Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13

✵ꕥ Cassandra Mueller –

Si de mí hubiera dependido, me bebía mi peso en alcohol, dormía hasta la mañana siguiente y me deprimía en mi miseria.

Para mi suerte, o quizás no tanto, no dependía de mí. Pues cuándo tenía intención de pedir un nuevo trago, Pierre me detuvó y negó con su cabeza.

— A ver, que tampoco es para tanto, es impactante, sí; pero no es el fin del mundo. Estoy seguro de que había peores opciones.

Me reí ante su intento por hacerme sentir mejor, aunque no estuviera realmente funcionando. El suspiró y frustrado y con su dedo índice me indicó que esperara un momento; se levantó de la barra y caminó algunos pasos mientras llamada a alguien por teléfono.

Tragué saliva nerviosa, como estuviera hablando con Max, lo asesinaba. Los asesinaba a ambos, así me deshacía del problema y del testigo.

Cuando volvió, una sonrisa decoraba su rostro. — Tienes dos horas para ir a tu habitación y ponerte aún más linda de lo que ya eres. Nos vamos de fiesta.

Lo miré confundida y él se encogió de hombros. — Si te quieres arrepentir de tus decisiones y olvidarlas en alcohol, no soy quien para detenerte, pero lo menos que puedo hacer es llevarte a un lugar decente, porque hacerlo en el bar de un hotel... Es muy hombre empresario de 50 años.

Me reí mientras me levantaba. — ¿A dónde iremos?

— Tu solo vístete lindo y búscame en mi habitación, te mando el número y el piso por mensaje.

Asentí y besé su mejilla para dirigirme hacia el ascensor. Tenía ganas de una buena fiesta, de preferencia esas que terminaban conmigo no recordando nada y olvidando los problemas.

Una vez en mi habitación, me duché y alisé mi cabello, haciéndole pequeñas ondas que al final cepillé, para darle algo de volumen a mi pelo; no sabía exactamente a donde íriamos, así que opte por algo lindo, cómodo y sexi. Una minifalda de lentejuelas negras, un bralet de encaje y una camisa negra encima, la cuál solo abroché de en medio, dejando mi pecho y parte de mi estómago a la vista, me coloqué pantis negras transparentes, ya que hacía frío, y unos tacones bajos y delgados también negros. Lo complementé con un collar de plata con pequeños diamantes, había sido un regalo de mi padre hace 2 o 3 cumpleaños, y era de mis joyas favoritas.

Mi maquillaje fue como el usual, aunque me coloqué un labial nude y algo de gloss. Me sentía bonita, y con muchas ganas de perder un poquito el control. Había dejado celular cargando, mientras escuchaba música para arreglarme. Así que cuando lo tomé me encontré un mensaje de hace más de una hora, de Pierre. Diciéndome que estaba un piso debajo de mí y el número de su habitación, sin perder más tiempo, puse la tarjeta de la habitación en el case del teléfono, como una precaución a perderla, y salí en busca del francés.

Cuando toque su puerta, me abrió a los pocos segundos dejándome verlo en jean y una camisa blanca, ¿Cómo podía estar para morirse con algo tan básico? Cada día confirmaba más mi teoría de que, para ser piloto de F1, aparte de talento, tenías que estar jodidamente bueno.

Lo repasé con la mirada sin vergüenza alguna, y cuando mi mirada volvió a sus ojos, sonreí y asentí con aprobación.

— Te ves muy bien, francecito.

— Ya, me quedó claro los últimos diez segundos, cuando me devoraste con los ojos, rubia. — Se burló de mí, aunque no logró avergonzarme.

— Los ojos están para ver, estás para morirse y yo soy una chcia jóven, ¿Qué esperabas?

Se río mientras negaba con la cabeza y me invitaba a pasar, cerrando la puerta tras de mí. — Y eso que aún estas sobria. — Dijo en broma mientras tomaba un abrigo, su billetera, llaves del auto, teléfono, y lo metía todo en sus bolsillos.

Joder. Odiaba que la ropa de mujeres tuviera bolsillos diminutos, mientras los chicos parecía que tenían el mismísimo bolso de Mary Poppins en sus pantalones.

— Venga, vámonos, que ya llegamos tarde.

— ¿Quiénes irán? — La pregunta me había carcomido desde que empecé a arreglarme, cuando rogaba porque Pierre no hubiera sido tan insensato como para invitar a cierto neerlandés.

Se encogió de hombros. — Yo le dije a los chicos, pero si ellos le avisaron a los demás, no tengo ni idea. — Lo mire incrédula, dándole a entender que su respuesta no había sido de mucha ayuda, quizás podría ser un pelín más específico. — Charles, Carlos y Lando. Lando seguró le avisó a George.

Suspiré con desagrado al escuchar ese nombre. — ¿Tenías que invitarlo a él?

Su carcajada me sacó una sonrisa. — Son más parecidos de lo que ambos piensan, rubia.

Me reí, esta vez sarcásticamente, por la estupidez que el piloto acababa de soltar, ¿Yo? ¿Y Norris? ¿Parecidos? Ni en mis peores pesadillas.

Antes de que pudiera reclamar por tan ofensiva declaración, el francés ya se dirigía a la puerta con una sonrisa, y me miró al abrir la puerta.

— Las damas primero. — Dijo mientras hacía una reverencia esperando por mi, que sonreí como una idiota.

— Esperarás toda la noche a que aparezca una, Gasly.

Le guiñé el ojo y al salir lo vi cerrar la puerta, para dirigirnos juntos al ascensor.

— ¿Me dejas conducir?

Se río con fuerza en el ascensor, causando algo de eco. — Ni de coña.

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ───

Llegamos al club que Pierre había elegido mucho más rápido de lo esperado, no me daba miedo la velocidad, cuando era yo la que conducía, pero cuando era el francecito el que aceleraba a una velocidad completamente fuera de las restricciones, todo lo que podía hacer era temer por mi vida.

Una vez estuvimos en la puerta del club, le entregó mi teléfono, y el castaño me miro extrañado.

— Fotos, porfavor. — Sonreí y el puso los ojos en blanco, aunque no se negó.

Nos tomamos al menos 15 minutos en encontrar la pose y luz perfecta, pero las fotos quedaron, de hecho, increíbles. Guardé mi teléfono pensando en quizás subirlas más tarde.

Una vez en el club, el ambiente era animado, la gente bailaba y había luces que cambiaban de colores, empezaba a animarme, y estaba por dirigirme a la barra. Pero Pierre me tomó por la muñeca, sin fuerza, solo descansando su mano en ella, y me miró negando con la cabeza.

— Hoy estamos arriba, ahí puedes pedir.

Dirigí mi mirada al segundo piso, la zona VIP, y sonreí, hace ya algún tiempo que no entraba a esa zona en las fiestas. Asentí con la cabeza y caminamos a través de la masa de gente, yo iba detrás de él y su mano cotinuaba en mi muñeca, asegurándose de no perderme entre la multitud.

Al llegar a la zona VIP, Pierre caminó hacia los guardias y dio su nombre, entramos y nos dirgimos a unos sillones altos y circulares, los cuales te brindaban algo de privacidad de las demás personas. Vi a los dos chicos de Ferrari y Lewis, los cuáles nos saludaron con una sonrisa.

— Llegaron, George fue por tu encargo, y los demás llegaran pronto. — Nos avisó Lewis con una sonrisa.

Me sente entre Pierre y Charles, y divisé a uno de los meseros, cuando se acercó no dudé y le pedí un Martini, empezaría con algo relativamente suave, y ya veríamos luego como seguía la noche.

— ¿Cómo te la pasaste en tu primera carrera en vivo Cass? — Me preguntó Charles y yo le sonreí mientras los demás chicos hablaban entre ellos.

— Fue impresionante la verdad, la velocidad de las monoplazas es mil veces mejor en vivo que viéndola a través de una pantalla, al igual que el ruido que hacen... Y al estar en boxes pude ver los pit stops, así que fue realmente increíble. El mejor regalo de cumpleaños. — Ambos nos reímos suavemente ante mi emoción, aunque no estaba exagerando para nada, lo había dsifrutado muchísimo, y me había encantado la experiencia, o al menos la mayoría de ella...

— ¿Nos acompañarás a Hungría?

Negué con mi cabeza. — Oh no, solo vine esta vez porque Cisca convenció a su hermano, como mi regalo de cumpleaños, eso es todo.

— Eso es una pena, te extrañaremos en los boxes. — Dijo esta vez Pierre, que se había incluido en la conversación, haciéndome sonreír con su comentario.

— Oh, creo que estarán bien sin mí.

— ¡Claro que no! ¿Quién me dará helado ahora? — Levanté mi cabeza, encontrándome a Oscar, que al parecer acababa de llegar y tomaba asiento frente a mi, sonriendo.

— Ya conoces la magia del helado, siempre puedes ir por uno tu mismo cuando lo necesites. — Me encogí de hombros. — Aparte, incluso si quisiera, no puedo seguir faltando a clases, estoy por graduarme.

— Es cierto, graduarse con 19 debe ser una putada, serás de las mayores.

Suspiré y asentí ante el comentario de Charles. — Ya, lo que pasa es que el internado ese termina el año escolar más tarde, de no ser por eso me habría graduado con 18. — Sin poder evitarlo los recuerdos se asentaron en mi cabeza, de mis amigos en Estados Unidos, de como ellos ya se habían graduado hace unas semanas, casi todos, al menos...

— En fin, ya me queda poco para irme de ahí. — Le quité importancia y me encogí de hombros, me negaba a deprimirme ahora.

— ¿Qué harás después? ¿Volverás a Estados Unidos? — Me preguntó Pierre, el cuál era el único que sabía de donde era, al menos el único al que se lo había contado, como parte de una conversación.

— No. — Quizás mi respuesta fue más rápida y evasiva de lo que pretendía. Aclaré mi garganta y bebí un poco más del martini que me trajeron hace algunos minutos. — Trabajaré por una temporada, en lo que ahorro y eso, luego, el próximo otoño, me iré a Oxford, a la universidad.

Había hecho ya el examen de ingreso, y había logrado entrar, aunque no sabía si realmente había sido mérito propio, o mi apellido. Prefería no saberlo. Mi padre se había enojado ante mi idea de un "año sabático"; pero luego de decirle que era eso o que simplemente no fuera a la universidad, había aceptado a regañadientes, aunque había sido claro en que el no pagaría por nada de lo que necesitara durante ese año. Me las tendría que apañar yo sola.

Los chicos me miraron sorprendida. — Joder, aparte de todo eres inteligente. — Dijo Pierre, ganándose un golpe en el brazo de mi parte.

— Pues claro, cabrón ¿Qué te esperabas?

Charles se río de nosotros. — ¿Qué estudiarás?

— Periodismo y marketing. — Si, aparte de todo iba a tomar dos carreras a la vez, porque una era mi pasión y otra era lo que mi padre quería, aunque he de aceptar que al menos tenían algo en común, hubiera sido peor si hubiera querido ser médica o arquitecta. Por suerte desde muy joven había sabido que las letras, palabras y la escritura era mi fuerte.

Ambos pilotos se veían impresionados, lo cuál me divirtió. — Ya se ya se, es increíble que alguien vaya a la universidad, pero no me miren como si fuera una extraterrestre. — Los molesté, al recordar que ninguno de ellos había ido a la universidad, aunque no es como si lo necesitarán, sus carreras empezaban a formarse desde jóvenes. Y a sus veintes ya eran más exitosos de lo que podría imaginarme yo ser jamás.

Ambos fruncieron el ceño, molestos; hasta que me empecé a reír y se rieron conmigo. Las bromas y la conversación siguió. Empezamos a conversar todos juntos, hasta que dos personas más llegaron.

— Lamento la tardanza, Cisca estaba insistiéndome por venir, y al final me convenció. — Esuché que dijo Lando con los ojos en blanco, mientras se sentaba con los demás.

— ¿Y dónde está? — Preguntó Pierre, quien era un buen amigo de la castaña.

— En la barra, con Max. No me fiaba de ella para pedir algo sin alcohol.

Tragué saliva. Joder, joder. Max estaba aquí.

Max estaba aquí y yo también. Mierda.

Estaba a punto de levantarme y salir huyendo, cuando Pierre puso su mano en mi muslo, manteniéndome sentada.

— Respira, no pasará nada, todos estamos aquí. — Susurró cerca de mi oído, mientras yo trataba de hacer justo lo que me decía, respirar.

Había tenido parejas, no se si podríamos llamarlos novios, pero si parejas, en mi vida. Había tenido amigos con los que nos pasábamos de copas y nos divertíamos, y luego todo estaba bien, como si nada. Quizás esto fuera así, quizás todo estaría bien y me reiría de esto despues. De cualquier modo, ¿Cuáles eran las posibilidades de volver a ver a Max? ¿De volver a ver a cualquiera de los pilotos luego de hoy?

El pensamiento me puso algo triste, chicos como Pierre y Oscar, incluso Charles, con el que aún no había hablado demasiado. Me habían caido realmente bien, y la idea de no volverlos a bien se sentía incorrecta.

Suspiré mientras despejaba mis pensamientos, estaba tranquila, no había razón para el pánico.

Cisca llego con una sonrisa y un jugo de naranja en su mano, se sentó junto a Pierre y nos saludó, pero antes de que pudiera contestar, mis ojos ubicaron a Max, llegando también, buscándome con la mirada y guiñándome el ojo al encontrarme.

Si había razón para el pánico.

Mucho pánico.

─── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ──

liked by: pierregasly, charles_leclerc, oscarpiastri and 20,342 others.

cass_04: Party Night

View all 13,873 comments

pierregasly: al menos dame créditos por ser el mejor fotógrafo...

  —cass_04: gracias francecito <3


✯· ✧· ✧· ✧· ✯ 

Bueno bueno, al final si que les publiqué el capítulo hoy :)

Conocimos un poquito más del futuro de Cass ¿Qué les pareció?

¿Qué pasará con la tensión entre la rubia y cierto neerlandés?

Gracias por leer <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro