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Beomgyu hacía pucheros desde su cama, viendo hacia la cama donde descansaba su maestro.

Soobin le había castigado sacándolo de su cama.

—P-pero no le voy a hacer nada.

—Que no —bramó Soobin dándole la espalda al androide.

—Ni siquiera lo voy a abrazar ¡solo quiero dormir ahí con usted!

—No vas a tocar esta cama por los próximos tres días Beomgyu.

—¡Pero-

—¡Y agradece que no te estoy echando a tu habitación!

Soobin no tenía miedo de que Beomgyu le hiciera algo, era más bien tomar precauciones para no hacer algo de lo que se fuera a arrepentir. De hecho, solo teniéndolo del otro lado de la estancia era peligroso, pero seguía luchando contra sus impulsos.

—¿A esto es a lo que se le llama una pelea de parejas? —murmuró el menor realmente triste.

—Se le llama medidas preventivas.

—...

—Ahora duérmete.

Beomgyu rodó los ojos sin que Soobin lo viera.

¿Un androide podía hartarse?