Nota: Espero te guste, deja tu voto si es así.

La puerta del apartamento se abrió luego de tres toques, la madre de Artur, Carmen, pasó sintiendo un claro silencio en el lugar. Su hijo había sido quien le abrió la puerta para dejarla pasar.

"¿Pasa algo malo con las chicas, hijo?" Carmen se acercó hasta el oído de su hijo para susurrar aquello viendo a las dos chicas.

Artur tragó saliva por lo atenta que era su madre y lo evidente que eran Erika y Sophie sólo por estar sentadas en el sofá sin hacer nada, literalmente nada, Erika no encendió la consola desde que se despertó y Sophie no ha hecho ninguna publicación en sus redes sociales, es más, creo que todavía no la he visto con el celular afuera.

"N-Nada que yo sepa." río nervioso Artur acompañando a su madre hasta la cocina.

Erika intentó no cruzar miradas con Sophie desde lo que sucedió hace algunas horas. Sophie se mantenía de brazos cruzados en el otro extremo del sofá, a pesar de querer aclarar lo que sucedió esta mañana, Erika no lograba dirigirse a Sophie.

"¿No te parece extraño la actitud de las chicas?" preguntó Carmen a su hijo mientras está se preparaba para darle una mano en el aseo del apartamento.

"En realidad tengo una idea, tal vez estén enojadas conmigo." Carmen se giró rápidamente a su hijo.

Con los ojos a medio cerrar le dijo: "¿Qué hiciste Artur?"

Artur rápidamente levantó sus manos para negar cualquier cosa que su madre esté pensando.

"¡No les hice nada, lo juro!" aclaró Artur un poco alterado.

Carmen lo miró unos segundos para luego suspirar y sentarse cerca del comedor.

"Es mejor que le cuentes a tu madre qué fue lo que pasó." Carmen se acomodó esperando una explicación de su hijo.

Artur suspiro dejándose caer de hombros. "Está bien mamá, mira, está mañana luego que colgara la llamada, fui a preparar algo de chocolate ya que las mañanas en esta temporada son muy frías, en ello vi a Erika durmiendo en el sofá y quise servirle un poco también, con un malvavisco, de esos de los que les gusta a ella..." Artur sobó la parte de atrás de su cuello. "Cuando intenté levantar a Erika parecía tener una pesadilla pero en el momento antes de despertar... ella..." Artur buscaba un sitio seguro donde posar su ojos. Su rostro mostraba un color rojo por la vergüenza de tener que estar contándole esto a su madre.

"¿Ella~?" exigió Carmen.

A escondidas de Artur y de su madre Carmen, ambas chicas, Sophie y Erika, se aproximaron a la cocina para poder escuchar la conversación de Artur con su madre. Por lo menos, esto servía para aclarar un poco las cosas con Sophie que no podía creer lo que había visto esta mañana cuando entraba al apartamento.

Artur resignado, decidió terminar de contar lo sucedido con Erika. "Ella... Ella me besó, ¿sí?" Artur miró a su madre con la vergüenza en su cara.

"¿Erika... te besó?" cuestionó Carmen claramente sorprendida. "¿Seguro que no te aprovechaste de Erika mientras dormía?"

Artur saltó inmediatamente a defenderse. "¡Por supuesto que no, mama! ¡Jamás haría algo como eso! Y menos a Erika y a Sophie, son mis compañeras de apartamento."

"Oh, cielos." Carmen llevó una mano hasta su pecho. "¿Eso quiere decir que no estás interesado en ellas, hijo?"

Las orejas de Sophie y Erika se alzaron. Erika estaba ansiosa de escuchar la respuesta de Artur, tanto así que se le olvidó el principal problema que tenía con el malentendido del beso.

Artur bajó un poco la voz acercándose a su madre. "El primer día que llegue aquí, pensaba que comenzaría una vida de solitario en un gran apartamento, pero... no me esperaba tener que compartir apartamento con dos hermosas chicas." Sophie y Erika se sonrojaron por el comentario de Artur.

Aunque les costaba escuchar más claro porque Artur comenzó a hablar más bajo, de todas maneras, creían y sentían que eso fue exactamente lo que dijo.

"Pensé que esto era un desarrollo increíble, como las historias que acostumbro a leer, la cosa es que... Sophie en el primer día me dio una muy severa advertencia que hoy en día sigo recordando para que nuestra relación de compañeros funcione."

"¿Una advertencia?"

"Sí, mientras no intentara hacer algo con ellas, podría seguir viviendo en este apartamento." respondió Artur en lo que su madre dejó escapar una leve risa.

"Ay, hijo. Aún falta para que conozcas los verdaderos sentimientos del corazón de una mujer."

"¿A qué te refieres mamá?" preguntó Artur.

"¿En verdad crees que las chicas están actuando de esa manera por que no respetaste la advertencia que te dieron?" Artur desvío la mirada.

Desde la sala, Erika y Sophie habían vuelto al sofá. Esta vez Erika le dirigió la mirada a Sophie.

"Yo no puse esa advertencia, no debería tratarme como sólo una compañera." reclamó Erika a Sophie quien también la miraba.

"Oh vamos, ahora es que me vas a decir eso..." Sophie se cruzó de brazos.

"Si no hubieras dicho eso el día en que nos conocimos, tal vez..."

"Tal vez se aprovecharía de nosotras." dijo Sophie.

"¡Artur no haría tal cosa! ¡Y tú deberías de saberlo!" defendió Erika.

"Lo sé... No tienes que gritarlo." mencionó Sophie. "Mira, Lo siento Erika, debí preguntar primero antes de sacar mis propias conclusiones, incluso así, esto no tiene nada que ver con lo que dije aquella vez, es más, ni siquiera me acordaba de aquello que dije." Sophie se escondió en sus hombros a la vez que el rostro de Erika se llenaba de sorpresa.

"Puede ser que... estés..." Sophie se alarmó por la conclusión que estaba a punto de sacar Erika de su boca.

"Celosa." comentó Carmen. "Lo más probable es que Sophie este celosa." Artur tenía una mirada de incredulidad.

"Espera un momento, ¿celos? ¿Por quién? ¿Por mí? No no no no. ¡Eso es imposible! Ellas-"

"Piénsalo un poco, hijo. Has vivido con Sophie y Erika por un buen tiempo, has estado con ellas en las buenas y en las malas como si fueran una clase de matrimonio, pero lo importante es que tú estuviste ahí para ellas, y ellas estuvieron ahí para darte esos ánimos que yo no pude darte."

Artur apoyó su frente con su mano derecha mientras intentaba pensar en lo que su madre le contaba.

"¡No estoy celosa!" gritó Sophie llamando la atención de Artur y Carmen que estaban en la cocina.

Erika tapó su boca ocultando unas cuantas risas.

"¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien, Sophie?" Artur se acerco a la sala de estar viendo a Erika sonreír y a Sophie con una expresión que nunca había visto en ella.

Sophie estaba colorada totalmente, hasta la punta de sus orejas, por más que se subiera la bufanda que traía puesta, no podía ocultar completamente el ardor de sus mejillas ante los ojos fijos de Artur.

"Querida." Carmen pasó a un lado de su hijo. "Era lo que sospechaba." la sonrisa de Carmen asustó a Sophie a tal punto de incomodarla.

"¡Voy a salir! ¡Vuelvo más tarde!" sentenció Sophie tomando su celular que llevaba toda la mañana en la mesa del centro.

Sophie salió echando humo dejando la puerta bien cerrada de un fuerte tirón. Confundido, Artur se rascó la cabeza.

Entre todo esto, Erika era la única que no tenías más problemas molestando sus cabeza ahora que sabía que en realidad Sophie estaba celosa por el beso que tuvo con Artur. En el momento de recordar tal acto de afecto, los ojos de Erika se abrieron para toparse con la mirada de la señora Carmen.

"Siempre que vengo aquí, te encuentro a ti y a Artur de holgazanes." su voz sonó acusadora.

Erika se sentó correctamente en el sofá.

"Eso está mejor." dijo Carmen. "Ahora bien, vayamos a lo que venimos." Carmen se giró hacia su hijo. "Trata de superar las situaciones que encontrarás de aquí en adelante." si es que Artur estaba confundido, ahora sí es verdad que lo está aún más.

"Y tú..." Carmen se dirigió a Erika que sacó pecho como si estuviera delante de un coronel de ejército. "Buena suerte." sonrió Carmen dejando atrás a una Erika completamente roja y nerviosa.

"Ven Artur, hagamos brillar este lugar." concluyó Carmen antes de ponerse unos guantes de limpieza.

Artur suspiró con las pocas fuerzas que le quedaban. "Hoy esta siendo un día muy complicado."

Desde la sala, Erika no podía evitar mirar a Artur ayudar a su madre haciendo el aseo.

"¿Debería hablar de esto con alguien?" pensó Erika.

Después de todo, una chica como ella solo sentía atracción por los videojuegos y no por las personas del otro sexo. A veces pensaba que nunca encajaría en la sociedad, pero por suerte conoció a Sophie y a Artur, dos personas que la hacían sentir en familia, más segura de sí misma y más abierta a la sociedad. Puede que eso también se aplique a Artur, en un principio Erika pensaba que era ese tipo de gente que le gustaba vestir de negro y decir cosas súper depresivas, pero resultó todo lo contrario.

Artur es un buen tipo, sabe jugar videojuegos como Elly, también le gusta leer historietas y ver películas de toda clase. De entre todas las personas que Erika a conocido a lo largo de su vida, con Artur ha conseguido una cercanía que nunca tuvo con otras personas. Y en su corazón sentía la necesidad de estar más cerca con aquella persona.

Erika llevó sus dedos a sus labios. "No es la primera vez." susurró ella.

Un sentimiento familiar, que no es la primera vez, que ya has hecho esto más veces de lo que crees. Así es, Erika no lo aceptaba, pero no es la primera vez que besó a Artur.