Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 79

✵ꕥ Cassandra Mueller –

Los días con la familia Norris pasaron de forma rápida, el día que llegamos, almorzamos y cenamos juntos, aunque todos parecían cansados, por lo que nos acostamos temprano.

El segundo día me convencieron de ir a montar a caballo, como le había dicho a la señora Norris, era algo que había aprendido de niña, sin embargo no lo hacía hace demasiado tiempo, por lo que me fue algo complicado llevarles el ritmo.

Cisca, Flo y Sav se la pasaban hablando conmigo y tratando de incluirme, cosa que agradecí, había logrado conocer mejor a las dos últimas y pasar más tiempo con Cisca. La madre de Lando también me hablaba seguido, sobre temas triviales, tratando de conocerme más y hacerme sentir incluida, cosa que agradecía.

Lando se la pasaba conmigo, sus hermanos y sus sobrinas, la pequeña Athena era apenas una bebé, pero no dejaba de participar con los demás, riendo y gateando por todos lados. Mila no se despegaba de Lando por nada del mundo, relamente amaba estar con él, y el piloto parecía encantado con la idea. Los vi jugar, bailar, e incluso a Lando dándole de comer y ayudándola a cambiarse.

Fuera de lo que hubiera esperado, el castaño era responsable al momento de cuidar a Mila, y aunque dejaba salir su lado de niño pequeño, nunca hacía nada que la pueda poner en peligro a ella o a Athena.

Habíamos decidido quedarnos hasta el fin de semana, pues Lando debía de viajar el martes por la noche a España, para la siguiente carrera. Así que nos iríamos a Oxford el sábado, para que yo pudiera sacar más ropa, pues no había planeado no volver al departamento por tantos días cuando viajé a Canadá. Y Lando me había convencido de ir a España con él.

El jueves salí al centro comercial con las chicas, aunque decidimos dejar a las pequeñas a cargo de Olliver y Lando. Pues incluso la señora Norris nos había acompañado.

En cuanto llegamos, Cisca y Flo discutieron sobre que tienda deberíamos de visitar primero, aunque lograron llegar a un acuerdo y terminamos en Victoria Secret. Cisca había ignorado la ropa y se fue directamente a los perfumes y lociones, mientras que Flo miraba todo de forma curiosa, sin elegir nada.

La señora Norris parecía estar observándonas a todas, esperando a ver que hacíamos, y Savannah se acercó a mí. — ¿Comprarás algo? — Preguntó divertida.

Yo negué, algo avergonzada ante la idea de comprar algo con la madre de Lando presente, y parece que Sav lo entendió, porque se rió de forma suave. — Estaba aterrada cuando Ollie me llevó a casa la primera vez, pero su madre es... Aunque puede tener su carácter con ellos, es un sol, nunca va a juzgarte. Y si Lando es parecido a su hermano, cuando haga algo o cause una pelea, ella estará de tu lado.

Me reí, algo sorprendida ante la idea. Aunque dudaba que Lando fuera capaz de hacer algo que causara una pelea, pues por lo general, la que jodía un poco las cosas de vez en cuando, era yo.

Cisca se acercó a nosotras, con algunos perfumes en una canasta. — ¿De que hablan?

— De nada, Cis. — Le dije con una sonrisa. — ¿Comprarás esos?

Ella asintió mientras empezaba a mirar la lencería de los estantes, mordió su labio cuando su mirada se fijó en una en específico, y yo no pude evitar molestarla un poco. — ¿Con quién planeas usarla? — Hasta donde sabía, a Cisca no le gustaba nadie.

Al darse cuenta que la había notado mirando desvió su mirada y sus mejillas se sonrojaron. — Con nadie.

— Oh no pequeña Norris, ahora tienes que contarnos. — Me apoyó Sav.

Cisca puso los ojos en blanco, avergonzada. — ¿Por qué no mejor hablamos de como a Cass le brillan los ojos cada vez que ve a Lando con Mila o Athena? — Cambio de tema, logrando que yo abriera mis ojos en sorpresa.

— No se de que estás hablando. — Respondí rápidamente. Quizás si los miraba algo embobada a veces, pero no era mi culpa que mi novio se viera tan tierno y a la vez tan guapo con las pequeñas en sus brazos. Sin embargo, eso no significaba nada.

Sav me miró con una sonrisa. — ¿Ya estás deseando tu propia mini Norris?

Me atraganté con mi saliva, tosiendo mientras negaba. — Están locas, ni si quiera he cumplido 20 años y sigo en la universidad.

— ¿Pero te lo plantearías? En un futuro. — Preguntó Cisca.

Suspiré ante la pregunta. — Creo que es demasiado pronto para pensar en eso, con Lando o con cualquier otra persona. — Aclaré, para luego encogerme de hombros. — Pero... Sí, me lo plantearía en un futuro muy muy muy lejano. — Cisca rió, esperando que me explicara más. — Nunca estuve realmente segura de si quería ser madre, y no había tenido nada estable como para imaginarlo... Pero luego llegó Lando, y... — Suspiré. — Debo admitir que verlo con Mila y Athena no ayuda, se ve tan tierno y las quiere y cuida tanto... No lo sé, supongo que en algún momento sería lindo poder compartir eso con él. Si es algo que él también quiere, claro.

— Estoy segura de que Lando sería un gran padre, no he pasado demasiado tiempo con él, pero es tan amoroso con mis pequeñas... — Savannah sonrió. — Y estoy segura de que la simple idea de formar una familia contigo, lo hace muy feliz, Cass.

Sonreí ante sus palabras, sabía que tenía razón en que aún no era el momento, no pensaba cambiar de idea en cuanto a eso. Pero si era cierto que mientras más cosas pasábamos juntos, me era más fácil imaginarme un futuro a su lado, y me causaba mucha ilusión la idea de, algún día, formar una familia juntos.

Suspiré tratando de dejar esos pensamientos de lado. — Bien, ¿Comprarás algo? — Le pregunté a Sav, cambiando de tema.

Ella rió mientras le daba un vistazo a la tienda. — Quizás debería... Si tu compras algo también, claro.

Solté una carcajada, pero terminé por suspirar y asentir. La madre de Lando se había ido con Flo a otra tienda, cansadas de esperarnos. Así que ahora me sentía menos avergonzada y con más libertad para poder ver las cosas que había.

Cisca seguía con nosotras, y no me perdí como miraba algunos conjuntos con interés, aunque terminó por no tomar nada. En cambio yo, con algo de ayuda de Savannah, había terminado por decidirme en un conjunto algo atrevido. El sujetador era negro y con un cuello redondo, en donde ambas tiras se juntaban, pero en el medio, entre el valle de los pechos era completamente abierto. Las bragas eran negras y simples, con un pequeño encaje a los lados. Lo que más resaltaba, era el liguero a juego del mismo color, el cual se ajustaba a mi cintura, cubriendo mi ombligo con un encaje sutil que combinaba con el de las bragas; seguido de las tiras negras que se conectaban al mismo encaje en mis muslos.

La verdad, me había gustado en el momento en el que lo vi, pero nunca había usado nada como eso, en parte por algo de vergüenza. Pero Sav había estado ahí y me había convencido de que se me vería genial y que volvería a Lando loco. Así que lo compré, aunque aún no había decidido si realmente lo usaría.

Salimos las tres con nuestras bolsas, para poder buscar a Flo y la señora Norris, y así poder seguir recorriendo el centro comercial todas juntas. Cuando llegamos, la mayor de todas observó las bolsas en nuestras manos, y se limitó a sonreír y continuar hablando con su hija mayor. Traté de sonrojarme ante ello, pero fracasé terriblemente. Aún así, agradecí que no comentara nada.

Luego de comer algo y continuar de compras por un rato más, decidimos regresar, pues Olliver ya le había escrito a su esposa, alegando que las pequeñas estaban volviéndonos locos a él y a Lando. Cosa que nos hizo reír, pero decidimos no torturarlos y volver.

En cuanto llegamos, encontramos a ambos hermanos tirados en el pasto del jardín delantero, con Athena recostada sobre el pecho de Lando, jugando con sus rizos; y a Mila recolectando las pequeñas flores que había en el jardín, para luego regresar y estirar su mano en dirección a Lando. — Lala, ti.

Lando la miró con una sonrisa. — ¿Para mí?

La pequeña rubia asintió, y yo no pude evitar morder mi labio mientras la imagen se quedaba grabada en mi memoria; me apresuré a sacar mi teléfono y tomarles una foto, Lando con la mano estirada, recibiendo las pequeñas flores y con la bebé recostada en su pecho. No era justo. No era para nada justo que me hiciera esto.

— Creo que te embarazaste solo con la imagen. — Comentó Cisca, más fuerte de lo que debería, captando la atención de los dos chicos.

Lando nos miró con una sonrisa, y se apresuró a levantarse con cuidado de no dañar a Athena. Se la entregó a Olliver y se acercó para poder besarme, cosa que correspondí con gusto.

En cuanto se alejó, saludó a su madre y hermanas con un beso en la mejilla. — Sav, sabes que te quiero, pero no vuelvas a dejarnos tanto tiempo solos con ellas, porfavor. — Suplicó Lando, causando que todas nos riéramos.

Olliver se levantó para saludar a su esposa y a todas nosotras, al igual que Mila, que corrió directo a su madre para abrazarla.

Athena empezaba a quedarse dormida, por lo que la pareja entró en la casa, y pronto le siguieron la señora Norris y las dos hermanas. Dejándonos a Lando y a mí a solas.

Entramos en la casa y nos dirigimos a la que había sido mi habitación estos días. Yo me arrojé en la cama apenas crucé la puerta, demasiado exhausta de tanto caminar; Lando rió y no tardó en recostarse junto a mí.

— ¿Cómo les fue?

Sonreí, girando mi cabeza para poder mirarlo. — Bien, fue divertido pasar tiempo con todas ellas, tu madre es muy graciosa. — Comenté haciéndolo sonreír. — Compramos algunas cosas y comimos.

— ¿Todo bien? — Preguntó con cautela.

Asentí. — Todo perfecto ricitos, entre tenerte a ti, las vacaciones y la terapia... Estoy mucho mejor. — Admití. — No quiere decir que no habrá días malos, ya sabes, pero estoy realmente bien por ahora.

Lando asintió. — Me alegra escuchar eso, rayito. Y ya sabes, para los días malos también estaré para escucharte.

— Te amo. — Dije y lo besé.

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

Los días se pasaron con rápidez, y pronto nos estábamos despidiendo de toda la familia Norris. Cisca me abrazó con fuerza, prometiéndome que hablaríamos más seguido, y que nos veríamos en las carreras.

Mila se acercó para abrazarme. — Tú hacer feliz Lala mucho tiempo ¿Sí?

Sonreí con ternura al escucharla y asentí sin dudarlo. — Te lo prometo pequeña Norris.

La señora Norris también me abrazó. — Vuelve pronto, bonita. Me gusta ver la sonrisa de mi hijo cuando estás cerca.

Nos fuimos con Olliver, que nos llevó a la pista y se despidió de ambos; y subimos al jet de Lando que ya nos estaba esperando.

— Así que... ¿Qué te parecieron? — Preguntó cuando ya habían despegado, y ambos estábamos recostados en la cama de una de las habitaciones.

— Me parece que tienes una familia llena de gente maravillosa. — Dije sincera. — Y que me recibieron mucho mejor de lo que esperaba... Tienes suerte de tener a tanta gente que te ame.

El sonrió, y dejó un beso en mi frente. — Lo sé, tu eres una de ellas.

Me reí y puse los ojos en blanco, aunque asentí. — Así es.

Dormimos por casi todo el vuelo, y en cuanto llegamos pedimos un Uber que nos llevara al departamento.

Al llegar, me sorprendió encontrar a Vienna, sentada en el suelo de la sala de estar, con una guitarra en la mano, el cabello revuelto y hojas de papel rotas o hechas bola por todas partes.

— ¿Qué sucedió aquí? — Pregunté entre divertida y preocupada.

— Pasa que no sirvo para esto. — Dijo la pelinegra enojada, dejando el cuaderno a un lado y levantándose para poder abrazarme. — Es bueno verte, ¿Cómo te fue con la suegra?

Me reí por el nombre. — Es muy amable, toda su familia de hecho.

Lando sonrió pasando su brazo por mis hombros. — Hola a ti también Vee.

— Ah, tu también viniste Norris. — Puso los ojos en blanco haciendo que ambos riéramos; Lando sabía que realmente no le caía mal a Vee, aunque a veces actuara como si no lo soportara. — ¿Te la llevarás de nuevo?

— De hecho... — Dije yo, antes de que ella pudiera hablar. — Había pensado que ambas podríamos ir, ya sabes, es España y podríamos recorrer un poco de la ciudad. Ha pasado un tiempo desde la ultima vez que fuimos, ¿No?

Vienna me escuchó y frunció el ceño. — No lo sé, Cass. No hay nadie ahí que me espere, y tú te la pasaras con tu novio.

— Charles querrá verte, de seguro. — Dije segura, nunca habíamos hablado de lo que paso con esos dos luego de que lo besara en Mónaco, pero supuse que estaban bien, ahora por otro lado, empezaba a dudarlo.

Vienna puso los ojos en blanco. — Charles tiene otras cosas de las que preocuparse, al igual que yo.

Lando nos miro a ambas, tratando de descifrar que sucedía y si debería intervenir. Pero antes de que el pudiera hacerlo, me decidí a hablar.

— Estoy harta. — Dije sincera. — Llevas meses trabajando sin parar, llegando tarde o sin si quiera llegar, ya no hablas conmigo. Y pensé que era por... Pensé que era por su cumpleaños. Pero eso fue hace meses y tu sigues sin decirme que carajos te sucede. — Bien, quizás no tenia derecho a enojarme, pero sabia que con Vienna, no era fácil convencerla de hablar. — Siempre me dices que estas ahí, que hable cuando te necesite. Pues yo no te siento aquí, siento que llevo meses viviendo con una desconocida y no me gusta. No me gusta y no quiero seguir así, así que me da igual cuando te molestes, vas a sentarte conmigo y me vas a contar que está sucediendo. — Dije seria. — Y luego, a menos que me des una razón válida para no hacerlo, harás tus maletas y viajaras con nosotros.

Lando no decía absolutamente nada, de hecho había retrocedido un paso cuando empecé a subir la voz. Y en cuanto terminé de hablar, tomó nuestro equipaje y señaló con su mirada mi habitación. No le respondí, solo dejé que se fuera a mi cuarto.

Vienna me miraba, no sorprendida, no enojada. Solo me observaba; no fue hasta que Lando desapareció, que suspiro y puso los ojos en blanco.

— No hay mucho que explicar. Charles y yo no funcionamos, ¿De acuerdo? Yo siempre tuve claro lo que quería y el empezó a confundirlo... Y luego me permití intentar algo más y no funcionó. Fin de la historia.

La mire atenta. Escuchando lo que me contaba. Claramente faltaban demasiadas cosas en esa historia, pero asentí, satisfecha con lo que me contaba por ahora. — ¿Y que es todo esto? — Señalé el desastre de la sala.

Se encogió de hombros. — Eso es un sueño tonto que acabo de abandonar.

— Vienna.

Suspiró frustrada. — Me contactaron de una disquera, me escucharon cantando en el bar y querían... No lo sé, querían tener una conversación. Fue mejor de lo que esperaba y hablaron de publicar mi música. — La miré sorprendida, a punto de abrazarla con alegría, pero ella me detuvo. — Pero quieren al menos 3 canciones más, aparte de las que ya les di. Y llevo intentando escribir algo desde que te fuiste y soy simplemente incapaz; no tengo ideas.

Fruncí el ceño, Vienna siempre estaba componiendo algo, la cantidad de letras o notas musicales que tenía anotadas en servilletas era realmente increíble. Me acerque a los papeles en el suelo, levantando uno de los que estaban hechos bola, y lo desdoblé para poder leerlo.

Mis labios se entreabrieron con sorpresa. — Vienna esto es...

— Una mierda.

La miré, molesta. — Es hermosa, y creo que lo sabes, solo... No parece la clase de canción que escribirías sin pensar en alguien.

Puso los ojos en blanco y se acercó, quitándome la hoja de papel. — Basta, es inútil, no tengo nada.

— Creo que deberías pensarlo mejor, solo porque te niegues a aceptarlo no borrara la canción de tu mente, y lo sabes. Aparte, es algo estúpido que dejes ir la oportunidad de una carrera de siempre soñaste, por algo como el orgullo. Piénsalo. — Le di una sonrisa pequeña y me dirigí a mi habitación, para encontrar a mi novio recostado en mi cama, mirando su teléfono.

— ¿Todo bien rayito?

Asentí. — Creo que era mas simple de lo que parecía. Es decir, no para ella. Pero la explicación es de hecho algo que debí notar por mi misma.

Suspiré y me subí a la cama, recostándome sobre Lando, haciéndolo reír cuando empecé a jugar con sus rizos entre mis dedos.

— ¿Irá con nosotros a la carrera?

— Eso creo. — Sonreí, conocía muy bien a Vienna, por lo que estaba casi segura de que podría convencerla. Pero también sabia que la pelinegra podía ser una persona con decisiones inesperadas.

✯· ✧· ✧· ✧· ✯ 

Lamento la demora!! Sé que siempre publico por las mañanas, pero tuve algunas complicaciones; aún así, aquí está el capítulo de hoy :)

Espero que les haya gustado <333

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro