Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 43

✵ꕥ Cassandra Mueller –

— No me importa que estés haciendo justo ahora, quiero que te vistas más linda de lo que ya estás y me digas que irás al club a celebrar.

La voz de Vienna en la otra línea me hizo reír.

— Si Vee, con Lando iremos en un par de horas.

— Genial, te veo ahí.

— ¿Tu con quien irás?

Escuché que reía suavemente. — Te veo luego, Cass. — Dijo divertida antes de colgar.

— Cabrona. — Le dije al teléfono causando que Lando que estaba recostado en la cama mirándome, se riera.

— Creo que ambos sabemos con quien ira, ¿Oh no rayito?

Me encogí de hombros. — Si, pero quería que ella me lo dijera.

El se volvió a reír mientras me atraía hacia el, volviendo a recostarme en la cama.

— ¿Y si no vamos a la fiesta y nos quedamos aquí? — Preguntó.

— Vienna me matará. — Dije riendo. — Aparte, mereces celebrar, la temporada oficialmente ha terminado.

El suspiró. — Bien, pero no me quiero quedar hasta tarde.

— Eso esta bien por mí. — Concordé con el y no se tardo en unir nuestros labios, besándome.

Me estaba volviendo adicta a sus besos.

— ¿Cuando volverás a Oxford? — Preguntó.

— Con Vee regresamos pasado mañana.

No había vuelto a hablar con Vienna sobre lo que pasaría luego del viaje, pero ella tampoco lo había hecho, así que supuse que se quedaría conmigo.

Me encantaba la idea, desde niñas habíamos planeado vivir juntas cuando fuéramos a la universidad, y poder cumplirlo después de todo lo que había pasado sonaba como algo demasiado bueno.

— ¿Vivirán juntas? — Preguntó Lando mientras se levantaba, para poder empezar a buscar que ponerse esta noche, ya se había bañado en el paddock, antes de venir.

Asentí con mi cabeza mientras también me levantaba. — Sí, vivirá en mi departamento. — confirmé mientras me dirigía hacia el baño.

Lando me tomó de la muñeca y me atrajo hacia el, dejando un nuevo beso en mis labios.

Yo lo seguí encantada por algunos segundos, para luego separarme y sonreír.

— No me retengas más, o llegaremos tarde.

El se rió y me dejo ir, me metí en el baño y cerré la puerta, para poder empezar a arreglarme.

Una hora y media después, había terminado de arreglar mi cabello y mi maquillaje.

Lando estaba sentado en el sillón, mirando su teléfono. Hace un buen rato que el piloto estaba listo, aunque no se había quejado por mi demora ni una sola vez.

Había optado por un conjunto negro; la blusa tenía mangas largas y un cuello algo alto, aunque era corta, dejando a la vista mi ombligo. La falda a juego, era ajustada y tenía textura, con pequeños pliegues al final. Me había puesto pantimedias negras y tacones a juego. Era un outfit simple, pero me gustaba como me quedaba y me sentía segura.

— Bien, ¿Nos vamos? — Dije captando su atención, dejo su teléfono a un lado y subía su mirada, recorriéndome con ella de forma intensa.

Lo vi tragar saliva mientras sonreía. — Serás la estrella de la fiesta, rayito.

Me reí mientras tomaba mi bolso. — Eres un exagerado.

— Lo digo enserio, estás hermosa. — Se acercó para besarme, aunque me alejé antes de que pudiera hacerlo.

— Me arruinarás el labial.

Lo vi fruncir la nariz, nada contento, y se veía tan tierno que solté una pequeña risa. — Deberían existir labiales a prueba de besos.

Su comentario me hizo soltar una carcajada. — Estoy segura de que existen.

— Pues te los comprare todos, en todos los colores. — Dijo serio y yo solo pude reír de nuevo.

— Vamos ricitos, luego puedes planear como gastar tu fortuna.

El entrelazó su mano con la mía mientras salíamos de la habitación de hotel. Aunque era la suya, todo mi equipaje estaba ahi, por lo que prácticamente la habíamos empezado a compartir.

Bajamos al garaje en el elevador y nos dirigimos a su auto.

— ¿Puedo conducir? — Pregunte con una sonrisa.

El me miró aún sonriendo, y con un suspiro dramático me tendió las llaves, sorprendiéndome. — No nos mates, por favor.

Solté un chillido de emoción mientras me dirigía al lado del conductor, aun sin creerme que me dejara conducir.

En cuanto estuvo en el asiento del copiloto, se coloco al cinturón de seguridad y me sonrió.

Yo no tarde en retroceder, para salir del garaje. Una vez en la calle, acelere un poco mientras veía la dirección del GPS.

— Oh vamos, si me lo vas a pedir para conducir como una abuela...

No lo deje terminar de hablar cuando pise a fondo el acelerador, cruzando los limites de velocidad mientras tomaba una curva para cambiar la dirección de las calles.

Me reí cuando vi como se agarraba de la parte superior del auto, con algo de susto en sus ojos.

— Estás completamente loca, Cassandra.

Me reí de nuevo. — Ya, por eso te gusto.

El asintió. — Me encantas.

Llegamos al club privado que los pilotos habían reservado, aunque había algunas personas que no reconocía, la mayoría eran parte del mundo de Fórmula 1, lo que les permitía a los pilotos celebrar sin preocuparse por la prensa o porque alguien los reconociera.

Me senté con Lando en la mesa donde estaban Vienna y Charles, saludándolos a ambos.

— Hoy vas a beber todo lo que no hemos bebido en estos meses. — Me dijo la pelinegra de forma seria.

Yo me reí mientras asentía con la cabeza. — Claro, ya tengo quien me lleve al hotel después.

Lando no dijo nada, simplemente paso su brazo a través de mis hombros, y dejo un beso en mi cabello.

— Estas hermosa, Cass. — Dijo Charles, divertido.

— Gracias Lord Perceval. — Lo llame por el apodo que tanto me gustaba, causando que todos rieran. — Tu tampoco te ves nada mal. — Le guiñe el ojo y sentí como Lando se acercaba mas a mí, presionándome contra el.

Me acerque un poco para susurrarle. — No seas celoso, ricitos. A mí solo me gustas tú.

El sonrió de nuevo y esta vez el se acercó a mí. — También soy el único que te hace gemir.

Mi sonrisa se congeló al escucharlo tan cerca, su respiración haciendo contacto con mi cuello. Trague saliva mientras doblaba mis piernas bajo la mesa.

Malditas hormonas.

— Cabrón. — Le contesté mientras me levantaba de mi asiento, y le sonreía a mi amiga. — Vee, bebidas, vamos.

Ella sonrió encantada y me siguió, dejando atrás a un Charles con un puchero al tenerla lejos.

Nos acercamos a la barra y pedimos nuestras bebidas, mientras George y Cisca, que acababan de llegar, nos saludaban.

— Así que, ¿Charles? — Pregunté mientras esperábamos por las bebidas.

Ella se encogió de hombros. — Es solo diversión.

Asentí en silencio. No me metería, dejaría que ellos descubrieran las cosas por si mismos. Pero había que ser ciego para no darse cuenta de como ambos se miraban.

— Oye, Cass... — Empezó la pelinegra y yo la mire con atención. — Cuando volvamos a Oxford, yo no se si te molestaría que yo, ya sabes-

No la deje terminar antes de soltar una carcajada y poner los ojos en blanco. — No seas idiota, claro que te quedarás conmigo, no hay ningún problema, de hecho quiero que lo hagas.

Ella sonrió mientras asentía, mucho mas tranquila que segundos atrás.

— Eso si, no estaré para Año Nuevo, lo siento.

Ella me miro confundida. — ¿Volverás a California?

— Dios no, viajaré con Lando, por un par de días.

Ella sonrió. — Así que es algo serio nivel viajes juntos, genial.

Me reí nerviosa. — No lo sé, hemos hablado de eso muchas veces, hemos sido sinceros en que nos queremos cerca el uno al otro, pero aún no le hemos puesto un nombre. — Me encogí de hombros. — No creo que lo necesitemos de cualquier forma.

— Creo que pronto te lo pedirá, de cualquier forma.

Yo asentí, alegre ante la idea.

— ¿Pasarás navidades conmigo?

— Pues claro, ni si quiera se a donde iré o cuando, pero será después de navidad, tranquila.

Ella asintió y en cuanto llegaron nuestros bebidas volvimos a la mesa, donde ya habían llegado más pilotos.

Era gracioso, habían alquilado todo el lugar, pero aún así estaban todos en una sola mesa. No dude en sentarme en el regazo de Lando, ya que no había mas asientos. El no refutó, sino que sonrió y apoyó su mano en mi vientre.

No me perdí como Vienna también se sentaba en el regazo de Charles, que la miraba de perfil y sonreía embobado, aunque la pelinegra ni si quiera lo notaba.

La mirada de Lando se oscureció, al ver a su hermanita en el regazo de el británico de Mercedes, aunque mi mano fue a la suya, antes de que hiciera algo.

— Relájate, son amigos y ya no hay mas asientos.

El solo bufó molesto y yo me reí.

— No seas un hermano mayor celoso.

— No estoy celoso, solo no me gusta verla así con los idiotas. Y George es un idiota.

Yo me reí y dejé un beso en su mejilla. — Te quiero, ricitos.

El sonrió y me dio un corto beso. — Yo te quiero más, rayito.

Al poco rato, mientras todos conversaban y reían, Vienna me miró y sonrió, mientras señalaba la pista de baile, donde ya habían personas.

Yo sonreí y asentí mientras me levantaba del regazo de Lando, dejando un casto beso en sus labios.

Seguí a Vienna y señalé a Cisca, que con una sonrisa se acerco a nosotras.

— Lily, ¿Vienes? — Le pregunté a la chica que miró a su novio y sonrió.

— Claro, vamos. — Dejó un beso en la mejilla de Oscar y tomo su bebida para seguirnos.

Empezamos a bailar riendo, saltando y cantando las canciones. Pronto, Vienna se acerco a mi y puso sus manos en mi cintura, empezando a bailar conmigo, como solíamos hacerlo, le seguí el ritmo, pegándome a ella mientras bailaba.

El silbido de alguien me hizo desviar mi mirada, encontrando a Pierre sonriéndonos a ambas. — Si se besan, les juro que voy a desmayarme por lo buenas que están.

Solté una carcajada. — Eres un completo idiota, Gasly.

— Yo no estoy en contra de lo que dice Pierre. — Dijo Daniel, que se había acercado.

Cisca se rio y negó con la cabeza. — Todos son unos idiotas.

— No todos. — Dijo Charles ofendido y Vienna lo miro divertida.

— ¿Ah no? ¿Ósea que no te pondría que me besara con Cass?

Vi como el monegasco tragaba saliva y desviaba su mirada, tratando de buscar ayuda en alguien más. Mi atención se desvió a Lando, que también nos miraba curioso, aunque con una sonrisa y sus labios entreabiertos.

Le guiñé el ojo y el solo negó con su cabeza, de forma divertida. Me acerqué a Vienna y puse mi mano en su cintura, acercándome a ella. La pelinegra rió suavemente mientras empezaba a bailar conmigo de nuevo. Ninguna le prestaba atención a nadie más, aunque podíamos sentir el peso de las miradas sobre nosotras.

Me di la vuelta, quedando de espaldas contra ella para empezar a mover mis caderas y bajar mi cuerpo; mientras su mano iba a mi mandíbula, haciéndome subir de nuevo, antes de girarme de nuevo y acercarme para susurrar en mi oído.

— ¿Por los viejos tiempos? — Murmuró y yo reí.

— Siempre, guapa.

Y eso fue todo lo que necesito para juntar sus labios con los míos. No fue un beso corto, sino que mordió mi labio mientras mis manos apretaban su cintura. Cuando nos separamos, soltamos una carcajada antes de seguir bailando.

Segundos después desvié mi mirada de la chica frente a mí, para encontrarme a Pierre con la boca abierta, mirándonos fijamente. Charles jugaba con sus anillos mientras tragaba saliva, y Lando simplemente bebía de su vaso sin despegar la mirada de mí.

Deje a Vienna en la pista de baile con Cisca, que se había acercado a ella para seguir bailando, antes de ir con el castaño. En cuanto llegué me recibió con una sonrisa, y me senté en su regazo.

— Debo admitir que fue más caliente de lo que esperaba. — Murmuró luego de unos segundos, causando que yo me riera.

— ¿Ah sí? ¿Qué tanto? — Pregunté mientras movía mis caderas en un pequeño círculo sobre él. Su mano fue rápidamente a mi muslo, causándome un escalofrío ante el frío contacto.

— No juegues, Cassandra.

Amaba que usara mi nombre, amaba escucharlo decirlo.

— ¿Por qué? — Pregunté en un susurro en su oído.

— Porque estás jodidamente hermosa, acabo de verte besándote con tu mejor amiga, lo cual me puso muchísimo, y todo lo que quiero hacer es llevarte a algún lugar y follarte.

No me esperaba esa confesión. Me hizo contener la respiración por unos segundos. Joder.

— ¿Y que harías, ricitos? — Le pregunté, deseosa por escucharlo hablarme sobre eso, susurrarme lo que quería, ignorando que estuviéramos rodeados de gente.

El sonrió, engreído. Su mano suvió algunos centímetros, llegando al borde de mi falda.

— Te besaría, en los labios, y en el cuello, y me tomaría algún tiempo en tus pechos, porque me encantan. — Dejo un beso en mi cuello mientras suspiraba. — Mis dedos estarían en ti, rayito; y no pararía hasta que estuvieras rogándome que te follara, desesperada por tenerlo.

Un gemido abandonó mis labios sin que pudiera detenerlo.

El soltó un quejido al escucharme. — Cass, te lo suplico, deja de hacer esos ruiditos cuando no puedo tenerte.

Me reí y besé su mandíbula. — Quizás me olvidé de mencionar que ya no estoy más en mis días. — Murmuré y vi el momento exacto en el que su mirada se oscureció.

— Salgamos de aquí. — Me dijo serio, lo cuál me hizo reír de nuevo, mientras negaba con la cabeza.

— Nos quedaremos y disfrutaremos la fiesta.

El se volvió a quejar, mientras empezaba a besarme. — Yo solo quiero disfrutar contigo...

— No seas un idiota, Norris. Dormiré en tu habitación, tranquilo.

El solo puso los ojos en blanco mientras se alejaba unos centímetros. — No te prometo que te vaya a dejar dormir demasiado.

— Cuento con eso. — Bromeé y dejé un corto beso en sus labios antes de levantarme y alejarme, de vuelta a bailar con las chicas. 

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

• • •

• • •

liked by: landonorris, pierregasly, vee_03, charles_leclerc, oscarpiastri and 18,472 others.

cass_04: End of the Season

View all 9,650 comments

vee_03: Soy la mejor fotógrafa, ya lo sabía

cass_04: ♡

landonorris: ♡♡

*A cass_04 le ha gustado tu comentario*


✯· ✧· ✧· ✧· ✯ 

Gracias por leer <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro