Capítulo 6
✵ꕥ Cassandra Mueller –
Me reí.
Simplemente me empecé a reir mientras miraba a Cisca como si de una loca se tratara.
Porque no podía en serio pensar que yo iría a un viaje con ella, ¿Oh sí?
— Ni hablar, no puedo pagarlo y lo sabes. — Hace tan solo unos días me había estado quejando de como mi padre me había cancelado la tarjeta de crédito.
— Ya pero es un regalo de cumpleaños, nosotros lo pagaremos.
— Estás loca. Completamente no. Lo que quiero es que te alejes de ella, no que la lleves de paseo a mi lugar de trabajo. — Lando nos miró, a Cisca como si de una loca se tratara, y a mí con desprecio, el sentimiento era mutuo.
— Bien, pues ella no va y yo tampoco. Suerte en tu carrera. — Cisca terminó de hablar y empezó a recoger las bolsas de compras mientras me miraba. — Me iré contigo, pasaré la noche en tu habitación y nos vamos mañana juntas a clase.
Me reí ante la mirada de horror de su hermano, la sola idea de su hermanita en mi habitación por toda una noche parecía causarle rechazo.
Y quizás fue más por joderlo que por ser una buena amiga, pero asentí sin dudarlo.
— Claro, toma lo que necesites y te espero en el auto.
— Bien, ahora bajo. — Me respondió con una sonrisa y subió a su habitación.
En el momento en el que Cisca no estuvo presente, la mirada de su hermano se dirigió a mí, con enojo, como ya parecía ser una costumbre.
— ¿Es que no entiendes lo que la gente te dice? Te quiero lejos de ella, desaparece y ve a joderle la vida a alguien más.
— Pues no me da la gana. — Le sonreí y me empecé a dirigir a la puerta, lista para irme y esperar a Cisca en el auto.
Escuché como suspiro, resignado. — Puedes no meterla en problemas esta noche, ¿Porfavor?
Me giré con una sonrisa. — Lo que usted pida. — Le guiñe el ojo y salí de la casa.
─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───
✵༄ Lando Norris –
Cuándo mi hermana bajó las escaleras, con una mochila con lo que suponía que sería su uniforme y cosas básicas, estuve a punto de resignarme y dejarla ir. También pensé en llamar a papá y mamá, no sé cómo ellos podrían evitarlo pero al menos yo podría decirme a mí mismo que lo intenté.
Sin embargo sabía porque mi hermana estaba enojada conmigo, también yo estaba enojado, pero no me gustaba discutir con ella, siempre la había cuidado y apoyado en todo lo que podía.
Y si no podía lograr que se alejara de Cassandra, al menos quería que confiara en mi y me tuviera cerca, para cuando las cosas salieran mal, porque obviamente en algún punto saldrían mal, y no quería que estuviera sola y sin nadie a quien llamar cuando pasara.
Así que me tragué mi orgullo y hablé mirando al suelo, antes de que saliera por la puerta.
— No la quiero en el box de McLaren hasta después de que yo salga en la monoplaza, no quiero verla. — Dije serio, esa sería mi única condición. — Pero si te quiero ahí a tí.
Ella suspiró y asintió con su cabeza. — Si te dieras el tiempo de conocerla, verías que de hecho es genial.
— Creo que voy a pasar esta vez, gracias.
— Bien, aún así me iré con ella ahora, no quiero lidiar con mamá y papá hoy... No necesitas mentir por mí, de cualquier forma deducirán con quien pasaré la noche.
Mordí el interior de mi mejilla. — No hagas nada estúpido ¿Si? Y si lo haces... llámame y estaré ahí en 10 minutos.
Cisca asintió con su cabeza y salió por la puerta.
─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───
Luego de unos minutos la casa se sentía en silencio, no me gustaba. Me dirigí a mi habitación y tomé mi teléfono. Entré en el chat que tenía con algunos de los pilotos, con los que era más cercano.
"¿Alguno está desocupado? Podría tomar un consejo de gente vieja ahora."
Textee el mensaje con una sonrisa, ser el menor de todos a veces tenía sus beneficios, uno de ellos eras poder molestarlos.
Minutos después una llamada hizo sonar mi teléfono, contesté la videollamada viendo a Pierre y Charles juntos en un yate, y en la otra pantalla a Carlos, en una sala de estar.
— Si sigues llamándonos viejos te vas a quedar sin amigos mocoso.
Me reí ante el comentario de Pierre. — Hola a ustedes también, ¿En dónde están?
— Pequeña parada en Mónaco, en un par de horas viajamos a Gran Bretaña. — Fue Charles quien me respondió, con su sonrisa característica.
— Yo ya estoy en el hotel, y es aburrido de cojones. — Se quejó Carlos causando que todos nos riésemos.
— ¿Qué tal los días con la familia Lando?
Me encogí de hombros. — Normales. — Respondí cortante, había muchos adjetivos que se me ocurrían para describir estos días; caóticos, extraños, frustrantes. Pero normales sin duda no era una de ellas.
— Ok genial, ahora la respuesta real. — Dijo Carlos acomodándose en el sillón donde estaba sentado, prestando atención.
— Recuerdan que les conté que mi hermana, Flo, ¿Se cambiaría de escuela por lo de su carrera en equitación? — Los tres asintieron con sus cabezas, dejándome continuar hablando. — Bueno, pensé que todo estaba bien, pero al parecer a Cisca no le ha sentado bien quedarse sola en la escuela privada. Se consiguió una nueva amiga... Y es todo lo que cualquiera querría lejos de su hermanita.
Charles frunció el ceño. — ¿A qué te refieres?
— Ayer que llegué Cisca no estaba en casa, tenía detención porque la atraparon fumando en los baños con la chica esa, Cassandra. — Hasta pronunciar su nombre me causaba rechazo. — Luego hablé con ella y me explicó que realmente no había estado fumando, le creo... Pero anoche me desperté por algo de tomar, y me di cuenta de que Cisca no estaba en casa, se escapó con Cassandra a una fiesta, cuando llegue la encontré bebiendo, y era un ambiente malo, había drogas, aunque creo que ella ni lo notó. — Suspiré y me arreglé el pelo, mis tres amigos me miraban atentamente. — La chica tiene miles de quejas, por fumar, saltarse clases y muchos más, no la quiero cerca de Cisca.
Carlos fue el primero en hablar. — Pero Cisca es alguien muy inteligente, todos la conocemos y es genial, porque se juntaría con alguien que se comporta de una manera tan... bueno tu entiendes.
Resople. — Ese es el problema, la chica es un problema gigante, pero es alguien de hecho amable, no conmigo, pero si con mi hermana. La hace reír, juegan y bromean, hasta la cuido el día de la fiesta, no puedo negar eso.
— Suena más como alguien con muchos problemas, que como una mala persona para mi Lan. — Esta vez el que habló fue Charles.
— Ya, bueno. Podría tener sus problemas lejos de mi hermana.
— Creo que ya deberías saber que no puedes meterte en la vida de Cisca Lando. Ya es lo suficientemente madura como para elegir sus amistades, aparte de que necesita equivocarse y cagarla para aprender. — Pierre me miró mientras hablaba. — Dudó que intentar controlarla vaya a dar resultados.
— Y que lo digas, apenas si me habla.
— ¿Qué hiciste? — Carlos me miró con una ceja enarcada, era el que más tiempo había conocido a mi familia, en las carreras cuando iban al box y en otras ocasiones más informales, y sabía que mi relación con Cisca era la mejor, o al menos solía serlo.
Suspire de nuevo y baje la mirada. — Puede que yo haya revisado su correo... Y puede que luego haya hablado con su amiga y le haya exigido alejarse de Cisca.
Los tres pares de ojos me miraron en silencio por unos segundos, hasta que Charles lo rompió, con mucho tacto.
— Eres un completo idiota.
— Vaya gracias, eso me ayuda mucho.
— No es para ayudarte, es porque mereces escuchar la verdad, y ahora mismo la verdad es que eres un idiota. Si yo fuera Cisca tampoco te hablaría.
— Charles tiene razón... — Dijo suavemente Pierre.
— Ya, bueno, ya lo sé. Pero esa no es ni siquiera la peor parte.
— ¿Qué más hiciste? — Preguntó Carlos y lo miré indignado.
— ¡Yo nada! Pero Cisca estaba enojada y dijo que no iría a verme a la carrera del domingo... y luego me enteré que el cumpleaños de Cassandra es este fin de semana, y mi hermana tuvo la grandiosa idea de solo asistir si su amiguita iba también.
La carcajada de mis tres amigos resonó en mi habitación, todos me miraban como si fuera lo más divertido que les había pasado en el día.
— Karma. — Dijo Charles mientras su sonrisa marcaba sus hoyuelos.
— Estás jodido. — Me dijo Carlos.
— No puedo esperar para conocer a la única chica que ha sido capaz de hacer enojar al tranquilo de Norris. — Terminó Pierre, disfrutando de mis desgracias.
Puse los ojos en blanco. — Todos son unos desgraciados. —Dije antes de colgarles.
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¡Al fin una aparición de los demás chicos! ¿Quién es su piloto favorito?
¡Gracias por leer! <3
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