Beomgyu despertó, nuevamente su sistema había advertido un error y dio ese pitido insoportable.

—Kang Taehyun —murmuró lentamente, saboreando el nombre. Seraphin movía la cola recostado sobre su escritorio.

Conocía a ese androide, no eran amigos, pero varias veces interactuaron en sus pruebas a final de mes, también en clases grupales. Un chico pelirrojo y bonito, tranquilo como ningún otro androide, muy correcto. Todo lo opuesto a Beomgyu.

Lo único que compartían en el pasado era el promedio de sus notas, siempre sobrepasando el 80%. Pero desde que se hizo el cambio de alumnos, Beomgyu ya no se relacionaba mucho con nadie, por lo que no podía saber si esa similitud seguía vigente.

Jungkook extrañaba a su anterior alumno, pero no lo demostraba como Beomgyu. El hombre se mantenía animado, mientras que Beomgyu no tenía más razones para estarlo.

Se preguntaba que hacían ese androide y Soobin, si a él también tenía que regañarlo, si a él lo halagaba, si a él le daba clases particulares de cómo besar.

Pensando en eso todo el cuerpo de Beomgyu ardía, a un punto en el que tocarle supondría quemaduras de tercer grado.

—Celos —dijo Jungkook desde su estación de trabajo.

—¿Qué?

—Lo que sientes son celos —explicó.

Sí, quizás era eso...

Jungkook no se preocupó por ayudar al menor a disipar esa emoción. Alguien allí tenía que liberal un poco sus emociones, y era mejor que fuera Beomgyu.