o no con su sinceridad.

— Ah, caray... —La nueva cita realizó una mueca— Gracias, me hiciste esquivar una bala.

— Vaya, ya empezamos con las quejas de nuestras parejas —Se entrometió otra en una actitud mucho más antipática—. ¿Cuánto tiempo llevas con James?

— Sólo somos amigos, me invitó porque sabe que tengo conocidos aquí —Mintió y se encogió de hombros.

— Mmm, ¿y no te quiso involucrar con los chicos en vez de apilarte aquí con el grupo de las novias?

Silencio incómodo.

Le siguieron hablando, sin embargo, Lacy se colocó los audífonos y la dejaron en paz tras eso, para su gusto. Tal vez se imaginaba que, igual que en las novelas visuales, el grupo de brujas dejaría de molestarla ya que sólo buscan atención. ¿Estaría dispuesta cada fin de semana a sentarse en una banca, aburrida, a escuchar a chicas hablar mal de sus parejas en un tono pasivo agresivo con tal de ella pasar tiempo con el rubio? No lo consideraba correcto. ¿De verdad el amor implicaba tantos sacrificios? Para eso se quedaba sola, mejor.

Su mente se congeló en el tiempo hasta que una mano pálida le hizo señas frente a sus ojos. Alzó la mirada, todos se habían ido y no tomó el tiempo de comprobar si alguien se dignó a despedirse.

— ¿No quisiste integrarte con las chicas? —Cuestionó James.

— No tuve ganas...

— Um, te creo, tenemos más en común de lo que pensaba. ¿Quieres ir a mi departamento a tomar algo?

— Claro.

Caminaron en silencio, Hetfield arrendaba un homestudio a pasos de la universidad, el cual pagaba con lo que ganaba trabajando en la construcción. El barrio no inspiraba mucha confianza al estar plagado de basura y botellas alcohólicas apiladas. Caminaron tomados del brazo, había cierto aire de incomodidad en el ambiente.

El piso era pequeño e igual que el barrio, pecaba de ser decorado por latas de cerveza barata y envases de comida chatarra, además de destacar un colchón como cama, tirado en el piso y las cortinas bloqueando el paso de la luz.

— Perdona el desorden, el trabajo me tiene ocupado.

— Tranqui, me lo imaginaba...

— Deja tus cosas —Él las recibió y tiró la mochila a un lado del comedor—. Toma asiento, ahora te traigo algo.

Lacy se acomodó en la silla junto a la mesa, a un par de pasos del colchón. Admiró el lugar, apenas lograba divisar el sitio de lo que es arquitectura o decoración de la basura. Hetfield regresó entregándole una BudLight, aquella cerveza ultra barata que sabe a agua con alcohol de farmacia. La cogió insegura, pensó que con 'tomar algo' se refería a un café o un té, como funcionan la mayoría de las citas cursis. Él tomó asiento en la única silla restante, frente suyo con la mesa de medio metro lo único que los separaba.

— Salud —Pronunció tras abrir su lata y chocarla con la otra que seguía sellada, le dio un gran sorbo, no sin golpear el recipiente contra la mesa en un acto de dominancia.

— Salud, James... —Ya estaba allí y aceptó la situación. No quería generar más tensión de la que se olía desde hace rato. Rompió el sello y le dio el primer sorbo.

— Sé que eres amiga de Scott, pero ¿tienes la misma resistencia que él?

— Estoy segura que... no —Rió—. ¿Tú?

— Posiblemente —Sonrió de lado—... Así es más fácil soltarse y ser uno mismo.

No lo había pensado de ese modo.

— A veces... —Empinó su lata antes de continuar— Requieres de una ayuda extra para expresarte —Y finalizó el contenido de medio litro como si fuera agua.

— Ahh, sí, entiendo —Imitó el gesto, ignorando el sabor amargo y apretando los ojos, con la excepción de que apenas soportó un tercio antes de frenar de golpe.

— Me encanta lo torpe que eres, es como demasiado tierno —Confesó entretanto se levantaba y sacaba un six pack, se dejó una lata para él y las dejó en la mesa para compartir.

— Yaaa, ¡no me digas eso! —Utilizó un tono más agudo y sus mejillas tomaron un potente color rosado.

— No tenía ni idea de cómo pasar tiempo contigo, no le hago mucho a eso de las citas.

— ¿En serio? Pensé que tenías muchas... —Bebió con más calma ahora.

— Lo intenté, como Scott, y me aburría... Nadie encaja conmigo —Realizó una mueca y ahí iba la mitad de otra lata. Wu no quería quedarse atrás y volvió a imitar el gesto

— Oh, sí... Debe ser triste salir con gente y ver que algo anda mal a medida que hablas con la otra persona —Realmente le dolió lo que vivió con Kirk esa semana, aunque quedara borrado de la consciencia de todos, sentía que no volvería a verlo del mismo modo y ni como amigo podría tolerarlo. Y no sabía describir lo que ha vivido con Jason y Lars, menos lo que estaba viviendo en ese preciso instante.

— Sí y te aburres de averiguar saber qué mierda sientes —Exhaló.

Aquella catarsis se desplegó a medida que las latas vacías y aplastadas se multiplicaban sobre la mesa, coincidían en aquel sentimiento profundo de soledad. Nuestra protagonista frenó para pedirle el baño y él la condujo hacia dicho cuarto, allí ella tras hacer sus necesidades y lavarse las manos, contempló su reflejo medio borroso en el espejo, portaba una sonrisa idiota y de repente sentía que podría recorrer mil cerros y afrontar a todas las personas que alguna vez la hicieron sentir mal.

Salió del baño y al hacer contacto visual con James, caminó directo al comedor sin parpadear. ¡Vaya valentía tomó! ¿Cuándo ha podido mirar a alguien a los ojos por más de cinco segundos?

Él aclaró su garganta y al tenerla cerca suyo, se levantó y con fiereza le plantó un beso en los labios. De la impresión, tanto como a la fuerza que aplicaron sobre su pequeño cuerpo, Lacy se fue para atrás y una lata a medio beber cayó, derramando el contenido sobre su mochila. Antes de reaccionar a ese accidente, tomó de la barbilla a su cita y devolvió el gesto. Él la cogió de la cintura, lejos del líquido que seguía chorreando de la mesa. Mantuvo el gesto romántico hasta que decidió alejarse para tomar aire.

— ¿No deberías revisar que tu mochila esté bien?

— Pues... Supongo —Emitió una risita infantil.

— Voy al baño y limpio este desastre, dame un momento —Advirtió dándole la espalda.

— Está bien...

Al perderlo de vista, recobró la consciencia de lo que sucedía. ¡Mierda, el juego de mesa!

Abrió su bolso y para su mala suerte, la caja estaba empapada. La abrió y notó como varias tarjetas y tablas perdían el color rosita de su tinta y tomaban un color ámbar de la bebida, la tinta de su bolígrafo se corría...

— ¡Mierda, no, no! —Suplicó en voz alta— ¡No puedo perder todo ahora...!

Pegó una patada frustrada a la mesa. Medio segundo después de eso, salió su acompañante del baño, rascándose la nuca y jugando con su cabello, inquieto.

— Lacy, ¿puedo confesarte algo?

— ¿S-sí...?

— Eres una chica muy linda físicamente y siento que como persona conectas bien con varios aspectos de mi vida...

— Wow, grac...

— Y pensé seriamente que me gustabas —Tomó su mano, entrelazando sus dedos, casi agresivo—. Y espero no herirte, de verdad, pero...

— ¿Pero...?

— Pero siento que como pareja no funcionaríamos... Porque no siento amor, amor por ti. Y no quiero herirte. Quiero que seamos cercanos, pero no de ese modo.

Ella apartó la mano. Tosió para rellenar el silencio.

— Gracias por decírmelo...

— Siento que seríamos grandes amigos, como solíamos ser Dave y yo antes de que él empezara a molestar a Kirk y lo tuviera que echar del club...

¿La estaba comparando con un amigo varón?

— No quiero hacerte ilusiones y besarte estuvo mal. Lo siento mucho.

Lacy lo tomó de la mano nuevamente.

— No, James, está bien —Sus ojos se llenaron de lágrimas e intentó demostrar fortaleza—. Gracias por ser sincero.

Compartieron un cálido abrazo.

— Si quieres que dejemos las cosas hasta acá, lo entiendo, es difícil tener una amistad luego de una cita.

— No, tienes razón. Pienso que es lo correcto. Gracias —Se separaron y contempló esos ojos azules, él limpió la lágrima que rodaba por su mejilla.

— ¿Quieres que vaya a dejarte al metro?

— Por favor...

Fueron cabizbajos, en silencio. La asiática temía por las dos partidas restantes, sin embargo, consideró un peso menos el que James la rechazara. No sabía si podría soportar beber alcohol con esa intensidad siempre, tener traumas de abandono y una cara bonita no lo es todo en una relación. A veces puedes querer a alguien sin el lado romántico y lo consideraba válido.

— ¿Quieres que llame a Mustaine para que hagan las pases y aclaren los malos entendidos? Sé que no odias a Dave —Acotó.

— Si crees que él está dispuesto a dialogar...

— Confía en mí.

— Gracias, Lacy.

Por como iba su mala suerte, la conclusión de esta segunda partida parecía la más justa y bonita a su parecer. ¿Qué va a pasar ahora con el resto de chicos?

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Holii, nos acercamos al final de esta corta historia uwuwu espero que les guste n.n

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