ELLA
Nota: Si desean, pueden acompañar el relato con la melodia cuando aparezcan las notas musicales (🎶🎶), o desde que empiezen su lectura.
Una fría ráfaga de viento resonaba en el triangular y asimétrico espacio decorado como una sala de estar, desperdigando sobre la octagonal mesilla y por gran parte de la alfombra, un montón de fotografías de distintos tamaños. Aparentemente, alguien había dejado abierta una de las hojas activas de la ventana; quizá la camarera de piso.
Desde la puerta, el hombre de silueta menuda se adentró en la habitación con el propósito de cerrar la ventana causante de tal desorden. Acuclillado, comenzó a recoger todas las fotografías sueltas que habían salido volando del álbum abierto, hasta que se detuvo ante la última instantánea. Era ella, lo saludaba con su jovial sonrisa. Inconscientemente le devolvió el gesto con tristeza.
Cerca de la ventana minimalista se hallaba un estante empotrado de madera de pino, y allí, en el espacio vacío de en medio, dejó su álbum personal.
Dos pisos arriba a su derecha, exactamente en la esquina del mismo estante, descansaba un mini baúl de cobre con estilismos europeos en dorado. El hombre lo bajó, y encaminándose al extremo opuesto de la ventana que empezaba a reflejar las luces de edificios y hoteles aledaños, se sentó en el suelo, apoyándose contra el respaldo bajo de un sofá.
La vista era magnífica.
Como un telón, el crepúsculo comenzaba a descender y diminutos puntillos luminosos aparecían decorando el cielo. Más desde aquel ángulo, también podía observar el azul puro de las aguas del mar de Busan. Esa parte del mundo que le gustaba contemplar tanto como a ella.
Ella.
Tomó aquel baúl que desde que la dejase ir, lo acompañaba a donde quiera que fuera. Colocándolo en su regazo, del interior de su suéter sacó un collar del cual colgaba una mediana llave dorada de diseño antiguo.
Abierto el cerrojo, el lustroso interior le mostró un montón de cosas que, para una era tan desarrollada tecnológicamente y una persona de su condición, se tomarían como arcaicas. Tenía artilugios, secciones impresas de noticias en línea, recortes de revistas, postales y sobre todo...cartas.
Observando aquellos sencillos, pero significativos recuerdos tangibles de una historia con ella, el hombre de cabellos ahora eternamente azabaches, sintió de nuevo ―como en temporadas pasadas― esa abrumadora avalancha de emociones que le agolpaban el corazón. El dolor le retorcía el alma. Le invadió una agridulce nostalgia.
«No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes» recordó, esa frase tan trillada que se encargó de convertirla en su cruz psicológica durante largas y eternas semanas de insomnio. «O hasta que te das cuenta que no luchaste lo suficiente» se corrigió como lo hiciese en esos tiempos.
Metió su pálida y pequeña mano en el fondo del baúl para sacar el fajó de noticias que mayormente hablaban de ella. Deshizo el lazó lila que las ataba, y comenzó a echarles un vistazo.
Tras su rompimiento, ambos habían optado por distanciarse. Darse su tiempo y espacio para sanar, y quizá dejar ir todos sus recuerdos juntos, para volver a ser los de antes...Antes que sus caminos se cruzaran como jugando.
Que idea poco cuerda. Pero en ese entonces resultaba ser lo más sano y razonable.
Por mucho tiempo, él había intentado de todo para no toparse con ese rostro que añoraba ver; o en su defecto, saber de su incansable labor para con el mundo. Que craso error cometía, eso era contraproducente para sí y los que le rodeaban. Una figura pública no podía permitirse aquello, esconderse para siempre como si el haber amado fuera un pecado.
Tomo el recorte de una revista China, leyéndola superficialmente.
Era la noticia que lacerase su corazón, pero también la que lo motivase a escribirle la primera de muchas epístolas que intercambiaran, como amigos. Sí, esa fue otra cosa estúpida que él acepto con tal de mantenerla a salvó de aquella persona que causo su separación.
Inicialmente no le importó. Prefería morir en esa mentira que borrar su recuerdo o atesorarla platónicamente. Era mejor que no tener nada que lo atará a ella, más que unas memorias que de a poco se convertían en un martirio.
Juntó a las cartas que estaba por sacar, iban consigo unas postales. Todas de la misma república asiática. Yemen.
Aceptar la decisión de separarse por seguridad, resultaba irónico. Echándole una ojeada al nombre de las ciudades de donde procedían las postales, estas solo le rectificaban la idea muy clara que ella tenía de servir a una buena causa, procurando el bien de otros; más en un país que constantemente se encontraba entre disputas de guerra.
Durante esos largos años de una relación amical por correspondencia, constantemente él experimento una demandante angustia. Ansiaba saber en qué carta ella le anunciaría su retirada de dicha república...
Reflexionandon sobre ello, la última carta de cuidada caligrafía y trazos finos que tenía grabada en la mente, lo obligó a rememorar el episodio más doloroso de su vida.
☼☼☼☼☼☼☼
Por aquel entonces era otoño, y él se alojaba en un hotel de una ciudad norteamericana, pues su grupo se encontraba en medio de una gira mundial. Pese a ello, él no abandonó la frecuencia con la que le escribía.
Su primera noche en América le había llegado una contestación a su última carta. Aún con todo el cansancio acumulado por el show del día, se sentó al pie de su cama frente al televisor para poder leerla.
Querido amigo.
¡Tengo una gran noticia que darte! Se que te alegrará. Pero te dejaré con la intriga por un momento.
Aunque es difícil saber de ti y los otros en un lugar tan alejado como Marib, tengo la certeza de que les va fenomenal como siempre. Por algo son los príncipes de Corea.
También puedo imaginarme lo emocionados que han de estar por volver a encontrarse con sus fanáticas extranjeras. Siempre lo hacen.
Si pudiera estar allí, llevaría un gran cartel de neón y yo misma estaría enfundada en un traje luminiscente, así sabrían que se trata de mi sin ninguna duda.
Él se río ante esa perspectiva. Ella era capaz de hacerlo.
Continuó pasando la vista por las siguientes líneas y le conmovió darse cuenta una vez más que, a pesar de los años y la distancia involuntaria, ella mantuviera esa preocupación sobre todos los miembros por igual. Podía resumir todo en un "tírales de las orejas de mí parte si no se cuidan y descansan apropiadamente". Otra risa se le escapó.
Disfruten cada momento como si fuera el último. Son sensaciones y emociones que cambian según vamos madurando, ... Bueno, no se para que les repito algo que ustedes ya aprendieron muy bien incluso antes de conocernos. Mándales mis saludos a esos grandulones.
Ahora sí te daré la noticia.
Tal vez piensas que no me doy cuenta de la preocupación plasmada en cada uno de tus escritos, pero créeme que lo hago. Por eso, como te dije al principio, sé que lo que te contaré te aliviará.
¡Muy pronto volveré a Nueva York!
Probablemente cuando tengas esta carta en tus manos, yo ya esté en la capital de Yemen, esperando por mis documentos y transporte; deseó que sea así. Porque de este modo podré encontrarte mientras aún estas de gira por Estados Unidos.
Claro que antes debo reunirme con mi jurisdicción dentro de la Unicef. Es mi deber contarles a ellos y al mundo, las calamidades que traen consigo estas absurdas guerras, además de las precarias condiciones en que las personas desplazadas se ven obligadas a vivir. Es necesario concientizar a la gente, y moverles, aunque sea un poquitito el corazón para que presten sus servicios de manera desinteresada ...
Con toda claridad, él podía percibir la vehemencia con la que habría escrito ese párrafo. Así se lo reveló su continuación hasta que descargó toda su frustración con una última oración que concluyo con su maldición favorita.
Sinceramente esperó que nos podamos ver. Debo contarte algo muy importante que me he guardo durante mucho tiempo, en lo más profundo de mí. Estimo que lo mejor es que esto se de en persona.
Hasta pronto, Little Prince.
P.D. A donde sea que vayas, mis mejores deseos te acompañaran siempre.
Esa despedida le había dejado intriga y expectación en partes iguales. No obstante, el deseo de verla después de esos años, superaba cualquier otra emoción negativa.
Cogió la libreta y el bolígrafo que estaban junto a su lámpara de noche, y se acomodó entre almohadas.
Seleccionando con cuidado sus palabras, para que no delataran sus sentimientos de enamorado, comenzó a escribir su respuesta. Cuando hubo terminado la introdujo en el sobre y la selló, dejándola debajo de su mini baúl.
🎶🎶
Los sueños muy pocas veces se le daban, tal vez a consecuencia de sus agotadoras jornadas de trabajo. Por tanto, cuando al fin pudo despertar de esa horrible pesadilla donde la perdía ―sintiendo otra vez su corazón pesado―. Sudoroso y jadeante buscó el control de la TV para sintonizar el canal de noticias matutinas.
No entendía casi nada de lo que decía la presentadora, pero el solo hecho de ver esas imágenes de bombardeos y explosiones que levantan polvo como la ola de un tsunami, le hicieron estremecer.
En su móvil tecleo cualquier noticia sobre el reciente ataque a Yemen y sus ciudades afectadas. Buscaba con desesperación el nombre Marib o Saná...Aparentemente no habían sido afectadas. Rezó porque fuera cierto.
Volvió a agarrar su libreta y bolígrafo, y se dispuso a escribir una nueva carta. Una que expresará lo que verdaderamente sentía.
Adorado ángel mío.
Antes de esta carta y de las otras, he deseado volver a llamarte de esta manera tan íntima en que solía hacerlo.
Mientras te escribo estas líneas, quiero decirte que una aterradora premonición a asaltado mi mente en sueños, después de haber leído tu última carta. Y cuando vuelvo a la realidad, me doy con la desagradable noticia que los lugares donde debieras estar corren el peligro de ser atacados por los terroristas. Teniendo en cuenta esto, me veo en la necesidad (y perdona que sea egoísta) de suplicarte que vuelvas cuanto antes con el equipo de alguna embajada...
No soportaría perderte. No otra vez y quizá para siempre. Se que no pasará, dado que tienes muchos guardianes en el cielo. Pero por favor, regresa sana y salva.
Tal vez después que leas lo que voy a confesarte, te sientas desconcertada. Pues te he mentido descaradamente, alimentando tu suposición de que yo ya he superado lo nuestro.
Los sentimientos no se pueden esconder eternamente ¿verdad? Solo espero no sea demasiado tarde para que mi sinceridad sea lo que te devuelva a mí...
Quiero que sepas que, desde que rompimos por mutuo acuerdo, no habido mañana, tarde o noche en la que yo no pensase en ti. En lo que pudo ser y no es...Lo cierto es que...
Sigo enamorado de ti. No puedo evitar amarte.
He extrañado todo de ti en estos años de solo amistad, porque me di cuenta que como amigos somos más reservados en algunas maneras nuestras que se daban naturalmente cuando éramos amantes.
Tus bromas que involucraban nuestros recuerdos, no son tan francas como las recordaba. La cálida amabilidad con la que tratas a todo mundo, eso creo que sigue latente; pero extrañamente yo no la siento... Me hace falta escuchar tu melódica voz pronunciando esas palabras de aliento tan llenas de afectó y consideración que me escribes. Anhelo sentir de nuevo esa particular mirada cargada de adoración que reservabas solo para mí, la que me hacía sentir que nada podía perturbarme de la burbuja en la que me sumía tu compañía.
Eres la criatura con más humanidad que conozco, tanto que a veces siento que no eres real; sin embargo, ten la certeza que eso fue lo que me arrastro al abismo de este insondable amor que te profeso.
Aunque eras más joven que yo, de los dos eras la más fuerte y valiente en muchos aspectos, pero también solías ser emocional y delicada con las personas de tu confianza; incluido yo ...
Quise y quiero creer que tú no me has olvidado, pero al verte seguir con tu vida siempre con esa brillante sonrisa e incansable energía ... Me temo que si lo has hecho. No te culpó, pasaste por terribles cosas que amenazaron tu salud física y emocional, además de la seguridad de los tuyos...No supe cuidarte del modo que tú lo hiciste conmigo. Perdóname.
A veces pienso «ojalá nunca me hubiera conocido», pero tu ya sabías de mi existencia incluso antes que yo de la tuya. Mejor sería decir «ojalá nunca nos hubiéramos visto en persona», pero tampoco es algo que hubiese querido.
Nunca creí en el amor a primera vista, o nunca pensé el experimentarlo. Pues sabes que he conocido a muchas chicas de distintas edades y nacionalidades; más ellas solo eran fanáticas que ocupaban un lugar especial en mi corazón, y por las que siempre sentiré una infinita gratitud.
Pero tú ..., contigo paso algo que nunca sabré explicar. Te vi, y un trémulo e imprevisto sentimiento abatió mi corazón. No sabía que me ocurría. Solo sentí un palpitar en el instante que nuestras miradas se encontraron y se paralizaron por una eternidad; el resto no existía ...
Supongo que fue esa energía cósmica que une a las almas gemelas o al amor de tu vida. Deseo ser ambos para ti.
Siempre tuyo, Chris.
P.D. Quiero que el resto de mi vida transcurra a tu lado. Te necesito.
Ni se fijó, pero durante todo el tiempo en que llevaba de estar escribiendo sin cesar, su mano libre había estado sobre su pecho, como si intentará suavizar esa opresión de su corazón.
Sin perdida de tiempo, abandonó el hotel.
Una semana después, al estar en su vuelo de regreso a Seúl, él escuchó la noticia que acabaría con los últimos vestigios de esperanza que le quedaban.
Como ya acostumbrase en esos días, ni bien volvía a tener señal en el móvil, se buscaba las noticias referentes a Yemen. Más aquella tarde no tuvo que teclear ninguna palabra clave. Con solo entrar a Naver, un sinfín de titulares confirmaban la irrefutable noticia sobre el fallecimiento de ella.
Al salir al pasillo, se dio cuenta mientras caminaba tambaleante, que todos a su alrededor lo miraban con rostros compungidos y unas miradas que se agachaban cuando hacían contacto con la suya.
«Debe ser un sueño. La vida no puede ser tan cruel con nosotros. No con ella»
El descenso del avión juntó a los abrumadores sentimientos de pérdida, le produjeron una falta de oxígeno que lo hizo palidecer y marearse. Escuchó voces gritar su nombre, y sintió o imagino que una fuerza lo tiraba en dirección contraria a sus pasos.
En medio del trance entrevió un deslumbrante rostro, con la misma sonrisa del día que la vio en el umbral de la puerta del camerino en un programa de música, intentando dar con él.
... ¿Para alguno de ustedes le es familiar este anillo? Estoy buscando a mi esposo ...
... Curioso y extraño. La argolla que elegiste entra perfectamente en mi dedo anular. ¿Es el destino? ...
... Sabes que es llamado "anillo de la eternidad". Se dan en diferentes fechas especiales. Amor sin fin, ese es su significado ...
... No sabía que debiera cruzar el Pacífico para experimentar este sentimiento ...
... "Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacía el desde el primer momento", me gusta esa frase ...
«Nunca más tu cariño podrá abrazarme»
―Lamentó no haberme aferrado con más desespero a ti.
Como un fantasma, las facciones occidentales se disiparon en el aló de luz que la rodeaba, alejándose para sumirlo todo en una negrura infinita.
Al despertar, sus amigos lo miraban con rostros preocupados. Lo único que atinó a hacer fue preguntar que le había sucedido. Su líder, con la voz más tranquilizadora que podía sacar alguien que acababa de perder a una muy buena amiga, le explicó el motivo de su desvanecimiento.
Con las expresiones más parcas que nunca se les viera, todo el grupo paso entre el mar de fanáticas que como de costumbre los recibían en el aeropuerto. La diferencia era que esta vez nadie gritaba sus nombres buscando un saludo al aire. Solo sostenían unos carteles lila con frases de condolencia, principalmente dedicadas al entonces rubio artista...
🎶🎶
☼☼☼☼☼☼☼
Teniendo ese recuerdo tan vívidamente grabado en la mente, prefirió no continuar rememorando lo que seguía. Y no queriendo que las lágrimas que le comenzaban a nublar la visión, mojasen la carta que en ese instante colgaba de su mano desprovista de energía, la alejo para meterla en su sobre.
...Ella nunca pudo leerla...
Oyendo bulliciosas voces y contagiosas risas provenientes del pasillo, se apresuró a guardar todas sus cartas. Le hecho otra vez el seguro al baúl que ella le obsequiase en su último cumpleaños juntos, y se dispuso a devolverlo a su lugar, justo cuando la puerta se abrió.
Seis figuras de distintas estaturas entraron a trompicones por estar molestándose como cuando eran jóvenes.
― ¿Reviviendo viejos recuerdos? ―le dijo su líder con voz calma, una vez llegase hasta él.
Los demás le habían escuchado, sus risas ya no estaban.
―Un poco ―les contestó a todos, dedicándoles su característica sonrisa de ojos―. Un revuelo que ocurrió en mi ausencia obró para que cayera ―Intentó bromear―. Tal vez es su forma de decirme que no está mal que la recuerde en estos tiempos. Mañana es su memorial. Ya han pasado cinco años.
La sombra de la tristeza se asomó en sus expresiones. En algún punto, sin darse cuenta, su mirada decayó.
― ¡Hyung! no insinúes cosas sobrenaturales ―habló rápidamente el menor, aligerando el ambiente―, algunos miedosos no podrán dormir. No importa si se trata de alguien tan linda como ella.
Al instante, uno de los aludidos ―el mayor de todos― saltó dramáticamente para lanzarle un cojín a su agresor. Después todo fluyó como siempre.
Viéndolos juguetear, él se sintió agradecido con ellos por nunca dejarlo solo.
La amistad era lo único que le quedaba, porque el amor ... el amor había muerto con ella.
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