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Domingo, 11:30am.

YunHo picoteo la ensalada de frutas frente a él con su tenedor, JongHo y él desayunaban en silencio después de la revelación y de leer las embarazosas respuestas en el chat.

"Se estaban comiendo frente a Kai, los voy a demandar."

"Vi que le metiste la lengua YunHo."

"Sucios."

"¿Tuvieron buena noche hyungs? 👉👌"

"¿Alguien sabe de JaeMin?"

Eran solo algunos de los mensajes. No quiso seguir leyendo.

—Supongo que es hora de irme.— JongHo carraspeó, con la voz más baja de costumbre, quizás por la hora del día o por el largo tiempo que pasaron sin hablar.

JongHo se levantó del taburete frente a la barra que se atravesaba la cocina, llevando sus platos hacia el fregadero, el sonido de la cerámica chocando con el aluminio fue lo único que se escuchó antes de que YunHo hablará de nuevo.

—¿Te gustó?— JongHo agradeció no tener la vajilla aún en sus manos o seguramente hubiera terminado destrozada en las baldosas del suelo.—... el beso, ¿Te gustó el beso?

—¿Por qué lo hiciste?, ¿Por qué me besarte?

Ojalá YunHo pudiera recordar el por qué lo hizo, pues aquel beso era uno de los tantos eventos que no podía codificar de la noche pasada.

Su silencio hizo reaccionar los sentidos de JongHo erróneamente. El de cabello azabache camino hasta estar frente al más alto, una mueca de disgustó distorsionando sus facciones.

—¿Acaso piensas que soy tu juguete?— YunHo abrió de más los ojos, irguiéndose sobre su asiento.ㅡ ¿Que mis emociones están libres para que hagas lo que deseas con ellas?, sabias lo que siento por ti, ¿verdad?— ¿Acaso eso era una confesión?, porque YunHo nunca lo admitiría pero imagino cientos de veces cuál sería la manera perfecta en que alguien se le podía confesar, y ciertamente está no estaba entre sus favoritas. Divago entre este pensamiento un par de segundos en silencio, los cuales JongHo tomó como respuesta.—... pues te puedes quedar tranquilo, que no pienso molestarte con mis sentimientos nunca más.

La mente de YunHo parecía ir en cámara lenta cuando los recuerdos de la noche anterior le golpearon, los gritos de sus amigos vitoreando a su alrededor, el sonido de los teléfonos tomando fotografías, y por encima de cualquier cosa, la suavidad de los labios de JongHo.

Su cuerpo reaccionó de inmediato cuando JongHo tomó sus pertenencias y se encaminó con decisión hacia la puerta. Saltó del taburete donde se encontraba sentado y siguió al menor alcanzandolo a grandes zancadas, lo tomó de la muñeca y acercó su frágil cuerpo hacía él, su mente viajando a aquella vez que se habían quedado encerrados en la cámara fría.

JongHo sostuvo su vista sobre el pecho de YunHo, sin querer cruzarse con su mirada, tratando de zafar su muñeca de su agarre.

—Te hice esa pregunta...— El menor detuvo sus movimientos, elevando la mirada hasta la barbilla de YunHo.— Porque yo sentí que el corazón me iba a estallar.— JongHo subió su asombrada mirada a los ojos de YunHo, los cuales parecían llenos de decisión.— Porque jamás tuve una sensación igual a cuando te besé.

JongHo recuerda la noche anterior y recuerda aún la sorpresa de sentir a YunHo tomarle de la nuca y acercarle para besarlo, pero también recuerda lo intoxicado que estaba el mayor y lo rápido que quedó dormido después del suceso. El hecho de darse cuenta que YunHo no recordaba nada a la mañana siguiente le preocupó aún más. ¿Será que realmente no lo recordaba? ¿Habría sido todo parte de un juego? Eran dudas que nublaron su mente toda la mañana.

Tenía miedo. Tenía mucho miedo, porque jamás había sentido algo tan fuerte por nadie en su vida y porque no quería arruinar la amistad que ya habían formado con YunHo, incluso se conformaría con sólo ser su amigo si de esa manera podría estar cerca del chef.

Pero la repentina confesión de YunHo le hizo dudar, en la mañana parecía no recordar lo sucedido y ahora le decía que incluso recuerda la sensación de aquel beso. JongHo no quería creerle, su mente le gritaba que no lo hiciera, que ignorará el fuerte palpitar de su corazón.

Una respuesta se quedó en su garganta cuando YunHo bajó el rostro hasta chocar sus labios con los de JongHo.

Domingo, 1:32am.

El ánimo había comenzado a decaer desde que el alcohol en el sistema de SeongHwa le hizo comenzar a llorar al extrañar el pollito que solía tener de mascota cuando era pequeño, haciendo que MinGi, YeoSang y Jeno se quedarán a su lado tratando de animarlo.

JongHo, San y RenJun y un, aún animado WooYoung continuaban cantando en el karaoke.

—¡Red velvet tus reinas!— Se escuchó a RenJun gritar antes que un repetitivo sonido de "Dumb, dumb, dumb." Saliera por las bocinas, extendiéndose por todo el restaurante.

YunHo tenía todo el cuerpo extendido sobre uno de los sillones del lugar observando con una pequeña sonrisa el rostro de JongHo iluminarse cuando reía, aquélla sonrisa que hacía ver al menor adorable.

Tanto que ni siquiera notó cuando HongJoong acercó una silla a su lado, sentándose con él respaldó en su pecho, recargando los brazos sobre esta.

—¿Cuándo vas a dejar de mirarlo como cachorro pateado?— YunHo suspiró. No necesitaba el sarcasmo de HongJoong para añadirlo a su ya de por sí deplorable vida amorosa.

—Cuando se me pase el flechazo.— Le contestó despreocupado. Y estaba muy seguro que era efecto del alcohol pero era la primera vez que admitía en voz alta tener sentimientos por JongHo.

—¿De verdad crees que esto es un simple flechazo?— HongJoong le miró irónico. YunHo se limitó a asentir.— Pues si crees eso eres más estúpido de lo que ya sabía.— YunHo rodó los ojos.— Puedo notar como le miras YunHo, hace mucho que no tenias esa sonrisa estúpida en la cara, desde que ChaerYoung...— YunHo no le dejo terminar, sabía que esto terminaría en su conversación de siempre, el tema que había tratado de que evitar durante años. La muerte de ChaerYoung le había dejado miserable y destrozado por tanto tiempo que ya ni siquiera recuerda un día en que hubiera sido completamente feliz desde aquel suceso. Eso hasta que JongHo... no, no podía ser.

—No quiero hablar de esto de nuevo.— YunHo se puso de pie, dejando a su amigo con las palabras en la boca.

—Es que nunca hemos hablado de "esto".— HongJoong se levantó de igual manera, formando las comillas con los dedos.— Dilo YunHo, de la muerte de ChaerYoung.— YunHo soltó un bufido tratando de alejarse de él, caminando hacía sus amigos que se divertían en el karaoke.— ¿Entonces es así cómo vas a pasar tu vida?, huyendo a cualquier muestra de afecto que nazca en tu corazón, morir para serle fiel a alguien que no volverá, ¿lo harás?— YunHo se dio la vuelta, encarando a su mejor amiga.

—Sí HongJoong, eso es lo que quiero hacer, continuar como estoy hasta ahora porque nadie me ha sentir como ChaerYoung lo hizo.— Le dolió saber que estaba mintiendo.

—Mirame a los ojos y dime que no te estás enamorando de JongHo.— HongJoong se le acercó audazmente.— Anda, dime que estoy equivocado y que JongHo no te hace sentir absolutamente nada.— YunHo apretó sus puños.

—No sólo te lo voy a decir, te lo voy a demostrar.— El chef le dio la espalda a su amigo, caminando a zancadas hacía JongHo.

Tomó al editor de la nuca, volteandolo hacía estar frente a frente, miró por unos segundos su rostro sorprendido, tanto así que el micrófono del karaoke aún se encontraba sobre sus labios. Yuno soltó una risa, bajando su brazo con la mano, revelando así los delgados y rosados labios. Le acercó hasta unirlos por fin, el sabor a alcohol llenado sus sentidos, aún así nada podía sobrepasar la sensación de quizás los labios más suaves y delicados que había besado en su vida.

Con su brazo libre envolvió las caderas del menor, un suspiró brotó de él cuando JongHo pasó los brazos por su cuello. Su diferencia de altura era perfecta.

Los gritos de sus amigos no se hicieron esperar y Kai empujó a sus mayores para tener una vista directa del beso, tomando fotografías con el móvil de inmediato.

Recargando sobre la pared, permaneciendo con los brazos cruzados, HongJoong tenía un sonrisa de autosuficiencia.

—Lo sabía.— Le murmuró a MinGi, quién se acercaba con dos vasos en las manos, llenos con alguna otra de sus extrañas y coloridas bebidas.

—Tú nunca te equivocas Hongie.— HongJoong arrugó la nariz ante el sobre nombre. Restando importancia cuando tomo el vaso que MinGi le ofrecía. Se burló cuando el mayor chocó los vasos, brindando antes de llevarse la bebida a los labios.

—También me gustas mucho.— Fue lo primero que YunHo murmuró cuando terminaron de besarse, su aliento aún chocando contra los labios de JongHo, que permanecía aún con los ojos cerrados, abriéndose lentamente, feliz al encontrar honestidad en los castaños ojos de YunHo.

—Eso espero porque estaba dispuesto a golpearte si no lo sentías después de besarme por segunda vez.— Dijo la amenaza vacía mientras subía los brazos que se enredaron en el cuello del más alto.

—¿Con esos bracitos?, lo dudo.— YunHo se mofó, depositando un fugaz beso sobre la piel del brazo de JongHo.

—¡Hey!, no te burles, soy toda una máquina asesina.— Una de sus manos descendió para picotear el costado del chef, haciéndole reír.

—¡Ah!, Basta, basta, me doy por vencido.— YunHo soltó una carcajada, aún sin soltar el cuerpo de JongHo.

—Entonces... ambos nos gustamos.— JongHo vaciló, como quién  no quiere la cosa. YunHo asintió frunciendo los labios.— Y nos hemos besado dos veces en menos de veinticuatro horas.— YunHo asintió nuevamente.— ¿Eso significa?— El mayor trató de contener una risa, sin duda JongHo era adorable.

—Significa que quiero pedirte que salgas conmigo.— La risa al final salió cuando JongHo bajo la mirada, sus pómulos subiendo tan alto como podían en una amplía sonrisa.— ¿Esa sonrisa significa?— El castaño se mofó, bajando su rostro para tratar de encontrar la mirada del menor.

—Significa que sí quiero salir contigo.— JongHo subió su cabeza, rozando la punta de su nariz con la de YunHo, haciéndolo reír.

El teléfono celular de YunHo comenzó a sonar sobre la mesa de centro, enseguida caminó hasta el llevando a JongHo consigo, entre quejas que le pedían no le dejase impactar contra ningún objetó, hasta divisar el nombre de SeongHwa en la pantalla.

—¿Listo para enfrentar al Dispatch de mi cocina?— El chef tomó el teléfono y entré sus manos mostrándole a JongHo la pantalla. JongHo exhaló exasperado, echando su cabeza hacia atrás.

YunHo honestamente esperó una muestra mayor de sorpresa cuando entró a la cocina de la mano de JongHo, todos ya se encontraban ahí a excepción de Jeno y JaeMin. Sin embargó sus empleados parecían bastante entretenidos en su propio mundo.

YeoSang tenía las manos en la garganta de HongJoong mientras SeongHwa tallaba incesantemente su brazo con la esponja.

WooYoung miraba su celular con atención a un lado de San que se encontraba recostado sobre una de las mesas, YunHo estuvo a punto de bajarlo de ahí pues no iba a perder sus cinco estrellas por aquella conducta tan poco higiénica, pero se detuvo al ver como MinGi casi le daba en la boca una especie de caldo, quizás para minimizar su resaca.

Kai reía junto a SooBin de algo en la pantalla de su móvil, por la mirada que San les envío probablemente se trataba de un video de él.

—Buen día.— YunHo intentó llamar su atención, logrando su objetivo. Sus empleados intercambiaron miradas entre los dos recién llegados y las manos entrelazadas.

—Es hora de pagar ilusos.— YeoSang dijo, él y HongJoong parecieron arreglar lo que sea que estuvieran haciendo en un segundo, YeoSang sentado en un taburete y contando los billetes que HongJoong recibía.

—Yo creí en ti JongHo.— SooBin se quejó mientras sacaba su billetera de la bolsa trasera de sus jeans.

—WooYoung.— San sacudió el hombro del peligris.— Recibe mi parte del dinero.— WooYoung se limitó a estirar su mano hacia YeoSang, aun sin despegar la mirada de su celular.

—Uhm... ¿Qué hacen?— JongHo preguntó sintiéndose tan fuera de lugar como YunHo.

—Teníamos una apuesta de cuánto tardarían en aceptar que deseaban darse duro y ser novios.— Kai dijo indiferente mientras sacaba algunos billetes del bolsillo de su delantal. Todos parecían mirarle al escucharlo decir aquéllo.— Yo sé las cosas que hacen los mayores.— Repito, dejando los billetes sobre la mesa.

—¿Puedes creer que Jeno apostó a que tardarían seis meses?, ¡Ajá!, qué perdedor.— YeoSang se burló mientras contaba el dinero.

—¡Es él!, ¡apareció!— WooYoung grito cuando la pantalla de su celular se iluminó, descolgó y se llevó el aparato a la oreja.— ¡JaeMin!, ¿En donde estás?, No llegaste al departamento y estoy muy preocupado-... ¿Qué?— La atención de los presentes se encontraba sobre el mesero.— ¡Tuviste un trío con esos dos!

—¡Que dulce es la venganza!— SooBin gritó tomando algunos billetes del montón que YeoSang había hecho, HongJoong rodó los ojos y sacó dinero de su abrigo extendiendolo hacía su amigo.

YunHo chocó su puño con SooBin cuando esté le dio la mitad del fajo que había recolectado, JongHo le miró estupefacto.

—¿Qué?— YunHo le miró con su clásica cara de cachorro.— Una apuesta es una apuesta, bebé.

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