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Love


Echeyde...


Los guardias me escoltaron hasta el palacio, la tierra no dejaba de temblar y los rugidos del volcán eran cada vez más fuertes.

En cuanto llegamos, los reyes del clan de Tenerife estaban listos para volver a su isla, debían averiguar que le pasaba al volcán.

Pero nuestro chamán ya lo sabía, por eso, antes de irse, le pidió un mechón de cabello de Jungkook. Y aunque en ese momento me pareció extraño, ahora sé para que lo quería.

Nos encontramos únicamente mis padres, el chamán y yo en la habitación, el chamán ha depositado agua y unas hiervas en un caldero y nos ha pedido que mantengamos silencio. El caldero está enterrado en el suelo y ha quedado como un simple agujero en el suelo.

—Kim Taehyung, acérquese— El chamán tenía los ojos cerrados y no los había abierto desde que empezó a meter hiervas en el agua hirviendo y susurrar cosas inentendibles. Cuando estuve enfrente de él, con mis padres a mis espaldas y el chamán sentado en el suelo, me extendió las mano.— Necesito un mechó de cabello de usted.— En ese momento, me di cuenta de que habían unas tijeras en el suelo al lado del caldero, me corte un mechón de cabello, pero cuando se lo iba a dar, quitó la mano, dejando caer el pelo al caldero directamente. Empezó a susurrar cosas sin sentido y luego tiró otro mechón de cabello.

El de Jungkook.

—Haneul, bada, ttang, gong-giui sinseong, hwasan, him, bunnoui sinseong-eulo cheongjung-ege mudseubnida. haneul, bada, ttang, gong-giui sinseong, hwasan, him, bunnoui sinseong-eulo cheongjung-ege mudseubnida.

El caldero empezaba a echar humo y podía sentir un calor abrazador desde aquí, las aguas empezaron a agitarse y se pusieron rojas como la lava.

—Ileul wihae amudo wonhaji anhneun du yeonghon-eul haengboghage ileul wihae amudo wonhaji anhneun du yeonghon-eul haengboghage.

Cada vez hablaba más rápido y el caldero se agitaba más, parecía que iba a explotar en cualquier momento. Entonces, todo empezó a dar vueltas, y ha hacer un calor intenso dentro de la habitación.

Mi padre iba a decir algo, pero mi madre lo freno, se veía demasiado tranquila.

Entonces todo acabo, el calor se fue dé repente, el caldero quedó vacío, y el chamán quedó con los ojos cerrados.

—¿Youngsoo?— Pregunto tras unos segundos en los que aún no ha abierto los ojos.—¿Youngsoo, se encuentra bien?.— No responde. Me iba a levantar para ver si estaba bien, cuando abrió los ojos de golpe pegándome un susto. Al fijarme, me aterrorizo cuando me doy cuenta de que uno de sus ojos ya no es negro, sino gris.

—Corre peligro, joven Kim, usted y toda su familia.— ¿Q-qué?—Taehyung, usted es el príncipe de Agulo, El lugar del agua. Jeon viene de la tierra del fuego, de la Isla del volcán.—Taehyung y Jungkook, agua y fuego.—Cuando Jeon se fue, la tierra dejo de temblar y el volcán de rugir. No pueden volver a verse, Kim, debemos parar antes de que valla a más.

—Taehyung, cariño, por tu bien, no puedes volver a ver a la princesa Soyeon, ¿Sí?— Iba a responder, pero el chamán responde primero.

—Majestad, con todo respeto, no sé si se habrá fijado de quién era el otro mechón de cabello. No pertenecía a la princesa Jeon, pertenece al príncipe Jeon.

¿No volver a verlo? Solo lo he visto una vez, no debería ser difícil. No, lo difícil será explicarle a mis padres porque el príncipe y no la princesa.

—Tae, osito mío, ¿Quieres hablarlo?. Nosotros no teníamos n-

—Iré a descansar, estaré en mis aposentos si me necesitan.— No, no quiero hablarlo ahora, sé lo mal que lo pasó el hermano de Jimin, y como se siente Jimin por no poder decir que le gustan los hombres, ahora, está comprometido con una mujer a la que no ama, pero por miedo a la reacción de sus padres, no quiere que le pasa lo mismo que su hermano...

Llego a mi habitación y debido dormir a pesar de ser medio día, ha sido un día muy largo y... demasiada información. Se que no debería volverme loco con lo de Jungkook, porque solo lo e visto una vez, pero aun así, quiero volver a verlo.

—Joder Jimin, menuda forma de levantar a alguien— Me quejo dándome la vuelta en la cama—¡Qué pares ya!— Extiendo la mano para darle un golpe, pero no toco más que aire, asustado, abro los ojos, y lo que encuentro, es un bonito pájaro de colores.— Hola bonito, ¿Así que eras tu el que me daba picotazos en la mejilla?¿Qué pasa?¿Te has perdido?.

Borde con los humanos: Sí

Borde con los animalitos: No

—¿Uh?¿Qué es esto? Oh, tienes un mensajito en la pata, ¿para mí?— Desenrollo en papelito de la ave mensajera y lo leo.


Hola Tae, soy el amor de tu vida.

¿Cómo estás?, Yo bien, por aquí el volcán se ha calmado.

Jeon.

Me pongo rojo al leerlo, pero enseguida caigo, seguramente sea de Soyeon, claro ¿Porqué no había pensado en eso. No contestarle sería descortés, además, ella me cayó muy bien, si hubiera alguna mujer con quien tenga que comprometerme, sería con ella.


Hola, amor de mi vida.

Yo estoy bien, es una pena que te hayas ido tan pronto, no pudimos hablar mucho ni conocernos... ¡Tengo una idea! Yo hago una pregunta y tú tienes que responderla, también yo la responderé.

Primera pregunta: ¿Qué edad tienes exactamente?

Yo tengo diesiocho, los cumplí el 30 de diciembre.

Kim.


Esperé un rato hasta que la carta llegó con el mismo pajarito.


Hola, guapo, no esperaba que contestaras, jsjs.

Me parece genial, yo tengo 17 años, cumplo 18 el 1 de septiembre.

Me toca, color favorito.

El mío, es el negro.


Holaaa~

El morado, ¿Animal favorito?

Yo, los tigres, aunque solo los he visto en libros.


Nos seguimos hablando así durante días, que se transformaron en semanas. Tras conocerla un poco más, llegué a pensar que incluso podría enamorarme de ella, es graciosa y encantadora, le gusta dibujar y cantar, me prometió que un día me cantaría algo. Y ese día sería esta noche.

Ambos nos veríamos en un bote, cogeríamos algún barco y ambos remaríamos hasta la mitad del camino a llegar a la isla, nos veríamos en el mar, justo en el medio de ambas islas. Romántico, ¿verdad? Fue idea suya.

Y ahora, yo tengo que escapar de los guardias.

—Kai. Kai. Kai. Ka-

—¿Se puede saber que quieres, enano?. —Kai tiene 26 años y es uno de nuestros mejores guerreros, y también mi amigo.

—Tengo sed.

—Pues vete a buscar agua.

—Pero es que no quiero ver a mamá y papá.— Dije haciendo un puchero. Nadie se resiste a mis pucheros.

—Tae, deja ya tus berrinches infantiles.

—Pero es que es algo serio de verdad.— Me quejé con voz algo aniñada.

—Está bien, voy si me dices que pasa.

—Eres un chismoso.

—Chismoso ante todo.

—Bueno, pues— Dije poniéndome un poco más serio.— Y-yo, no me gustan las mujeres.— Esperé su reacción pero no pasó nada.

—Taehyung, eso ya lo sabía.

—¿¡Q-qué?!

—No te preocupes ¿Sí? Voy yo y luego hablamos.

Me encantaría hablar contigo, pero ya tengo planes. Lo siento.



Es totalmente de noche y solo puedo oír el ruido de las olas, Soyeon aún no ha llegado, quizás le haya sucedido algo.

De seguro Kai está de los nervios, pero sabe que me he escapado, no creo que halla alertado a alguien. ¡Una luz!.

Aquel barquito se acercaba más a mí, aunque aún estaba muy lejos.

Iba a remar hacia ella, pero, el volcán soltó un ruido aterrador que hizo todas las aguas temblar.

—¡Mierda!— Agarro los remos he hizo la vela, intentando equilibrar el bote. Las olas cada vez eran más grandes y luchaba por no volcar, me doy cuenta de que la luz del vote ya no está en mi dirección. ¡Hay un islote!. Remo hasta allí como puedo, es un trocito de tierra del tamaño de una cama matrimonial. Cuándo estoy a punto de poner un pie en tierra, resbalo hacia atrás, pero antes de caer al agua, una mano me agarra.

—Gracias.

—Nada.

—Ahh— Que grito más varonil Taehyung, pero, Soyeon no tenía la voz tan grave.

—¿Jun-jungkook? ¿Qué haces aquí?¿Y Soyeon?

—¿No querías verme?— Su rostro tenía una expresión triste.

—¿Qué? Sí, digo no, es que, pensé que iba a venir Soyeon.

—¿Por que iba a venir ella?— Pareció recordar algo— ¿Pensabas... que era ella? Joder, he sido un puto estúpido, lo siento.

—¿Tu enviabas las cartas?— Asintió— Si te soy sincero, quería que fueras tú, pero pensé que era imposible.

—¿E-enserio?— Sus ojos brillaron, asentí.

—Tienes unos ojos preciosos.— Sentí mis mejillas calientes al decir aquello.

—Bueno, todo en ti es hermoso también— Ahora sí que me puse como un tomate, Jeon soltó una suave risa, una risa encantadora.

—Oye— Hablo después de un rato de silencio.— Me prometiste que me cantarías algo.

—Claro, lo había olvidado. Ambos nos sentamos en la islita, desvié mi vista al mar un segundo, no se calma.— Esta se llama, Euforia.

Escucho el lejano océano, al otro lado del sueño.

Sobre el horizonte.

Voy hacia ese lugar que cada vez se hace más claro.

Toma mis manos ahora.

Tu eres la causa de mi euforia.

—Wow, estoy sin palabras, ha sido...— No pude hablar más, solo me quedé mirando sus profundos ojos, ¿He dicho ya que me encantan?. Pero, mis ojos se desviaron sin permiso a otro lugar.

Sus labios son igual de hermosos. Quiero probarlos.

Y como si hubiera leído mis pensamientos, mis labios chocaron suavemente con los suyos, el volcán dio un rugido aún más fuerte que los anteriores, pero a ninguno nos importo. Pasé mis brazos detrás de su cuello y el agarró suavemente mi cintura. Mordió y tiró mi labio inferior, pidiendo acceso, y abrí levemente mis labios dejando que explorara.

No era un beso lujurioso, sino uno dulce y suave.

Nos separamos unos segundos por falta de aire, intentó besarme de nuevo, pero me aparté y le puse las manos en el pecho, alejándole un poco para verte mejor.

Tengo que decírselo.

—Jung-

—¿Qué pasa? ¿N-no te gusta?— Su expresión parecía triste.

—No, no es eso— Me apresuré a contestar.— Es que, antes de continuar, tienes que saberlo. El, el volcán, está así por nosotros.

—¿Cómo que por nosotros?

—Los dioses, no quieren que estemos juntos, tú, Jeon Jungkook, príncipe de la isla del volcán, yo, príncipe de Agulo, tierra del agua. D-debes saber que, si decides seguir, el volcán, no parará.

—Taehyung— Su mano acarició mi mejilla y me miró a los ojos con ternura.— Desde que nací, he sentido que me faltaba algo, y ni siquiera se porqué, nunca me faltó nada, ni siquiera el amor de mi familia. Pero aún así, no era feliz, sentía un vacío en mi interior, una depresión sin sentido, solamente porque sí. E incluso de este modo, fingía una genuina sonrisa para todos, porque ellos no tenían culpa. Desde la ventana de mi habitación, podía ver esta isla, sentía que me llamaba, que susurraba mi nombre todas las noches y me prometía la cura a mis dolores.— Su sonrisa tenía un deje de tristeza, pero sus ojos, sus ojos cristalizados me trasmitían el dolor que sintió hace tantos años, y el alivio a este momento.— Y no se equivocaba, cuánto más nos acercábamos a la isla, más cálido me sentía. Pero verte a ti, una simple mirada de ojos, me mostró una galaxia entera sin explorar y promesas eternas. Taehyung, estaba enamorado de ti antes de conocernos, me tiraría a un acantilado por ti, y te seguiría amando en el cielo.

Ahora quien tiene los ojos cristalizados soy yo.

Y el que inicia un nuevo beso, también soy yo.


Por alguna extraña razón, yo siempre sentí lo mismo.


Noche tras noche volvíamos a quedar, descubríamos más del otro, y nos enamorábamos más.

Ha pasado un mes desde aquel primer beso, hace una semana que no hemos podido quedar, desafortunadamente teníamos cosas que hacer o nos ponían- únicamente a mí- vigilancia extrema.

Pero esta noche, nos veríamos sí o sí.

Sin duda, hubieran preferido no verse.

Pero el destino y el amor son lo mismo, dos imanes que se atraen.



Los dos reyes se miraron al oír aquel inconfundible sonido, pero, era imposible, ¿No? Su Taetae se encuentra lejos de ese muchacho.


—¡Jackson!, traiga a el príncipe Taehyung, debemos salir del palacio.— Ordena la reina Jisoo con su potente voz.


—Reina Jisoo, Rey Ha-joon, el príncipe Taehyung, no sé encuentra en su habitación.— Dijo Jackson tras volver de la habitación del príncipe. Hemos derribado la puerta, su guardaespaldas estaba inconsciente en el suelo.


—Taehyungnnie, ¿Qué has hecho?— Susurró lo reina con una gran opresión en el pecho. No podía perder a su Taetae, no quiere perder a nadie más.— ¡Qué todos salgan del palacio!¡El escuadrón de Levi que ayude a el pueblo norte! ¡Llevar a todos al centro de la isla, alejarlos de cualquier construcción que pueda caer!— El suelo no paraba de temblar, era un terremoto, el más grande de todos los terremotos que jamás hallan habido. Estaba claro, el volcán había entrado en erupción, y su Taehyungnnie está con ese príncipe de la tierra del volcán.Mientras el escuadrón de Levi ayudaba al pueblo del norte, el escuadrón de Rose ayudaba al pueblo sur. El escuadrón de Beomgyu junto a los reyes, se encontraba en barcos hacia la isla de Tenerife, había que parar esto ya, Taehyung debe estar en la otra isla, porque en la Gomera no está.


Mientras tanto, los dos amantes se encontraban ajenos e ignorantes a la situación, no les importaba que Echeyde haya entrado en erupción, no. Solo querían vivir ese momento, y deseaban que nunca acabara, porque sabían que en el momento en el que volvieran a la realidad, todo sería tan desgarrador como lo ha sido siempre.

—Ah-¡Ah! ¡Jun-Jungkookie!.

—Tae... Taehyung.— Sí, lo que había causado el enfado definitivo de los dioses, había sido una acción que puede ser simple y sin sentimientos, o entregada y llena de promesas. Los amantes se habían unido en cuerpo y alma.Jungkook salió cuidadosamente de Taehyung y lo abrazó, aunque lo hicieron tirados en una toalla encima de la arena de una islita del tamaño de una cama matrimonial, para él había sido perfecto.

O así lo era hasta que divisó a lo lejos unas luces en el mar, venían en la dirección de la isla de Taehyung, y ya habrán visto las luces de sus barcos.

—Taehyung.— Lo llamó suavemente. Tenía los ojos cerrados pero no estaba dormido.— Vienen, ellos vienen de tu isla.

—¿¡Qué!?.— Se levantó demasiado rápido y sintió un terrible dolor en la parte baja.—Auh.

—¿Estás bien?

—S-sí, pero, ¡mierda!. Tienes que irte.

—¿Qué? Taehyung, no te dejaré solo.

—No me pasará nada.— Dijo empezando a vestirse, aún estaban muy lejos y tardarían en llegar. Además, tienen que luchar con las gigantescas olas causadas por el volcán.—Kookie, son mis padres.— Taehyung subió una mano y acarició la mejilla de Jungkook, quién giró levemente su rostro para apoyarse en el tacto.

—Taehyung, vayámonos juntos— Jungkook colocó su mano encima de la de su amante, se sentía tan cálido. ¿Qué había hecho él para merecer esto?¿Por qué los dioses le castigan así?— Vayamos a mi isla, llenaremos de provisiones el barco y nos iremos a un lugar lejos, muy lejos de aquí, donde no nos prohíban amarnos.

Los ojos se le llenaron de lágrimas al escuchar las palabras de su dongsaeng, esa oferta se escucha tentadora, y cuanto le gustaría aceptarla, pero no puede, lo sabe. Los atraparan antes de llegar, y si consiguen salir de la isla, sus padres le buscaran. Pero eso no es la mayor complicación, no, la verdadera razón es porque da igual a donde huyan. El castigo de los dioses los seguirá.

—No-no, no podemos— Esas palabras, esas duras palabras pero reales, rompió algo dentro de los dos. Se dieron un último beso, un beso de despedida mezclado con el sabor de las lagrimas de ambos.

Los dos lo sabían, esto era un adiós.

Jungkook se subió a su barquita de madera y subió el ancla que constaba de una piedra atada a una cuerda. Taehyung se subió a su barca también, el mar estaba demasiado agitado, era muy peligroso volver así.

—Jungkookie, ten cuidado.

—Tú también, bebé.

Taehyung observó como Jungkook se alejaba poco a poco, su barcaza temblaba demasiado y las olas eran demasiado grandes, solo deseaba que Jungkook llegara bien.

—¡Jungkook! ¡Te amo!

Jungkook escuchó esas palabras salir de la boca de su amado, iba a responder, pero una ola demasiado grande casi volca la barquita de madera.

—¡Taehyung!¡Taehyung!— Escuchó el grito de su padre entre el ruido de las olas. Se sentó en la barca y quitó el ancla, remando hacia ellos. Unos marineros del barco lo ayudaron a subir, el barco de sus padres era el barco de la realeza, siendo este mucho más grande e imponente.

Sus padres le dieron un fuerte abrazo cuando estuvo en la cubierta, pero el no podía reaccionar, estaba completamente mojado de pies a cabeza.

—Majestad, el otro barco se escapa, ¿Desea que lo persigamos?

Antes de responder, Jisoo vio los ojos de su hijo, mostraban miedo, y ella sabía que se debía a ese muchacho.

—No, regresemos.

—¡Regresemos!¡Cambien el rumbo!— Gritó el marine, pero la reina estaba atenta a otra cosa, estaba atenta a la mirada que mantenían sus ojos a aquella luz lejana que pertenece al bote del otro chico. Una mirada de preocupación, pero sobre todo, una mirada de enamorado.¿Por qué su familia ha sido tan desgraciada?¿Qué hizo mal?

—Jungkook.— Su madre desvió su atención al rostro de su hijo.—¡Jungkook!— Volvió a mirar al mar, dónde antes se encontraba la luz. Antes.— ¡No! ¡Mamá, tenemos que ir a buscarlo!— El barco había volcado.

—Cariño— Susurró hablándole en el oído y abrazándole fuertemente.— No llegaremos, estamos demasiado lejos.

—No, no, no.— Las lagrimas caían como cascadas por su mejilla.— Jungkook, no-no pue-puede

— Taehyung se calló al suelo de rodillas. Jungkook... No, Jungkook no podía morir así.



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