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—Un 14% —Jungkook alzó una ceja, esperando que Beomgyu mostrara un deje de vergüenza acorde con sus deplorables notas.

—Ha pasado lo mismo que la última vez —se encogió de hombros el androide.

—Si llegas a sacar un diez habrá problemas.

—¿Y qué?

—¿Cómo que «y qué»?

Beomgyu no soportaba la cara indignada de Jungkook, casi divertida, nada como las caras de auténtico enfado de Soobin.

—Usted es mi maestro, si fallo constantemente no debe ser solo por mi culpa ¿verdad?

Jungkook se cruzó de brazos y lo vio a los ojos fijamente.

—Resolveré esto —afirmó Jungkook, obviando su altanería— de lo contrario podríamos acabar muy mal tu y yo.

—¿Peor? —Beomgyu rodó los ojos.

—Eres un niño estresante —Jungkook mencionó riendo, contradiciendo un poco sus palabras— pero sí, peor, podrías repetir una tercera y última vez el año, y yo cambiaría de estudiante.

—¿Existe la posibilidad de que vuelva con mi anterior maestro?

El brillo de esperanza en los ojos de Beomgyu fue tan fuerte que Jungkook se desestabilizó.

El aiszberg saliendo un poco del agua.

—No lo creo —dijo, y Beomgyu volvió a su inexpresividad de siempre.

—Entonces no importa.

—Si fallas por tercera vez te van a recetear al no poder cumplir tu único propósito.

A Beomgyu le daba igual por completo, esa sería una buena forma de olvidar todo. Recetearse.

—Perfecto —dijo seco, frío, dejando un poco desconcertado a su nuevo mentor.