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XI

Domingo, 11:45am.

JaeMin pareció no tener opción, tenía que llegar hasta sus pertenencias sin despertar a los dos hombres que dormían profundamente a su lado. Sin embargo sabía que sería complicado pues Jeno abrazaba su cadera con fuerza y la cabeza de RenJun descansaba en su hombro.

La vibración de su teléfono celular parecía venir de algún lugar en el piso, RenJun se removió levemente solo para dejar caer su cabeza en la almohada. Bien. Ahora le quedaba pensar cómo es que podría salir del fuerte agarre de Jeno.

Como único y último recurso, JaeMin elevó una de sus manos, llevando su dedo índice al cuello de Jeno, pasando la yema levemente por la piel tratando de hacerle sentir un cosquilleo. Jeno elevó su mano para alejarle, liberando a JaeMin, quien de inmediato trató de bajar de la cama, descendiendo hasta los pies de los otros dos.

Aguantado el dolor de su cuerpo, logró bajar y levantar su ropa y pertenencias del suelo, su ropa interior aun se encontraba colgando de un lado del colchón, la tomó ignorando el rubor en sus mejillas de pensar cómo es que había llegado allí.

Su celular comenzó a vibrar de nuevo con una llamada entrante y RenJun se removió en la cama.

JaeMin envió la llamada al buzón y salió del cuarto de puntillas para tratar de hacer el menor ruido posible, maniobrando su ropa en los brazos. Al llegar a la sala del departamento, el cuál reconoció era de Jeno, se vistió y echó un vistazo a su móvil antes de salir corriendo de allí.

Se encontró con dieciocho llamadas perdidas de WooYoung y eso le dio una punzada en el corazón, seguramente su pequeño primo estaba preocupado por él. Le llamó de vuelta y WooYoung respondió antes de que el segundo timbre sonará.

—¡JaeMin!, ¿En donde estás?— La voz de su primo sonaba desesperada.— No llegaste al departamento y estoy muy preocupa- 

—¡WooYoung!— Trató de detenerlo, pero bajó la voz al instante al recordar que no podía ser visto por las dos personas aún dormidas en la habitación.— No sé que lo que hice anoche, pero desperté está mañana desnudó con Jeno y RenJun.— Susurró al lado de la línea.—

—¿Qué?— JaeMin ya se encontraba buscando el otro par de su zapato en la entrada dispuesto a salir.— ¡Tuviste un trío con esos dos!

—¡No me grites, tonto!— Elevó un poco su tono de voz.—... y si, creo que eso es lo que pasó.

—¿JaeMin?— Los ojos del peliazul parecieron salir de sus órbitas cuando el cuerpo de Jeno salió por el pasillo, se obligó a mirar sus oscuros ojos y no su pecho descubierto al notar que solo llevaba el pantalón de pijama puesto.

—Ya voy en camino al restaurante WooYoung, te explico todo allá.— Colgó sin esperar una respuesta de su primo.— Mhm... sí, ya voy de salida. WooYoung está preocupado por mi, nos vemos en la cocina.— Habló rápidamente, tomando el pomo de la puerta entre sus manos.

—¡Espera!, Jae, tenemos que hablar de esto.— Jeno se acercó a él, deteniéndolo al tomarlo de la muñeca.

—No hay nada de qué hablar, fue una noche más como las que hemos tenido.— JaeMin luchó para que sus ojos le ayudarán a mentir y no se llenará de lágrimas al decir aquéllo.— Una más de las que han sucedido y no volveremos a hablar de ello al día siguiente.

—¿Por qué eres tú quien siempre decide cómo es que funciona nuestra relación?

—Tú y yo no tenemos una relación.

—¡Porque tú no quieres!— Jeno alzó la voz, haciendo cerrar la boca.— Jae, tú sabes que es lo que yo siento por ti.— Su mano acarició con ternura la mejilla de JaeMin, pasando las yemas de sus dedos por la piel de porcelana.

—¿Qué es todo ese ruido?— Un adormilado RenJun se encontró con ellos, sus manos recorriendo el cabello algo largo.— Minnie ¿Ya te vas?— ¿Desde cuando RenJun le llamaba así?

Quizás desde anoche, fue el pensamiento que trató de alejar.

—¿Acaso eso es lo mismo que le dices a RenJun para que regrese a tu cama?— JaeMin se acercó al rostro del mayor y escupió sus palabras con rabia. Llevando su mano a la muñeca de Jeno para alejarla de su mejilla.

JaeMin se dio la vuelta, dispuesto a irse nuevamente, pero la voz de Jeno le hizo detener por segunda ocasión.

—¡Sí!— Y eso le hizo enfurecer, le encaró listo para soltar un par de maldiciones antes de irse para siempre.— También se lo digo, porque estoy enamorado de él al igual que de ti.— JaeMin se rió agriamente.

—Así no es como funciona el amor.

—¿Quién dice que no?— RenJun pareció estar consciente hasta ese momento, acercándose a los otros dos.— Es el siglo veintiuno Min, las religiones poliamorosas existen.

—¿Y quién dijo que yo querría tener una relación poliamorosa contigo envuelto?— RenJun se carcajeó y pasó un brazo por los hombros de JaeMin, acercando sus rostros.

—Tú, anoche.— Las mejillas de JaeMin enrojecieron, realmente no quería hablar de aquéllo.— Mientras pasabas tus dedos por mi cabello y me repetías lo hermoso que soy.— RenJun dejó un fugaz beso sobre la comisura de los labios de JaeMin.

Jeno asintió mientras les miraba, una mueca de aprobación en el rostro.

—Sí, no me molesta en absoluto.— RenJun sonrió ampliamente al escucharle, abrazado a JaeMin quién se limitó a rodar los ojos.

—¿Me puedo ir de una vez?, le prometí a WooYoung que estaría en el restaurante pronto, no quiero que se preocupe de nuevo.

—Vamos contigo.— Dijo Jeno y RenJun asintió.

—No es necesario, puedo ir solo.

—¿Cómo vamos a dejar a nuestros novio ir solo?— RenJun le reprochó, abultando sus labios.

—No dije que seríamos novios.— JaeMin le miró extrañado.

—No, pero yo lo decidí.— El de cabellos rubios dijo con facilidad.— Vamos a tomar un baño antes de ir.

—Le dije a WooYoung que estaría ahí pronto.— El de ojos de cachorrito trató de zafarse.

—Entonces vamos a bañarnos juntos, así será más rapido.— Jeno le siguió el juego a RenJun, ambos tomaron los brazos de JaeMin, uno de cada lado y lo llevaron casi arrastrando al baño.

¿Así es como se consigue novio estos días?

Han pasado dos semanas desde que JongHo y YunHo son novios, sobra decir que todo va de maravilla. 

JongHo busca salir antes de la empresa los días en que no tenía asignado visitar la cocina de su novio, todos han notado el cambio de humor y su sonrisa al teclear en la pantalla del móvil. YunHo por su parte, no ve la hora que el restaurante cerrará sus puertas para ir por su novio y llevarlo a su departamento, pasando la noche viendo películas o cocinado juntos, más bien él cocinaba y JongHo le contaba sobre su día en la seguridad del taburete frente  a la barra de la cocina. Además de que al fin encontró el uso a su autoridad en la cocina, mandando a alguno de sus empleados a quedarse para cerrar y así antes cuando JongHo podía.

Era sábado y YunHo avisó con anticipación a sus empleados que se tomaría el día libre por primera vez desde que fundó el restaurante, quería pasar tiempo junto a él ya que el lunes esté partiría hacía Busan para una feria del libro y no lo vería por al menos cuatro días.

Se quedaron de ver en un parque que quedaba cerca del condominio donde YunHo vivía, justo en el centro de la ciudad.

YunHo esperaba sentado en una de las bancas del parque, revisando el feed de su Facebook en su teléfono, levantó la mirada cuando escuchó su nombre ser llamado. Su novio caminaba hacia su dirección con una pequeña sonrisa dibujada en sus delgados labios, visitiendo unos Jeans claros, converse negros y un sueter rosa, cuyas mangas llegaban hasta sus nudillos, dejando ver únicamente la punta de sus dedos, adorable.

—Hola mi amor.— YunHo pronunció levantándose de su asiento, visitiendo una camisa blanca junto a una bomber, unos pantalones negros y botas.

—Hola, ¿Llevas esperando mucho?— JongHo murmuró sobre el pecho de YunHo mientras le abrazaba, YunHo negó aunque JongHo no podía verle.

—No, acabo de llegar.— Ambos se separaron con una sonrisa.

—¿Dónde es ese lugar al que tanto quieres llevarme?, sonabas entusiasmado por el teléfono.— JongHo dijo mientras jugaba con el cierre de la bomber de su novio.

—Es sólo una cafetería que abrió la mamá de un buen amigo mío, le prometí ir y él prometió un pastel de chocolate.— El chef le respondió mientras acomodaba un mechón de cabello sobre la frente de su novio.

—Haz dicho pastel de chocolate así que suena como una buena oferta.— Rio JongHo.— Vamos.— Ambos entrelazaron sus manos y YunHo dirigió el camino mientras conversaban de todo y nada.

El café Momo es un lugar acogedor y moderno, deciden sentarse cerca de la ventana, arrastrando las patas de la sillas sobre las baldosas para sentarse uno al lado del otro. YunHo se ofrece a ir pedir el café al mostrador mientras JongHo se queda sentado.

Así, con la orden de un capuchino, un americano para su novio y dos rebanadas de pastel de chocolate se encaminaron hacia el mostrador.

JongHo mientras tanto observa el lugar con atención hasta que la vibración de su teléfono le hace desbloquearlo para encontrar un mensaje de su mejor amigo Mark.

Mark 🐵

¿Sigues en tu cita?

Sí, ¿por qué?

Nada, solo quería molestarte un rato
Seguro no pones sonrisa tonta cuando
ves mis mensajes así como con él 😜

No
Tú das asco

🖕🖕🖕
Vaya forma de tratar a tu mejor amigo
Traidor

JongHo rueda los ojos y deja su móvil frente a él, su amigo podía ser una molestia cuando se lo proponía. YunHo observó todo de regresó a la mesa y soltó una risa.

—¿Ahora qué pasa?— Se acomodó en la silla, tomando la mano de su novio sobre la mesa.

—Nada, el estúpido de Mark que vive para molestarme, claro pero yo no le digo nada de su cara de perro pateado cuando ve al fotógrafo de la editorial, la última vez casi me tira el café caliente en la mano por estar espiando por la ventana.— JongHo deja salir su molestia con su novio quien solo se limita a reir al ver las tiernas expresiones del mayor.

—No creó que estés en posición de hablar, mi amor, yo recuerdo que alguien se quemó la mano por si solo al ponerla sobre la plancha caliente.— JongHo sintió que las puntas de sus orejas ardían y evitó la mirada de YunHo.

—Es... es diferente, al menos yo aceptaba que me gustabas.— YunHo sonrió con ternura, depositando un beso en la mejilla del editor.

—Está bien, como tú digas.— Finalmente el mesero llegó con sus órdenes listas, YunHo soltó un silbido al ver la buena pinta que tenía el pastel.

—Wow, está delicioso.— JongHo limpiaba las comisuras de su boca con la servilleta, el sabor a chocolate aún en su paladar.

—Si que lo está.— Afirmó antes de que la pantalla de su celular se iluminara con una notificación de un nuevo mensaje que le hizo soltar una risita.— Creo que hoy es día de molestar a tu amigo, Jeno no quiere cerrar el restaurante hoy.

—¿Y eso por qué?— JongHo ayudó a su novio limpiar su labio superior de la espuma de su capuchino.

—Lleva cerrando toda la semana.— Confesó con un poco de culpa.— Quizás debería dejarle el trabajo a alguien diferente, HongJoong o SooBin. Según él, le parece injusto que yo pueda pasar tiempo con mi novio y a él le quite el tiempo para pasarlo con los... suyos.— Aún sonaba muy extraño llamar a los enamorados de Jeno en conjunto.

JongHo pareció notar esto y le miró comprensivamente.

—Lo sé para mí también es raro decirlo, aunque el único que parece no estar tan feliz con eso es JaeMin, siempre alegaba que no tenían ninguna relación.

—Nah.— YunHo hizo un gesto con la mano, descartando la idea.— Ayer vi como JaeMin tomaba a RenJun de la mano mientras esperaban por Jeno.— JongHo se mofa soltando una pequeña risa.

—Y nos criticaban a nosotros.— Ambos rieron.

La tarde se pasó rapido entre su charla, fue un rayo que atravesó el cielo gris lo que les hizo parar en seco su conversación. YunHo sugirió que sería mejor regresar a su departamento antes que comenzará a llover ya que ninguno de los dos llevaba su auto, JongHo aceptó la idea y después de pedir la cuenta y pagar salieron del recinto, despidiéndose de la dueña y prometiendo regresar. 

Caminaron tomados de la mano mientras atravesaban el mismo parque donde se vieron en la mañana. Las gotas de lluvia comenzaron a oscurecer el camino de grava que atravesaba el césped.

—Demonios, tenemos que darnos prisa.— YunHo miró al cielo mientras se quitaba la chaqueta, y la colocaba sobre sus cabezas, JongHo rió al recordar las innumerables veces que había corregido aquélla misma escena de cientos de manuscritos que llegaban a su escritorio, alegando que era cliché y poco realista, pero allí se encontraba huyendo de la lluvia con la chaqueta de su novio sobre su cabeza.

Corrieron hasta estar a un semáforo de distancia del edificio de YunHo, JongHo le volteo a ver mientras esperaban que la luz cambiará a verde. El perfil del más alto era ideal, su nariz y sus labios delgados, su piel blanca parecía brillar y aunque no se lo dijera le encantaba el contraste que tenía con su piel trigueña cuando se abrazan o se toman de las manos.

—¡JongHo!— La voz de YunHo pareció despertarle, no se había percatado que su novio llevaba un rato hablándole.

—¿Eh?— Le respondió desorientado.

—La luz cambió, vamos.— YunHo bajó una de las manos que sostenían la chaqueta para tomarla de su novio, apurandolo a cruzar la calle.—

Llegaron jadeantes hasta el edificio, ninguno de los dos acostumbrados a correr más de un kilómetro. YunHo recargó su cuerpo sobre la pared de la recepción y JongHo sacudió su cabello cerrando los ojos cuando unas pequeñas gotas de agua cayeron sobre su rostro.

—¿Te mojaste mucho?— YunHo le dijo, un poco más recuperado.

—No, fue una buena idea usar tu chaqueta para cubrirnos, sólo...— Ambos rieron y JongHo observó hacía abajo notando sus converse empapados y sus jeans mojados hasta las rodillas.— Creó que lo único que sufrió daños fueron mis piernas.

—Anda, subamos al departamento para darte algo seco.— YunHo le tomó de la mano llevando en la otra la chaqueta escurriendo.— Tienes que viajar el lunes y no puedes estar enfermo.— Entraron juntos al elevador y JongHo se aferró al brazo del pelinegro, para que no pudieran ver la enorme sonrisa en su rostro. Hacía mucho que nadie se preocupaba por él de esa manera.

Lo primero que hicieron al entrar al departamento fue quitarse los zapatos y llevarlos al cuarto de lavado junto a la empapada chaqueta de YunHo para dejarlos secarse, se encaminaron al cuarto del chef para llevarlas al baño mientras JongHo husmeaba en el closet de YunHo, decidiendo que ponerse después de que el menor le dijera que podía utilizar lo que quisiera. Optó por un par de pantalones deportivos en color gris y una playera de algún equipo de basquetbol que parecía nadar en el delgado cuerpo de JongHo.

Al salir ya cambiado del baño, salió a la cocina preparando algo sencillo para ambos, aquél delicioso pastel de chocolate ya había sido completamente digerido después de aquélla carrera y conociendo el apetito de su novio seguramente también tenía hambre, encontró todo en el refrigerador para preparar un par de emparedados con queso derretido con jamón y café, la adicción de ambos.

YunHo le alcanzó en la cocina, ya cambiado en su pantalón de pijama a cuadros color rojo y su playera lisa color gris.

—Parece que alguien quiere quitarme el puesto de chef.— JongHo soltó una carcajada al mismo tiempo que los brazos de su novio atrapaban su cintura. 

—¿De qué hablas?, Sólo son emparedados.— Aún riendo llevaron la cena al cuarto de YunHo donde la pantalla de inicio de Netflix ya estaba en la pantalla.

Disfrutaron de su cena mientras veían una comedia romántica, las favoritas de JongHo y últimamente también de YunHo, una vez que los platos estaban vacíos y descansado sobre la mesa de noche a un lado de la cama y la película estaba por terminar, YunHo recordó algo.

—¡Ah, cierto!, la semana pasada dejaste tus anteojos aquí.— YunHo estiró su cuerpo, tratando de no incomodar a su novio quien descansaba en su brazo derecho, sacando un estuche de uno de los cajones de la mesita de noche.

— Que bueno que los deje aquí, creí que los había perdido.— JongHo le contestó mientras tomaba el estuche que el pelinegro le ofrecía.

—¿No tienes buena vista?— YunHo le preguntó pues nunca había visto que el menor los usara, ni se había percatado si usaba lentes de contacto.

—Tienen poca graduación, debido a mi trabajó estoy padeciendo un poco de vista cansada, por lo que a veces no veo muy bien de lejos pero ahora, por ejemplo, veo perfectamente. Los uso solo de vez en cuando, casi siempre es en el trabajo.— El castaño asintió, tomando de vuelta el estuche y soltando una risa al ver los redondos anteojos, el armazón plateado era sumamente delgado.

—Pontelos, quiero ver cómo luces.— JongHo suspiró pero igual le obedeció, todo por el entretenimiento de su novio.

Tomó los anteojos y se los colocó. YunHo se quedó estático, su novio se veía muy bien con ellos, parecían darle un toque de misterio y al mismo tiempo de inocencia debido a la forma de estos.

Sin embargo no fue inocente lo que envió calor a zonas de YunHo que no deberían de excitarse solo por ver a su novio con lentes puestos. 

—¿Y?, ¿Qué piensas?— Fue todo lo que JongHo dijo al notar el silencio de parte de su novio, claro seguro pensaba que lucía como todo un nerd.

Sin embargo, lo que menos esperaba era que YunHo se le abalanzara, tomando su rostro con una mano para besarlo con hambre, subiendo sobre su cuerpo.

Su cuerpo reaccionó de inmediato, respondiendo el beso con la misma pasión, succionando sus húmedos labios y jugando con su lengua. La mano de YunHo que descansaba sobre su rostro descendió por su cuerpo hasta colocarse bajo la playera, acariciando la piel de su cintura, hundiendo sus dedos sobre ella para atraerle con fuerza, rozando sus entrepiernas. Un gemido salió de los labios entre abiertos de JongHo.

—No creí que fueran a gustarte tanto.— JongHo murmuró cuando cortaron el beso, YunHo se limitó a verle con deseó, repasando la mirada de sus oscuras orbes a los labios brillando bajo las luces de la habitación debido a la saliva en ellos.—Me voy el lunes, ¿Debería darte algo para que me recuerdes toda la semana?— El editor jadeo sobre la mandíbula de su novio.

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