Capítulo 65
✵ꕥ Cassandra Mueller –
Fuera de lo que había estado esperando por tanto tiempo, el mundo no se acabó cuando le conté a Lando, ni se acabó cuando todo el internet se enteró que salíamos.
Tuvimos una reunión por internet algo tediosa con Charlotte, la manager de mi novio, y algunos trabajadores más del equipo de prensa y marketing del equipo. Pero al final todos acordamos en que, esto era algo nuestro, parte de la vida privada de Lando, y que no tenía porque ser manejado por su equipo.
Aún así, Charlotte me pidió que la llamara o escribiera si tenía alguna preocupación, ya que mi vida sería mucho más pública ahora.
No tardé en comprobarlo, cuando salimos a caminar por Mónaco, Lando se encontró con fans. Pero esta vez, las miradas hacia mí eran mucho más intensas, como si trataran de ver a través de mí o descubrir algo.
No fue exactamente cómodo, pero nada con lo que no pudiera lidiar.
Cosas buenas también pasaron. Pues luego de una conversación entre Lando y yo, ambos decidimos mantener nuestra relación privada, no secreta. Por lo que nos tomábamos de las manos e incluso el piloto me robo un par de besos en público.
Se sentía bien, poder caminar en público con él como mi novio.
Incluso un día, Lando había decidido hacer un stream con sus amigos; hace meses que no se conectaba y me sorprendió la cantidad de personas que lo veían a los pocos segundos. Yo estaba sentada a un lado, aunque fuera del enfoque de la cámara.
Los ví jugar por un rato, hasta que en un momento Lando perdió e hizo un puchero del todo adorable, estirando su mano para que la tomara, cosa que hice sin dudar. Pronto, el chat explotó con gente preguntando por mí, y si es que estaba ahí en ese momento.
Lando me miró, como preguntando por mi aprobación, y yo asentí, pronto el me jaló de la mano y me sentó en su regazo, causando que me sonrojara, pues miles de personas nos estaban viendo. Al castaño pareció no importarle, pues dejó un beso en mi mejilla y sonrió a la cámara.
— Ella es mi novia, como muchos ya saben. — Sonreí y saludé con mi mano. — Se llama Cass.
— Hola a todos. — No estaba acostumbrada a esto, una cosa era ser reconocida mientras caminábamos por la calle, otra diferente era hablar con miles de personas a través de tecnología.
Lando se rió de mí y dejó un pequeño beso en mis labios antes de empezar a jugar de nuevo. Conmigo en su regazo. Viendo que no me dejaría irme, pues su brazos me rodeaban, me recosté sobre su hombro y lo vi jugar en silencio, trataba de ignorar los comentarios en el chat, pero cada pocos minutos me permitía leer algunos. La mayoría eran positivos, diciendo lo linda que era o lo tiernos que nos veíamos.
Me alegraba que con los días, poco a poco, más gente aceptara la relación. Sabía que siempre habría personas que me odiarían, pero ya no me importaba, no mientras tuviera a Lando a mi lado.
Los días pasaron rápido y antes de lo que me gustaría estaba en un avión, regresando a Oxford. Lando prometió que iría a verme en un par de semanas, cuando el entrenamiento se calmara un poco; alegó que debería de ir a Inglaterra pronto, a la fábrica, para empezar a practicar con el simulador y luego iniciar las pruebas de pretemporada. Pero eso no sería hasta casi finales de enero, lo que nos dejaba con casi tres semanas de mensajes y llamadas a distancia.
Esperé que fuera algo tedioso e insoportable. Pero entre tantas clases y responsabilidades, el tiempo había pasado rápido. Con Lando hablábamos cada mañana, durante el almuerzo y antes de dormir. Él me contaba de su día y yo solía quejarme de mis clases, haciéndolo reír; solíamos comer juntos por videollamada y algunas veces me había quedado dormida con su voz de fondo.
Vienna estaba rara, habíamos hablado y me había apoyado en mi decisión de contarle a Lando, así como se había alegrado cuando le conté la reacción del castaño. No habíamos discutido ni nada por el estilo, pero la pelinegra se la pasaba trabajando hasta tarde y pasando el menor tiempo posible en casa. Había tratado de hablar con ella, pero me había asegurado que todo estaba bien y huido al trabajo.
Extraño pero normal a la vez; Vienna es una persona abierta y sin filtro la mayoría del tiempo, pero existen ciertos temas en su vida en los cuáles es la persona más reservada que he conocido nunca. Con el paso de los años había aprendido a respetarlo y dejar que me lo contara cuando se sintiera lista.
Me mantenía concentrada en clases, pasaba horas en la biblioteca haciendo tarea e incluso pedía trabajos para créditos extra.
Todo para distraerme de la falta que me hacía cierto piloto.
Y también para distraerme de...
Una llamada de Lando mientras salía de clase me hizo sonreír.
— ¿Qué tal va tu día?
Caminé hacia la cafetería, para poder comprar algo de comer, ya que no me había dado tiempo de desayunar hoy. — Aburrido, mis clases de la mañana son una mierda, ya lo sabes.
Lando rió, me había escuchado cientos de veces quejarme sobre matemáticas y otras asignaturas que incluía la carrera de Marketing. Realmente la odiaba, lo único que disfrutaba eran mis clases nocturnas, sobre Periodismo.
— Tienes un par de horas libres ahora, ¿No es así?
Asentí encantada de que se supiera mis horarios. — Así es, iré a la biblioteca a adelantar algo de tarea. — Llegué a la cafetería y observé lo que había. Nada me apetecía. Tomé una botella de agua y la pagué para salir camino a la biblioteca. — ¿Como va el entrenamiento de hoy?
Suspiró. — No siento las piernas.
Me burlé con una risa. — Es el karma.
Lo escuché reír también y ambos nos quedamos en un cómodo silencio mientras caminaba alrededor del campus. La estructura de la universidad era realmente hermosa, no me cansaba de recorrerla y admirar su belleza.
Cuando llegué a la biblioteca, me senté en una mesa vacía y dejé mi teléfono a un lado, sacando mis libros.
— ¿Llegaste?
— Sip, está algo vacía justo ahora. — Abrí la guía con los deberes que tenía y suspiré frustrada. — Odio matemáticas con todo mi ser.
Lando se rió. — Envídiame.
— Voy a colgarte.
Ambos reímos y hablamos unos minutos más, hasta que sentí demasiadas miradas enojadas dirigidas a mí, por hacer ruido. — Bueno ricitos, tengo que dejarte o me lincharán.
Lando se rió. — Avísame cuando llegues al departamento, yo iré a seguir entrenando. Te llamó en la noche, ¿Bien?
— Sip, suerte entrenando.
— Te amo rayito.
— También te amo.
Colgué y me concentré en mi tarea, aunque fuera lo que menos me apetecía justo ahora. Terminé casi una hora después, y me apresuré a ir a mi siguiente clase. Hoy era un día pesado porque tenía solo dos horas de descanso entre las clases de Marketing y las de Periodismo, por lo que me quedaba todo el día en la universidad.
— Oye, ¡Rubia! — Un gritó mientras caminaba por el patio, lista para tirarme en el césped y descansar un rato, me hizo girarme.
Sonreí sin poder creer lo que veía, me apresuré a dejar mi mochila con libros y me acerqué corriendo al francés, abrazándolo con fuerza.
— ¿Qué carajos haces tu aquí?
El rió y me abrazó de vuelta, levantándome un par de centímetros del suelo. — Te extrañaba. — Se encogió de hombros. — Tengo un par de días libres recién, todos tuvieron vacaciones pero yo estuve entrenando desde que terminó la temporada, así que recién estoy descansando ahora, antes de las pruebas.
Asentí, alejándome un poco de él y caminando juntos hasta dónde había dejado mis cosas, para leugo sentarnos uno junto al otro. — ¿Y decidiste venir a verme? — Pregunté divertida.
No se me habían pasado las miradas curiosas, desde que había vuelto de las vacaciones mucha gente me miraba, y sabía porque sucedía así que en su mayoría lo ignoraba. Un par de veces había visto en redes fotos mías en el campus, lo que significa que me fotografiaban aquí; era algo molesto pero trataba de no pensar en ello demasiado. Supuse que estar con otro piloto de Fórmula 1 en medio del patio no pasaría desapercibido.
— Bueno, primero fui un par de días a Francia, pero me aburría... Así que decidí venir a molestarte, así puedo mandarle muchas fotos a Norris y hacer que me envidie por estar contigo.
Solté una carcajada ante lo que dijo, pero no me negué cuando se acercó y me abrazó, para tomarnos una foto, luego besé su mejilla y el francés sacó una segunda foto. En cuanto me alejé se las envió a Lando.
No pasaron más de un par de segundos para que el piloto de McLaren llamara a Pierre, que respondió con una sonrisa, mostrándonos a ambos en la cámara.
— Que carajos. — Lando se quedó callado mirándome, sin poder evitar sonreír. — Hola rayito.
Sonreí yo también. — Hola de nuevo, ricitos.
— Dios los dos son asquerosos. Hola, por cierto. — Se burló Pierre, captando la atención de Lando de nuevo.
Quién frunció el ceño. — ¿Se puede saber que haces con mi novia?
Me reí ante la sorpresa de Pierre al escuchar esas palabras. Quizás habíamos olvidado contarle las noticias a algunas personas.
— Los dos son unos cabrones. — Nos reímos y hablamos un rato con Lando. — Bien como sea, me iré a tomar un helado con la rubia. — Dijo Pierre, pasando su brazo por mis hombros. — Disfruta de tu entrenamiento.
Parecían dos niños pequeños, Pierre tratando de causarle envidia a Lando, y Lando mirándome con cara de tristeza, haciéndome reír.
— Te amo. — Le dije antes de que Pierre colgara, sin dejarlo responder.
— Vamos rubia, me debes muchas explicaciones.
Me reí y me levanté, Pierre tomó mis cosas, cargándolas él. — Vamos, francesito.
No me había dado cuenta de cuanto había extrañado al francés, pero mientras tomábamos un helado en la cafetería de la universidad y reíamos, todo lo que podía hacer era sonreír y abrazar al castaño, pues realmente me hacía feliz verlo luego de tanto tiempo.
Cuando tuve que volver a clases, Pierre se despidió diciendo que iría su hotel a dormir un poco. Lo hice prometer que iría al departamento más tarde, pues ambos acordamos no decirle nada a Vienna, para poder sorprenderla.
Le envié la dirección y nos despedimos.
─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───
Vienna llegó del trabajo por la noche, le había pedido que saliera antes y ella había aceptado, tenía ojeras y se veía cansada, por un momento pensé en simplemente mandarla a descansar y cancelarle a Pierre.
— Gracias a Dios me pediste que saliera antes, necesite un tiempo de chicas. — Suspiró.
Me reí. — Bueno, tu eres la que ha desaparecido en su mayoría esto días.
Ella solo puso los ojos en blanco y se encogió de hombros. — Tengo que trabajar, alguien debe pagar las cosas, ¿O no?
Fruncí el ceño, sabía que algo sucedía y sabía que no funcionaría si la presionaba, así que no me rendí ante el intento de una pelea. Simplemente me giré para ir a la cocina y sacar una botella de vino. Vienna pareció relajarse ante ello.
Saqué dos copas y dejé una más lista. Pocos minutos después tocaron el timbre, ganándome una mirada extrañada de la pelinegra mientras me levantaba a abrir.
— Rubia. — Me saludó Pierre dejando un beso en mi mejilla. Se adentró en la casa y miró a Vienna con una sonrisa, mi amiga por otro lado parecía haber visto un fantasma.
No entendía que carajos estaba pasando.
— Francesito, siéntate, te traeré una copa. — Los dejé en la sala y me apresuré a la cocina para tomar una copa más. Cuando volví con ellos, ambos parecían incómodos, como si no fueran capaces de entablar una conversación; suspiré frustrada. — Alguno sería tan amable de explicarme, ¿Qué está sucediendo?
Pierre parecía tener intención de explicarlo, pero Vienna habló primero. — No pasa nada, no se a que te refieres. — Tomó la botella de vino y sirvió las copas, llevando la suya a sus labios. — ¿Cómo está Lando?
El cambio de tema fue evidente, pero fruncí mis labios y me limité a responder, siguiéndole el juego. — Él está bien, su entrenador lo tiene ejercitándose hasta el límite, hoy solo hablamos un rato, se quedó dormido a los pocos minutos de llamarme.
Los tres sonreímos, supuse que imaginando a Lando quedándose dormido luego de un día de entrenamiento.
El silencio no era exactamente incómodo, pero si algo pesado. Supuse que Pierre también lo notó, porque aclaró su garganta y bebió de su copa antes de hablar. — Cass dijo que estás trabjando ahora, ¿Verdad?
Vienna asintió. — Así es, en una tienda de música durante el día y en un bar por las tardes y noches
El francés asintió. — Y ¿Estás bien?
— Claro, lo estoy. — La respuesta fue apresurada, ninguno de los tres parecía tragarse la mentira, pero todos fingimos que sí y bebimos de nuestras copas.
La velada fue intensa, pequeñas preguntas arrojadas por mí o Pierre en un intento de normalidad, y respuestas evasivas de parte de Vienna. Poco más de una hora fue suficiente para que Pierre se levantara y se excusara con el cansancio, para poder irse.
Lo abracé y le pedí una disculpa por lo sucedido, prometiéndole un almuerzo mañana, luego de mis clases. Lo invité al departamento porque sabía que Vienna no estaría y no quería lidiar con un restaurante por ahora.
Cuando se fue, me acerqué a Vienna, preocupada. Pero ella solo bebía de su copa sin decir nada.
— Escucha, nos conocemos hace años, sé que presionar no funciona así que no planeo hacerlo. — Me senté a su lado. — Pero es claro que algo no está bien, y la verdad no me gusta la idea de esperar a que toques fondo para que decidas contármelo... Así que solo te recuerdo que estoy aquí, ¿Sí? Para cuando te sientas lista. — Tomé su mano y le di una pequeña sonrisa. — Siempre estoy aquí.
Ella también me sonrió, de forma suave y casi inexistente; terminó su copa y salió al balcón, buscando algo en el bolsillo de su chaqueta. ¿Cuándo había vuelto a fumar? Por lo que supe lo dejó después de... Lo que sucedió, por sus medicamentos.
Decidí no darle más vueltas por ahora, no podía ayudarla si se negaba a contármelo, le di su espacio y me dirigí a mi habitación.
Ya con pijama y recostada en mi cama, tomé mi teléfono para poder revisar mis mensajes y notificaciones, pero la fecha de hoy y una notificación en mi calendario me devolvieron la mirada casi con burla; causando que las naúseas en mi estómago se incrementaran.
Enero casi terminaba, y sentía como si una soga alrededor de mi cuello se fuera haciendo más pequeña con cada día, robándome pequeños suspiros con el paso del tiempo.
Estaba jodida.
✯· ✧· ✧· ✧· ✯
Hoy llegamos a los 30K de lecturas!! Justo hoy, que se cumplen dos meses desde que decidí publicar esta historia. Lo rápido que la gente la leyó y se encariñó con los personajes me sigue pareciendo un sueño, así que quería agradecerles. Por cada voto, comentario y lectura, no saben lo feliz que me hacen.
Les dejo este capítulo extra por aquí, y espero que lo disfruten tanto como los demás.
Lxs amo mucho!! Miles de gracias!! <33
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro