Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 45

✵ꕥ Cassandra Mueller –

Desperté poco antes del medio día, había dormido hasta tarde, pero estaba realmente cansada y no había sido hasta casi las 3 am que había sido capaz de conciliar el sueño.

Sonreí al leer los mensajes de Lando en mi teléfono.

"Necesito escuchar tu voz, rayito"

Me apresuré a llamarlo, y contestó en el segundo timbre.

— Te extraño, estoy a punto de mandar a Zak a la mierda y tomar un avión. — Fue lo primero que dijo, apenas contestó.

Me reí mientras salía de la habitación, para encontrar a Vienna aún en pijama, cocinando algo en la cocina. Le sonreí y moví mi mano saludándola, para poder salir al pequeño balcón que tenía mi piso.

— Yo también te extraño, ricitos. Ojalá estuvieras aquí.

— Oscar esta insufrible, sonriendo y llevando a Lily por el Paddock todo el día, no lo soporto.

Solté una carcajada al escucharlo. — No seas gruñón, solo estás celoso porque Lily está ahí con él. Aparte, déjalos disfrutar de estar juntos en el Paddock ahora que no hay demasiadas cámaras.

El suspiró. — Charles tampoco estaba de muy buen humor esta mañana.

— Ya, me imagino. — Contesté divertida, recordando que aún tenía una conversación/interrogatorio pendiente con Vienna.

— Y tú, Mueller. Eres una auténtica bruja. — Dijo después, sorprendiéndome.

— ¿Yo que he hecho?

— Despertarme y ver esa foto tuya... seguida de tu mensaje. — Soltó aire con fuerza. — Vas a matarme, lo juro.

Solté una carcajada al recordar el loco impulso que había tenido anoche. — Es divertido. — Dije sin darle importancia.

— Cabrona. — Dijo él y yo me reí de nuevo.

— ¿Qué harás al respecto? — Le pregunté molestándolo.

— Si estuvieras aquí... — Escuché como alguien le hablaba de fondo, así que supuse que seguía en el Paddock, o en alguna reunión.

— ¿Qué harías, Lando? — Dije, sabiendo que me seguía escuchando a través de la línea, decidiendo jugar un poco. — ¿Qué harías conmigo por mandarte esa foto? ¿Por provocarte? — Murmuré, y escuché como tragaba saliva. — ¿Qué harías si te dijera que ahora mismo, estoy en mi balcón, y sigo usando únicamente tu hoodie?

— Cassandra. No juegues. — Advirtió en un susurro mientras le respondía a quien fuera que estaba con él en ese momento.

— ¿Oh qué, Lando? ¿Vas a castigarme? — Murmuré divertida. — ¿Vas a ahorcarme, como sabes que me gusta? ¿Quieres escucharme gemir en tu oído como la otra noche? ¿Vas a azotarme?

Y antes de que pudiera decir algo más, colgó.

Segundos después, me llegaron sus mensajes.

"Eres de lo peor."

"No puedo creer que vaya a entrar a una reunión con Zak estando duro."

"Todo es tu culpa."

"¿Yo? ¿Si yo no hice nada?"

"Nunca habías mencionado lo de azotar antes."

"Supongo que tendré que probarlo en cuanto vuelva a verte."

Vi como se desconectó, por lo que volví a entrar al departamento, para ver a Vienna terminando de servir panqueques, y sacando la miel de la nevera.

— El desayuno esta listo. — Me sonrió.

La miré de mala manera, mientras me sentaba en la pequeña mesa y miraba el plato frente a mí. Vienna se acercó con su propio plato, y dejó una taza de café frente a mí.

— Anda, que me quedaron buenísimos. — Bromeó y yo mordí mi labio.

Suspiré de nuevo, mientras llevaba un bocado de panqueques a mi boca, a regañadientes. Vienna tenía razón, estaban buenísimos.

Pero estarían mejor con algo de miel...

— ¿Sabes? Cuando desperté no tenías casi nada en la nevera, así que salí a comprar algunas cosas. — Me sonrió mientras me pasaba la miel. — Es orgánica, o sin gluten, o una mierda de esas. Como sea, es super saludable y todo eso.

Yo le sonreí, sintiendo ganas de llorar. Mi primer instinto, como había aprendido hace tantos años, fue tomarla y voltear el envase, en busca de la información nutricional, solo para encontrarme con que el sticker había sido quitado.

Vienna me miró, con reproche. — Días buenos, días malos, ¿Recuerdas?

Asentí en silencio, mientras abría el envase y me permitía colocar un poco en los panqueques. Solo un poco.

El desayuno fue lento, aunque Vienna no se quejó una sola vez, sino que me acompañó todo el tiempo e incluso se sirvió algo de fruta cuando terminó sus panqueques, para seguir comiendo conmigo.

— ¿Cass? — Me dijo cuando hube terminado mi plato.

La miré. — Dime, Vee.

— ¿Le contarás a Lando? — Preguntó. — Sobre... ya sabes.

Suspiré. Era la pregunta que llevaba haciéndome por mucho tiempo, ¿Debía contarle? La respuesta obvia era que si, pero tenía miedo de que se diera cuenta que era mucho trabajo, que estaba demasiado jodida y no valía la pena tomarse la molestia conmigo.

Me daba miedo perderlo.

Pero si algo había aprendido en tantos años en terapia, era que no podía asumir cosas de las personas, no podía dejar que el miedo me paralizara, porque al final, las terminas perdiendo por tu silencio.

Así que asentí. — Lo haré. Solo necesito un poco más de tiempo, sabes que nunca fue muy fácil hablar de eso. — Me quedé en silencio un momento, no sabiendo si era buena idea mencionar el tema, pero al final decidí confiar en la pelinegra. — Creo que también le contaré de Nick. — Susurré, sorprendiéndola. — Se merece saberlo, ¿Oh no? Saber en que esta metiéndose.

Ella negó y se acercó a mí. — Claro que merece saberlo Cass, pero no por las razones que tu dices. No porque deba saberlo para decidir si te quiere en su vida; si no porque ese chico muere por ti, Cass, y merece conocer realmente a la persona de la que está enamorándose.

— ¿Y si no le gusta su elección?

Ella volvió a negar mientras me abrazaba. — Creo que lo único que conseguirás, es que se enamore más rápido, al ver la grandiosa y fuerte mujer que eres.

Me reí, tratando de no llorar mientras le devolvía el abrazo. — Eres mi hermana, Vee.

— Ya, la mejor del mundo. — Contestó riendo. — También eres mi hermana, Cass.

Nos quedamos en silencio, mientras nos seguíamos abrazando. Luego de un rato ella se alejó para empezar a recoger.

— Tengo que ir a la universidad hoy. — Dije suspirando. No me apetecía.

Ella rió. — Quizás te acompañe.

Asentí. Antes de recordar algo y mirarla, extrañada. — ¿No es raro que ninguno de nuestros padres haya llamado o dicho algo aún? Ya pasaron semanas desde que nos fuimos.

Ella se encogió de hombros, sin mirarme mientras lavaba los platos. — Estarán demasiado hartos como para hablarnos.

Y como si lo hubiera invocado, mi teléfono sonó con una llamada de mi padre. Suspiré, preparándome para los gritos, mientras me metía en mi habitación. Contesté y esperé, pero nadie dijo nada del otro lado, así que yo hablé primero.

— Hola, papá.

— Cassandra, gracias por contestar. Pensé que ya no tenía una hija. — Su sarcasmo me hizo poner los ojos en blanco, aunque no dije nada, esperando a que continuara. — ¿En dónde estás?

— En Oxford, regresé a la universidad.

¿Era mentira? No. ¿Era la verdad? Tampoco. Pero eso no tenía porque saberlo. A menos que ya lo supiera, claro.

Lo escuché bufar. — Olvídate de los lujos, la universidad está pagada igual que el apartamento, porque soy un buen padre, y no pienso dejarte en la calle. Pero cualquier otro dinero, no vendrá de mí. — Suspiró. — Ni si quiera tengo la energía para gritarte, hemos pasado por esto millones de veces, y estoy harto. Eres una decepción, y una vergüenza para esta familia.

— ¿Qué familia? — Debería haberme quedado callada, si. Pero ya no podía soportarlo.

— Cuida tu tono. — No respondí. No valía la pena. — A menos que sea algo importante, preferiría no escuchar de ti en un tiempo, Cassandra. Prefiero olvidar que tengo una hija.

Me tragué mis palabras. Me tragué las lágrimas, porque ya había llorado demasiado por alguien como él; ¿No me quería en su vida? Bien, yo tampoco lo quería en la mía.

— Como desees.

No dijo nada más antes de cortar la llamada.

Salí del cuarto y Vienna me miraba, preocupada. Traté de sonreír. — Ya no tengo tarjeta de crédito... Pero el piso y la universidad están pagadas, así que estaremos bien, conseguiré un trabajo.

Ella negó. — Tu estudiarás y yo trabajaré, que ya es suficiente con que me quedé aquí, estorbando.

— No seas idiota.

Me abrazó. Con Vienna no era necesario hablar muchas veces, ella sabía lo que había pasado, podía deducir las palabras de mi padre, porque a ella también se las habían dicho un millón de veces, porque lo había vivido y me había visto vivirlo.

— Al menos tu padre no llamó aún, ¿No? — Traté de bromear.

Ella rió suavemente, sin responder.

— Bien, cambiate para poder ir a la universidad, yo iré a preguntar por aquí, quizás consiga algo.

— Deberías probar en la tienda de música. — Sugerí nuevamente, y no se me escapó la pequeña sonrisa en la cara de la pelinegra.

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

En la universidad, aceptaron mis trabajos y proyectos, asistí a las clases que tenía por la tarde y regresé cansada por la noche. Mi teléfono había muerto hace un rato, y había olvidado mi cargador en casa, así que en cuanto llegué al edificio, me apresuré a dejar la motocicleta en el garaje y subir.

Vienna estaba cocinando la cena. Amaba cocinar, y lo hacía de maravilla, lo cual era genial porque yo, la verdad lo detestaba, a menos que fueran postres; solía amar la repostería, aunque hace mucho que no la practicaba.

— Ahí estás, Lando estaba preocupado porque no contestabas sus mensajes.

La miré extrañada. — Mi teléfono murió... ¿Hablaste con Lando?

Ella se encogió de hombros. — Le pidió a Charles que me preguntara.

— Así que hablas con Charles... — Dije divertida.

— Cállate y ve a contestarle a tu novio. — Dijo mientras ponía los ojos en blanco.

Yo me reí mientras me dirigía a la habitación. — No es mi novio.

— ¡Lo que tu digas!

En cuanto conecté el teléfono, me metí a darme una ducha. Quince minutos después salí del baño con una toalla alrededor de mi cuerpo, y mi teléfono sonando con las notificaciones que llegaban todas a la vez.

Me acerqué para ver los mensajes de Lando y sus llamadas. Ignoré todo lo demás mientras marcaba su número.

— Estás viva, es bueno saberlo. — Dijo al contestar, causando que yo me riera.

— Lo siento, mi teléfono se quedó sin batería, estaba en la universidad.

— ¿Ya volviste? Acabas de llegar, deberías descansar.

— No puedo, ricitos. En nada salimos de vacaciones, no me puedo perder más clases antes de los finales.

El suspiró. — Odiaba los finales cuando era jóven.

Yo me reí. — Ya, ¿No es raro no haber ido a la universidad? — Le pregunté mientras me cambiaba.

— Un poco, aunque no puedo decir que me arrepienta, mis años en la secundaria fueron raros, era difícil hacer amigos cuando me pasaba la mitad del tiempo viajando. La mayoría de mis amigos son de karting, ya que con ellos pasaba más tiempo. — Suspiró y sentí como se quitaba los zapatos, supuse que para recostarse en su cama. — Nunca tuve la típica experiencia en secundaria, así que no sé como extrañar o añorar los años universitarios.

Asentí aunque no pudiera verme. — Tuviste una infancia particular, anotado. — Ambos reímos. Me recosté en mi cama al terminar de cambiarme. — ¿Cómo te fue hoy?

— ¿Después de la incómoda reunión? — Preguntó con sarcasmo y yo no pude evitar reír. — Bien, grabamos algunos videos con Oscar, y el video anual del santa secreto ya está listo.

— ¿Qué te dieron? — Pregunté interesada.

— Lo siento, los fans tienen que esperar hasta que se publique para verlo.

Abrí la boca indignada. — Eres un cabrón, tu verás con cuál de tus fans duermes, Norris.

Y le colgué.

Porque soy una dramática, si ¿Y que?

Aunque me llamó de nuevo, y mandó mensajes, lo ignoré poniendo el teléfono en silencio, para irme a dormir, ya que mañana debía despertarme temprano.

Al día siguiente, me desperté y me duché para poder ir a clases, cuando salí, Vienna ya estaba despierta, y sonreía divertida.

— Buenos días, ¿Qué sucede? — Le pregunté extrañada.

Ella señaló la mesa, dónde había un ramo de flores. — Llegaron hace unos minutos, mientras te duchabas.

Me acerqué extrañada y admiré las flores, era un ramo de peonias rosadas, y en el medio, había una tarjeta.

"Perdóname, rayito. Te extraño demasiado como para no hablar contigo, prometo que ninguna fan se compara a ti.

P.D.: Que te vaya bien en la universidad hoy

Lando."

Sonreí como una idiota mientras olía las flores, y buscaba un jarrón para poder ponerlas en agua.

— ¿Cómo sabe mi dirección? — Pregunté entonces y Vienna soltó una suave risa.

— Puede que yo lo haya ayudado, solo un poquito.

Puse los ojos en blanco divertida, mientras buscaba mi teléfono para poder llamarlo, sorprendentemente, considerando la hora, respondió al instante.

— Es muy difícil enojarse contigo, ricitos.

El rió del otro lado. — ¿Te gustaron?

— Me encantaron. — Confirmé moviéndome por la cocina, al igual que Vienna, que empezaba a preparar el desayuno.

— Zak dice que si todo sale bien, podemos irnos el jueves. — Dijo contento. — Podría llegar a Oxford el viernes y pasar un par de días allí, luego lamentablemente tengo que ir a Woking, a la fábrica, y tengo algunas ceremonias más a las que asistir. Aparte de mi madre, que ya está reclamando por verme.

Suspiré al escucharlo. — Me encanta la idea de verte, incluso si es solo por un par de días.

— Tranquila rayito, nuestro viaje de año nuevo sigue en pie.

Me reí y vi como Vienna ponía los ojos en blanco, lo que me hizo sacarle el dedo medio. — No olvides que tienes que darme una pista de a donde iremos al menos, para poder empacar.

Esta vez el que rió fue él. — Lo haré, tranquila. — Lo escuché bostezar. — Oye rayito, sabes que te quiero, pero me gustaría dormir un poco antes de ir a trabajar.

Me reí. — Esta bien ricitos, ve y descansa, te escribiré cuando salga de clases. Te quiero. — Murmuré la parte final.

— Yo te quiero más.

Colgamos segundos después, y me reí ante la expresión sorprendida de Vienna.

— Le dijiste que lo quieres. — Dijo sin creérselo.

Si. Quizás me había olvidado de contarle algunos detalles. — Ya, bueno. Tu no me cuentas todo lo que pasa con Charles.

Ella bufó. — Porque no pasa nada con Charles. No compares eso con lo que hay entre Lando y tú.

— ¿Osea que si hay algo?

— Que no, no hay nada. Olvídalo ya.

✯· ✧· ✧· ✧· ✯ 

Feliz Año a todxs!!! Espero que independientemente de cómo haya sido su 2023, su 2024 sea mil veces mejor.

Gracias por todo el apoyo que me han dado con este proyecto; espero que lo sigan disfrutando tanto como yo. <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro