
Capítulo 41
✵ꕥ Cassandra Mueller –
Cuando desperté con el sonido de mi alarma de fondo, cerré mis ojos con fuerza, dispuesta a ignorarla y seguir durmiendo.
Pero a los pocos segundos, con un quejido, me levanté de la cama.
Porque hoy iba a ser un buen día, yo misma me lo había propuesto.
Así que me apresuré a ducharme y cambiarme; un pantalón de mezclilla, con un crop top rojo y una chaqueta de Red Bull encima, junto con zapatillas blancas y un gorro de la misma escudería fue lo que elegí para el día de la Quali.
Mientras me maquillaba le mandé un mensaje a Lando, para que desayunáramos juntos antes de irnos al Paddock, y obtuve su respuesta segundos después, haciéndome sonreír.
Cuando estuve lista me dirigí al restaurante del hotel, para ya encontrar al piloto sentado, esperándome.
Me acerqué con una sonrisa y dejé un beso en sus labios, que aunque lo tomó por sorpresa, no se tardó en seguir. Me alejé poco después y me senté frente a él.
— Estás de buen humor hoy. — Comentó y yo asentí.
— Lo estoy. — Confirmé y deje que mi mano se acercara a la suya, tomándola sobre la mesa, mientras veía el menú, para elegir que pedir.
— ¿Irás al Paddock conmigo? — Preguntó tomándome por sorpresa.
Puede que para otras personas no fuera la gran cosa, pero llegar con él al Paddock era muy diferente a simplemente verlo ahí. Aún así, no me deje acobardar, y asentí con una sonrisa.
— Si es lo que tu quieres...
El asintió sin dudarlo. — Claro que es lo que quiero, solo no sabía como pedírtelo.
Me reí ante sus nervios. — ¿Qué pedirás?
— Creo que fruta, no puedo comer gran cosa antes de las carreras o clasificaciones, estoy demasiado nervioso.
Me reí ante el dato curioso. — Que tierno eres cuando quieres, ricitos.
Charles llegó antes de que Lando pudiera responderme, conversando con Vienna, y se sentaron en la mesa a un lado de la nuestra.
No tardaron en acercarse a saludar. Vienna dejó un beso en mi mejilla y un apretón en mi mano. Solo un poquito más de fuerza.
Amaba como, incluso luego de tanto, siempre sabía como hacerme sentir mejor.
Más valiente.
— Yo pediré panqueques, muero por unos, desde hace mucho. — Confesé y Lando sonrió.
— Suena bien, mis favoritos son los de chocolate.
Fruncí el ceño. — Lo siento, pero los mejores son los de arándonos.
Esta vez quien frunció el ceño disgustado fue él, causando que yo me riera.
En cuanto pedimos, Lando volvió a mirarme.
— Ya sé que es tonto, pero siempre que haz estado en McLaren ha sido por invitación de Cisca, u Oscar... — Carraspeó. — Y me gustaría que esta vez estuvieras ahí por mí, escuchando mi radio quizás.
Sonreí con ternura y tomé su mano, acercándola para dejar un pequeño beso en ella. — Me encantaría, Lan.
Lando no tardó en jalarme del brazo, obligándome a levantarme, para luego atraerme hacia él y sentarme en su regazo, ocultando su rostro en mi cuello.
— ¿Por qué no dejamos el desayuno para otro día y vamos a mi habitación? — Murmuró mientras dejaba un beso en mi cuello.
Siseé mientras me alejaba un poco y negaba con la cabeza. — No puedes llegar tarde, aparte ya ordenamos, y enserio tengo mucha hambre.
— Me puedes comer a mí. — Dijo y yo me reí negando, consiguiendo un quejido de su parte. — Ayer no dormiste conmigo. — Hizo un puchero.
No pude evitar soltar una carcajada ante su drama, aunque me apresuré a besarlo, mordiendo su labio inferior y llevando mi mano alrededor de su cuello al escucharlo gemir en mi boca. — Te prometo que esta noche dormiré en tu habitación. — Le contesté al alejarme.
El asintió y volvió a besarme, de forma lenta y suave, cariñosa. Hasta que el carraspeo de alguien nos hizo separarnos, para encontrar a Charles y Vienna mirándonos divertidos.
— Hay gente que quiere comer. Consíganse una habitación. — Dijo el piloto y yo me sonrojé, algo avergonzada.
Aunque Lando lo miró sin inmutarse. — No te quejes, yo no podia dormir anoche, por tus gemidos que se escuchaban hasta en mi cuarto.
Vi el momento exacto en el que el piloto de Ferrari se sonrojó, y también como mi amiga se alejó un poco de él. Para segundos después levantarse y salir del restaurante, camino a los ascensores.
— Eres un idiota, Norris. — Le contestó Charles, antes de levantarse y apresurarse a seguir a Vienna.
Suspire mientras los miraba irse.
No entendía que carajos pasaba entre ellos.
Lando no tardo en atraer mi atención de nuevo, dejando un beso en mi mejilla.
— ¿Sabes si están juntos? — Preguntó interesado.
Me encogí de hombros. — Aunque no lo creas no se nada, Vienna se niega a contarme.
El suspiró. — Supongo que nos enteraremos cuando estén listos.
Yo asentí y vi como el mesero se acercaba con nuestros platos. Trague saliva mientras me bajaba del regazo de Lando, y en contra de su reproche volvía a mi asiento.
El olor de los panqueques recién preparados y la miel llenaron mis sentidos.
Trague saliva mientras colocaban el platillo frente a mí, y trate de sonreír cuando agradecí por ello.
Tome los cubiertos y partí un pedazo pequeño, llevándomelo lentamente a los labios, mientras trataba de concentrarme en la conversación con Lando.
Hoy seria un buen día.
Trague el primer bocado y seguí comiendo lentamente, concentrándome en todo lo demás.
Hoy seria un bien día.
─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───
Llegamos al Paddock tomados de la mano, incluso cuando la gente se acerco a pedirle autógrafos, y los periodistas se aproximaron con preguntas, no me soltó. Ni por un segundo.
Me mantuvo a su lado, como si perderme de vista por un par de segundos fuera lo peor que pudiera pasarle.
La cantidad de gente me dificultaba entender la mayoría de cosas que pasaban, pero me pareció escuchar a uno de los periodistas preguntándole a Lando quien era yo.
En cuanto llegamos al garaje, se apresuró a llevarme a su habitación, y en el momento en que la puerta se hubo cerrado tras de mí, me besó.
No refute, le seguí el beso y jadee cuando mordió mi labio, su mano se dirigió a mi trasero, apretándolo con fuerza y causando que otro jadeo saliera de mi garganta.
Me alejé un poco, divertida por su actitud.
— ¿Tan emocionado?
El también se rio, aun sin soltarme. — Nervioso, mejor dicho.
Asentí. — ¿Siempre estas nervioso antes de subir al auto?
— Supongo que si. — Se encogió de hombros. — No como solía estarlo las primeras veces, pero siempre hay algo de nervios, aunque también adrenalina, y emoción, concentración sobre todo.
Esta vez yo fui la que asintió, mientras me acercaba y dejaba un beso en su cuello. — No queremos que estés nervioso, ¿Oh sí? — pregunte jugando, mientras mis besos bajaban por su cuello con pequeños mordiscos.
— ¿Y como lo resolveremos? — Preguntó el siguiéndome el juego, mientras su cabeza se inclinaba hacia atrás, dándome mayor acceso a su cuello.
Mis manos viajaron a través de su pecho y lo bese nuevamente, de forma rápida, para luego morder el lóbulo de su oreja y susurrar.
— Eso déjamelo a mí. — Antes de que pudiera contestar, el no tardo en sentarse al ras de la pequeña cama que tenía cada piloto en su cuarto, para sentarme a mi en su regazo.
Y noté como es que el castaño ya estaba mas que excitado. Después de todo, estaba sentada justo encima y no hay manera de que no lo sintiera. Lando se sonrojó cuando lo mire divertida y se mordió el labio. Antes de que pudiera siquiera comenzar a decir algo el piloto apretó mis caderas contra su creciente erección.
— Joder, Cass. — Maldijo y apretó con más fuerza mis caderas, su boca dejó escapar un jadeo sin aliento.
En un abrir y cerrar de ojos, Lando presionó sus labios sobre los míos y empujó su lengua, provocándome un gemido ante el contacto. El beso fue descuidado y hambriento. Podía sentir al británico temblar bajo mis dedos, en su cuello. El roce se estaba volviendo desesperado al igual que los besos. Ambos jadeábamos. Me abalancé para compartir otro beso con Lando antes de romperlo y arrastrarme hacia abajo, dejando besos sobre el cuello, la clavícula y el inicio de su pecho, aun cubierto por su camiseta.
Cuando llegue a la altura de su entrepierna, levanté la vista sin estar segura de si continuar. Lando asintió frenéticamente, sabiendo exactamente lo que rondaba mis pensamientos. En cuanto obtuve luz verde, me apresure a quitar sus pantalones y arrodillarme frente a él, empecé a dejar besos en sus muslos Lando metió una mano en mi cabello, apretándolo, mientras yo mordía el interior de su muslo, lo que le valió un gemido delicioso por parte del británico.
Sus ojos brillaron al verme de rodillas en frente de él.
Toques en la puerta hicieron que mi mirada se dirigiera a él.
— Lando, 20 minutos para las prácticas libres.
Vi la frustración en su rostro, mientras sus manos se dirigían a sus pantalones, dispuesto a volver a colocárselos y salir, pero mi mano en su muslo lo detuvo.
Con mi mano le indique que contestara mientras yo me mantenía en silencio.
— Bien, si, ahora salgo. — Contestó nervioso y yo contuve una risa.
Mi dedo indice se dirigió a mi labios, indicándole que se mantuviera en silencio, obteniendo un simple asentimiento por su parte.
Me apresure a quitar su ropa interior y envolví mis dedos alrededor de su miembro, lamiendo el líquido preseminal, haciendo que Lando gimiera ruidosamente, aunque trató de silenciarse llevando su puño a su boca. Después de lamer, lo tomé en mi boca sin previo aviso, mi cabeza moviéndose hacia arriba y hacia abajo a un ritmo veloz.
Pude ver como mordía su labio y cerraba sus ojos, mientras una de sus manos se apoyaba en la cama, y la otra se mantenía en su boca.
Sin esperar demasiado lo envolví con mis labios, sonriendo al escuchar el gemido entrecortado que trato de retener cuando moví mi lengua.
Luego de unos segundos deje un beso húmedo encima de su punta, antes de volver a subir, con la mano todavía masturbando a Lando. Una vez que estuvimos nuevamente cara a cara, junté sus labios con los míos, Lando agarrando mi camiseta, tratando de acercarme más a él como si fuera posible, dejando sus gemidos ser ahogados mientras me besaba.
— Mierda, Cass. — Gimió mientras mi mano aun se movía sobre su miembro. Escucharlo gemir hizo que volviera a bajar y tomara al piloto en mi boca una vez más. Mi cabeza se movía arriba y abajo, tratando de hacer que Lando se corriera lo más rápido posible.
Una de sus manos se dirigió a mi cabello, para empezar a guiarme, marcando el ritmo. Lo seguí tal cual el deseaba, tomando casi por completo su miembro en mi boca.
Con los segundos que pasaban, sus gemidos se hacían un poco mas audibles, logrando que sonriera triunfante.
Mi mano se dirigió a su base, tomando lo que no entraba en mi boca, mientras mis labios se cerraban entorno a él. Su mano en mi cabello lo tenia tomado como si fuera una coleta y había encontrado el ritmo perfecto.
Lando gimió, sus caderas comenzaron a moverse lentamente, chocando contra mi garganta.
Nuevos toques en la puerta. — Lando, 10 minutos, sal de una vez.
La voz se alejó tan rápido como apareció, y mis movimientos en los suyos se volvieron mas rápido, logrando que en pocos segundos el chico llegara al orgasmo.
Me aleje con una sonrisa, que se agrandó al escuchar un ultimo gemido salir del chico, al verme tragar.
— Joder, eres perfecta. — Dijo y me tomo por la cintura, acercándome a él y besándome son fuerza.
Le seguí el beso por unos segundos antes de separarme.
— Apresúrate, ya debes salir.
El asintió mientras empezaba a vestirse con el uniforme de la escudería, aun con la respiración agitada.
— Ojalá vinieras a todas las carreras, rayito.
Solté una carcajada mientras peinaba mi cabello con mis dedos, tratando de arreglarlo.
El termino de vestirse y se acercó para besarme una última vez.
— Te veré luego.
— Te veo luego ricitos, estaré escuchando. — Sonrió ante lo que dije y salió de la habitación, yo espere algunos minutos para salir y acercarme a su ingeniero, que ya estaba enterado de que estaría en la radio de Lando hoy.
Las prácticas fueron bien para ambos McLaren, dejando a Lando en P2, lo esperé en el garaje mientras bajaba de la monoplaza, como se lo había prometido, y no tardo en acercarse y abrazarme, cosa que recibí con gusto.
Estuvimos un rato con sus ingenieros, mientras el hablaba sobre como había sentido el auto, y luego una de las reporteras que deambulaba por los boxes se acercó. Lando me dio una sonrisa antes de empezar a responder preguntas sobre la Quali y como pensaba que podría ir para McLaren.
— Dinos Lando, muchos fanáticos aseguran haberte visto llegar con una chica al Paddock, ¿Podríamos decir que oficialmente Lando Norris esta fuera del mercado?
Fruncí la nariz al escuchar la pregunta de la reportera, "fuera del mercado" sonaba como una expresión algo ruda para referirse a una persona. Pero Lando pareció no estar sorprendido por la pregunta, y se mantuvo tranquilo todo el tiempo.
— Lo siento, pero por ahora prefiero mantener mi vida privada en privado. Mi prioridad ahora es conducir y terminar esta temporada de la mejor forma posible.
La reportera asintió, aunque se notaba que no estaba nada feliz por la respuesta evasiva del piloto. Aun así luego de una pregunta más se despidió agradeciéndole a Lando y alejándose de McLaren.
El piloto no tardo en volver a acercarse a mi, aunque de forma cautelosa, por lo que no tarde en sonreírle para que notara que no estaba molesta.
Nos dirigimos a su habitación en el garaje sin dejar de conversar, y al cerrar la puerta no tardo en besarme.
— Lamento lo que pasó.
Lo mire confundida. — Tu no hiciste nada, ricitos. — Me encogí de hombros. — Aparte, lo siento yo porque intenten meterse en tu vida. De alguna manera estoy estudiando para hacer lo mismo. — Bromeé.
Y era cierto, estaba estudiando periodismo, era lo que me apasionaba, pero debía admitir que había cosas de la carrera con las que no estaba de acuerdo.
El asintió. — Igual me gustaría hablar sobre eso, ya sabes. — murmuró. — Te quiero a mi lado durante las vacaciones, y en definitiva quiero que vengas a las carreras, pero la gente preguntará y quiero saber que hacer, no incomodarte.
Amé eso.
Amé que planeara a futuro y que yo fuera parte de cada plan.
No pude contener mi sonrisa ante la idea de estar a su lado el próximo año. También me gusto como se preocupaba por como me sentiría yo.
¿Que clase de lotería gane para tener a alguien como Lando a mi lado?
— No quiero apresurarme a sacar conclusiones. — Admití. — ¿Por qué no pasamos las vacaciones juntos como planeamos, y ya vemos que pasa la siguiente temporada?
El asintió de acuerdo y volvió a besarme.
— Oye Cass...
Lo mire interesada. — ¿Si, rayito?
Se acercó a mi oído mientras dejaba besos en mi cuello. — Creo que estoy nervioso por la Quali.
Solté una carcajada mientras lo besaba con desespero.
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LLEGAMOS A 10K!!
No puedo creerlo, de verdad no se imaginan lo agradecida que estoy.
Una disculpa por el capítulo de ayer, no tenía mi computadora conmigo y Wattpad no me estaba dejando publicar por el teléfono; avisé esto en mi historia de Instagram, así que quizás deberían ir a seguirlo, digo...
Espero que les haya gustado este capítulo y que les esté gustando el libro en general, gracias por cada voto y comentario.
10 Mil gracias <33
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