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Capítulo 22

Si aún no lo hacen, no olviden seguir las redes sociales de la historia: @n0rris08 en Instagram y Tiktok. Ahí anuncio cuando subiré capítulos, así como algunos videos y fotos sobre el libro <33

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✵༄ Lando Norris – 

Con los chicos habíamos salido a cenar todo juntos, ya que las prácticas habían acabado. Todos estábamos emocionados, algunos más que otros, pero después de todo una pista nueva no sucedía cada año.

Mientras comíamos, el teléfono de Logan empezó a sonar sin parar, causando que todos lo mirarámos confundidos. El piloto lo revisó y suspiró.

— Lo siento, se me había olvidado silenciar esta cuenta de instagram. No la uso desde el año pasado, no se porque... — Se quedó callado un segundo, y luego entreabrió sus labios con sorpresa. — Joder.

— ¿Todo bien? — Le preguntó Oscar.

Logan nos miró a mi, a Pierre y a Oscar antes de hablar. — Bueno... Cass está en Estados Unidos.

La mirada de Oscar se alegró, mientras que la de Pierre se ensombreció un poco, todos sabíamos que la distancia entre la rubia y el francés le había dolido.

Yo por otro lado, no entendía cual era el alboroto. — ¿Y que tiene eso?

Carraspeó. — ¿Recuerdan los rumores que les conté hace meses en el club, cuando celebramos el cumpleaños de Cassandra? — Todos los que estuvimos esa noche, asentimos. — No pisaba Estados Unidos desde lo sucedido, al menos no que nadie supiera... Y como les dije es bastante popular entre la "Élite" de California, así que es una gran noticia, sobre todo porque nadie sabe que pasó realmente.

— ¿Creen que venga a la carrera? — Preguntó esperanzado Oscar, y pude ver de reojo como Pierre mordía su labio, nervioso.

No importaba cuan enojado fingiera estar, todos sabíamos que solo estaba dolido, y que la extrañaba mucho. Pierre había tenido meses difíciles, el día después de ver a Cassandra en el bar, cuando fuimos a la playa, había estado muy callado hasta que terminó explotando por tantas preguntas. Nos contó su discusión y aunque no fue su intención, no pude evitar sentirme algo culpable por ella.

Un tiempo después terminó con Kika.

Todo parecía salirle mal, y sabíamos que habían sido meses duros. Cassandra no era un tema de conversación diario, pero había habido ocasiones donde alguno la mencionaba, y todos éramos conscientes de cómo el ánimo del francés cambiaba ante ello.

También sabía que Oscar hablaba con ella. Al menos solía hacerlo.

Una vez lo atrapé escribiéndole, aunque fingí no haberme dado cuenta. No era de mi incumbencia de cualquier forma.

Sin embargo, ver la felicidad en el rostro de Oscar, me hizo sentir protector sobre él, como había sucedido desde que llegó a McLaren.

No quería que saliera herido como Pierre.

— Si esta en California, y nos enteramos por Logan, que se enteró por chismes... Dudo que lo haga Oscar. Habría escrito, ¿No crees?

La expresión del australiano decayó un poco. — Le escribiré para saber cómo está. — Nos sonrió de forma suave, antes de sacar su teléfono.

El silencio de la mesa fue interrumpido por el ruido de una silla, siendo arrastrada con fuerza contra el suelo.

Pierre se levantó y se alejó.

Y yo y Charles, no dudamos en seguirlo.

— Hey, calamar. — Charles puso su mano en el hombro del piloto, que había salido a la terraza del restaurante.

— No ahora, Char. Solo necesito estar solo.

— No lo mereces. ¿Sabes? — Mi voz fue dura, causando que ambos me miraran. — No deberías estar triste cuando ella decidió irse, y dejarte, dejarnos- dejarlos a todos. — Me corregí rápidamente. — Estoy harto de escuchar a Cisca triste porque la extraña, y estoy harto de verte a ti fingir que no te importa, cuando claramente te duele.

Charles trató de detenerme, pero yo seguí hablando.

— ¿Por qué? ¿Qué tiene ella de especial que hace tan importante su ausencia? Se fue, no le importó irse, así que deberían empezar a superarlo. Todos ustedes.

Pierre rió, de forma sarcástica. — Se fue, por tu culpa. — Se giró para mirarme fijamente. — Tus palabras hirientes, tus miradas despectivas, todo fue demasiado en algún punto, y lograste que se fuera. Si Cisca está triste, Oscar la extraña o yo estoy enojado es por tu culpa. No importa que haya hecho, no importan los rumores, era una buena persona Lando, y tu nos arrebataste eso por tu orgullo. Así que no vengas y me digas que lo supere, cuando podríamos seguir teniéndola en nuestras vidas.

Lo miré, herido. — La conociste por menos de una semana, pareciera que te enamoraste o algo, ni siquiera romper con Kika pareció importarte lo suficiente cómo-

Un golpe en mi mejilla me hizo callarme.

Pierre acababa de darme un puñetazo.

— Deja de ser un cobarde. Dices que yo "finjo que no me importa". Pero tu llevas meses fingiendo que no te sientes culpable, y llevas fingiendo que no te agrada desde que la conoces. Así que madura de una vez Lando. 

 ─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

✵ꕥ Cassandra Mueller –

La cena fue silenciosa, y con suerte había comido dos cucharadas de la sopa que habían preparado. El aura fría de la casa me causaba escalofríos. Odiaba estar aquí, y odiaba que todo el mundo supiera que lo estaba.

Owen llevaba abrazándome por horas, tratando de reconfortarme de alguna manera.

No era un idiota, sabía que había mucha historia que no le había contado, sin embargo no había si quiera intentado presionarme para descubrirla.

Cualquier pizca de tranquilidad, se desvaneció en cuanto escuché la puerta de la entrada siendo abierta.

Mi padre estaba aquí.

Suspiré y me levanté resignada, limpié mis labios con la servilleta de tela y la deje sobre la mesa, mi plato estaba practicamente intacto.

Al salir del comedor, vi a mi padre quitándose el saco del traje, y dejándolo en el perchero, carraspeé suavemente para hacerle notar mi presencia, y fingí una sonrisa.

— Hola, papá.

— Oh, Cassie, llegaste. Pensé que llegabas mañana, que sorpresa. — No era una sorpresa que no supiera cuando llegaba. Hace meses que no lo escuchaba llamarme Cassie. Lo odiaba.

— Si, fue algo no planeado, ya sabes, con todo lo del abuelo y...

— ¿Cómo van las clases?

Me contuve de poner los ojos en blanco. — Bien, van bien, no me perderé mucho mientras estoy aquí, estoy adelantada en la mayoría así que... — Una mano en mi cintura me ayudó a respirar. — Claro, emmm. Este es Owen, papá. Mi novio. Te hablé de él, ¿Lo recuerdas?

Mi padre apenas me había mirado, y cuando presente a Owen, no se molestó en levantar la mirada de su teléfono. — Oh si, el fotógrafo, ¿Verdad?

— Así es señor Mueller, es un gusto conocerlo. — Habló Owen, tratando de sonreír.

Mi padre no lo miró.

— Nos iremos a dormir, estamos cansados del viaje y mañana volveremos temprano al hospital así que...

— De hecho cariño, ya que estás aquí, deberías asistir conmigo al almuerzo de caridad mañana. Por supuesto tu... pareja, puede acompañarte. — No se me escapó el modo despectivo en que lo dijo, y tomó todo de mí no gritarle en ese momento.

— Lo siento padre, pero no vine por eventos sociales, solo para estar con mi abuelo.

— El no morirá porque no vayas un día, lo sabes.

— No lo haré.

Entonces si que me miró, el tono desafiante que había usado causó que se enojara. — Eres mi hija, estás bajo mi techo y vives de mi dinero cada día de tu patética vida Cassandra. Así que harás lo que yo diga. Ya fue muy complaciente al dejarte no volver aquí por verano. Si no quieres que todo eso acabe y estar de vuelta viviendo aquí en una semana, será mejor que obedezcas. Todo tu teatro de chica independiente se desvanecerá en el momento que yo lo vea conveniente, ¿Entiendes, cariño?

Mi respiración se entrecortó. Toda esta situación era como volver al pasado, a mis años de adolescencia dónde el controlaba todo lo que hacía, o al menos lo intentaba.

Me sentía como una niña, enjaulada en su torre de marfil.

Rodeada de lujos, que solo ahondaban más en su soledad.

Algo bueno de haber vivido esto antes, era que estaba acostumbrada, y sabía como arreglarlo. — Lo siento, no debí levantar la voz. Tienes razón... Sin embargo enserio deseo ver al abuelo mañana, padre.

Su expresión se suavizó, como siempre lo hacía cuando me "comportaba de la forma correcta".  Ambos sabíamos que no estaba arrepentida, así como ambos sabíamos que él no estaba menos enojado. Pero ambos actuábamos como si así fuera, porque era la manera correcta de comportarse, según él.

— Bien. Pero entonces vendrás conmigo al viaje de negocios. Mucha gente ya sabe que estás aquí, y si no te ven conmigo empezarán a hacer preguntas.

Mierda. No quería ir a un almuerzo con gente de California, que seguramente llevaría a sus hijos. No quería ser la atracción de la tarde.

Pero un viaje tampoco sonaba mejor. Había venido para pasar tiempo con mi abuelo, no para eventos sociales.

Suspiré resignada. — Claro padre. Puedo saber ¿A dónde iremos?

— Las Vegas. Partimos en la noche.

Lo miré confundida mientras se dirigía hacia las escaleras. — ¿Qué clase de negocio podrías tener tu en Las Vegas?

— Un simple evento social, nada importante, pero parece ser que habrá gente importante este fin de semana... — Cuando me miró de nuevo, la sonrisa que tenía en su rostro solo me confirmó una cosa.

Todos esos meses en Bristol, dónde no llamaba, cuando creí que le había dejado de importar y que no estaba siguiendo mis pasos.

Claro que lo estaba haciendo.

Claro que había sido informado de porque viajé a Silverstone. De la compañía que había tenido.

Sabía que mi excusa de un "viaje de amigas de último momento" había sido una gran mentira. Sabía que había ido a una carrera, cuando estaba estrictamente prohibido para mí; Dios no permitiera que su niña fuera vista en algo tan vulgar y varonil como las carreras de Fórmula 1.

Pero era demasiado tarde.

Lo sabía todo, y lo estaba usando para torturarme, para castigarme por haberme negado a ser la hija perfecta que su imagen necesitaba, porque esa era la verdad, nada importaba más que su imagen; su imagen de hombre de negocios y padre de familia.

El había enloquecido cuando se separó de mi madre, no porque la extrañara, no por mí, sino por la "imagen que eso daría". También era la única razón por la que había en algún punto peleado por mi custodia. No es como si mi madre hubiera ofrecido demasiada contrapelea, no estaba en las condiciones para hacerlo.

— Parece ser, cariño, que al final tus deseos de hace tantos cumpleaños se cumplirán. Iremos a ver una carrera de Fórmula 1. — La sonrisa de satisfacción era imborrable en su rostro, y me estaba dando naúseas de solo pensar en volver a pisar un Paddock. — Tu novio está, claramente, invitado también.

No me dejó responder, subió las escaleras y se encerró en la habitación.

Todo lo que quería hacer era ir a por mis cosas y salir huyendo.

Para nunca volver.

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

La mañana en el hospital fue reconfortante. Reírme con mi abuelo y Owen era un placer tan simple y hermoso a la vez, que quise quedarme en ese momento para siempre.

Deberíamos poder congelar los momentos, para volver a ellos cada que nos apetezca.

Pero todo lo bueno llega a su fin, a veces, mucho más pronto de lo que nos gustaría.

Nos fuimos del hospital horas después, le había contado a mi abuelo sobre el viaje al que iría con mi padre, y el había dicho que no me preocupara, que ya nos veríamos. Me había hecho prometer que me divertiría, y había prometido que al menos lo intentaría.

No podía borrarme de la cabeza una pequeña parte de nuestra conversación.

Owen había ido por café para ambos, y mi abuelo había aprovechado esa oportunidad para decirme algo.

— Te amo, mi niña. Pero no eres feliz con él.

Lo miré confundida. — Lo soy, abuelo. Ya no me siento sola y...

— Exacto, estás cómoda, pero la comodidad no es amor mi niña. — Suspiró mientras recordaba. — Cuando conocí a tu abuela, ella estaba llena de energía, ¿Me molestaba sabes? Siempre de un lado a otro, sonriendo, gritando, cantando. No la soportaba. Solíamos discutir todo el tiempo, a algunos de mis amigos les agradaba, pero no a mí.

Me reí al escucharlo, hace mucho que no lo escuchaba hablar de mi abuela, yo no tenía demasiados recuerdos sobre ella.

— Yo tenía una novia, era linda, muy linda. Pero cuando estaba con ella, cuando la besaba, no sentía ni la mitad de lo que sentía cuando discutía con tu abuela. — Sonrió, melancólico. — No te conformes con la comodidad, mi niña. Te mereces un amor que sea pasional, que sea dramático e increíble, que se sienta como una aventura cada día.

Después de eso, no había podido dejar de pensar en las palabras de mi abuelo, y mientras salíamos del hospital, un mensaje en mi teléfono, el cuál no había encendido desde el día anterior, me sorprendió de camino a casa. La foto de Oscar brillando en la pantalla, cuando lo abrí.

"Estás en Estados Unidos."

"¿Vendrás?"

No era una pregunta, sino una afirmación, ¿Cómo podrían ellos saberlo? Una cosa eran los adolescentes y jóvenes ricos de California, y otra los pilotos de Fórmula 1. Los chismes no llegaban a ellos... O eso creía.

Elegí no preocuparme por ello, y tratar de cumplir la promesa que le hice a mi abuelo, divertirme.

"Hola a ti también, Piastri"

"Lo estoy, y sí, parto en la noche hacia Las Vegas..."

"No pude ver las prácticas hoy, ¿Qué tal les fue?"

Su respuesta, llegó mucho más rápido de lo que esperaba, considerando que a mí me había tomado casi un día entero.

"Bueno la primera acabó muy rápido, hubo un problema con el auto de Carlos"

"¿Él esta bien?"

"Si, fue solo un susto, pero nuestros resultados no fueron buenos"

"Yo quedé P17... a Pierre le fue mejor"

"P11"

"Charles quedó P1"

"Lando quedó P15, por cierto"

Sonreí triste al leer el resultado de Pierre, y puse los ojos en blanco ante la mención de Norris, desde hace algunas semanas, Oscar había decidido informarme también sobre su compañero de equipo cada vez que hablábamos.

Y era irritante.

Porque no me importaba ni lo más mínimo.

"Y la segunda práctica?"

"Los Ferrari arrasaron, P1 y P2"

"Yo quede P14 y Pierre detrás de mí."

"Bien, mañana será mejor..."

"Y si no lo es, siempre podremos ir por un helado"

"¿No?"

"Por supuesto."

"Lo estoy deseando."

"Te extrañamos mucho, Cass"

Sonreí al leer sus mensajes y apagué el teléfono.

Tenía que empacar.

Y no podía estar más emocionada y nerviosa a la vez por ello.

Porque luego de algunos meses, y de muchos cambios, volvería al Paddock.

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LLEGAMOS A 1K DE LECTURAS

No puedo expresar lo feliz y emocionada que estoy, no me esperaba esto para nada y mucho menos considerando que hace menos de un mes que publiqué la historia.

Gracias a cada uno de ustedes, por cada voto, comentario y por cada minuto de su día que invierten en leer mi historia.

Gracias por ayudarme a cumplir mi sueño.

Este capítulo no estaba planeado para subirse hoy, pero sentí que era muy necesario para celebrar el logro, ya que aparte de las 1k de lecturas, también estamos #1 en formula1.


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