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—Me fui solo una hora Beomgyu ¡una hora!

El androide cerró los ojos por el grito.

—L-lo siento hyung.

—Nada de lo siento, te pedí una sola cosa. Que te encargaras de la maldita planta carnívora ¿y qué encuentro cuando llego? Mi laboratorio hecho un desastre y tres de tus dedos en su boca.

Beomgyu ocultó su mano detrás de su espalda con vergüenza.

—¿Si no llego para dormirla qué habría pasado ah? ¡Te habría tragado entero!

—Lo siento —se disculpó de nuevo— pensé que los ruidos que hacía es porque tenía hambre e intenté darle de comer ¡no pensé que se comería el plato y la mitad de mi mano!

Soobin inhaló y exhaló.

Tachó en su mente de manera definitiva encargarle a Beomgyu algún experimento relacionado con flora y fauna. A ese paso se quedaría sin discípulo.

Le dio un golpecito en la frente, el pequeño androide se quejó.

—Eso es por volverte una presa voluntariamente, deja de ser tan confiado.

Luego arregló la mano del menor, poniendo mucho cuidado para que se viera idéntica que la anterior.

A la mañana siguiente cuando Beomgyu se despertó, el cadáver de la planta carnívora reposaba sobre la mesa de trabajo de Soobin.