Beomgyu separó la maquina de tatuajes de la mano de Soobin, apagándola. El mayor movió sus dedos frente a sus ojos, apreciando las siluetas hechas con tinta.

—El mío quedó más bonito —afirmó Soobin, realmente feliz con el tatuaje en su dedo anular.

—¿Con "mío" te refieres al que te hice, o al que me hiciste? —Beomgyu dejó la maquina de lado y revisó también su tatuaje.

—Al que tengo en mi dedo.

—Pienso que ambos son hermosos.

Claro, eran expertos en cualquier cosa. Beomgyu tenía una enredadera de flores muy pequeñita rodeando su dedo, mientras que Soobin tenía un ADN.

Los dos sonrieron enamorados.

—Tienes total e indiscutiblemente prohibido perder ese dedo, Beomgyu —Soobin dijo seriamente, pero con diversión en su mirada.

—Haré el esfuerzo.

A ver si era cierto. A un humano se le haría menos complicado perder una sortija real que a Beomgyu perder sus deditos. Era increíble, Soobin perdió la cuenta de cuantas veces tuvo que arreglar las delicadas manos de su alumno, ahora pareja de por vida.

—Estos anillos quieren decir que soy tu único alumno.

—Y que soy tu único maestro, corazón.

Solo faltaba recitar sus votos. Así, su boda simbólica estaría completa. Sentados con las piernas cruzadas en medio del laboratorio, se tomaron un momento. Seraphin los observaba acostado en la mesa de trabajo.

Se tomaron de las manos, entrelazándolas.

—Hasta que el mundo acabe... —empezó Soobin.

—Y nuestros corazones se extingan... —Beomgyu continuó.

Dijeron juntos:— Nos entregamos al otro, todo el día, todos los días, cada segundo. Como solo nosotros sabemos amarnos... Eternamente.

Ambos besaron el puño que creaban sus manos unidas, luego unieron sus bocas, lento y dulce, con la comisura de sus labios formando una sonrisa.

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Wait!

¡Aquí no termina todo!

¿Quieren saber cómo la pasó Soobin sin Beomgyu?

Se vienen los extras uwu

<3